Nota de la Traductora (N.T.):

Esta historia pertenece en su totalidad a: Alsike Bajo el título original de: Animals and Prizes.

Para empezar les animo a leer este fic tan impresionante con el que topé justo en plena época de exámenes y que, aún con todo, no pude dejar de leer. No voy a explicar lo que es el mundo Alfa/Omega porque a mí me resultó más gratificante ir descubriéndolo en la lectura(aunque he puesto un par de aclaraciones al final de este capítulo). Tiene mucho carácter aunque puede ser un poco duro para algunos y muy sexual (pero nada de lo que alarmarse hasta el final).

En fin, a partir de ahora todo es texto original. Si me viera obligada a colocar alguna explicación propia siempre irá precedida del conveniente N.T.


Antes que nada, explicaré la procedencia de este fic: Victorious es una maravillosa serie que apenas acabo de empezar a ver desde el principio. Estoy… saboreándola. Pero mientras veía los primeros episodios, estaba pensando, ¿sabes? Las motivaciones de cada personaje tendrían un poco más de sentido si se situara en uno de esos mundos Alfa/Omega, como en una de las maravillosas series de Chash: A Fine Job of Bending All the Rules (disponible en cualquier sitio que publique fanfics impresionantes). Y así es como nació esta historia: Victorious situado en el universo FJoBAtR (wow, es un acrónimo terrible). Este también tiene la misma motivación que la historia de Chash. Los universos de knotting son asombrosos, "¿PERO QUÉ PASA CON LAS CHICAS?".

No me gusta mucho cubrir los mismos temas que los episodios, así que es probable que sólo haga eso con uno. El cambio brusco de dirección llegará en el siguiente capítulo, creo. ¡Háganme saber si merece la pena continuarlo!

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Cosas que me gustan, por Tori Vega.

1) Las ciencias. 2) Los chicos guapos. 3) El jamón. 4) Mis padres. 5) La música. 6) Mi hermana Trina (quizás).

Cosas que me gustan pero no sabía que me gustaban hasta ayer.

Actuar en público.

Secretos que pienso guardar hasta la muerte

1) Aquella vez que me puse a ver porno en el ordenador y vi un nudo y me dieron ganas de vomitar.

2) Aquello que me hizo mi hermana esa vez en el campamento de verano. Créeme, no quieres saberlo. (Oh, aaaaaggghh. ¡No era eso!).

3) Puedo oler cuándo las omegas entran en celo.

4) Huele muy bien.

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Para algunas personas empezar en un colegio nuevo era algo horrible, para otras se trataba de una nueva oportunidad. Para Tori Vega, era un campo de minas.

Había alumnos tocando y haciendo claqué por los rellanos. Las taquillas eran una explosión de color. Todo el mundo parecía interesante y asombroso. Tori dudó en la puerta de entrada. Ella no era interesante ni asombrosa, y era importante que no resultara interesante ni asombrosa. Se suponía que debía permanecer en un segundo plano, pasar desapercibida. Pero se habían dado cuenta de su existencia, estando subida al escenario, y todos parecían encantados y le habían dado la bienvenida.

Por una vez, no se había sentido como un bicho raro.

Ahora la gente se fijaba en ella, pero no de la forma a la que estaba acostumbrada. Se suponía que siempre había tenido que contenerse, mantener la calma, no enfadarse y quedarse fuera de los focos. Si te miraban puede que te vieran, y ella no quería ser vista - no por lo que era.

No por ser un alfa.

Pero en ese lugar todo el mundo quería ser visto, e intentar de mantenerse alejada de los focos la haría parecer diez veces más rara. Habría atraído aún más la atención. La gente comenzaría a preguntarse cosas.

Oh, Dios, no podía quedarse. Pero antes de que pudiera echar a correr, Trina la agarró por el codo y la obligó a atravesar las puertas, hablando de manera excesiva, con el sobreactuado tono de consolación que a veces la hacía sentirse como una hermana mayor, y otras simplemente la hacía Increíblemente Molesta.

Después, por supuesto, abandonó a Tori en el pasillo. Pero así era Trina. ¿Qué otra cosa podría haber esperado de ella? Su guía había desaparecido. Más le valía ir yendo a clase.

La pelirroja loca (beta, la clasificó mentalmente), Cat, no le resultó de ninguna ayuda, y el chico con la marioneta (¿un posible macho omega? Sería algo extraño. Pero la personalidad de la marioneta era una perfecta imitación de un alfa prepotente) hizo que se perdiera. Había planeado llegar temprano y hablar con el profesor, para cuando consiguió llegar a la clase todavía no era tarde, y el profesor no había entrado aún.

Y ahí estaba el chico de pelo bonito. Fue súper mono, y agradable, al no gritarle por derramarle el café encima y mancharle la camisa, y no le lanzó una mirada de molestia como lo habrían hecho otros alfas. Beta. Un beta muy guapo. Le sonrió.

Después, por supuesto, la puerta se abrió.

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Jade West odiaba las mañanas. Y odiaba esta mañana en particular. Beck no la había esperado en su taquilla, y había un olor raro en el pasillo. Siempre había un olor raro en el pasillo, era un instituto después de todo. Pero este olor era pernicioso, y sospechoso, y después, por supuesto, dio un paso dentro de la clase y descubrió que se trataba de ESA CHICA.

ESA CHICA era la misma que había actuado en la exhibición. La misma que danzó sobre el escenario con una coreografía idiota y una gracia absolutamente antinatural. La misma que pasó junto a ella, restregándose contra su rodilla mientras se deslizaba a través de los asientos, tarde, e hizo que una descarga le subiera por la pierna. Apestaba, más fuerte que los desodorantes con los que se bañaban los chicos beta en sus mejores días. Jade había querido vomitar.

La había excitado.

A Jade no le interesaban los alfas. Esos malditos y asquerosos alfas. No la tentaban. No los deseaba. Estaba acostumbrada a todos esos perdedores que rondaban la escuela, y vale, podía sentirlos cuando entraba en celo – y estaba casi al final de su ciclo ahora mismo – pero ella jamás reaccionaba de esa manera ante ellos. Un autocontrol de hierro servía para algo.

Tenía que ser la sorpresa lo que había hecho que sus hormonas se volvieran locas.

Una hembra alfa, una hembra alfa, una hembra alfa. Bicho raro.

Las mujeres alfa eran bichos raros – incluso más que las mujeres omega. Ser un beta era normal. Ser un macho alfa significaba que podías mandar sobre todos a tu alrededor. Ser una hembra omega significaba que debías sonreír y comer callada. Pero ser un macho omega o una hembra alfa era de lo más extraño.

Y ella era tan patética.

Esa era la parte más sorprendente de todo aquello. Dejarse empujar sobre el escenario, resistiéndose, pero resistiéndose porque le daba vergüenza. Era un alfa, incluso si era una chica. Debería poder hacerse con el control de la situación.

Y se hizo con el control, y Jade agarró a Beck del cuello de la camisa y lo arrastró hacia la puerta.

-Nos vamos de aquí.

-¡Ey, es muy buena!

Ella dirigió la mano directamente a su entrepierna.

-Yo soy mejor.

Y ahora, tres días después, ESA CHICA estaba en su clase, en su espacio, y apestando todo el lugar. No sólo porque era ESA CHICA, era ESA CHICA con sus zarpas sobre Beck, mirándolo de manera seductora con esos ojos oscuros. Jade sintió como la rabia la invadía.

Estaba acostumbrada a que la furia la abordara. Pero esta vez era tanta que ni siquiera sabía cómo expresarla. ESA CHICA. ¿Por qué estaba ella allí? ¿Por qué estaba tocando a Beck? ¿Por qué lo estaba mirando tan dulcemente? Era un alfa. Se suponía que debería desear - Bueno, para ser honestos, se suponía que tenía que desear a Jade, y Jade no podía evitar sentirse irritada porque no lo hiciera. Y amenazada. Y súper molesta.

-¡Eh, tú!

Pero no pudo moverse de la puerta. La habitación ya apestaba como esa chica, y pensar en meterse dentro de ese miasma la enfermaba.

La muchacha la miró confusa. Y después retrocedió. Inclinó la cabeza y rehuyó cuando Jade la apartó a un lado. Se había sometido. Y someterse NO era algo que hicieran los alfas.

Pero la chica era un alfa. Jade no tenía ninguna duda acerca de eso.

Era un alfa que se sometía.

Eso… de alguna forma la excitaba.

Jade se sentó en su silla, posesivamente cerca de Beck, y la miró. Estaba nerviosa. Se sentía incómoda. Era tan patética.

Jade la odiaba.

La hubiera odiado incluso si no hubiera estado poniendo su antebrazo sobre Beck. La odiaba porque era un alfa, y porque estaba condenadamente cerca, y se suponía que su celo se había terminado, pero esta maldita alfa le estaba haciendo difícil el qudarse quieta sobre la silla.

Por eso, cuando tuvo la ocasión, la aprovechó. Llamó a Tori al escenario para que pudiera saborear por primera vez (y con suerte última) el arte de la improvisación.

Sé mi perro, pensó. Los alfas eran animales. Pero también podían ser mascotas.

Tori estaba asustada. Jade puso una mueca de satisfacción. Se sentía fuera de lugar. No tenía el control.

Así era como se sentían los omegas todo el tiempo. Esta podía ser una buena oportunidad para dárselo a probar.

-Fui a la tienda de mascotas y he traído un nuevo cachorrito.

Tocarla era más de lo que Jade estaba dispuesta a hacer, pero puso la mano en su brazo. Lo que le hizo cosquillas, como la electricidad estática. Jade apretó los dientes. Putos alfas. La chica no debía estar en su clase, no debía estar en su instituto.

-Sikowitz…- ¡Dile a esta perra que se largue!

Dile que se arrodille. Ningún alfa se arrodillaría ante un omega.

Pero Tori lo hizo. Se puso a cuatro patas. Jade sonrió. ¿Cómo podía no hacerlo cuando nunca había tenido esa autoridad? Se inclinó para tocar su cabeza. Su cabello era suave, y bajó ligeramente la cabeza cuando la mano de Jade la acarició.

Borracha de poder, Jade dejó que la escena avanzara, y cuando Tori, humillada, abandonó la habitación empapada en café, sacó a relucir sus blancos dientes en una sonrisa. Su estómago palpitaba. La boca se le llenó de saliva. Se sentía como si estuviera en celo, pero se suponía que ya lo había pasado este mes.

Era… un poco raro. Pero no importaba. No había ninguna posibilidad de que Tori regresara a Hollywood Arts.

Jade había ganado.

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Tori era demasiado mayor para ir a llorarle a su madre, pero cuando esta se dio la vuelta y dijo:

-¿Qué tal el nuevo colegio, cariño?

Tori no pudo evitar dejarse caer sobre sus brazos y comenzar a sollozar.

-¿Tan mal ha ido?

Tori se frotó los ojos. Odiaba comportarse como una llorona. Normalmente no lo era. Ella era fuerte. Tenía el control. ¡Le habían derramado café en el pelo!

-Hay una chica- murmuró Tori contra el pecho de su madre-. Me odia.

-Ni siquiera te conoce.

Tori tragó saliva y se sentó. Este había sido el peor día de su vida. Era ella la que había estado toqueteando al novio de la muchacha, y tan avergonzada estaba de haber sido pillada que ni siquiera se había disculpado. Y probablemente debería haberlo hecho, pero estaba tan distraída. El chico era mono y encantador, y la chica era preciosa y olía como - como a estrellas y a tarta de manzana casera, o algo igual de absurdo y delicioso.

-No siquiera tuvo que llegar a conocerme- dijo Tori-. Está claro que fue odio a primera vista. Se podría decir que yo estaba sobando a su novio.

Su madre se rió, y Tori sintió que una sonrisa se formaba en sus labios de manera involuntaria.

-Su novio es beta, eso seguro. Creo que se llama Beck. Pero estoy bastante segura de que ella no era una beta.

-¿En serio?- su madre inclinó la cabeza, sonando entretenida, como si ella no se molestara en clasificar a todo el que conocía y le pareciera divertido que Tori siguiera haciéndolo.

En cierto modo era algo inapropiado, pensó, pero también era un mecanismo de defensa. Ella necesitaba saber dónde estaban los alfas y las omegas. Los betas no podía sentir lo que era, pero los alfas se ponían alerta cerca de otros alfas, y cuando las omegas entraban en celo podían sentir a los alfas. Tori tenía que asegurarse de estar bien lejos cada vez que una omega entraba en celo.

-No. No es una beta- Tori inclinó la cabeza-. Pero no actuaba como una omega.

Actuaba como un alfa mosqueado que encontraba a otro alfa amenazando su territorio ¿Qué pasaba si resultaba que estaba molesta por encontrarse a otro alfa adentrándose en su territorio? ¿Significaba eso que había conocido por fin a otra hembra alfa? Por supuesto, otro alfa la habría odiado instantáneamente. Los alfas eran rivales por naturaleza. Pero… Tori no se sentía de esa forma. Normalmente se hubiera estremecido en el mismo instante en el que sintiera a otro alfa cerca, un retortijón en las entrañas, un pinchazo en la espalda, el aumento de la adrenalina, especialmente si este hubiera estado imponiéndole su presencia, actuando como si fuera el dueño del colegio.

Pero la chica, Jade, había mandado sobre ella, la había agarrado y usado al profesor para hacer que se agachara e hiciera de perro, y Tori no había sentido en ningún momento ese retortijón en las entrañas. Le había tirado el café sobre la cabeza y ni siquiera se había enfadado.

Tal vez el yoga y la meditación estaban funcionando de verdad.

Tori se enrolló un mechón de cabello alrededor del dedo.

-Creo que podría ser un alfa.

-¿En serio?

Huele muy bien.

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Tori se había quedado dormida en el hombro de su madre.

-¿Qué es lo que le pasa a nuestro cachorrito alfa?- preguntó su padre tranquilamente.

Su madre levantó la vista y le sonrió.

-Una omega del nuevo instituto la está volviendo loca- agitó la cabeza-. Cree que se trata de un alfa, pero tú no te hechas a llorar cuando un alfa no quiere ser tu amigo.

-¡Ah, omegas! Nacidos para traernos de cabeza a los alfas - sonrió él.

-Tampoco es tú la hayas preparado mucho- le reprochó su mujer-. Convenciéndola de que acabará con un buen chico beta.

-¡Podría!- se quejó su padre con cabezonería- O con una chica beta. La biología no marca el destino.

Su madre se echó a reír.

-Por supuesto que no. Si así fuera yo habría estado destinada a acabar con uno de esos horribles machos alfa con los que salía. Prefiero pensar que estaba destinada a ti.

-Bueno, creo que tengo que estar de acuerdo con eso- se inclinó para besar a su esposa, y acarició el cabello de su hija-. Ella no debería tener que vivir en un mundo que intenta presionarla a la hora de tomar sus propias decisiones.

-Y cometer sus propios errores.

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Pero Tori era igual de cabezota. Y si este era su primer enfrentamiento alfa-alfa por la dominancia, no iba a echarse a correr con el rabo entre las piernas.

Entró en clase, un poco tarde, y esa chica, Jade, se deslizó contra el respaldo de su silla para mirarla con una expresión en la cara congelada en algún punto entre la sorpresa y la molestia. La sala olía a ella, pero Tori tragó saliva y no hizo gesto alguno.

Ayer, Tori se había sentido asustada y fuera de lugar, pero hoy estaba preparada. Vale, nunca había improvisado antes. Tal vez no fuera a dársele de maravilla, pero iba a hacerlo lo mejor que podía. No era como si el impresionar a ese hombre con pinta de vagabundo, Sikowitz, fuera algo que necesitara con desesperación, y una improvisación alfabética era un ejercicio en el que podía ganar. Eso era exactamente lo que quería, quería ganar. Por eso llamó a Jade al escenario.

Jade supo que se trataba de un desafío por el dominio desde el momento en el que dijo su nombre. Esa casi sonrisa y esa ceja elevada seguramente conformaban algún tipo de amenaza, pero Tori se descubrió a sí misma deseando devolverle la sonrisa. Aquella situación era un poco desastrosa. Todos los machos alfa se peleaban y aun así se organizaban en grupos, como amigos. ¿Podría tener ella una amiga? ¿Alguien con quien poder ser completamente honesta? ¿Alguien que la entendiera de verdad?

Jade fue directa al escenario con un lento balanceo de caderas, le dio un beso a Beck, como si lo estuviera marcando, y el aroma que la rodeaba pareció aumentar, destacando aquellos matices más dulces. Era casi abrumador, y cuando el juego empezó por la 'P' Tori, que apenas era capaz de tomar aliento, sólo podía pensar en una cosa que decir.

-¡Por favor, ve a darte una ducha!

-¿Quieres dejar de decirme lo que tengo que hacer?

Beck se puso en medio, haciendo de chico bueno, intentando calmar las cosas. Pero la mirada la cara de Jade - aturdida y traicionada – le hizo saber que había sido una mala idea.

A medida que se limitaban las interrupciones, fue a peor.

Beck fingió desmayarse y Jade se cernió sobre ella, y Tori dejó de contenerse.

Y estaba funcionando. Jade iba enfadándose y enfadándose, siendo apenas capaz de mantenerse a raya. Tori acortó las distancias entre ellas y Jade levantó los hombros. Se movió casi como si intentara alejarse, intentando mantener un espacio constante entre ellas, algo que pudiera controlar. Pero no iba a echarse a correr.

Tori ya no sabía ni lo que estaba diciendo realmente. Simplemente estaba soltando respuestas, disfrutando del calor del momento, cogiendo confianza. Había conseguido que Jade cogiera carrerilla, y pronto la pillaría. Y lo consiguió. Jade salió del escenario hecha una furia, sentándose con el rostro lleno de ira.

Tori había ganado, e iba a cobrarse su premio.

Estaba claro que Beck era un chico guapo. A Tori le gustaban los chicos guapos. Y este besaba muy bien.

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Jade entró en su casa arremetiendo como un huracán, se metió en su cuarto y se lanzó sobre la cama. ¡Maldita sea! Alcanzó sus tijera y un conejito de peluche y comenzó a hacerlo trizas, empezando por las orejas.

ESA CHICA- ESA CHICA la había humillado, delante de todos. Y había usado a Beck. Beck era SUYO. Ese era el TRATO. Estúpido Beck. Estúpidos todos esos putos betas. Tori lamentaría ese maldito día…

-¡Jadelyn!

Se quedó quieta. La voz ultra-dulce de su madre hizo eco por el pasillo.

-¡Jadelyn! Te he escuchado llegar a casa.

Jade lanzó las tijeras a la pared, en la que se clavó con la punta por delante. Caminó hacia la puerta y abrió.

-¿QUÉ PASA?

Su madre sonrió con dulzura fingiendo imperturbabilidad ante su bramido.

-Tu padre quiere verte en la sala de estar, querida.

-Si quiere verme que me llame él mismo. Eso habría sido un maldito cambio.

-Está esperando, querida. Y tiene compañía.

Jade hizo rechinar los dientes y cerró la puerta de golpe. Se quitó las botas a patadas y rebuscó en su armario hasta que encontró uno de esos vestidos rosa con volantes que solamente llevaba en esas ocasiones concretas. Después se lavó la cara y volvió a maquillarse con un estilo más suave. Se quitó las extensiones azules y se recogió el pelo por encima del cuello. Con unas sandalias blancas puestas se dirigió a la sala de estar.

-Ah, por fin. Toby, esta es mi hija, Jadelyn.

Su padre ni siquiera se molestó en mirarla, solo se reclinó sobre su asiento e hizo un gesto hacia ella, con los ojos puestos en su amigo, otro de esos hombres de mediana edad, calvo y barrigón, embutido en un traje. Probablemente fuera rico. A Jade le daba igual.

Este se puso en pie y caminó hacia Jade, mirándola todo el tiempo. Dibujó círculos a su alrededor manteniendo los ojos en sus pechos y su trasero.

-Nunca pensé en poder hacer esto algún día- canturreó alegremente-. Siendo un beta, se podría decir que simplemente nos las arreglamos. Pero mi hijo tiene un nudo del tamaño de un pomelo y queremos asegurarnos de que lo arrima en un buen sitio, y una alianza con un hombre de negocios tan astuto como usted, es algo que merece la pena aprovechar.

Su padre simplemente asintió. Jade apretó los dientes y esperó, eliminando cualquier expresión de su rostro. Contó mentalmente, de uno para adelante. Algunos días llegaba al millar antes de que hubieran acabado de examinarla. Compradores potenciales.

Las omega era objetos. Eso lo sabía muy bien.

Las omegas eran putas, las omegas eran animales, las omega eran presas a cobrar por los alfas. Al menos eso era lo que le habían dicho a ella. Ella tenía otra opinión ahora. Los betas eran putas. Los alfas eran animales. Pero las omegas seguían siendo presas a cobrar por los alfas… o comprar si tal era el caso. Y ella estaba en el lote de subastas.

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Entre las sombras del atardecer, Tori estaba inmóvil frente a la puerta, cambiando el peso de un pie a otro y sintiéndose completamente fuera de lugar. La casa era una mansión, enorme y grandiosa, con setos y estatuas y un timbre con la forma de una cara. Apretó la lengua de esa cara y escuchó el timbre resonar a través de las paredes. Entonces esperó.

Después de alrededor de unos cinco minutos – o eso le había parecido – y justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y huir, la puerta se abrió y una mujer rubia le sonrió desde el otro lado. (Omega. El perfecto estereotipo de omega, la mirada baja, las manos agarradas delante de su cuerpo. Esa casi chocante).

-Oh, hola.

-Hola- se obligó a sonreír Tori-. ¿Está Jade?

La sonrisa de la mujer se tornó aún más brillante, pero todavía no levantó la vista.

-Oh. ¿Eres una de las amigas de Jadelyn?- se inclinó hacia el interior de la casa- ¡Jade! ¡Jadelyn! Alguien ha venido a verte.

Los pasos sordos anunciaron la llegada de Jade, pero cuando se detuvo a la vista en el marco de la puerta Tori casi se cae para atrás de la sorpresa. Sus ojos sin sombra ni rímel. Sus botas habían sido sustituidas por sandalias. Y llevaba una vieja camisa de franela a cuadros grises y azules sobre un corto vestido baby-doll rosa. Pero cuando vio a Tori torció el gesto, y la mueca de rabia era tan feroz como aquella que había puesto en la escuela.

De hecho, era más feroz.

-¿Debería preparar algún aperitivo?- preguntó su madre.

-NO- ladró Jade. Atravesó la puerta de entrada y la cerró a su espalda-. ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

Tori se revolvió incómoda, rascándose la parte de atrás de la cabeza.

-Quería disculparme- dijo ella-. ¿No puedo… entrar?

-No quiero que apestes mi casa.

Tori se encogió.

-Mira, lo siento. Las cosas se me fueron de las manos hoy en clase. Beck es mono, pero es tuyo y yo no quiero fastidiar eso. No soy de ese tipo de chicas.

-No podría importarme menos qué tipo de chica eres- afirmó Jade categóricamente.

-Lo siento. Y sé que debo… haberte desconcertado. Tú también me has desconcertado a mí. Pero sólo porque ambas seamos…- Tori tragó saliva. No podía decirlo, no de puertas para fuera-… ya sabes, no quiere decir que no podamos ser amigas.

-Sí- afirmó Jade-, eso mismo quiere decir.

-Pero no podríamos… ¿intentarlo? Creo que podría funcionar. ¿No podemos ser amigas?

-Tú no quieres ser mi amiga, Vega. Soy venenosa, mortalmente venenosa.

-Yo no opino eso.

Jade puso los ojos en blanco.

-¿Por qué iba yo a querer ser tu amiga? Hueles como algo que ha traído el gato a casa. Y no voy a convertirme en otro de esos idiotas aduladores que pulular todo el rato a tu alrededor sólo porque no cantas tan mal como tu hermana.

Jade fue dura, cruel y sanguinaria. Y eso le había dolido. Tori hubiera deseado que dejara de repetirle lo mal que olía. Tenía mucho cuidado con bañarse y usar jabones con aromas. Nadie más le había dicho que apestara, y lo peor es que ella no podía decir lo mismo, sino más bien lo contrario. Y a pesar de todo, Tori no podía enfadarse con ella. Simplemente se entristeció.

En el instituto, con sus botas y su maquillaje y vestida con su asombroso estilo propio, Jade había actuado de forma confiada y autosuficiente, incluso si se comportaba como una idiota. Pero ahora sólo estaba enfadada. Hasta ahora habían mantenido una especie de tira y afloja, casi como si tirara de Tori hacia ella mientras la humillaba. Pero en este momento solo estaba aflojando – colocando una dura y fría pared, del color azul-gris-verdoso de sus ojos.

-Muy bien- suspiró Tori- Si cambias de idea, házmelo saber.

Se fue.

Jade se apoyó contra la puerta e intentó respirar de nuevo. Había dicho que quería que fueran amigas. Sus tristes ojillos se lo habían suplicado. Pero eso era mentira. No quería que fueran amigas. Lo que quería era anudarla y aparearse con ella. Era un alfa. Todos los alfas eran iguales.

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N.T.:

Sólo un par de aclaraciones;

1) No he encontrado traducción para Knotting univers porque no es un género muy seguido en español, así que lo dejo tal cual.

2) Por lo que he podido investigar, los universos de knotting son casi exclusivamente dedicados al yaoi, de ahí viene la frase de Chash y de la autora: "¿QUÉ PASA CON LAS CHICAS?".

3) Knotting proviene de knot (nudo), y hace referencia a una parte de la anatomía del pene de los cánidos llamado en realidad "bulbo del glande", como en español queda muy feo he decidido referirlo siempre con su traducción literal= NUDO (yo tardé como 3 capítulos en descubrir qué era el "knot" y eso que lo estudio en mi carrera).

Si alguien no entiende algo porque no lo refiero bien o sugiere alguna traducción o palabra mejor para los términos que introduce el mundo de Alfa/Omega POR FAVOR que no tenga reparo alguno en proponerlo.

P.D: A Fine Job of Bending All the Rules, escrita por Chash está disponible en inglés en la página: Archive of Our Own (AO3). Por si hay algún interesado