Disclaimer. Los personajes principales, los lugares y los Pronombres propios conocidos pertenecen al gran autor, Sr. Conan Doyle, todo aquello nuevo y por haber, es de la imaginación de dos autoras que nos dedicamos a ésto.

Summary. Ambos lo saben y también lo ocultan. Tienen el conocimiento que su vida y sus palabras son sólo excusas para lograr su cometido, pero al mismo tiempo se engañan con ello, se mienten a ellos mismos. Es un juego, contra uno propio y contra el otro, dónde el único que puede ganar, es aquél que acepte lo que en realidad es.

¡Hola a todo el mundo fan de Sherlock Holmes. Éste es un pequeño proyecto que tenía ya idea de hacer. Me he leído al menos seis libros (que han sido publicados aquí en México) de Conan Doyle, siendo las "Memorias del Dr. John Watson" y "Aventuras de Sherlock Holmes", así como otro de un sherlockniano que escribió "Sherlock Holmes: Los irregulares de Baker Street" y junto a mi compañera, llegamos a ésto. Espero sea de su agrado, les guste y si es así, dejen un review, estaríamos fascinadas con ello. Sino les gusta, igual déjennos un review y mejoraremos, aprenderemos. Se trata de una serie de Drabbles con continuidad. Sin más aquí les dejo la primera entrega.


El comienzo.

[Irene Adler]


Ciertamente es la primera vez que te atrapan de esa forma, tan cautivadoramente, que resulta una completa desfachatez no verte envuelta en la aventura. Lo tomas por el lado bueno, el no estar segura aún de aquellos sentimientos sólo demuestra que todavía posees el control sobre ti misma. Pero al mismo tiempo se siente tan bien, tan correcto, que ya poco te preocupa el riesgo. Y es cuando te propones aceptarlo, lidiar con ello, tomar el acertijo, descifrar el laberinto y acabarlo, derrotarlo, tomarlo y adaptarlo como tuyo. Es así y siempre será así, ya nada ni nadie puede cambiarlo. Un sólo juego en dónde ustedes dos participan, cueste lo que cueste, hasta el fin.

Te acercas un poco, con tanta precaución, en extremía que tú misma te sorprendes de tus movimientos espontáneos. Sonríes, lo puedes ver venir, sabes que eres correspondida porque, aunque haya sido instantáneo, casi imperceptible, también sus labios se curvaron en una sonrisa, dedicada a tu persona, a ti misma. Así que es sincera, ya nada es falso entre ustedes, sólo dobles intenciones y un tanto cínico, pero no más gestos fingidos, no al menos los buenos, los que valen la pena. Te sigues acercando y aún no rompes el contacto visual que creaste con aquel hombre. Tus ojos se han perdido en su iris, ruegas internamente por no verte perdida. Tus piernas largas, contorneadas y estilizadas, cubiertas por la larga tela del vestido, se mueven debajo de éste provocándole ondas, con unos pequeños brincos juguetones, tu marca al caminar. Ya sólo les queda un metro de espacio, sólo eso les separa, pero aún das dos pasos más, dos pasos que te acercan a su rostro, dejando ahora sólo centímetros.

—Holmes.—, Suena casi como un suspiro, por la excitación, pero fue planeado, a propósito, en un intento bien logrado seductor. Tu rostro se crispa, aún hermoso luce un puchero, una expresión de falso reclamo, internamente es cierto, lo que estás por decir, aunque tu mente sea una máquina de tácticas y ese movimiento sea una de ellas, lo dices porque lo sientes y él no tiene por qué saberlo. Sonríes, aún con aquél puchero. —Te extrañé, querido.—.