Disclaimer: Ningún personaje de Fairy Tail me pertenece. Todos son propiedad de Hiro Mashima.

Este fic participa en el reto "Drabbles de emociones" para el foro de El mejor gremio de todos Fairy Tail. El personaje que he elejido es Natsu y su primera emoción será el coraje. ¡Disfrutar!


CORAJE

"El coraje es una imprudencia que teme tanto como la prudencia puede temer, pero que coloca, sin embargo, su nariz fuera, abandona su matorral, se da vuelta, de pronto, y hace frente."

Pascal Quignard

Natsu seguía erguido mirando directamente al enemigo con furia. A su lado se encontraba Lucy y Happy tumbados inconscientes y ya nadie quedaba en pie para hacer frente al poderoso enemigo. Se tumbó, mientras oía al enemigo vociferar palabras sobre su enorme poder y demás cosas que para Natsu no significaban nada. A menudo se encontraban en situaciones críticas, pero nunca se había quedado completamente solo, sin ningún tipo de ayuda. Intentó llamar a Lucy, pero ella no contestó, solo se encontraba con una expresión de dolor marcando su rostro. Cada vez le costaba más respirar normal, y tomaba grandes bocanadas de aire. Se había quedado sin ningún tipo de poder mágico y parecía que Lucy también. De pronto, un sentimiento de miedo y terror le inundó por dentro. Un sentimiento de miedo por lo que pudiera ocurrirle a Lucy. Él todavía tenía suficiente aliento como para seguir luchando, pero si algo ocurriera…Lucy sería la perjudicada. El miedo iba propagándose por cada célula de su cuerpo, y ya no había vuelta atrás. El enemigo al que se enfrentaba era cien veces más poderoso que él y Lucy juntos, sin contar el temible ejercito de monstruosas sombras siguiéndole, desalmadas. Se quedó helado, sin moverse, con un golpe acompasado marcando el ritmo de su corazón y un sudor frío recorriendo su frente. Sus ojos mostraban el más terrible temor hacía el destino de Lucy, y, de repente, vio una sombra aproximarse a su lado.

-Natsu…-le llamó una cálida voz.

Él se giró, todavía con una expresión de horror en su rostro, y pudo ver que Lucy le estaba llamando.

-¿Lucy? ¿Estás bien?-preguntó preocupado, temiendo por ella.

-Sí.-le respondió con una cálida sonrisa, mientras se asomaban algunas magulladuras por sus brazos. La chica se aproximó hacia él y le tocó la mejilla con la mano, como si le hubiera hecho volver de un gran letargo. Él simplemente le miró, aturdido.

-Casi no te reconozco. ¿Dónde está el Natsu que conozco? ¿El que no se hace atrás por nada en el mundo?-le dijo mientras le acariciaba la mejilla. Él seguía perplejo ante las acciones de la rubia.-Oye…Hazme un favor. Derrótale y hazle saber quién eres. No tienes por qué tener miedo si estoy a tu lado en todo momento.-profetizó.

Y entonces, fue justo en ese momento, cuando el pelirosa despertó de su pequeña oscuridad de terror, y se dio cuenta de que no podía tirar la toalla así como así. Se levantó torpemente ayudando a Lucy a levantarse junto a él, y se miraron levente para girar la mirada a la multitud de sombras y al enemigo en cuestión. Pero la mirada no era igual que antes, era diferente: concisa, intensa y penetrante, con rasgos de valor iluminándola. Algo en ellos había cambiado.

-¿Vamos?-indicó el dragon slayer.

-Juntos.-respondió la rubia con una sonrisa autocomplaciente.

Y se precipitaron en dirección al enemigo, que miraba atónito las acciones de los jóvenes magos.

-¿Qué hacéis? ¡Pararos! –Empezó a balbucear el enemigo, alarmado.- ¿No me oís? ¡No podéis hacer nada contra mí! ¡Deberíais estar hundidos en vuestro infierno personal!

Y los jóvenes corrían cada vez más rápido en su dirección, ignorando por completo las palabras del oscuro mago. Natsu, cada vez más caliente mientras aumentaba la velocidad, iba recuperando el poder mágico que antes había perdido, al igual que Lucy, y cuando estuvieron a pocos metros del enemigo, Natsu encendió en vivas llamas su puño izquierdo, mientras sorprendentemente Lucy había invocado a todos los espíritus celestiales que poseía. Ya a centímetros del enemigo, todos saltaron y le propinaron un buen puñetazo, del cual salió disparado empotrándose contra una formidable pared. El adversario quedó reducido a poco más que cenizas por el humeante puñetazo de Natsu, y se podían distinguir las voluptuosas magulladuras que tenía por todo el cuerpo a causa del poder de los seres celestiales y de la propia Lucy.

-Cómo… ¿Cómo habéis podido derrotarme?-inquirió el enemigo caído, incrédulo.

Los dos se sonrieron mientras caían al suelo a causa de la gran energía mágica usada. Lucy quiso responder, pero se le adelantó Natsu antes de que pudiera decir nada.

-Cuando tus sueños están rotos y piensas que ya no te queda nada por lo que luchar, es cuando te das cuenta que lo importante no es la meta, sino tu actitud ante la vida, lo que te hace diferente: el coraje. ¿Y cómo lo consigues? Cuando aquel que te acompaña, cuando todo lo demás te ha abandonado y solo queda aquella persona a tu lado, te das cuenta que esa misma persona es quien te lo proporciona. Quien te proporciona el coraje suficiente para seguir adelante.

El adversario simplemente se dejó caer, rendido y fracasado, ante las palabras del joven mago. Lucy se quedó atónita ante los pensamientos de Natsu, y, aunque le doliera todo el cuerpo y sintiera que muy pronto se quedaría sin energía, se acercó a Natsu y le abrazó, estando en el suelo.

-Natsu…

-Dime.

-Hasta ahora no he tenido coraje para decirte que te quiero.-le susurró sonriente. Él la miró ensimismado, y la besó delicadamente.

-Te quiero.-dijo Lucy cuando se habían separado sus labios.

-Yo también.-respondió el pelirosa con una sonrisa pintada en los labios.

Y ese fue el día en que Natsu aprendió que el coraje es un sentimiento que te otorgan las personas que amas y confías.


¿Qué tal? ¿Voy bien o qué? xD

Espero que os haya gustado y gracias por leer :)

¡Nos leemos!