Año 2000, Raccoon City

Una mansión se erguía tenebrosa en la espesura de un bosque, solo aquella noche predominaba el silencio que era interrumpido en ocasiones por tétricos lamentos y disparos. Dentro de una gran estancia, en medio del piso el magnifico logo de Umbrella grabado en el mármol, una chica apuntaba exaltada a varias direcciones, al parecer, se encontraba rodeada por cadáveres vivientes y putrefactos, dejando ver no solo una avanzada descomposición en sus supuestos cuerpos, si no que presentaban señas de haber sido destajados, comidos o en ocasiones mutilados de ciertas extremidades, dándoles un macabro aspecto. Sin perder tiempo y buscando la manera de salir ilesa la joven oficial de S.T.A.R.S. apuntaba certera a las cabezas de estos horripilantes seres.

- ¡No!.

El pánico se apoderó de ella, al ver que las balas se habían terminado, varios de estos salieron de entre las otras puertas acercándose hambrientos hacia ella, sus manos huesudas y descarnadas comenzaban a arañar a la chica, peleándose entre si por aquel suculento manjar fresco, que seguro en segundos estaría devorado y tal vez peor que aquellos monstruos.

- ¡No¡¡No¡¡¡¡Noooooooooo!!!!

Un estruendo acompañado por una luz casi segadora hace que la mitad de monstruos que se encontraban frente a la chica fueron hechos trisas, haciendo regar los pedazos de aquella carne putrefacta por todos lados. La joven quien tenía sus brazos cubriendo su cabeza mira temblorosa hacia el supuesto lugar donde había surgido el disparo de al parecer un lanza granadas que increíblemente no la había dañado, tal ves aquel capullo de cuerpos muertos la protegió, pero eso era momentáneamente ya que la mitad que se encontraba a sus espaldas aun continuaba en cierta forma viva.

- Corre!.

Un hombre joven con una especie de playera sin mangas y pantalón de mezclilla le hablaba con un semblante tierno a la joven, como si este le hubiese salvado de una jauría de perros juguetones y cordialmente le decía que regresara a casa.

- ¡Billy!

Este levantando su mano y con sus dedos erguidos los puso a un costado de su sien para así darle el saludo que honraba siempre a solo a los militares de mayor rango.

- ¡Billy¡Billy¡Nooo!.

Los zombis que antes la rodeaban a ella se abalanzaron sobre de él, viendo como este daba un fuerte quejido cuando estos muertos vivientes comenzaban a devorarlo y sumirlo al piso perdiéndose de entre la vista de la chica por aquella barrera de descarnados cuerpos.

- ¡¡¡Biilly!!!.

Exaltada la chica saltó de la cama, agitada solo miró su habitación percatándose que solo era ella la que se encontraba en aquel lugar. Moviendo la cabeza negativamente salió perezosa de la cama y esta se guía hacia la ventana abriéndola completamente. Esta silueta femenina de piel blanca, que en su rostro reflejaba la inocencia de una niña se había convertido en poco tiempo en la nueva capitana del equipo Bravo, después que misteriosamente el último capitán desapareció en 1998 en una misión que al parecer no sería de alto riesgo.

Rebecca vivía sola en un apartamento en el sur de la ciudad y casualmente ese lugar jamás se encontraba solo, por alguna razón y después de aquella misión en el año de 1998 Rebecca prefería estar en medio del bullicio de la ciudad y alejarse de las zonas boscosas que rodeaban el lugar, a nadie le contó lo vivido aquella infernal noche e incluso esta parecía ser como una niña ya que dejaba la luz de su habitación siempre prendida y las inevitables pesadillas con estos hombres muertos parecían no ayudar de mucho, después de un tiempo y ni siquiera teniendo terapias psicológicas, pues era lógico que la creerían loca, la chica volvió a su vida normal.

- ¡Rebecca!, Rebeca no me digas que aún sigues dormida.

- ¡Cristín! estoy aquí.

- Mira nada mas, ni siquiera te has bañado.

Cristín mira de pies a cabeza a su amiga, notando como ella tenía una blusa delgada sin mangas en color beige, unas pantaletas blancas y unas sencillas tobilleras blancas.

- Que no tienes frío?.

Rebecca negó con la cabeza.

- Menos mal que vives en el último piso, si no juraría que darías un buen espectáculo.

- ¡Tonta!.

- ¡Loca!.

Cristín arroja una toalla a la cara de Rebecca comenzando a reírse, desde que ella ingresó al grupo S.T.A.R.S. Cristín se había vuelto como su hermana y confidente y en ocasiones le levantaba el animo, siendo que Rebecca le ocultó parte de su misión con el equipo Bravo en aquel funesto año de 1998.

- Me dijeron que la misión del equipo Alpha fue un desastre, no se que rayos esta pasando con esos chicos.

- Muchos eran novatos, que querías.

Rebecca le contestaba a su amiga mientras esta se secaba el pelo con una toalla ya completamente vestida.

- Oye!, este equipito de locos nos ha traído siempre a punta de lupa, si hacemos algo mal son los primeros en cagarnos.

- Cristin!!!.

- Es la verdad Rebecca, además ya te dije que te acostumbres, soy muy mal hablada.

- Si, lo se, tú de cinco palabras 4 son groserías y…

- La última es Wüey.

- Jjajajajajajaja.

- Vamos, se nos hace tarde capitán Chambers.

- Si vamos.

Esta tomando el cinturón con sus armas sale con su amiga a pasos largos.

- ¡¡¿Cómo¡¡¡¿¿Esa gran cantidad nada mas por que me estacioné en doble fila unos segundos?!!!.

- Fueron dos horas señor.

- Maldito fanfarrón, si no tuvieras el uniforme de oficial te metería esta multa en el cu…

- Que pase un buen día.

- ¡Al carajo!

Aquél oficial con oscuros lentes y uniforme azul caminaba tranquilo y sin preocupaciones pese a que aquel hombre no dejaba de insultarlo.

- Un buen día David?.

- Si.

- ¡Jodete imbecil!.

- Valla si que esta enojado.

- El se lo buscó.

Pesadamente David se deja caer en una banca quitándose momentáneamente los lentes oscuros y frotándose los ojos.

- Desde que te enviaron aquí a Raccon, no te veo de muy buen humor.

El joven de piel semi bronceada y severo mirar se quita la gorra dejando ver unos cabellos castaños que llegaban a mitad de su cuello.

- Yo no se como te dejan tener el pelo así de largo.

- Haces muchas preguntas Tomas.

- Sabes que siempre las hago.

- Deberías estar en el departamento haciendo interrogatorios criminalistas. Si no te responden por preguntón lo harán para que ya te calles.

- Oye respeta a tu compañero, además deberías agradecerme, nadie en el departamento quería ser tu compañero.

- Nunca pedí que me dieran uno, en Texas no tenía y créeme me gustaba estar solo.

- Oye amigo revisé tu expediente, no sabía que te gustaba trabajar de noche¿que eres¡¿un vampiro?!.

- Y tu que haces husmeando en mi expediente?.

- No me lo tomes a mal pero soy bueno con las computadoras, además quería saber más de mi nuevo compañero.

- Un ratón de biblioteca¡grandioso!.

- Intelectual.

- Tú no deberías estar trabajando en trancito.

- Ni tu tampoco.

- Bueno ya al menos concordamos en algo.

Colocándose la gorra y las gafas nuevamente este se levanta y comienza a dirigirse a la esquina.

- Oye no es tan malo después que te acostumbras.

- Ya he pasado una semana aquí y créeme, no es lo mío. Además ya le pedí mi cambio al comandante, al parecer hoy es mi último día aquí.

- Como se ve que odias el día.

- Y no sabes cuanto. Prefiero dormir en el día que hacerlo en las noches.

- Eres un vampiro?.

- Me decían el conde Drácula en Texas, no me extraña que me digas así.

Sin decir mas este sube a la patrulla y se aleja de ahí, dejando a su compañero para darle una vuelta a la zona.

- Que raro.

Billy Coen, ex marino, anteriormente era buscado por el grupo S.T.A.R.S. por convertirse en fugitivo cuando la camioneta en la que iba se volcó, dejando al conductor y al custodio muertos, se le había ordenado traslado para su ejecución, pero el destino le dijo que aún no llegaba su hora. El contaba con 29 años y tras llegar a Texas logró tener una nueva identidad y conseguir al poco tiempo un trabajo con la policía de esa localidad, tras el engaño de Rebecca muchos desistieron en seguir la búsqueda, ya que este se encontraba oficialmente muerto, de entre los tantos cadáveres calcinados que provocó el estallido de la mansión muchos de estos quedaron hechos cenizas, evitando así levantar sospechas. Billy parecía ser cosa del pasado ya que ahora se llamaba David, nombre de un amigo que lo ayudó a salir adelante pero que desgraciadamente murió a causa de una sobredosis, dejándole a Billy la oportunidad de usurpar su nombre y documentos, pues el decía que no tenía parientes vivos y que se encontraba completamente solo.

- Rebecca me permites un momento?.

- Si adelante.

En una oficina del departamento de S.T.A.R.S un hombre de aspecto severo y con un uniforme azul con chaleco antibalas entraba seriamente a hablar con Rebecca.

- Capitán Rebecca, he venido a ponerle una nueva misión.

- ¡¿Una nueva misión?!.

- Así es, como se habrá dado cuenta el equipo Alfa a dejado todo el trabajo a los novatos y los veteranos han partido a una nueva misión.

Este hace una pausa y mira a Rebecca a los ojos con más seriedad que antes.

- Debo decirle que lo que escuchará aquí debe quedar entre nosotros y que ninguno de su equipo debe saber absolutamente nada, es confidencial.

- Me asusta coronel.

- Desde el incidente en las instalaciones de la corporación Umbrella se han ido suscitando conflictos, la hola de sangre de extrañas muertes que pasó hace dos años en los bosques de Raccon han regresado.

- ¡¿Cómo?!.

- Al parecer mucha gente de la misma ciudad a denunciado que han visto gente muerta rondando los bosques y que se comen entre si ó animales salvajes caminando furiosos en un estado alto de descomposición. Los agentes Alfa se encargaron del asunto pero, se fueron perdiendo grupo tras grupo. Algunos informes sobre todo de James, un respetado científico que acompañó al equipo Alfa nos asegura que el virus en el que trabajaba el difunto doctor Marcus esta activo y convierte a las personas en una especie de zombis.

- ¡Zombis!.

El hombre abre una carpeta y le muestra varias fotografías.

- No es ningún engaño, estas fueron las últimas imágenes que el equipo Alfa mandó, en ellas muestra a varios hombres, "nuestros hombres" con una avanzada descomposición y un aspecto macabro. No hay duda que es el virus del doctor Marcus.

- No puede ser.

Rebecca exclamaba sorprendida mientras pasaba rápidamente foto tras foto.

- Acepta la misión…Capitán Rebecca?.

- Me esta diciendo que meta a mi equipo a ese maldito bosque, ignorando lo que hay ahí.

- No hay que asustarlos, estoy seguro que mientras ellos no sepan podrán salvar el pellejo, si usted les dice algo es seguro que ellos al poner un pie en ese bosque el temor los llevará a la desgracia.

Rebecca se levanta furiosa y le arroja las fotografías comenzando a rodear el escritorio para acercarse a su jefe.

- No!, si no mal recuerdo usted me dejó fuera de ese caso sabiendo lo que había pasado hace dos años con el equipo Bravo.

- Solo estaban en el momento y el lugar equivocado.

- Una jugarreta del destino?.

- Póngalo como quiera señorita Chambers, pero es necesario que lo piense bien, en este momento nuestro científico se encuentra en ese infierno de lugar y es necesario traerlo de nuevo con vida.

- Está diciendo que han dejado a un hombre allá.

- Es el único sobreviviente, si me permite decirlo, el se encuentra en una mansión que ha adaptado como su laboratorio, hemos tenido contacto con él y en vez de parecerle una situación temerosa lo toma como una nueva investigación, ese hombre esta loco, se siente extasiado al estudiar a esas horribles criaturas. Ahora piense bien en su misión, tiene hasta mañana.

Aquel hombre se levanta y abre la puerta cuando repentinamente se detiene.

- Ha! por cierto, tenga.

Rebecca atrapa lo que le había lanzado el hombre notando en sus manos unas placas metálicas con el nombre y rango del marino Billy Coen.

- ¡¿Billy Coen?!.

Pronunciaba lentamente Rebecca.

- Así es, la marina retomó el caso, algunos testigos abogaron a su favor comprobando que era solo una tapadera, decidieron gratificarlo y volverlo a aceptar en la marina como una disculpa por su error, lamentablemente ese idiota ya esta muerto.

Este sale de la oficina dejando a Rebecca sorprendida.

- Tal vez no.

Como siempre a Rebecca el día se le pasaba volando y esta abandonaba las instalaciones ya de madrugada, entrando a una camioneta negra y pese a ser de noche Rebecca se colocaba unas gafas oscuras y así arrancó hacia su apartamento. El expediente que el coronel le había dado se encontraba en el asiento contiguo y no evitaba pensar en esa terrible noche. Al detenerse cerca de un callejón sintió como un quejido escalofriante llegaba a sus oídos, al mirar vio como una sombra de apariencia escueta se veía atravesar el callejón perdiéndolo de vista por el muro enladrillado, sin tiempo que perder esta se arranca velozmente de reversa para ver si lo encontraba chocando con otro vehículo. Sin darle importancia esta baja y tomando su linterna comienza a iluminar el lugar percatándose que no había nada ni nadie.

- Me estoy volviendo loca.

Echándose sus cabellos hacia atrás la chica mostraba cierto nerviosismo, su respiración se encontraba agitada como casi entrando en shock .

- S.T.A.R.S.

- He!.

- Ya se donde cobrare la factura de la patrulla.

Sin querer con quien había chocado hace unos instantes era con una patrulla y el chofer de este le hablaba casi burlonamente a Rebecca.

- Haga lo que quiera.

- Me temo señorita que tendré que llevarla a la jefatura. Muéstreme sus papeles.

Con desgano y enojada esta saca de su bolsillo su placa y se la da al sujeto quien con una linterna se disponía a leer su identificación, no evitando iluminar el rostro de la chica primero, quien solo volteo.

- Se encuentra bien? Esta pálida.

- Haga su trabajo para que me largue.

El chico ve como la mujer se recargaba en la camioneta y casi se inclinaba secándose aquel sudor en la frente y respirando bocanadas grandes de aire como sintiendo que este le faltaba.

- Capitán equipo Bravo, Rebecca …..Chambers.

Una cara de sorpresa se dibujó en aquel individuo que se acercó a la chica que aún se veía mal, recargada en la camioneta, apuntando de nuevo su linterna a su rostro el chico se atrevió a quitarle aquellas gafas negras que tenía, notando unos ojos azules, casi llorosos.

- Rebecca!.

- Capitan Rebecca Chambers, Capitan Chambers para usted.

Arrebatándole su identificación la chica se dispone a irse, notando como aquel chico le dibujaba una sonrisa.

- ¡Rebecca!.

- ¡Que!.

- Sigues igual que siempre, lástima que no te acuerdes de los amigos.

- ¡¿Qué?!.

Este se quita la gorra y en un gesto de broma saca sus esposas colocándoselas en la muñeca izquierda y balanceándola al aire.

- ¡¡¡Billy!!!.

- El mismo, oye te encuentras bien?.

La chica desbordaba alegría con llanto, al ver a su antiguo amigo que incluso las palabras se le atropellaban en la boca.

- Calmada!, respira tranquilamente o si no……

El semblante de Rebecca se volvió mas serio y sus ojos se entre cerraron, su cuerpo calló al suelo cual si fuera hecho de trapo, Billy solo tiró la linterna con rapidez y logró sostener a la chica antes que cayera al piso.

- Te vas a desmayar.

Dando un pesado suspiro mira hacía todos lados notando que la ciudad de Raccon se encontraba desierta, las luces intermitentes de cada vehículo llegaban en cierta forma a iluminarlos pero en su mente solo pensaba que debía hacer ahora.

Pues ya estoy haciendo secuela de este videojuego de Resident Evil Zero que si bien lo jugué es para ver que pasaba con esta parejita que en el resto del juego parecieron llevarse mas confianza y uno cuando quiere ver el final después de quebrarte el coco por varias horas y casi sin munición en el desenlace no hay beso. Chales!!!!!. De perdida sexo en la mansión no:p jajaja, no ya en buen plan me gustó el juego y solo me enfoco en la secuela abierta que dejaron estos personajes y sobre todo en Billy y en Rebecca, espero les guste y pues los invito a que vean el próximo cap.