"Aún recuerdo aquellos días en que estabas entre nosotros, aquellos momentos en que el tabaco me irritaba los ojos y tú reías… ¿Por qué tuviste que irte?

Han pasado más de diez años desde que te uniste a la volatilidad de los recuerdos y sin embargo no he disminuido mis recuerdos junto a ti, al contrario, recuerdo uno a uno todos los momentos transcurridos contigo mientras fumo uno de tus odiosos cigarrillos… todavía me irritan los ojos, ¿sabes?

Cuando te fuiste me dijiste quién era el rey… sin embargo, no me contaste que no hay un solo rey, cada habitante de la villa es el rey y nuestro deber es protegerlos… Cuanto más lo pienso más lo creo así, es una de esas comparaciones que siempre hacía el Tercero.

Los aldeanos son la figura del rey, nosotros, los ninjas, somos los peones, las piezas que en algún momento se habrán de sacrificar para mantener la seguridad del rey…

Puedo decirte que lo entiendo, quizá, demasiado bien, sin embargo, aún me cuesta aceptar que tú ocupaste el puesto de sacrificio y que ya no estás aquí. Muchas veces me ha parecido sentirte a mi lado, pero… eso es imposible, sólo permaneces vivo en mis recuerdos.

Ahora ya no soy tan perezoso, hay siempre algo problemático que me hace trabajar cuando toca, o despertarme cuando debo hacerlo. Tsk, todo esto es tan problemático…"

Una mano se apoyó delicadamente en mi hombro, sabía de quien era, mi "algo" problemático, no me giré, ni siquiera contesté cuando su voz quebró el silencio en el atardecer…

- ¿Terminaste de hablar con Asuma-san? – Su voz sonó suave, delicada, inusualmente agradable.

- … - La oí arrodillarse a mi lado observando la tumba de Asuma-sensei agarrando mi mano enlazándola con la suya.

- … - Me miró un momento y nuevamente fijó sus esmeraldas en la roca – Asuma-san, gracias por cuidar del vago de Shikamaru, gracias por protegerlo cuando aún era un niño demasiado inmaduro para entender… Siga cuidando de él como hasta ahora – La miré sorprendido, había soltado mi mano reclinándose de forma reverencial ante la tumba de mi maestro para después retirarse – Todos están esperando por ti… no tardes Shika – se giró a verme con aquella sonrisa. Realmente ella era mi "algo" problemático, nunca sabía como iba a ser. La vi alejarse hacia el área comercial dónde habíamos quedado todos para cenar sin decir nada más…

- ¿Qué haces todavía ahí Shikamaru? ¿Acaso no te están esperando? – Shikamaru giró su rostro rápidamente hacia la tumba, ahí estaba, Asuma, fumándose uno de sus cigarrillos con una sonrisa de lado en los labios – Si es tan "problemática" será mejor que no tardes…

- Asuma… -sensei… - Shikamaru quedó mirando a su maestro, seguía tal y como lo recordaba – No es tan problemática sensei… Sólo es… - Sus labios se sellaron al fijarse que ya no había nadie allí excepto él – Volveré con Kurenai sensei… - Se levantó con tranquilidad y siguió el camino de su prometida con un peso más ligero en el corazón.

Mientras él se alejaba su segunda figura paterna lo observaba fumando y sonriendo al comprobar que por fin Shikamaru empezaba a dejar de lado su vagancia…