¿Qué diablos es esto? ¿Acaso Suzu está loca y a decidido iniciar otro fic cuanco recién inicia uno y acaba de terminar otro? Pues si, estoy algo loca, pero las ideas surgen de mi sin control y no precisamente para terminar lo que ya debo. Bueno, espero que les guste, será mi primer no AU que no sea un OneShot sean amables conmigo.

Advertencias: Lime, posible lemon a futuro, ni yo se lo que trae el destino enfrente con esta cosa. Uso de nombres humanos:

Soren: Dinamarca

Disclaimer: Hetalia no es mío, es del maestro Himaruya, de ser mío ya habría montones de imágenes DenSu oficiales.


Capitulo 1

El inicio del reto

Para cualquiera con un leve sentido común, era obvia la rivalidad que Berwald y Soren tenían, es más, muchos no eran capaces de verlos más que lanzándose indirectas hirientes. Lo que nadie sabía, era que pese al pésimo carácter de ambos cuando estaban juntos, en ocasiones podían llevar los golpes a otros planos, como el hecho de retarse por cosas sin sentido. El último reto había consistido en cruzar de Suecia a Dinamarca nadando usando únicamente un traje de baño. El resultado: Un empate.

Ese tipo de situaciones ya eran de rutina para el resto de sus hermanos. El verlos peleando por cualquier cosa sin importancia, desde la velocidad en que comían hasta el tiempo que tardaban en el baño. Todo era motivo de un reto y aunque ganara uno, el otro enseguida apelaba el resultado lo que terminaba en algún reto nuevo que les regresaba al punto de partida una vez más.

Tras llevar tantos siglos peleándose, llegaron a un momento en el que ya no estaban seguros en qué competir, un concurso de parpadeos sonaba a algo tentador pero no divertido al menos desde el punto de vista danés. Sus miradas se cruzaron en un momento, mientras veían un partido de hockey en la televisión, esperando el resultado del encuentro entre el equipo danés y sueco. Lo peor fue que terminó en un empate, con nada para nadie.

– ¡Ah! ¡Ya no soporto esto! Debe haber una forma de arreglarlo finalmente –

Soren gritó molesto, llevándose ambas manos a las sienes para tallárselas. El sueco simplemente cambió el canal, pasando por varias películas hasta que se topó con una comedia romántica, de esas que a veces tanto disfrutaba a escondidas del mundo. En ella transmitían "Como perder a un hombre en 10 días" se quedó viéndola unos minutos, pensando en cambiarla cuando el danés se levantó de repente y apuntó la pantalla. El sueco no lo comprendía, pero a Soren poco le faltaba para tener un coro de ángeles detrás mientras veía idiotizado la pantalla.

– ¿Qué? – Preguntó Berwald por mera obligación, no le dejaban ver su película y eso le irritaba.

– ¿Es que no lo ves? Eso jamás lo hemos intentado – Respondió el danés con energía, levantando la voz más allá del gusto del sueco. – En esa película enamoran a alguien en una noche, pero es imposible enamorarse de verdad en ese corto tiempo, como sea, escogen a alguien al azar y empiezan con lo suyo. ¡El rey dice que debemos hacer eso! –

El rubio de lentes ya había entendido para donde iba la conversación, quería que enamoren a alguien como reto. Aquello no fue del todo de su agrado, sus retos siempre les habían involucrado solo a ellos, con eso se aseguraban de no dañar a terceras personas con sus asuntos.

– No– Respondió seco a la euforia de su vecino, se metía a terrenos peligrosos, aquellos que involucraban al corazón.

– ¿Pero por qué? ¿Es que eres un cobarde sueco y sabes que yo ganaría con todas las ventajas posibles? – Fanfarroneó el rubio de cabellos alborotados, con plena seguridad que el aludido no sería capaz de hablarle a una chica ni aunque la tuviese enfrente y sobre él ofreciéndole los pechos.

El sueco frunció el ceño como evidente señal de molestia, estaba dudando de sus capacidades y eso era algo que detestaba en lo más profundo de su ser. El danés con lo bien que conocía a su eterno rival, enseguida intuyó que no se trataba de eso y se le quedó mirando en espera de una explicación. Berwald carraspeó, haciendo una pausa momentánea antes de decidirse a hablar.

– Terceras personas no –

Eso fue suficiente para que el otro entendiera a que se refería, era como si hubiese desarrollado una especie de telepatía solo aplicable al sueco. En todo caso, no había pensado en ello hasta ese momento, por lo que no le quedó más remedio que asentir con cierta tristeza, emoción que no le duró mucho ya que una enorme sonrisa se mostró traviesa en sus labios de forma repentina.

– Esta bien, Sve, no terceras personas – El sueco asintió, dejando que el danés mantuviese su silencio momentáneo. Luego de nuevo comenzó a hablar – Entonces será entre nosotros, haremos el reto solo nosotros dos.

Esta vez si que el de lentes no entendió a que se refería el otro. Si decía que solo ellos dos eso quería decir que… de pronto le cayó un rayo de revelación. Ya había comprendido a que se refería, pero eso era simplemente algo sin sentido, enamorarse entre ellos no era algo normal ni natural y aquel que dijera que "Del odio al amor solo hay un paso" de seguro que le había robado un par de cigarros a Willhem o comido pastel espacial.

– No – Sentenció el más alto serio, para que el otro no insistiera.

–Esta vez no tienes pretexto Sve, no dañamos a nadie y será como siempre algo solo entre tú y yo. ¿Qué te parece si digo las reglas de una vez? – El sueco trató de intervenir para no verse involucrado pero una sonrisa de lo más seductora por parte de su némesis le había tomado de sorpresa y con la misma paralizado en su sitio. – Bien, una noche es muy poco para enamorarse, tal vez dos semanas basten para ello, pero como soy bueno contigo y para que veas que es justo… un mes, eso. En 30 días uno debe hacer caer al otro y que este admita que está enamorado. –

El sueco no pudo decir nada, le parecía simplemente fuera de juicio y un sin sentido total.

– Sino participas Sve, me veré ganando por inasistencia, más te vale cuidarte del rey que él sería capaz de enamorar hasta a un caballo con esto. – De nuevo sonreía, aquella misma sonrisa que había paralizado antes al sueco. – Lo ves, ya tengo un punto ganado Sve. –

Como le irritaba a Berwald aquellos retos sin sentido de Soren, oh si, si fuese por él, el reto sería de enterrar vivo el uno al otro, por su puesto él iría primero y dejaría al danés enterrado en ese lugar. Si, estaba más que irritado al verle extender la mano para hacer el acuerdo oficial, como una sentencia de muerte para uno de ellos. Aunque ahora que lo pensaba, que así fuese, haría al danés enamorarse de él y hacerle aceptar que el puesto de hermano mayor le queda mejor a su persona. También lo obligaría a hacer cosas vergonzosas por un poco de su afecto. Ahora ese reto sonaba más divertido.

– No te arrepientas luego – Estrechó la mano danesa, soltando un bufido en el acto.

–Perfecto, entonces este cuenta como el día 1 y por hoy yo llevo la ventaja –

Por tercera vez en el día Soren sonreía de esa forma que solo él era capaz de hacer. Pero Berwald ya estaba preparado para ello, por lo que sin decir nada extendió la mano para acariciar la mejilla del danés con una dulzura que jamás le había mostrado antes. La sonrisa se perdió provocando que abriese los ojos por la sorpresa y se le quedara viendo fijamente al autor de esa caricia. Se sentía extraño, no era desagradable, por el contrario generaba un sentimiento de tranquilidad en el.

– Por hoy yo gano – Dijo el sueco alejando la mano para darse la vuelta e ir en dirección a la puerta y tomar su saco del perchero cercano. –Nos vemos. – Sin más salió por la puerta principal, ideando uno que otro plan para hacer caer a su némesis.

El danés se había quedado quieto en su sitio, como paralizado por la sensación que no se iba de su mejilla. Estúpido sueco con su estúpida mano suave y agradable. De nuevo una sonrisa se formó en sus labios, para darle paso a una sonora carcajada, no le había costado demasiado logar que entrara en el juego y menos que hiciese el primer movimiento.

– ¿Con que esas tenemos mi querida presa? –

Se dirigió al teléfono para hacer un par de llamadas antes de que terminase el día, tenía que tener todo listo para el segundo día, bastante tenía con haber perdido el primero ante una sola caricia por parte del sueco. Ahora venía lo bueno en realidad.

– Aún no lo sabes, pero apenas te sientas querido por mi, rogaras de rodillas por algo de mi atención, implorarás que te haga caso y cuando ese momento llegue. Te darás cuenta que ya no puedes vivir sin mi. –

Al danés le divertía pensar en voz alta, le gustaba el sonido de su propia voz, por lo que no era de esperarse que dedicase horas a escucharse a si mismo. Claro que eso era otro asunto, por ahora su plan estaba listo. Hacer a un sueco enamorarse de él no lo veía como algo realmente complicado.

– ¿Así que hiciste una apuesta con él? ¿Estás seguro Ruotsi*? –

El sueco en lugar de ir a casa se había desviado a caso de Tino para pedirle consejos, había alardeado bastante ante el danés y ahora no tenía ni la más mínima idea de por donde empezar o que hacer primero. Por eso había ido donde su mejor amigo para ver si es que podía ayudarle en algo, lo que fuese.

– Ja* – Berwald permanecía sentado sobre el sillón, como si deseara hacerse un ovillo en él o lanzarse a través de la ventana que estaba detrás de esta. Cualquiera de los dos no solucionaba ni mínimamente su problema, ni por asomo.

– Bien, te ayudaré Ruotsi, pero no te vayas a lanzar por la ventana ¿Si? –

A este punto el de lentes se preguntaba si era tan obvia su desesperación como para que incluso Tino fuese capaz de adivinar que pensaba hacer. Pero asintió un par de veces, deseoso de escuchar el conocimiento que su amigo era capaz de darle. Después de todo, no cualquiera es pareja de Iván Braginsky por propia voluntad, incluso hasta donde había escuchado el finés había ido por el ruso. Si alguien era capaz de hacer eso, tenía que tener un par de trucos bajo la manga.

– Bien, las personas como Den son más simples de lo que crees, son del tipo que necesitan que les demuestren afecto físico, tócalo lo más que puedas. Te aseguro que lo agradecerá pero trata de ser disimulado, sino podría llevar de demostraciones de afecto en público y tu no quieres eso ¿No? – El finés conocía bien lo penoso que podía llegar a ser el sueco y que ese tipo de cosas estuviesen demasiado avanzadas para él. Pero el menor quería demasiado al de lentes, tanto que haría lo que fuese por verlo feliz y algo le decía que aquel reto podía llevar a cosas mejores si lo hacía de la forma correcta. – Ten cuidado con sus reacciones, que puede que quiera devolvértelo, ahí es cuando debes atacar ¿Si? –

Berwald no estaba del todo seguro de haber entendido a donde iba la conversación, pero si podía confiar en alguien, ese era Tino.

Por la mente del finés pasaban tantas ideas, de seguro ninguno de los dos había notado que los opuestos se atraen. Si era capaz de guiar bien a Berwald de seguro que él y Soren harían una linda pareja. Siempre lo había pensado, solo no había encontrado la oportunidad de que ellos se conocieran en verdad, esta lo era, una casi caída del cielo. En todo caso, ambos finalmente se darían cuenta de lo que sienten uno por el otro o al menos esperaba que no se matasen antes de ello.


¿Fin? Por ahora si, pero véanos próximamente en su canal de cable favorito[?] o cuando la inspiración me llegue de hacer el segundo capítulo.

Ruoutsi = Suecia en Finlandés

Ja = Si