Hola.
Aquí les traigo un one- shot sobre Inuyasha y Kagome, espero les guste.
Nota: InuYasha no me pertenece.
Notas de la autora.
-Pensamientos–
Una noche de confesiones y amor
Era de noche y la batalla contra Naraku fue muy dura, Kikio y Kohaku murieron en la batalla y nuestros amigos se encontraban recuperándose en la aldea de la anciana Kaede, claro que nuestro hanyou estaba muy triste y esto le dolía a Kagome pero no podía hacer nada más que observarlo. Todo había acabado y era una noche hermosa a pesar de la tristeza de algunas personas en ese momento todo estaba tranquilo hasta que...
PLAFF!
-Pero Sanguito... ¿Por qué me pegas?
-¡Eso le pasa por ser un monje pervertido!
-Pero Sanguito tú sabes que mi mano tiene vida.
-A la próxima, ¡La mato!
-Tonto. –Murmuró Shippo al observar la escena.
-InuYasha... hasta cuándo vas a estar así, me duele verte sufrir, cuánto daría porque me amaras a mí... –Pensaba Kagome con tristeza al observarlo sentado en la rama de un árbol acongojado y pensativo.
Inuyasha estaba pensando sobre lo que haría ahora que la perla estaba completa.
-No sé que voy hacer, la perla está completa y kikio murió... me duele mucho pero me dí cuenta que Kagome es a la que amo... no puedo dejar que se vaya, tengo que decirle lo que siento por ella, quiero que se quede conmigo para siempre... –ve que todos se quedan dormidos. -Será mejor que mañana se lo diga... -Se queda dormido.
A la mañana siguiente, todos habían acabado de desayunar y pensaban en qué iban hacer ahora que la batalla con Naraku acabó y todo vuelve a la normalidad.
-Señorita Kagome, ¿Qué piensa hacer ahora, se irá a su época? –Preguntó Miroku.
-Bueno... es muy probable... ya que completamos la perla y... ya no hay nada que me ate aquí. -Mirando a Inuyasha de reojo.
-¡Buaaaaaaaaa! No quiero que te vayas Kagome! –Shippo empezó a llorar viendo que su "Mamá" se iba para nunca más regresar.
-Yo tampoco quisiera que te vayas, pero entiendo que ya no tienes nada que hacer aquí.
-Yo no quisiera irme Sango, pero no puedo quedarme tengo que rehacer mi vida.
-Voy a dar un paseo. –Dijo Inuyasha muy molesto y afligido desapareciendo en la espesura de la noche.
-Me pregunto, ¿A donde irá? –Se cuestionó Miroku al ver la reacción de su compañero.
-¡Ese perro tonto! No sabe cuánto hace sufrir a Kagome.
-Tranquilo Shippo, él está muy afectado por la muerte de kikio.
-Sí, pero...
-No te preocupes, ya volverá.
-¿Cuándo piensas irte Kagome? –Preguntó Sango.
-Cuando le hallamos pedido el deseo a la perla, me supongo.
-¿Qué le vamos a pedir a la perla?
-Aún no lo sé monje Miroku.
-Debemos de pensar muy bien qué es lo que vamos a pedir.
Así pasaron las horas hasta que anocheció e Inuyasha no se apareció durante todo el día, cosa que entristecía más a Kagome.
-Me preocupa InuYasha, no ha venido en todo el día ni siquiera para comer.
-No se preocupe señorita Kagome, estoy seguro que está bien sólo necesita tiempo para pensar y asimilar los últimos hechos.
-Eso espero.
-Chicos, será mejor que descansemos, ya es muy tarde y mañana será un día muy largo. –Sugirió Sango.
-Sí, ya tengo mucho sueño. –Dijo Shippo bostezando luego de esto todos se acomodan para dormir.
Dos horas más tarde, todos estaban dormidos menos Kagome que estaba muy preocupada por Inuyasha, así que se levanta con mucho cuidado para no despertar a los demás y se interna en el bosque. Así camina durante un rato hasta que InuYasha aparece delante de ella.
-Kagome, que haces a estas horas en el bosque y sola.
-Estaba preocupada por ti, no te apareciste toda la tarde ¿Cómo quieres que me sienta?
-Kagome, quiero enseñarte algo... ven. –Le dijo mirándola y habándole con ternura.
–Esa... mirada... me encantó, me pregunto ¿Qué es lo que me querrá enseñar? Acaso... no, no lo creo, él amaba mucho a Kikio... –Sorprendida por la mirada y el tono de voz que usó, se sube a su espalda y se van saltando.
Unos minutos después, llegan a un hermoso lago rodeado de flores donde se podían apreciar la Luna y las estrellas desde ahí, también habían muchas luciérnagas alrededor dándole un toque romántico al lugar.
-InuYasha... ¡Esto es hermoso!
-Me alegra que te haya gustado quiero que recuerdes este lugar y momento para siempre. –Le dijo poniéndose delante de ella y abrazándola fuertemente pero a la vez con ternura.
-InuYasha... –Kagome se sonroja y lo mira a los ojos con todo el amor que siente por él.
-Shhhhhhh... no hables, déjame a mí hablar.
-Inu... yasha… – Se siente tan bien estar entre sus brazos...
-Kagome, sé que no soy muy bueno para esto... pero... quiero decirte que te amo. –Se sonroja.
-Inuyasha yo…
-Te amo Kagome, quiero que te quedes conmigo para siempre... no quiero que te vayas y me dejes sólo.
-InuYasha... yo también te amo, quiero estar contigo por el resto de mi vida, tener una familia contigo y ser feliz a tu lado. –Le expresó Kagome con lágrimas cayendo lentamente por sus mejillas.
InuYasha le sonríe y se acerca lentamente a sus labios... primero los rosa para luego besarla tiernamente siendo correspondido, pasa unos minutos y ellos seguían abrazados a la luz de la Luna siendo testigo de su gran amor.
-¡Me has hecho el hombre más feliz!
-Y tú, la mujer más dichosa mi amado hanyou, te quiero como eres así seas Demonio, Hanyou o Humano… te quiero por como eres.
-Gracias por estar conmigo Kagome eres la persona más importante que tengo y no cambiaré. –Luego de decir esto, se vuelven a Besar acomodándose en la rama de un árbol quedándose dormidos.
Al día siguiente, Inuyasha y Kagome regresan a la aldea tomados de la mano, cuando entran a la cabaña de la anciana Kaede se sorprenden ver a Sango y Miroku besándose.
-¡Valla! veo que el monje se salió con la suya después de todo. –Al escuchar decir esto Sango y Miroku se separan.
-¡InuYasha, nos seas impertinente!
-¡Feh!
-Bu- bueno es... que... –Balbucea Sango muy sonrojada.
-Les quiero informar que Sango y yo somos novios.
-¡Los felicito! –Kagome gritó de alegría abrazándolos.
-Gracias Kagome.
-Yo también quiero que sepan que Kagome y yo somos novios. –Informó Inuyasha a sus amigos con las mejillas rojas.
-¿Es cierto Kagome? –Preguntó Sango muy sorprendida.
-Sí.
-Pues... los felicito a los dos ya era hora de que estén juntos.
-¡Kagome! Que bueno que regresaste, me tenías preocupado. –Exclamó Shippo entrando a la cabaña y saltando a los brazos de Kagome.
-Lo siento Shippo, pero fui a tomar aire y me encontré con InuYasha.
-¡Perro tonto! No vuelvas a irte así, Kagome estuvo muy preocupada por ti.
-¡¿Cómo me llamaste enano?! –Inuyasha estaba a punto de pegarle a Shippo pero algo lo detiene.
Kag: ¡InuYasha... OSUARI! (PLASS)
-¡Ka- Kagome!
-¿Qué piensan pedirle a la perla? –Preguntó Miroku a Inuyasha.
-Yo ya sé que pedirle. –Dijo Kagome entusiasmada.
Kagome cierra los ojos y le pide a la perla por medio de su mente, que todos logren ser felices para siempre y pueda pasar por el pozo. Luego de eso la perla desaparece y después de unos minutos, Kohaku aparece por la puerta y todos se ponen a celebrar su regreso y la unión de las dos parejas. También Kagome e Inuyasha fueron a la época de Kagome y les dijeron a sus padres todo lo que ocurrió quienes los felicitaron y les dieron sus bendiciones.
Un año después en la época del Sengoku, se ve a Inuyasha y Kagome con tres bebés en sus brazos mientras que Sango y Miroku, ya se habían casado y con tres meses de embarazo. Y así vivieron felices para siempre.
FIN
Espero que les haya gustado, esta historia lo he corregido ya que estaba muy mal redactado. Se aceptan críticas, felicitaciones y sugerencias. Gracias de antemano por su apoyo y sigan leyendo mis otras historias ya que también las corregiré para que sean mejores.
