Nos tomamos de la mano y salimos a escondidas de la sala común. Note que ella estaba nerviosa, miraba para todos lados y su respiración estaba agitada.

-Tranquila - Reí apenas acariciándole el pelo para tranquilizarla

Soltó el aire y sonrió -Lo siento es que me da miedo esto de salir a estas horas, mira si nos encuentran

-Shh tranquila, nadie nos vera vamos - tome de su mano y la arrastre detrás de mi. Sus manos eran suaves nunca las había tomado así. Sus dedos se entrelazaron con los míos y cuando note que los apretaba fuerte le dirigía una tierna sonrisa llena de tranquilidad para que sus nervios se calmaran.

No era fácil lo que hacíamos con Astoria, y mucho menos lo que sentíamos. Era algo prohibido lo nuestro pero no importaba yo la quería y haría lo que fuera por ella.

-Aquí estamos - dije llegando debajo de una de las escaleras.

Ella miro el lugar y me miro - ¿Donde me trajiste Draco?- pregunto indignada

Reí apenas -Es un escondite - me acerque y tome su cintura, note como su voz y su cuerpo comenzaron a temblar

- Pero emmm...-trago saliva- si vamos a estar aquí mucho rato emm...nos verán

-Tranquila, nadie nos vera. Déjate llevar Astoria. No tienes que temer a nada y menos conmigo. Yo te cuidare siempre.

Una sonrisa se pinto en su cara y sus ojos brillaban junto con la luna. Sabia que ella estaba enamorada de mi desde que entro a Hogwarts, yo nunca le había prestado atención pero cuando lo hice me di cuenta que era la mujer de mi vida y que no me arrepentiría nunca de elegirla.

-Bonita, si me prometes quedarte conmigo siempre nunca nada te pasara.

-Te lo prometo - dijo sonriendo - confió en ti

Sonreí y me acerque despacio dándole un tierno beso en sus labios. Despacio y con suavidad me fui alejando. Ella me miro y sonrió.

-Eres muy bella - dije acariciando su cara

-Gracias- contesto tímidamente

-No tienes que agradecer ni avergonzarte esa belleza ninguna mujer la tiene, eres única Astoria. Y eres la única a la que quiero.

Vi que sus ojos brillaban y se llenaban de lagrimas - No, no llores pequeña. No quiero eso. Solo quiero hacerte una pregunta.

-¿Cual? - pregunto intentando secar sus ojos.

-¿Quisieras ser mi novia?