Buenas! Me presento! Soy Puunky y escribí esta historia a las cinco de la mañana, terminando a las siete y veinte uno, obviamente mi madre me reto, pero bueno, por lo menos pude terminar la historia que se me ocurrió viendo algunos Amv de VioTate Ahora que es verano (en argentina) se puede aprovechar quedarse hasta tarde viendo o leyendo algunas cosillas!.
P E R D Ó N A ME...
Sus ojos oscuros observaban con añoranza a las personas pasar, viendo como nuevos rostros y otros nunca antes visto, levantaban el mentón con timidez para mirar atónitamente "la casa de los suicidios" Muchos de estos trataban de pasar a paso ligero, tratando de evitar que su viste curiosa mirara por el rabillo del ojo, otros por otra parte, con un deje de timidez pasaba a paso lento tratando de analizar la casa.
La fémina rubia de rasgos finos y delicados, dio media vuelta para seguir su camino hacia la biblioteca de la sala, donde allí guardaba muchas de sus melancólicas novelas rusas; esas que te provocaban el llanto de tan solo leer el primer párrafo y enloquecer de melancolía al terminarlas.
Bajo las escaleras como una niña pequeña, jugando con cada escalón que ella pisaba, como que si piedras tratasen. Detuvo su paso al ver a la pareja de homosexuales pasar por el corredor peleando como siempre a los gritos sonoros sobre ciertas infidelidades que el pelinegro sufría del rubio.
Todo lo que sucedió en aquella casa, su hogar, había sido tan, tan inimaginable, que nunca pensó que ella Violet Harmon, la muchacha que nunca tenía miedo se matase por un mero capricho, había sido estúpido si lo pensaba con lógica. Podía cortarse, podía llegar a querer nunca haber existido, pero matarse... era algo muy de cobardes, algo que ella no era o eso pensaba.
Pero esta casa, no era normal y ella lo sabía cuando recién habían llegado. Si, aquella casa tenia historias que nunca iban a salir de sus paredes, historias enfermas de pasión y locura, como dichas novelas que leía, solo que esto realmente no era ficción, era la realidad. Paso su fría mano por la madera color tierra y suspiro con cansancio de repetir todos los días la misma rutina, debía buscar nuevas novelas para no leer una y otra vez las que ya tenía, pero para mal gusto no podía salir hasta la noche de Hallowen, donde lamentablemente todas las tiendas se encontraban cerradas.
Termino de bajar las escaleras con un gran salto y se encamino hacia la biblioteca, pero ahí, delante de sus narices sintió la presencia de alguien o algo, que la esperaba dentro de la habitación con un toque de desesperación, ya que oía crujir el suelo de madera de los golpes que "la persona" daba con su pie nervioso.
Suspiro nuevamente y dio la vuelta para caminar hasta la puerta que llevaba al sótano. Debía buscar aquel disco de los Rollings que ella había guardado con sus pertenencias días después de que se entero que estaba muerta. Metió las manos en los bolsillos para tocar la punta filosa de la tijera que siempre tenía para protegerse de Hayden, la jovenzuela con la cual su padre había tenido aventuras años pasados, en sí, era un fantasma también, no podían hacerle daño. Pero si osaba acercarse o entablar una conversación con a ella recibiría un tijeretazo en los ojos y no era broma.
Abrió la puerta rápidamente y se sumergió en la oscuridad del sótano al sentir como la presencia salía de la habitación y la seguía. Realmente ya no le importaba, no quería pensar en el, ya no. Gracias a él sus padres habían muerto, junto con su hermano nonato, Tomm. No lo perdonaría por nada en el mundo, una cosa era que la lastimara ¿Pero a sus seres? Era una cosa imperdonable, sus hechos no tenían nombre. Era asqueroso por toda la mierda que había llegado hacer. Pero aún, aunque lo odiase, lo seguía amando con locura.
Dio media vuelta en la curva de las escaleras y el pasillo, siguió derecho unos cinco pasos y se metió en una habitación vacía, donde lo que más sobresaltaba de esta era la misteriosa superficie que resaltaba en la pared gris, la miro detenidamente al acercarse y la abrió con cuidado tratando de que la tapa no se rompiera.
Allí se encontraban todas sus cosas, los discos, su portátil, su Mp3 y algunas fotos de su familia donde sonreían con libertad y de verdad, con colores vivos y no con aquellos colores pálidos que había adquirido después de la muerte. Estaba a punto de alargar su mano para sujetar y sacar del agujero el disco que deseaba cuando una voz fría y amarga resonó en eco en toda la habitación.
-Pensé que ibas a ir a la sala- expreso Tate, el chico rubio de ojos marrones que vestía siempre con la misma clase de ropa, los vaqueros y una remera a raya como a él le gustaban. Sus ojos se encontraban sin brillo, sin felicidad, su cara se encontraba mas cansada que veces anteriores y sus manos temblaban escondidas en forma de puño, seguramente disimulando el nerviosismo que tenía.
Ella ni siquiera se inmuto, cogió el disco y se levanto pesadamente del suelo limpiándose el vestido con sus manos. Levanto el pedazo de pared que tapaba el agujero y lo puso en su lugar a la perfección, dio media vuelta y encaro al rubio con el ceño fruncido. Este empezó a temblar al sentir como por primera vez había dirigido su mirada después de la última conexión de ambos en navidad, donde el y ella eran separados por una puerta y el brillo de un árbol de navidad que iluminaba los dorados cabellos de la chica.
-Te eh dicho que te ale...-
-Por favor- suplico con desesperación -Por favor, escúchame Violet- sus manos empezaron a juguetear nerviosas y miro con la cabeza gacha como un niño regañado a la rubia que estaba enfrente de él. Su rostro tranquilo se había transformado en miserables segundos a una mirada tan fruncida que parecía que los ojos le doliesen, sus manos sujetaban con ímpetu el disco tratando de no romperlo, pero tratando de no querer descontrolarse y "matar" al rubio nuevamente.
-No quiero hablar- escupió con odio mirándolo fijo - ¿Cómo quieres que hable contigo? A la persona que violo y mato a mi madre y casi asesino a mi padre- Exhalo y suspiro tratando de no romper a llorar enfrente de él y siguió - Tate, tú eras la única persona en la que confiaba, la unica persona que llegue a -
-Lo sé, lo sé- interrumpió el acercándose cuidadosamente a la chica - Violet tú, tú no sabes lo que llegaste y llegas a ser en mi vida, tu eres todo para mí, yo te necesito, te necesito para no enloquecer, para estar cuerdo. Pensé que nunca iba amar a una chica así, no, tú fuiste la única, la única- elevo un poco la voz en la última oración y se acerco mas, provocando que la chica retrocediera chocándose contra la pared.
-No Tate, no me vengas con eso- susurro mirándolo con imploro -NO ME VENGAS CON ESA MIERDA- grito fijamente observándolo a los ojos, tensando un poco los músculos del cuello y soltando el disco que sujetaba con la mano. Camino hasta la puerta para salir, para alejarse del, pero sus brazos la retuvieron allí con fuerza. -SUELTAME TATE, SUELTAME- chillo entre su brazos intentando soltarse. Él la soltó y la empujo al lugar donde la conversación había comenzado.
-TU NO ENTIENDES, TU NO SABES QUE HEYDEN ME OBLIGO HACERLO- grito este mirándola - ELLA ME DIGO QUE TU, TU NO TE IRIAS SI HACÍA TODO ESTO, TU-TU NO ME DEJARIAS- tartamudeo. Sus ojos se encontraban húmedos y rojos, sus labios temblaban como el resto del cuerpo y sus cabellos se encontraban desvorotados.
-Quería que siempre te quedaras a mi lado, por siempre. Pero tu crecerías y yo no, tu encontrarías al hombre indicado, se casarían y vivirían felices para siempre, esperando a llegar a viejos con muchos hijos y nietos a su alrededor - la miro - Y yo tendría que estar aquí muriéndome por ser el tipo que te acompañaba a comprar helado o mirar unos ESTUPIDOS PANTALONES- grito con enojo golpeando el puño contra la pared, asustándola.
Ella lo miro con tristeza y bajo la mirada para tapar su rostro con sus cabellos. Las piernas le temblaban y su cabeza le pedía a gritos ir corriendo hacía su amado, perdonarlo, abrazarlo y besarlo como en aquellas películas de Disney, donde todo terminaba con un "Vivieron felices para siempre, comiendo perdices" pero esto no era así, no, no lo era. Llevo las manos hacía atrás sujetándose de la pared al sentir como un gemido angustioso rompía el silencio sepulcral después de aquella declaración.
-TT-u- titubeo. -Me lo hubieras dicho antes- gimoteo tapándose la boca para callar otro gemido, espero unos segundos cerrando los ojos y siguió con la mano a centímetros de su boca. -Yo te prometí que siempre estaría a tu lado, siempre.-
-Pero no iba a ser así- contesto el tajante -Me ibas a dejar, porque crecerías y te olvidarías de mí, me desecharías como basura-.
-MENTIRA-
-ES LA PUTA VERDAD- grito con los puños de las manos al lado de su cuerpo, agacho la cabeza y en silencio empezó a llorar con pequeños gimoteos.
Ella miro hacía una esquina de la habitación con las lagrimas calleándole rápidamente por el rostro de marfil, viendo como estas terminaban en el frio y muerto piso del lugar. No quería mirarlo, no podía, no podía ver su carita de niño canalla, rojo por las lágrimas que ahora seguramente surcaban por su rostro-
-Debo irme Tate-
El levanto su rostro con rapidez y miro como la chica se acercaba hacía la puerta, bajo la mirada para encontrarse con la mirada de ella, con su hermoso rostro impregnado de lágrimas que radicalmente resbalaban por sus mejillas rojas, terminando en aquella bella perita que ella tenía.
-No te vayas, por favor- suplico él en un susurro
-No puedo perdonarte Tate, no ahora- Paso por la puerta y la cerro para luego apoyarse en esta y dejarse resbalar por la fría madera. Acomodo sus piernas cerca de su pecho y empezó a llorar con violencia, con gimoteos y alaridos.
-Prometí nunca hacerte llorar… no desde que falleciste- susurro tapándose los ojos.
Al otro lado cierto rubio escuchaba en la misma pose de ella, la lamentaciones de su amada con lagrimas en sus ojos, solo que este lloraba en silencio y sufría por su amada difunta Julieta.
M U C H A S G R A C I A S!
Señora/o lector por a ver leído mi historia! Espero que te aya gustado y sido de tu agrado! Estoy empezando sentarme y pensar algunas ideas para futuras historias, así que si te gusto esta! espero que sigas la otra!
F E L I Z A Ñ O N U E VO!
y hasta luego
