Los encantadores Weasley

-Mamá? Dónde quedo mi capa?- grito una chica pelirroja desde el segundo piso de la madriguera de los Weasley. La he estado buscando por todas partes y nada más no la encuentro!-

-Tranquila Rose, busca en el baúl ahí debe de estar.- dijo su una mujer de cabellos castaños alborotados, era Hermione la madre de la pequeña.

-Fred guarda eso, si mi papá lo ve, nos lo quitará- le dijo un muchacho de cabello rojizo a uno moreno de cabello oscuro. -Sin ese mapa, no podremos escapar a Hogsmade.- susurró el muchacho arrebatándole un pergamino a su primo y guardándolo en un baúl rojo. Era James Potter, el hijo mayor de Harry y Ginny quien cursará el segundo año en Hogwarts junto con su primo y cómplice en travesuras Fred Weasley II.

-Vamos Albus quita esa cara de angustia, todo saldrá bien.- dijo una mujer pelirroja mientras ajustaba con su varita las mangas de la capa negra de su hijo. -Slytherin o Gryffindor, Ravenclaw o Hufflepuff. No importa, estaremos orgullosos de ti.- dijo Ginny con una sonrisa.

-No lo se mamá, tengo miedo.-

-No debes de tenerlo.-

La madriguera, era el punto de reunión de todos los Weasley antes de dirigirse hacia el andén 9 y 3/4. Todos los Weasley excepto el tío Charly se encontraban presente. La familia no era la más rica, pero era famosa, noble y numerosa.

Primero que nada estaban los hijos de Bill y Fleur, la primera, y la mayor de las nietas de Arthur y Molly, era Victoire. Una rubia de belleza incomparable, alta y pálida, quien cursaba su ultimo año en Hogwarts en la casa de Ravenclaw. Su hermana Dominique, era muy parecida a ella, sin embargo era más baja de estatura y pertenecía a la casa de Gryffindor, era una chica sumamente estudiosa que se encontraba preocupada por sacar la mejor calificación en los TIMOS ahora en su quinto año. Y por ultimo se encontraba el pequeño Louis, quien cursaba el tercer año en la misma casa que Victoire, rubio de ojos oscuros y tez blanca. James lo molestaba diciéndole rompecorazones y cursi.

Los siguientes en la familia eran los hijos de George y Angelina Johnson. El más grande, quien llevaba en honor el nombre de Fred era tenía la tez bronceada, cabello rojizo oscuro y ojos negros. Era guapo y uno de los mejores bromistas de la historia de la magia, cursaba el segundo año en la casa de Gryffindor. Su hermana menor, constaba con tan solo nueve años de edad, era morena de cabello café muy oscuro y con rulos perfectos.

Después estaban los hijos de Percy y Audrey. La primogénita era Molly, quien cursaba el tercer año, también en la casa de Gryffindor. Físicamente era pelirroja, tenía los ojos claros y la tez pálida. Era algo estricta con el resto de sus primos, pero al igual que su abuela le encantaba ayudar a los demás. Lucy Weasley fue la siguiente en la lista, su apariencia era muy parecida a la de Molly, y se consideraba la mejor amiga de Lily, pues constan de la misma edad.

Los hijos de Ron y Hermione son los siguientes. En primer lugar la hermosa pelirroja Rose, quien había sacado la inteligencia de su madre y el humor de su padre. Era pálida con el cabello rojizo, pero físicamente era casi igual a su madre cuando tenia su edad. Rose estaba ansiosa por descubrir en que casa sería seleccionada. Hugo, su hermano menor también era pelirrojo, tenia nueve años pero era todo un don Juan desde pequeño.

Por ultimo, pero no menos importantes estaban los Potter Weasley. James era el hijo mayor de Harry, tenia tan solo doce años y había sido seleccionado en la casa de Gryffindor, era un personaje encantador que volvía locas a las chicas por su actitud rebelde, su cómplice en todas las bromas y travesuras era Fred. James era algo testarudo y a veces buscaba problemas demás. El siguiente era Albus, tímido noble y valiente era lo que mejor lo describía. Cursaría su primer año en Hogwarts y su mayor preocupación era en que casa seria seleccionado. La más chica del clan Potter era Lily, de tan solo nueve años, pelirroja al igual que su madre y abuela y de tez blanca.

En la vieja madriguera, sentado junto a Victoire había un joven alto de cabello azul fosforescente abrazando a la chica por la cintura. Era Tedd Lupin, quien tenia 19 años y era novio de la joven rubia a quien acompañaría a la estación de tren.

-Bueno, creo que todos estamos listos, cierto?- dijo Ron Weasley con autoridad frente a la chimenea de la casa. -Despídanse de sus abuelos niños, y dense prisa, que el expreso de Hogwarts no esperara toda una vida.- dijo entre risas el peligroso. Familia por familia, tomaron polvos flu, y diciendo en alto el nombre de "Kings Cross" desaparecieron.

Una vez ya atravesada la famosa pared que los conducía hacia donde estaba el expreso los niños se despidieron con sus padres.

-Albus, tranquilo, todo ira bien.- le dijo Harry al muchacho que se encontraba atándose la cinta del zapato. -Recuerda que llevas el nombre de excelentes magos, Albus Dumbledor de Gryffindor y Severus Snape de Slytherin.-

-Lo se papá.- dijo mirando al piso.

-No te preocupes, serás un orgullo para cualquier casa. Recuerda eso.-

El niño sonrió y le dio un tierno abrazo de despedida a su padre encaminándose hacia el tren junto con el resto de sus primos.

-Bueno chicos nosotros aquí desaparecemos, si intentan hacer una travesura, llámenos, somos los mejores en ese departamento.- les dijo James a Albus y a Rose mientras corría detrás de Fred para alcanzar un compartimento con el resto de sus amigos.

-Tranquilo Albus, todo estará bien, ya verás.- le dijo la pelirroja dándole una palmada en la espalda. Albus solo tragó saliva y siguió caminando -Mira, un compartimento vacío.-

Ambos chicos entraron y se sentaron uno enfrente de otro, y seguido de ellos una joven de cabello negro y ojos plateados de su edad entro con rapidez al compartimento.

-Me puedo sentar?- dijo casi sin aliento de dónde venia corriendo.

-Claro pasa.- le asintió Rose y la muchacha se sentó rápidamente junto a ella.

-OH! Pero que grosera fui.- dijo tomando aire -Mi nombre es Elena Higgs.-

-Rose Weasley.- dijo y luego miro a su primo -El es Albus Potter, está nervioso por la selección de casas.-

-Rose...- murmuró el muchacho dándole un pequeño codazo a su prima y regresó su mirada hacia la ventana, el paisaje que se visualizaba aun era la estación 9 y 3/4.

-No debes de estar nervioso por la selección. Las cuatro casas son muy buenas.- dijo Elena mirando a Albus. -Cual es a la que prefieres entrar?-

-No lo sé. Mis padres son de Gryffindor, al igual que mi hermano, y la mayoría de mi familia.- dijo Albus mirando a Elena.

-Y temes no estar ahí como el resto?- preguntó la muchacha pasando sus dedos entre sus rizos, pero Albus solo asintió con la cabeza. -Seria una buena acción entrar a Slytherin... Si yo fuera tu, estaría decidida a entrar ahí.- dijo segura de sus palabras.

-Pero todos los magos malvados han salido de ahí.- dijo Rose con curiosidad

-Lo sé, y con mucho mas razón entraría ahí.-

-Que? Acaso quieres que siga los pasos de quien tu sabes?- pregunto Albus mientras que su mano se cerraba en puño, cosa que hacia cuando estaba sumamente nervioso, preocupado o molesto.

-ja! Por supuesto que no!- dijo Elena riendo y las caras de Rose y Albus reflejaron calma. -Todo lo contrario, podrías demostrar que no por venir de Slytherin tienes que ser un mago tenebroso.- dijo acomodando su fleco -Como sea, yo prefiero que mi casa sea sorpresa, espero que el sombrero haga una buena elección- dijo entre risas.

Elena tenia razón en cada palabra que pronuncio, el estar en Slytherin podía hacer que Albus demostrara que lo que hace grande al mago es el mismo y no la casa en la que esté.

-el sobrero nunca se equivoca.- dijo Rose con una sonrisa.

-Tu Rose? Gryffindor seguramente, cierto?- pregunto Elena

-Así lo es. Soy una Weasley.- dijo entre risas y Elena rió con ella.

Ya habían pasado horas de camino, y el expreso cada vez se acercaba mas a la mas prestigiada escuela de magia y hechicería. Mientras Albus le presumía a Elena su gran colección de cromos mágicos un muchacho de cabellos dorados y ojos azules tocó la puerta del compartimiento. Rose y Albus sabían perfectamente quien era el rubio que definitivamente no era del agrado de su familia, mientras que en el rostro de Elena se dibujaba una sonrisa y le hizo una seña para que entrara al compartimiento. El rubio timiadamente entro sentándose junto a Albus.

-Chicos el es Scorpius Malfoy.- dijo Elena mirándolos - Scorpius, ellos son Rose Weasley y Albus Potter.-

-Mucho gusto.- dijo el rubio con frialdad y entonces se dirigió a la muchacha. -Ya casi llegamos Elena, será mejor que te pongas tu uniforme.-

Elena le dirigió una sonrisa y se levantó de su asiento, seguida de Rose quien decidió acompañarla para seguir platicando acerca de que sería lo primero que harían al llegar a Hogwarts.

-Ya sabes en que casa vas a querer estar?- preguntó Scorpius para romper el silencio.

-No lo sé aun.- dijo Albus dirigiéndole una sonrisa -Supongo que tu vas a Slytherin.-

-No lo se. Toda mi familia ha estado ahí, pero no descarto las demás casas, todo puede pasar.- dijo mirando al cielo nocturno que se veía desde la ventana. -

Ciertamente, soy muy diferente al resto de los Malfoy. Aunque no lo creas.- dijo y rió por un segundo como si recordase algo.

Albus por un momento se sintió en confianza, tal vez la presencia de Scorpius no era tan mala como le habían pintado sus padres de los Malfoy.

-Esa es tu varita?- pregunto Albus examinándola con la mirada.

-Así lo es. Nogal con pelo de unicornio.- dijo orgulloso. -la tuya de que es.-

-tiene cierto parecido, dijo sacando su varita mágica de un morral que estaba junto a el. -Sauce, flexible, y también con pelo de unicornio.- dijo sonriendo.

-Sin embargo debe ser buena, las varitas de Ollivander nunca se equivocan.-

Al poco tiempo el expreso dejó de moverse, llegando por fin a la estación del colegio. Los muchachos apresurados bajaron del tren.

-Los de primero pasen por aquí! Primer año, síganme!- decía una voz grabe que a Rose y a Albus se les hacia bastante familiar, era Hagrid quien juntaba a los estudiantes de primero para poder subir a los pequeños botes que los dirigían al castillo.

-Hagrid!- exclamo Albus -Cuanto tiempo!- dijo dándole un abrazo junto con su prima.

-Vaya, vaya! Ya era hora de tener a ustedes dos en Hogwarts muchachos.- dijo entre risas el semi-gigante barbón. Entonces se dirigió al resto de los chicos -Formen grupos de cuatro o cinco personas, y suban a los botes, no se preocupen por los remos, estos botes avanzan solos.- dijo y subió al bote mas grande de ahí -Vamos niños, no se querrán perder la ceremonia de iniciación, cierto?-

Malfoy y Elena subieron al mismo bote que Rose y Albus. Los chicos maravillados por el paseo en bote no decían ni una sola palabra. La única que no dejaba de hablar era Rose quien explicaba con emoción el hechizo que tenían los botes para poder navegar por si solos.

-Bien chicos han llegado, al cruzar la puerta les esperara alguno de sus profesores para proporcionarles la información de lo que deberán de hacer. Suerte a todos!- dijo Hagrid guiñándole un ojo al pequeño Albus.

Los de primer año entraron por las gigantescas puertas de roble encontrándose en la entrada del castillo con el profesor Longbottom, quien dirigía el curso de herbologia.

-Buenas noches alumnos- dijo sonriente el profesor -Espero que hayan tenido un buen viaje.- dijo algo nervioso. Era la primera vez que le tocaba ser maestro de ceremonias y conducir a los alumnos hacia el sombrero seleccionador.-Soy el profesor Neville Longbottom, y hoy es mi trabajo llevarlos hacia la ceremonia de iniciación...- dijo y entonces rió como si hubiese recordado algo -Aun recuerdo la primera vez que crucé por estas puertas, estaba buscando mi sapo, y lo encontré justo ahí- dijo apuntando a uno de los escalones -Como sea, a lo que voy, como la mayoría de ustedes ya saben, en Hogwarts hay cuatro casas, Gryffindor para aquellos que tienen coraje y lealtad, Ravenclaw para aquellos que poseen una gran inteligencia, Hufflepuff para aquellos justos y pacientes y Slytherin, los astutos.- dijo estiró las manos para que las puertas del comedor se abrieran -Ahora, síganme chicos.- dijo caminando por el corredor hasta la tarima donde se encontraba el sombrero seleccionador.

Tras un tosido fuerte de parte del sombrero y aclarando la garganta éste cantó:

-OH, podrás pensar que no soy bonito, pero no juzgues por lo que ves.

Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.

Puedes tener bombines negros,

Sombreros altos y elegantes.

Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts

Y puedo superar a todos.

No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.

Así que pruébame y te diré en que casa deberás estar.-

Los chicos lo miraron con asombro y entonces con una lista enorme de nombres el profesor Longbottom se paró junto al sombrero.

Entonces todos los alumnos y directores, como todos los años entonaron el lema del colegio "Draco dormiens nunquam titillandus" lo cual significa en latín "nunca hagas cosquillas a un dragón dormido".

-Abbot, Susanne-

Una chica de cabello esponjado subió a la tarima y el profesor le colocó el sombrero sobre la cabeza.

-No cabe duda de la inteligencia que posees, Ravenclaw!-

La mesa con estudiantes de corbatas azules aplaudió recibiendo a la joven.

Así pasaron varios hasta llegar a Rose Weasley.

-tranquila, todo saldrá bien- le susurro el profesor mientras le colocaba el sombrero a la pelirroja.

-Ja! Un Weasley mas! No cabe duda de en que casa te pondré! GRYFFINDOR!- gritó el sombrero y una gran cantidad de pelirrojos se pusieron de pie aplaudiendo desde la mesa decorada con rojo y dorado.

-Higgs, Elena.- dijo el profesor.

La muchacha segura de si misma subió a la tarima y le fue colocado el sombrero.

-Decidida. Astuta. Pero a la vez Leal y llena de coraje.- dijo el sombrero mientras pensaba. -Vaya vaya... Tu casa será GRYFFINDOR-

La muchacha con la frente en alto y una sonrisa en el rostro se dirigió dando pequeños saltos a la mesa donde fue bien recibida por Rose y el resto.

-Malfoy, Scorpius.- dijo Longbottom

-Suerte.- susurró Albus y este le sonrío.

Al ponerle el sombrero en la cabeza al chico, el mismo profesor pensó que automáticamente el rubio iría dirigido a Slytherin. Sin embargo el sobrero murmuraba algo que no alcanzaba a escuchar.

-Tienes dos opciones- decía -Pero cual será la mejor?- dijo esperando respuesta del chico pero este no opino -Nunca me equivoco y se que estarás bien en SLYTHERIN!-

Scorpius dejo salir un suspiro, no sabia si era de alivio o de que a lo mejor hubiera preferido estar en otra de las casas.

-Potter, Albus.- dijo el profesor Longbottom y el chico con las rodillas tambaleando pasó hacia el frente. Neville le dio una palmada en el hombro y puso el sombrero en su cabeza.

-Mira que tenemos aquí, el segundo de los Potters. Brillante. No te sorprendas pero se exactamente que voy a hacer contigo. SLYTHERIN- dijo. Una vez mas murmuros se escucharon en el gran comedor, y cosas como "el sombrero esta chiflado, Potter en Slytherin, debía ser un error" se escuchaban alrededor. Albus tímido ante las miradas del resto de la mesa se sentó junto a Malfoy quien le chocó la mano en símbolo de bienvenida.

Al terminar el listado de los alumnos de primer año, el profesor Longbottom dio la palabra a la directora McGongall.

-Bienvenidos alumnos! Nos da gusto ver de nuevo todas esas caras conocidas, y a los de nuevo ingreso, bienvenidos! Antes de iniciar con el banquete quiero dar unos pequeños avisos. Primero que nada darme el honor de presentar a los profesores que los acompañaran este año escolar.- dijo e hizo una pausa -El profesor Falco Agnes, en transformación.- dijo y un halcón se transformo en un hombre alto de cabello rubio casi blanco y rostro algo cuadrado. -Filius Flitwick nos acompaña en su ultimo año antes de retirarse como el profesor de encantamientos.- dijo -En herbologia, como ya todos sabemos, el profesor Longbottom. El profesor Slughorn, nos acompaña una vez más en Pociones. Y por ultimo, demos la bienvenida al nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras al señor Frank Mungo.- dijo y los alumnos aplaudieron.

-Como ya saben esta estrictamente prohibido entrar al bosque prohibido para todo aquel que quiera salvarse de una espantosa muerte.- dijo -ahora si, que comience el banquete!-