Notas del Autor: Este fic, formado por tres capítulos, es un regalo para Francisca Dávila. Espero que disfrutes la historia, porque la hice por la única excusa de que caía pronto tu cumpleaños n.n Espero que el resto de los lectores disfruten la historia, tanto como lo hice al escribirla.
Disclaimer: Los personajes aquí puestos, no son míos, si no de la saga creada por Stephenie Meyer, Crepúsculo. Algunos secundarios y terciarios, pueden ser de mía creación. La historia aquí planteada es un Universo Alterno (UA), mas diferentes escenas pueden ser parecidas al libro. El fragmento de ópera ocupado corresponde a Lucía de Lammermoor, del maestro Donizetti.
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- Los amores inesperados, son los mejores cuentos que se han de narrar en aquellos carnavales pobres y sucios, a manos de un mendigo o viejo loco ansioso de hacerse con unos cuantos pesos al divertir a la gente con las charlatanerías que en su cabeza van dando forma. Mas, aunque no lo crean, esta es una historia real. Data de algunos decenios de años, en su defecto siglos, atrás. -
- Rose, no me gustan las historias de amor. Son muy mamonas, como Edward… - La chica platinada acesta un duro golpe en la cabeza del grandulón que se sentaba a su lado. Lo mira con enojo y se voltea hacia el cajón en el que el sucio hombre continuaba con la introducción de lo que prometía ser la más maravillosa historia de amor jamás oída por mortal alguno…
- Hace unos cuantos años, me parece que lograban alcanzar un poco más allá del siglo, vivía una chica hermosa, bella como las flores de verano. Con tan sólo decir que su piel era de pocelana, sus labios de pétalos carmesíes. Sus ojos, espejos de agua pura, cristalinos como manantiales de agua cordillerana. Su pelo, luz tejida y enredada por los mismos dioses con pinceles infinitos, era la cosa más maravillosa que existía aparte de su voz… Sus cuerdas vocales producían un sonido tal, que cualquiera que lo oyera quedaría perdido entre ensoñaciones venideras y poco oportunas, que acabarían con el desdichado en menos de lo que dura el canto de un gorrión en plena nevazón invernal. Imagínense el estruendo y alboroto que causó este ángel, cuando a sus quince primaveras, acompañada y salvaguardada por una pequeña lira, entonó una dulce canción de amor en su balcón de frío e insensible marfil a la luz de la luna, que observaba prendada de la hermosura de esta fina y delicada flor…
- Egli è luce a' giorni miei,
È conforto al mio penar.
Quando, rapito in estasi
Del più cocente ardore,
Col favellar del core
Mi giura eterna fé,
Gli afán miei dimentico,
Gioia deviene il pianto…
Parmi che a lui d'accanto
Si schiuda il ciel per me! –
Un suspiro es expulsado de mis labios a la vez que mis dedos acarician las últimas notas de la lira que descansa en el adornado borde de la suave explanada. Y es que canto y canto al amor, mas nada es entregado a mis ojos y corazón, haciendo que mi alma se retuerza entre los grilletes que la mantiene prisionera de sí misma. El silencio cálido de la primavera acaricia aquella lágrima traicionera que rueda por mi mejilla, haciéndola más dolorosa y patética de lo que es… Cae por mi cara, resbala por mi cuello; Sigue por mi pecho y desaparece en mi vestido. Un triste y rápido final para la gota. ¿Si la vida fuese así a los ojos de los dioses? Imposible. Si corriera de esa manera, no estaría sollozando a medianoche con la cara hacia el océano y el alma adormecida por el vaivén de las olas, que rebotan con fuerza contra el acantilado que se extiende a mis pies.
- Señorita, es hora de entrar. La noche se ha puesto su traje y es necesario que no caiga en cama. – Sentía como mi doncella hablaba tras mi pálida espalda. Sentía el viento precedente a la tormenta en mi cara. Sentía tantas cosas… Y todas sin sentido alguno.
- Señorita… - Su áspera voz llegó a mis tímpanos. Sus manos cubrieron mi cuerpo con una capa y me incitaron a entrar rápidamente a los dominios de mi padre. Un suspiro es robado de mis labios por las estrellas. Cierro los ojos y pido una vez más a las flores que dejen caer la esperanza en mi mundo.
Entro a la casa, siendo empujada por Alessa. El viento arrebata mi chal y hace que caiga en la oscuridad absoluta que amedrenta a la calle. Comienza a lloviznar y mis esmeraldas se dirigen al cielo. Esbozan una triste sonrisa al ver como este diluvia sobre ellos; Pareciera que riegan a cántaros al mundo en un mudo y apabullante alegato lastimoso al creador.
Camino unos metros y me encuentro dentro de mi habitación. Alessa sella el ventanal, corre las cortinas. Era necesario hacerlo. Mis ropas caen con delicadeza al suelo, mi doncella me pone la camisa y me dirige a la cama con un poco de brutalidad en sus movimientos.
Me recuesto y me cubre con el cobertor de plumas. Sopla las lámparas, cierra la puerta y me deja sola con mi dolor y angustia.
"Los sueños son gratis, exceptuando el sabor amargo que se forma en mis pensamientos al saber que todo es una mentira. Y, gracias a Dios, que así es. O sino, estaría amarrada a este caótico mundo sin ninguna vía de escape que me permitiese un segundo de alegría.".
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Pensaba escribir más, pero me dí cuenta de que tenía un final perfecto. He aquí el primer capítulo de lo que prometí hace unos meses atrás: Un UA con Rose y Emmett, de regalo para un amiga loca. Espero que te guste y que me disculpes por la demora.
El resto de los capítulos también pertenecen a ella.
Muchas gracias por leer. Como dije en mi fic "Ni la muerte es Suficiente" (El que todavía no actualizo, por cierto), no dejaré de actualizar ninguna historia, aunque me demore años.
Pueden dejar tomatazos, felicitaciones, lo que quieran apretando el botón Review.
Gracias (:
