La tarde era obscura y fria, como se espera de un dia de invierno, muy poca era la gente que se encontraba en la calle, entre esa gente, una chica rubia, caminaba con paso veloz por el parque, tenia que reunirse con sus amigas.
A dos cuadras de ahí, un chico bastante atractivo corría a todo lo que daba, empujando accidentalmente a la gente que pasaba a su lado.
Ninguno de los dos tenia la mínima idea de que el otro existía, pero no seria asi por mucho tiempo.
Cornelia se detuvo cuando pasaba frente el lago del parque.
Caleb seguía corriendo.
Justo cuando Cornelia se canso de contemplar el lago, Caleb paso a lado suyo tal velozmente que sin darse cuanta la empujo y ella cajo en un charco de agua.
El se detuvo en seco.
-lo siento, estas bien???- le pregunto Caleb tendiéndole la mano a cornelia para ayudarla.
Ella le miro irritada por un momento.
En una situación normal le habría gritado al chico miles de injurias , pero al mirarlo se quedo sin habla, y lo mismo le paso a el, aquellos ojos lo habían deslumbrado.
Cornelia se puso de pie rechazando la ayuda de Caleb
Y le miro fijo
-hola, mi nombre es Caleb- le dijo el chico atontado, ella sonrió.
-cornelia- respondió tomándole la mano.
- mucho gusto-
-igual-
-siento mucho haberte empapado- se disculpo el
-oh., no importa, ya sabes, es algo de todos los días que un chico te tiro a los charcos y después regrese a disculparse- ironizo cornelia y sonrió de nuevo.
-toma, hace frio- le dijo Caleb entregándole su chaqueta a Cornelia, cosa que le sorprendió mucho a ella.
- no puedo aceptarla- le dijo negando con la cabeza.
- es lo menos que puedo hacer por ti- le respondió el y le coloco la chaqueta por los hombros.
-bueno yo…-el celular de cornelia sonó, acababa de recibir un mensaje de texto, sus amigas la esperaban ya desde hacia media hora en el dragón de plata- debo irme ya, muchas gracias por la chaqueta – le dijo al chico y sin saber por que se acerco y beso la mejilla de este y después se retiro caminando a paso apresurado, mientras el chico la veía marcharse, para después continuar corriendo, allá, a donde fuese que fuera.
