Capitulo 1: "El único que me vio entre un mar de gente"
Una vez más los ojos de Rose se encontraron con los de él, pero aquello estaba lejos de ser fácil, más bien era todo lo contrario a ser fácil. Miro otra vez esos ojos claros grises que tanto la miraban, que tanto la observaban, jamás sabría porque llego a fijar sus ojos en ella, pero ahora ya no tenía remedio, ahora todo ya había terminado.
Una vez más, Rose se levanto suavemente de la mesa sin mirar a nadie, aunque unos cuantos pares ojos estaban fijados en ella. Albus la miro, llevaba días sin comer y aún no sabía porque, había pasado de ser la alegría de todos, a esconderse de los ojos de todos. Su atención dejo de fijarse en su prima para fijarse en un joven que miraba muy entretenido su comida después de haberla seguido a ella con la mirada. Si sus instintos no le fallaban, y en pocas ocasiones era, el tenía algo que ver con el estado de Rose.
Hacía unos meses había empezado todo aquello, pero jamás pensó que aquello iba a terminar así, con Rose más dañada de lo que jamás podría admitir porque no podría hacerlo...
Unos meses atrás...
Una joven pelirroja andaba por los pasillos de Hogwarts, era el primer fin de semana del curso, e iba a aprovechar una de las últimas tardes cálidas en los jardines del colegio para leer tranquilamente sin nadie que revoloteara a su alrededor, ni nadie dando voces. Era uno de los placeres de su vida, le encantaba meterse en aquellos libros que la trasladaban a miles de sitios y le hacían sentir miles de sensaciones que ella jamás sentiría.
Su mano tapo sus ojos de repente, necesitaba acostumbrarse a la luz del sol que aquella mañana entraba por todos los ventanales, y que a ella le molestaban de manera excesiva en sus ojos claros heredados de su padre. Sonrió cuando vio a Albus hablar con Susan, en el exterior, al lado del lago mientras caminaban, quizás este era el año en el que se daría cuenta de que estaban hechos el uno para el otro, pero una vez que el corazón ha sufrido es muy difícil volver a confiar en alguien, aunque Albus llevaba ganándose una oportunidad demasiado tiempo, y estaba dispuesto a esperar. Después de su experiencia con Tracy, la devora hombres, jamás pensó que volvía a enamorarse de otra persona y menos aún estando en Hogwarts, pero de pronto empezó a conocer a la dulce Susan, que fue en una época la mejor amiga de Tracy, aunque aún no podían ni mirarse.
Siguió con una sonrisa el trecho que la separaba de aquel lugar que era su tranquilidad, y se sentó bajo el haya, en un pequeño banco de piedra. Con una sonrisa abrió el libro que llevaba la dedicatoria de su padre, el había regalado ese libro hace apenas unos días en su cumpleaños.
Con atención, el fijo sus ojos en los movimientos de la sabelotodo de Weasley, quería odiarla por muchísimas razones, quería que ella supiera que no era capaz de meterse en sus pensamientos por nada y mucho menos que cada noche soñaba con ella, con su voz, con su boca, con su pelo...Pero el no podía admitirlo porque eso sería caer demasiado bajo, sería hacer que ella se sintiera aún más creída de lo que ya era, y sería aún más insoportable, más sabelotodo y ya no lo miraría con esos ojos llenos de rabia contenida y furia cada vez que discutían.
La leve brisa que corría hacía que su cabello pelirrojo y ligeramente ondulado se moviera con gracia, mientras ella fijaba sus ojos y toda su atención en aquel libro que sostenían sus manos, esa era otra de las cosas que odiaba, ese aura especial que tenía cuando estaba concentrada en algo tanto que nada de lo que pasara a su alrededor era más importante que eso. Unas risas lo distrajeron de su visión dejando ver a Potter con Lehman, y una profunda envidia lo lleno, el quería estar así...
Habían pasado unos días, o quizás ya más de una semana, desde que el la observara leyendo debajo del haya y se maldijo porque ya no solo pensaba en ella mientras dormía, sino que su recuerdo, su mirada y toda ella lo invadía a cada momento, en clase muchas veces se limitaba a mirarla sentada unas filas delante de él, no obstante eran los dos mejores de su año, y si quería llegar a ser auror necesitaba todas esas materias.
Su futuro, le hizo esbozar una sonrisa, su abuelo y su padre hace mucho que le tenían planificado dicho futuro, pero el no quería dedicarse a ser un perfecto Malfoy, un perfecto sangre limpia, porque en aquellos momentos esos ideales se encontraban casi muertos y porque el no creía en nada de eso, el solo quería ser una persona normal, una persona capaz de vivir y que ella mirara o aceptara para una cita, pero eso era realmente imposible porque ella era una Weasley y simplemente ellos no podrían tener esa oportunidad nunca.
Volvió a clase cuando escucho a todo el mundo hablar, ¿ya había terminado? No, no podía ser así porque solo eran las y media, todavía quedaba más de media hora, a su derecha sorprendió a Nott hablando con otro muchacho de Ravenclawn, y no iba a preguntarle a él, porque le preguntaría en donde esta, y se pondría molesto con una novia o algo así y era lo que en ese momento menos necesitaba.
- Como ya les dijo, las parejas las pondré yo, y serán diez ya que apenas somos veinte alumnos en esta clase de transformaciones.-decía la profesora a los alumnos que le hacían caso, que resultaban ser poquísimos-Como les dijo, estas parejas establecidas van a trabajar juntas todo el primer mes y medio, después ya dejaremos los trabajos en grupo y nos dedicaremos más a los éxtasis Todos sabéis la regla de los grupos y por ello y por el buen funcionamiento de Hogwarts quedo establecido en el actual reglamento de...
Esa norma hacia mucho que la conocía, era la de que todos lo que formaban el grupo no debía ser de la misma casa, sino de casas diferentes para eliminar así los lazos que vinculaban a unos con otros y que provocaban la creación de nuevos prejuicios que después de la regla querían que quedaran olvidados. Lo que no sabían es que aún en familias como la suya eso prejuicios seguían latentes dentro de ella y eran la causa de numerosas discusiones entre sus padres. Su madre, no era de esos ideales y su padre tampoco, pero este era muy influenciado por su abuelo Lucius cuya mayor alegría era cuando le decía que había superado a un Potter o a un Weasley. Sin embargo, Scorpius no era así, cuando el sombrero dudo en que casa ponerlo sin en Ravenclawn o Slytherin, el le dijo que en Slutherin, porque no quería defraudar a su familia, pero ahora hubiera preferido que no hubiera sido así, así hubiera podido demostrar que no era un Malfoy más, que el era distinto y que tenía ideales que no se parecían a los de su familia, de los que en más de una ocasión se avergonzaba.
Se levanto todavía asumido en sus pensamientos, que no se dio cuenta cuando se choco con la pelirroja al salir del aula, esta tropezó a la altura de la puerta y cayo al suelo cayendo el detrás encima de ella. Scorpius la miro y noto que su nariz tenía numerosas pecas chicas de un color marrón muy claro, era un nuevo descubrimiento. Subió un poco su mirada y fijo su mirada en los ojos azules de ella, no era un azul normal, era un azul intenso y fuerte, sentía la respiración de ella caliente a la altura de su cuello y eso lo alteraba, le hacía cosquillas pero también era una invitación inconsciente para lanzarse a besarla, a esos labios rosados entreabiertos que tenía de ese color rosa claro que tantos sueños le había robado. Su corazón latía fuertemente mientras el seguía encima de ella con la mirada nerviosa, entonces sucedió. Escucho la voz de Nott diciendo que era una inútil y que había provocado que el cayese encima de ella, que era lo que buscaba, y la realidad volvió a su alrededor como si se tratara de un viaje materializándose la profesora que ahora regañaba a Nott por esa falta de respeto y a Potter que lo miraba con una ceja alzada porque aún no sabía que era lo que sucedía.
- Perdona.-dijo Rose, aún debajo de el a medida que se sonrojaba cada vez más sus mejillas.
- No pasa nada, un accidente lo tiene cualquiera.-dijo el con una sonrisa mientras se retiraba.-Además, ha sido culpa mía no miraba por donde iba…
Rose poso suavemente su mano en su frente con una mirada preocupada, pero a la vez con una sonrisa divertida en sus labios mientras el le miraba interrogante y confundido, ya que ella no era consciente de lo que producía un leve contacto en la piel de el.
Susan sonrío al lado de Albus mientras observaba como ambos se sonrojaban al contacto de su piel.
- ¿Qué haces?-pregunto el confundido.
- Comprobar que no tienes fiebre, así que supongo que has debido de darte un golpe en la cabeza.-dijo Rose de repente.
- No me he dado ningún golpe en la cabeza.-dijo el ofendido.- ¿Por qué has pensado eso?
- Porque no me has insultado ni me has dicho inútil.-respondió ella sincera, haciendo que el cambiara su expresión por una de desilusión.
- No soy así, tu no me conoces.-dijo el, levantándose de mal humor y cogiendo sus cosas, y parte de las de ella que lo miraba sorprendido.- Ten más cuidado la próxima vez si te podías hacer daño Weasley.
Rose miro una vez más sus libros que les había dado y se giro dispuesta a decirle que no le importaría conocerlo de verdad, pero el ya se había ido, con Nott supuso porque ya tampoco estaba allí. Miro a Susan que le tendía una mano y la ayudo a levantarse de donde estaba con una mirada risueña, pero ella no podía pensar nada más en esos ojos que siempre la habían mirado desde lejos, esos ojos grises y en los que no nunca se había fijado, tenía tantos matices y tantas emociones mezcladas que se sorprendió así misma cuando al cabo de media hora Hugo le pregunto porque estaba sonrojada, haciéndola volver a la realidad y después de un rato busco con la mirada a aquel chico en que casi nadie reparaba sentando en la mesa de Slytherin comiendo tranquilamente con un libro en una mano, quizás estuviera equivocada y no era como ella creía.
