Parte I: Antes de la tormenta

Hospital de Kanagawa… a dos días de entrar a clases… a dos días de su cumpleaños…

¿Cuántos meses han pasado?... mmm… más o menos casi seis meses desde Hanamichi Sakuragi ingresó con una grave lesión en la espalda, al parecer tenía dislocadas la vértebras número seis y diez. Menos mal que no fue nada más grave, si no, no podría jugar de por vida… No se sabe cómo empezar a narrar esta historia porque, más que nada, tiene muchas aristas, pero puede ser que lo mejor es que empecemos por este chico pelirrojo tan excéntrico.

Nadie cuestionará el hecho que no asumió con facilidad su nueva condición, un chico tan activo como él, en el casi cuadro clínico 'chico hiperactivo' se quedara postrado en una cama sin moverse… sin comentarios. Como tampoco la novedad, que el chico tiene su encanto… muy especial (y dejémoslo ahí), se hizo conocido por toda la planta. No fue al mucho andar, que todos se enteraron que Hanamichi era huérfano, su madre murió a los seis años de un accidente de tránsito y su padre, cuando tenía catorce de un ataque al corazón; que desde entonces vives con sus tíos Aiko y Yuki, y su prima Akane.

Quién diría que esa chiquilla, sin querer sería el motor de todos los problemas de Hanamichi…

Cambiando de tema, eso no ha sido todo. El chico ha tenido mucho tiempo para las visitas, creo que la mitad del distrito lo ha visitado, en estas cosas realmente se ve la huella que se deja en las personas. Y no sólo fue visitado por los chicos de su equipo sino de varios…

Para variar… sólo un chico no lo visitó… ¿Hay que mencionar lo obvio? También es evidente imaginar que la vez que se vieron en la playa no cuenta…

Pero lo que ha tenido más tiempo ha sido para pensar, muchas veces se lo vio con la cara ida y concentrado en quién sabe qué en las afueras del hospital y en la playa.

Inexplicablemente… una noche no muy especial, se puso a llorar, pero no era un llanto de un chico en crisis en rehabilitación sino algo más… ¿será la soledad? Nunca nadie lo supo, ni siquiera su amigo Yohei se enteró de ese secreto, era algo 'demasiado personal', le decía como excusa. Nadie, ni en todas sus imaginaciones estuvo cerca con la crisis del pelirrojo…

Es que no era algo que se arrastraba… sino todo un descubrimiento…

Y ese descubrimiento sólo tenía una palabra… dolor…

Estuvo más de un mes en que nada lo animaba, ni las visitas de Haruko y su ejército lo hizo mejorar de ánimo. Lo único que lo hizo reaccionar en todo ese tiempo es que la chica que tanto amaba poco menos profesaba una repulsión a Rukawa sin antecedentes y sin, tampoco, por una razón lógica. Los chicos le dijeron, una vez que la chica no pudo asistir, es que el zorro era otra persona, seguía siendo el mismo chico taciturno de siempre pero sólo tenía que ver para comprobar en lo que se había transformado. Bueno… ehhh… es que si no te sorprendes es que tu capacidad de asombro es mayor que la inteligencia de Einstein, con lo que se lee por ciertas páginas de internet en estos días hasta es entendible.

Pero volviendo a la rehabilitación, ésta fue en sí dolorosa y le hizo recordar al pelirrojo la soledad que siempre ha vivido desde pequeño, ese 'descubrimiento' tampoco le ayudaba en mucho, sino que todo lo contrario… ¿Por qué demonios justo ahora se dio cuenta de eso? A veces miraba las estrellas en la noche, preguntándose porque sus papás lo dejaron solo ¿Es que es tan poca cosa que ni ellos lo quieren? Su papá era su pendiente no resuelto, no ha habido día en que no se haya echado la culpa de su muerte; ahora más que nunca necesitaba uno de sus consejos, como el 'nada se resuelve con la violencia', ahora con los años se ha dado cuenta cuánta razón tenía. O uno de los abrazos que le daba su mamá, cuántas veces le gustaría decirles a los chicos qué no daría por abrazar una vez más a su mamá cuando se avergüenzan al ser abrazados por las suyas… cuánta envidia le daba.

Todos los días ha tomado la costumbre de mirarse al espejo… Y aunque no lo demuestre, ser rechazado por cincuenta chicas hacía que algo había malo en él; aunque dijera que es guapo, encuentra que lo que está reflejado es un asco; y aunque diga que es muy talentoso, se siente un inútil bueno para nada postrado en esas cuatro paredes.

Y él debe estar triunfando, como siempre…

El… tan bueno para el basketball, bien parecido, con suerte de las chicas, el aprecio del gordito, hasta sus notas son mejores que las suyas y lo único que hace en el día es dormir… es tan tan… perfecto…

Y lo peor… no hace nada en su jodida existencia para serlo…

Siempre se pregunta por qué algunos nacen para ser estrella y otros para ser estrellados…

Eso es todo un misterio…

Ahora, por lo menos, anda contento… Es que salir del hospital es la mejor noticia que le han dado, es que creería que nunca saldría de aquel lugar infernal, hasta la prisión le parecía un lugar más agradable. Lo mejor de todo es que su prima y él estarían juntos en la preparatoria.

Pobrecito… si supiera…

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Era bonita, pero nada del otro mundo… típica japonesa de cabello negro, piel clara y ojos castaños, no eran tan rasgados como los de su primo. Eso sí, su sonrisa y su altura eran poco frecuentes en las chicas, sus largas piernas hacían que los chicos se dieran vuelta para mirarlas otra vez y siempre tenía facciones que la hacían ver como una chiquilla feliz. Por lo demás, su carácter tampoco era algo fuera de lo común, salvo que no sería capaz de incluirse en el club de las gritonas de Rukawa, eso sí era algo 'anormal' en la preparatoria de Shohoku.

Sin embargo… todavía había algo de ella que no conocía… ni los demás tampoco…

- Hola…

- "…"

- Hola…

- Ah, lo siento – dijo la chica algo asustada – es que estaba mirando la preparatoria, es que es mi primer día – se sonrojó, parecía una tonta – hola, Miyagi.

- Hola… es normal, a mí también me pasó… pero no me digas Miyagi, para los amigos, simplemente Ryota.

- Esta bien… Ryota… - Akane sonrió.

- ¿Te encuentras bien? – le dijo al ver que estaba nerviosa y observando para todos lados.

- Es que me siento perdida, la secundaria no es tan grande como este lugar – seguía mirando maravillada.

- Eso es cierto y eso que no has visto el gimnasio – empezaron los dos a caminar.

- Supe por Hana, que este año serás capitán.

- Así es…

- Espero que este año sí ganen las nacionales, sé que podrás lograrlo – lo dijo con muchas ganas.

- Gracias… si sigues así, terminarás por apenarme, jejeje.

- No digas eso… además, tendrás el tremendo desafío de que esos dos se lleven bien en la cancha…

- No sé que es más difícil… el campeonato o esos dos – suspiró, luego ambos se miraron y se rieron - ¿Tú sabes si Hanamichi vendrá hoy? – preguntó Ryota ansioso.

- Obvio que vendrá solamente al entrenamiento… ¿o crees que existen los milagros y vendría a clases?...

- Es un caso perdido…

De repente, unos metros más adelante de ellos, pasó una chica, que era más que conocida para ambos. Por razones obvias, el chico se le pusieron ojos de corazoncitos y pronunciaba frases sin sentido; de más está decir que el mundo se le había olvidado. Este año se había propuesto que ahora sí la conquistaría.

Akane inmediatamente entendió el mensaje… otra vez…

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Las clases pasaron larga y tediosamente, primer día de clases y ya tenían programado el mes completo, sin contar con los entrenamientos extra y demases. Ya todos tenían cara de aburrimiento, menos la siempre animada Ayako, que siempre anda con ganas de seguir adelante.

Mira el gimnasio y es un milagro que está vacío, siempre está Rukawa practicando tiros o alguna de sus jugadas, casi siempre era el primero en llegar y el último en irse.

"Ay, seguramente este niñito se quedó dormido en clases… no cambiará nunca…"

Mira otra vez el gimnasio, para asegurarse que no esté alguien. Al corroborar que no había nadie, se dio vuelta, pero su rostro quedó tan cerca con el de un chico que ambos pegaron un grito.

- ¿Querías matarme del susto? – le reclama todavía con la voz agitada y le pega un abanicazo, con el que se oye un ¡ouch! – no es bueno andar espiando a la gente.

- Pero si eso estabas haciendo – se gana otro abanicazo por parte de la chica de rizos – oye, eso me dolió…

- Sólo quise ver si había alguien dentro del gimnasio, Mitsui…

- Pero no te enojes… además respeta a tus superiores…

- ¿Mis superiores?... jajaja, no me haga reír, recuerde que nosotros vamos en el mismo grado – golpe bajo, ya que al chico le tocó repetir el año.

- Pero soy mayor…

- ¿Y?

- Y… - se quedó sin respuesta, se quedó observando a la joven, no tenía que responder – y… a-a mí me-me respetas… yo…

- ¿Y?... yo soy la manager…

- Yo… soy el que cuido de ustedes, soy el mayor – había caído en un juego estúpido.

- Sí, claro… en el equipo de los maduros… - lo miró de reojo, aunque ella no supo que cometió un grave error.

El peliazul iba a responderle algo, pero ven a Ryota que está corriendo a toda velocidad, ansioso por decir algo, pero al ver a su musa inspiradora, se olvidó del mundo…

- Ayako… tanto tiempo… - dijo ilusionado el chiquillo del arete y un bonito sonrojo.

- ¿Tanto tiempo? – "¿qué desayunó este tipo?" – la última vez que nos vimos fue en la clase de matemática.

- Ah, es cierto – se rasca la cabeza, "idiota, una hormiga dice algo más inteligente".

- Miyagi – interrumpió Mitsui - ¿por qué venías tan apurado?

- Ah… se me había olvidado – lo dijo urgido y los otros dos lo miraban con cara de "demonios" – es que Hanamichi acaba de llegar.

- ¿Cómo se te pudo haber olvidado eso? – le preguntó molesto el chico de la cicatriz – eres el capitán.

- Ya lo sé – contestó Ryota de mala gana – mejor vamos a ver a Sakuragi… Ayako, ¿vienes con nosotros?

- No, yo los alcanzaré después… - le respondió.

- Vamos, Mitsui…

- Sí… capitán – su tono fue en broma.

Ella respiró hondamente y miró a esos dos que seguían discutiendo por una idiotez, una tremenda novedad. Este año sería muy difícil, encontrar el reemplazo de Akagi no va a ser una tarea tanto dentro como fuera de la cancha. Esto parecía más un centro de rehabilitación de niños conflictivos que un equipo de basquetball.

Sin embargo…

- ¿Quién lo diría? – lo dijo hablando sola con una pose mucho más seria, mientras todavía miraba fijamente a ese par.

"¿Quién lo diría?"…

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Nuevamente quedó vacío el gimnasio, un par de minutos después entró uno de los chicos del equipo titular a practicar… todavía queda media hora para el entrenamiento, media hora para ver al maldito torpe otra vez… estaban tan tranquilos en los entrenamientos, que deseaba que se hubiera lesionado de por vida para que no molestara más. Si no hubiera sido por sus rebotes y sus canastas de último minuto, sería un completo inútil; Shohoku, según él, más parecía un equipo de cuatro que de cinco personas.

Mas tenía una sensación extraña, difícil de calificar… ¿será eso que lo extraña?

No… qué bah…

Empezó a entrenar, aún quedaban algunos minutos del entrenamiento, por suerte ya no se acercan sus admiradoras como antes. Sigue con su popularidad, pero de una forma muy extraña, siguen habiendo desmayos y cuchicheos en los pasillos, pero sólo hay gritonas en los partidos, en donde ellas no pueden ser vistas. Ya no van ni vestidas de porristas para las prácticas y la nueva manager ya no lo mira con cara de "cásate conmigo", menos mal…

¿Por qué? Ni él tiene idea… total, a lo mejor se dieron cuenta de que algo ha cambiado en él… o a lo mejor ya encontraron a otro chico a quien gritar. ¿Qué más da? Mientras obtenga lo que quiere, está más que seguro… Pero ahora, ni el basketball ha logrado eso…

Mejor no sigue distrayéndose antes que alguien lo moleste… debería entrenar de noche, no necesita de los demás, toda la vida ha sido muy independiente… él tiene por objetivo ser el número uno y nada más. Hay que aclarar que ese pase a Sakuragi en el partido contra Sannoh, fue solamente la desesperación por ganar, hubiera pagado lo que no tiene para que fuera otro quien lo hubiese recibido.

"Maldición"

Falla un tiro… el balón comienza a rodar como si lo llamaran y, sin querer, dio a los pies de alguien, esa persona tomó la pelota y miró a quien estaba entrenando con ella.

- Hola…

- "…" – no dijo nada pero hizo una mueca para que pasara el balón.

- Toma, veo que eres Rukawa – le hace un falso regaño y le hace el pase – eres tal como habían dicho.

- "…" – comienza darle botes a la pelota.

- Oye es de mala educación dejar con la palabra en la boca a los demás – protestó – sólo quería preguntarte si has visto a Hanamichi, me dijeron que ya había llegado.

"¿Ya llegó?"

- ¿Y yo por qué tengo que saber donde debe estar ese tarado? – el moreno le dio la espalda a la recién llegada y siguió jugando.

- Oye, te prohíbo que le digas así a mi primo, ¿entendiste? – fue ahí cuando Akane perdió la paciencia y le gritó, Kaede apenas oyó la palabra "primo", se dio inmediatamente vuelta – vaya, al fin conseguí tu atención – pensó que fue por el sólo hecho de que le había gritado.

- ¿Cómo te llamas? – le preguntó fríamente.

- Sakuragi Akane…

En ese momento, el pelinegro le dirigió una mirada que la intimidó; él disimuladamente la miró de pies a cabeza. Es un zorro, y como tal, no da pie sin pisada…

"Ella… es… es… perfecta…"

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New fic… ¡Holas! Paulyta de nuevo a la carga, espero que les guste el inicio, aunque no entiendan mucho aún. Creo que me aficioné a las historias entrelazadas, pero en mi opinión será mucho más livianito que 'Coincidencias', no será tan intrigante pero sí tratará temas más comunes como la amistad, la traición, los celos, la lealtad, el sentimiento de superioridad e inferioridad, el acoso, el despertar sexual mal visto, entre otros ¿Cómo les cayó Akane? ¿Será buena o mala? Opinen, opinen… Eso sí advierto desde ya que no quiero que me maten, haré algo malo, no tiene que ver con Ru o Hana, pero sé que es malo (¿dónde me meto mientras pueda?), no les adelanto nada más…

Se preguntaran porque lo publiqué de nuevo. Resulta que tuve un problema de fuerza mayor y lo tuve que borrar.

El título, en apariencia, tampoco concuerda mucho, pero eso se sabrá en el último capítulo… Hagamos un concurso, la primera persona que lo adivine, le dedicaré el lemon (es lo único que adelanto, porque obvio que va a haber uno, jejejejeje). También a la respuesta más original, vamos a ver qué pasará por vuestras cabecitas, jajajajajajajaja.

Espero que les haya gustado, si no, igual háganmelo saber…

Besos a todos…

Paulyta.

PS: Alguien sabe cuál es el apellido de Ayako… que yo recuerde, no se dijo en la serie, pero si alguien sabe que me lo diga. Si no, para inventar uno.