Universo: Anime/Manga.

Spoilers: Hasta el arco actual del manga.

Advertencias: Ninguna.


MOTHERLAND

[Drabble]

Kagura vivió pobremente.

Su hogar se encontraba en un barrio derruido, donde las casas caían a pedazos y los delincuentes acechaban en cada esquina. Apenas tenían agua corriente y electricidad; sobrevivían con lo justo los tres (los cuatro cuando papi estaba en casa), sin comidas lujosas ni ropas extravagantes. El dinero que Umibozu ganaba derrotando monstruos se desvanecía sin que ella ni su hermano supieran nada de él. Sin embargo, Kagura era feliz de esa manera. Acurrucándose en los brazos de su madre, protegida por la pequeña espalda de su hermano mayor, alegre cada vez que su padre y menguante cabello se aparecían.

Nunca pensó que su pequeña felicidad, inocente e inconstante, desaparecería poco a poco, siempre más rápido de lo que le gustaría. Nunca pensó que Kamui la dejaría atrás, ignorando las lágrimas que alguna vez le preocuparon, que mami exhalaría su último aliento sola, cuando sólo quedaba ella en esa casa cada vez más solitaria cuando su hija menor había salido a conseguir comida ni que Umibozu volvería por ella sólo para volverla a abandonar.

Al final Kagura se quedó sólo con las manos vacías y un montón de recuerdos que le apretaron el corazón con violencia y la hicieron llorar todo el camino hacia la Tierra.

Después de aquello, realmente no esperó conseguir un nuevo hogar tan rápido. No aquel edificio en ruinas donde los delincuentes que la reclutaron la alimentaban sin muchos lujos, pero sí diariamente; sino el segundo piso del bar de aquella vieja bruja: la Yorozuya, donde convivía con el samurai más perezoso de la existencia y las gafas más gritonas del mundo.

No estaba en sus planes quererles tanto, ella sólo buscaba borrar amarguras y conseguir fuerza suficiente para recuperar lo que había perdido, aunque fuera sólo un poco; pero se aferró al lugar con todo lo que tenía. Se aferró a Gintoki a pesar de su inútil cabeza con amnesia y se aferró a Shinpachi y a Tae con una desesperación que la felicidad hizo que pasara desapercibida. El armario se convirtió en su cuarto y recostarse debajo del kotatsu en invierno o sobre el pelo de Sadaharu fueron sus lugares favorito.

Kagura estaba en casa con las personas que más quería en el mundo, aunque faltara su familia sanguínea.

La Tierra era un hermoso lugar, tan diferente a su planeta natal: era una tierra de sueños y esperanzas. Se dio cuenta que ya no podía volver hacia atrás y que su lugar estaba allí, haciendo trabajos raros junto a Gin-chan y Shinpachi, corriendo sobre el lomo de Sadaharu y evitando que la materia oscura de Tae la matara. Fue creando lazos con cada una de las personas que cruzaba, todos preciosos en sus manos, todos brillantes y vibrantes, todos cálidos y acogedores.

El planeta Tierra era su nuevo hogar y en Rakuyou lo único que había era una vida que no se podía recuperar.

[FINAL]


[Notas y aclaraciones]

Como estoy de vacaciones, esto iba a ser un Okikagu. Al final ni hay ship ni nada en concreto, pero meh

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