Disclaimer: Stranger Things © The Duffer Brothers, Netflix.


Sinopsis completa: Hace un año que las cosas extrañas terminaron en Hawkins, la vida de todos volvió a la normalidad, incluyendo al grupo de muchachos que se esmeraron en encontrar a su amigo desaparecido, Will Byers.

A pesar de toda la paz, Will no sentía que nada había cambiado. Cuando no había nadie, podía sentir que seguía en el Upside Down, aún podía sentir esa cosa asquerosa invadir su garganta. Pues lo que no sabía era que una parte de él aún estaba en ese horrible mundo de desesperación y miedo.

Los demás, ajenos a esto, aún tenían presente a la niña que se deshizo del Demogorgon, Eleven. Sobre todo Mike, que anhelaba el regreso de la niña y poder ir juntos al Snowball, tal y como le prometió.

Sin embargo, cosas raras empiezan a pasar al rededor de, esta vez, toda la población de Hawkins: llantos, gritos de auxilio y una repentina enfermedad atacan el pacífico pueblo. ¿La razón podría ser, quizá, la nueva familia que se mudó al barrio de Mike con una hija recién salida de un psiquiátrico?

Algo o más bien alguien quiere salir del Upside Down. Y le hará saber a Mike que está aquí.


•Nota de la autora: Ya sé, ya sé. Tengo muchos fanfics que actualizar, pero uno más no hace daño, ¿no es así? Anyway, de verdad que me he quedado encantada con Stranger Things, ¡es lo que mi alma errante ha estado buscando! Te atrapa y no te deja ir hasta que te consume, te consume en teorías, feels, ships (MILEVEN) y fangirleo. Creo que jamás me hubiera perdonado no publicar este fanfic, que por cierto también lleva ya un tiempo en Wattpad y ya va por las 150 lecturas «3. Que me voy por las ramas, en fin. La portada fue hecha por kittensrainbows (wattpad) y se lo agradezco infinitamente.

Se me está escapando algo, ¡ah sí! El fanfic fue tremendamente inspirado en una canción de Sia, "Im Here". Me pareció preciosa, y tras ver un edit Mileven con la canción, no dudé en que el deber me llamaba y debía hacer un fic con la canción, aconsejo escucharla mientras leen el primer capítulo.

Sin nada más que decir, ¡tengan una buena lectura!


Capítulo 01

«welcome back, stranger things»


Había pasado ya un año desde el extraño suceso con Will y la desaparición de Eleven. La paz y tranquilidad habían vuelto a Hawkins, ya no habían más monstruos ni complots del gobierno. El grupo de amigos protagonista de todos los sucesos sobrenaturales volvió a su rutina: jugar D&D los fines de semana en el sótano de Mike. Ocasionalmente iban a acampar en el bosque, y por bosque se referían a diez metros de la casa de Will. Joyce aún no tenía confianza en dejarlos completamente solos en el bosque luego de toda su aventura con el Demogorgon.

Era 27 de diciembre, año nuevo estaba a la vuelta de la esquina y con ello el fin del receso de invierno. A los chicos les daba realmente igual, desde que Eleven les dió una lección a aquellos bullies.

Por su lado, Mike estaba empacando para ir a casa de unos familiares suyos por año nuevo y quedarse unos días más, Lucas iba a quedarse en casa al igual que Dustin y Will recibiría la visita de Hopper, el nuevo novio de su mamá (sí, la noticia también había causado ese impacto por el pueblo). En resumen, todos tenían algo importante para esas fechas.

En la casa Wheeler, todos ya estaban listos para partir camino a la ciudad, Mike estaba afuera con la bebé Holly jugando a armar muñecos de nieve. El pre adolescente observó a un camión de mudanza dirigirse hacia el final de la calle. Alzó las cejas, hace mucho que no llegaban nuevos vecinos a su vecindario, por lo general la gente prefería las grandes ciudades debido a que habían más oportunidades laborales y más cosas entretenidas.

—Mira Holly, quizá tendrás algún amigo nuevo en el pre escolar. —Le dijo a la ya no tan pequeña Holly de tres años. Un auto llegó minutos después que el de la mudanza. No pudo distinguir a las personas que se bajaban del vehículo, tampoco le importaba mucho. Y con una curiosidad ya inexistente siguió con su tarea de ayudar a hacerle una cabeza al muñeco de nieve.

Un rato después, los Wheeler ya se encontraban en la carretera, en camino a la ciudad. Nancy se encontraba leyendo, Mike miraba con aburrimiento por la ventana y Holly jugaba con su osito de peluche en su silla especial. El señor Wheeler conducía callado, había sintonizado una estación de radio al azar, dando con una de música. El silencio del auto era interrumpido por los viejos éxitos de Cher. La carretera estaba semi vacía, dándole un aspecto como de película a su viaje. De esas que tanto le gustaban a Nancy.

Mike divagaba entre sus pensamientos, la verdad no tenía mucho interés en el viaje, todo lo que ocupaba su mente la mayor parte del tiempo era la sonrisa de aquella niña con el cabello rapado y enfundada en un vestido rosa.

—¡Detente! —El repentino grito de Karen hizo que todos en el auto dieran un salto en sus asientos. El señor Wheeler pisó el freno abruptamente al reparar en el motivo de tal grito: a tan solo metros se encontraba una niña parada en medio de la carretera.

La niña al ver que el auto paró y ya no estaba en peligro, siguió su camino con total naturalidad. Esto pudiera haber sido completamente normal, quizá ella vivía en una casa al otro lado de la carretera y había ido a jugar por el bosque, pudiera ser normal. Si no fuera que traía puesto una bata como las de los hospitales bañada en un color rojo y con evidentes rasguños en los brazos.

—Acelera —susurró Nancy. Karen se volvió a verla.

—Nancy, quizá esté herida, deberíamos... —La adolescente la interrumpió.

—¡Demonios mamá, a unos metros de aquí dentro del bosque está uno de los loqueros más seguros del país, esa niña claramente viene de ahí! ¡No traerás a ningún loco al auto! —Gritó, completamente asustada—. ¡Acelera papá! ¡Ahora, ahora, ahora! —apuró. El hombre no lo dudó y pisó el acelerador hasta el fondo.

Esa noche, ni Mike ni Nancy durmieron. La razón era simple: además de estar en un gran shock debido al deplorable estado de aquella jovencita, estaban asustados al ver la viva imagen de Eleven en ella.

Pero no podía ser cierto, Eleven estaba atrapada en el Upside Down...

¿O no?


—En otras noticias, ayer por la media tarde escapó una paciente de un hospital psiquiátrico cerca de una ciudad llamada "Hawkins". Según la poca información que brindaron los doctores que custodiaban la salud de la paciente, sufre de trastorno de personalidad múltiple, y por lo general es muy violenta. Le arrancó pedazos de piel con sus dientes a todas las enfermeras que se han encargado de cuidarla, cuando escapó, apuñaló a dos guardias y le arrancó la oreja a otro —Karen miraba horrorizada las noticias de la mañana, Nancy le dirigió un "te lo dije" a su progenitora, esta la mandó a callar y siguió viendo las noticias—. El nombre de esta jovencita es Cressidy Gotye, tiene alrededor de trece años y desde hace seis años está ahí, se ruega a los residentes de zonas cercanas que tengan mucho cuidado. No deben interactuar con ella y si la ven llamen a la policía... —Mientras la mujer de las noticias hablaba pasaban imágenes de la presunta fugitiva.

Nancy apagó la tele, su madre estaba pálida.

—¿Ves, mamá? ¡Yo te dije que no había que ayudarla! Quién sabe qué sería de nosotros si lo hubiéramos hecho —reprochó la castaña.

—¿Y cómo sabías que ese hospital estaba ahí? —cuestionó el hermano del medio.

—Steve quiere estudiar psiquiatría, me contó que estuvo ahí en las vacaciones de verano para ver cómo se trabajaba por allí —explicó con una sonrisa triunfal. Mike rodó los ojos fastidiado.

Los días que pasaron en casa de la prima Verónica fueron los más largos para Mike. Al volver tomaron un camino más largo pero más pre adolescente iba ansioso por volver a ver a sus amigos y jugar a calabozos y dragones, ya que había estado planeando una jornada entera de juego y quería empezar cuanto antes. Nancy iba parloteando de cuán emocionada estaba por empezar a ir al club de escultura que se inauguró antes del receso por las fiestas, Holly dormía con su osito, Frambuesa según ella lo llamaba, pegado a su cara. Cuando llegaron al pueblo, los recibió una calle repleta de nieve. Al parecer sí había nevado sin parar estos últimos días tal y como los chicos le contaron en una de sus llamadas. La entrada de la cochera también estaba llena de nieve, por lo que tuvieron que dejar el vehículo afuera hasta que la removieran. Mike subió a su cuarto, acomodó los regalos de navidad que sus tías le dieron y procedió a llamar a Lucas. Si tenía suerte dejarían a sus amigos ir a hacer una piyamada esa noche.

—Lucas, ya llegué a casa, ¿estás en la tuya ahora? Cambio. —Esperó por una respuesta. La voz de Lucas hizo acto de presencia un minuto después.

—Bienvenido de vuelta amigo, y no, no estoy en mi casa de los nuevos vecinos, mi mamá se hizo amiga de la familia y me trajeron contra mi voluntad solo para socializar con la hija de los señores, cambio —Mike alzó una ceja, no creía que la nueva familia fuera tan rápida para hacer amigos.

—¿En serio? Pero si estás en la esquina, pídele permiso a tu mamá y ven a mi casa, luego llamamos a Dustin y Will, cambio.

—Creo que no entendiste: estoy aquí, contra mi voluntad, con mi mamá. Sería más fácil ver a Will aprobar gimnasia en invierno y con fiebre, cambio —dijo, el chico torció la boca, hasta cierto punto tenía razón.

Escuchó pasos por el corredor, imaginó que alguno de sus padres o Nancy se dirigían a su cuarto. El pomo giró de su lado de la puerta y su madre entró a su habitación.

—Cariño, iré a saludar a los nuevos vecinos, ¿quieres venir? —su madre a veces era demasiado oportuna.

—Claro, bajo en un segundo —sonrió. Karen asintió y se retiró de la habitación—. Lucas, quédate ahí, voy enseguida —no esperó por una respuesta, tiró el aparato en la cama y tomó el abrigo.


Will apretó las sabanas con fuerza entre sus dedos, la noche era cuando las pesadillas con el Demogorgon y el Upside Down tomaban fuerza y eso lo angustiaba, ya que ojeras profundas empezaban a crearse bajo sus ojos y ya no tenía más excusas para darle a su madre. No quería preocupar a Joyce por cosas como unas simples pesadillas. Aunque no era normal seguir vomitando partes de esa cría de Demogorgon que se comía poco a poco su tejido.

Mientras tanto, Joyce dormía placidamente tras haber tomado sus medicamentos para dormir, últimamente había estado teniendo insomnio a causa del stress del trabajo, por lo que se autorecetó unos medicamentos para lograr dormir algunas horas. Por supuesto ni Jonatan ni Will sabían de esto, ni Hopper, su algo-parecido-a-novio. Sin embargo, a saber cómo, se despertó debido a una sensación de asfixia. Miró a su alrededor, estaba boca arriba en la cama, sin nada que pudiera causar ese efecto. Se levantó y fue directo a la cocina, una vez allí se sirvió un vaso de agua y emprendió camino a su habitación.

Algo la detuvo, unas pisadas que se oían al fondo del corredor, se quedó estática, esperando que alguno de sus hijos hiciera acto de presencia en la sala. No pasó nada, sin embargo, las pisadas se oían cada vez más fuertes, y más rápidas, sudó y las manos empezaron a temblarle.

—¿Jonatan? —preguntó, nadie respondió, tragó saliva y dejó el vaso en el piso—. ¿Will, eres tú? ¿De nuevo tienes pesadillas bebé? —de nuevo, nadie respondió. Cuando iba a salir corriendo una voz hizo eco en el lugar.

Joyce.

Ese susurro le bastó para que la piel se le pusiera de gallina, las palabras se le atragantaron en la garganta. Esa era la voz de Eleven.

—Eleven, cariño, ¿Dónde estás? —susurró con el corazón palpitando a mil por hora.

Ayúdame —su voz sonaba agitada, como si tuviera miedo. Pero, ¿de qué?

—Sí, lo haré, pero dime, ¿qué hago? ¿Dónde estás? —volvió a preguntar.

Will estuvo aquí —dijo, empezando a hiperventilarse.

—Upside Down... —Murmuró con el odio teñido en su voz—. ¿Qué puedo hacer para ayudarte? ¿Dónde se encuentra esta vez el portal?

Yo... No creo... —por unos segundos reinó el silencio. Joyce podía oír sus latidos y su respiración agitada, estaba emocionada pero a la vez tenía miedo. Cuando Eleven volvió a hablar, supo que todo andaba mal—. ¡Aléjate de mi!

Las luces parpadearon, hasta romperse en mil pedazos, Joyce por instinto se cubrió con sus brazos, cuando se cercioró de que no estaba herida, lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.

Algo le había pasado a Eleven. Algo malo.


Fin del capítulo uno


•Notas finales: Los que me conocen (o han seguido mis historias pese a que borré unas cuantas) saben que yo odio los OC/Self insert desde que tengo un poco de lucidez en cuanto a fanfics se refiere. Pero a ver, no es que yo odio a los OC en sí, yo odio a las Mary Sue/ Gary Stu, además de que yo no soy partidaria de emparejar a un personaje canónico con un OC porque sí (al menos ya no). Pero en este fic... Bueno, caí por mi bebé, la del manicomio, sí, Cressidy. Originalmente iba a hacer una historia original solo para ella, pero llegó la inspiración que juntó A Killers Tale (Obra en la que Cressidy era protagonista) y Im here, y cuando me di cuenta Gotye ya formaba parte de mis locuras.

Hablemos del capítulo, tuve un severo conflicto conmigo misma al introducir a Eleven desde ya, es decir, yo planeaba que apareciera, sí, pero no que desde el primer capítulo hiciera acto de presencia. Quería mantener un poco de misterio al rededor de ella, sobre qué le pasó y donde andaba. La ultima escena fue espontanea, me nació a último momento, y tuve que volver a reestructurar todo, pensar en qué atacó a Eleven (Sí, ni yo sabía eso en su momento) y eso me atrasó más. Pero quedé conforme en el resultado que tengo escrito en un cuaderno, así que lo dejé pasar (por ahora).

Ahora una preguntirijillas: ¿qué creen que le pasó a la pelona? ¿esperan algo en particular en los siguientes capítulos? ¿cuanto calculan (en su opinión) que esto tomará un rumbo shipper y el Mileven hará su aparición? ¿creen que Cressidy tendrá mucha o poca influencia en la trama? ¿la hija de los nuevos vecinos será una demente controlada?

¡Nos vemos en el próximo capítulo! Recuerden que si no pueden esperar a leer el próximo, el capítulo dos está disponible en mi wattpad, bajo el usser de eleven_wheeler.

¡Saludos! Y no se olviden de comentar, si lo hacen les llegará al instante una foto de Steve en calzoncillos. «3