Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! no me pertenecen, y nunca lo harán. Si fuese así Haru tendria mas protagonismo.


Somos unos desconocidos que se conocen perfectamente.

"Y es que por más que mi cabeza quiere negarlo, por más que mi corazón trata de entenderlo, aun no puedo superar el simple hecho de que somos un par desconocidos que se conocen perfectamente."


Sonrío, sonrió aunque mi cara desmienta mi felicidad, te miro, doy la vuelta, y con mis ojos a punto de llorar, te dedico una última mirada y soy capaz de articular con mis labios en silencio un "Gracias".

La sorpresa se presenta en tu rostro mientras que todos te hablan sin notar mi presencia, todos lloran al que parece ser mi cuerpo mientras tú me vez.

—No vale la pena llorar…— Susurro tratando de controlarme.

Ah, Tsuna-san ¿Qué crees que hubiera pasado? ¿Hubiéramos cumplido todas nuestras promesas? No estoy tan segura, se te ve tan feliz con ella, lástima que Kyoko-chan solo te use.

La mafia puede hacer cambiar a las personas, Tsuna-san.

Mi cuerpo se acerca involuntariamente a donde todos se encuentran, observo a Gokudera, quien no se aparta del ataúd, pobre, la persona que ahora amo está sufriendo pensando que he muerto, pero no puedo decirle que sigo con vida, después de todo.

A los muertos no se les puede proteger ni cuidar.

—Muchas gracias, a todos ustedes por venir a ver a llorarle a mi prima…— Volví a mi papel de prima llorosa de la que alguna vez fue Miura Haru. —Son muy amables todos al venir…—

—Haru era nuestra amiga, debíamos venir a verla…— La hipocresía es obvia en tus palabras, querida kyoko, como quisiera poder decirte eso en la cara, pero solo sonrió y asiento mientras las falsas lagrimas caen por mi mejilla.

Siento una mano en mi hombro y volteo a ver al dueño de esta, oh ¿Gokudera? ¿Te ha afectado mi supuesta muerte? Sonrió, tratando de reconfortarlo, tratando de hacer que vea que no he muerto.

—Haru te amaba, Gokudera-san…— Susurro confesándome de manera indirecta, mientras sus ojos, ahora sin vida, se abren como platos ante mi declaración.

¿Duele, verdad? Oh, claro que duele.

Me alejo del lugar, llevando en mi rostro una sonrisa, riéndome internamente al pensar como estos idiotas están sufriendo por una persona que desprecian.

—Solo recuerden chicos…— Murmuro atrayendo la atención de todos lo que se encontraban en la sala. — A los muertos ni llorando se les recupera. — Salgo del lugar con esas últimas palabras, olvidando por siempre a aquellos que fueron mis amigos.

Puede ser que vuelva a verlos, puede ser que te vea de nuevo y esta vez puede ser que te confiese todo.

Me coloco las gafas negras para proteger mis, ahora, verdes ojos. Recojo mi cabello y lo amarro con una moña.

—Para todos hemos muerto… Miura Haru. — Susurro al viento, mientras que mi sonrisa se hace más grande y comienzo a reír como idiota frente a todas las personas.

Después de todo ahora somos unos desconocidos que se conocen perfectamente.


¡Hola! Esta es la segunda vez que publico algo, aquí, en fanfiction, siendo sincera creo que debo mejorar mucho, pero tenia muchas ganas de subir esto que ha salido de mi cabeza.

Espero les guste, nos vemos.