Hola, hola~ Muchas gracias por haberse tomado las molestias de entrar a leer este desmadre.
Disclaimer: Diabolik Lovers no me pertenece, ni tampoco sus personajes. Solo me pertenece el desmadre de la historia y algún que otro extra que andará por estos lares.
La música tétrica comenzaba a sonar, mientras un juguete nuevo nacía. Ella se divertía consiguiendo los juguetes nuevos, y más aun cuando estos mostraban una expresión de miedo.
Amaba poder jugar con los nuevos juguetes, pero siempre disfrutaba el jugar y platicar con los viejos. En raros casos destruía algunos de ellos, y en otros aun más raros los vendida.
Harlequin, le decían. Más nadie sabía su verdadero nombre.
Un día se instaló en un viejo negocio. Ese lugar viejo y sucio, acabó por ser un hermoso local que vendía títeres. The house of puppets. Donde ella podía entregar a los pequeños los juguetes, y poder o no volver a saber de ellos.
Pero había algo que nadie saber sobre los títeres, y eso era...
—Bitch-chan~
Yui, asustada, dejó caer el libro. Para seguidamente mirar a un rincón de su cuarto, donde se encontraba el tercer hijo de la familia Sakamaki.
—Raito-kun...
La sonrisa que adornaba el rostro del joven de ojos verdes no podría traer nada bueno, al menos no algo bueno para la joven rubia.
Cuando cayó en la cuenta de que su preciado libro se encontraba tirado en el suelo se agachó para poder recogerlo, y fue la oportunidad en la que el mayor pudo leer el titulo que se encontraba en la portada.
—Harlequin: the story of the girl puppets— leyó. Dejando unos minutos de silencio en los que la joven guardó el libro bajo su almohada—. Creo haber visto eso antes.
—Fue un regalo de Reiji-kun.
Cómo si la luz lo iluminara, Raito recordó que el día anterior Reiji estaba desciendo de los libros viejos, y según él, sin información relativa a alguna de sus investigaciones.
También recordó la razón por la que había ido en busca de la rubia.
—Por cierto, Bitch-chan~ Ese hombre requiere de la presencia de todos en el salón de juegos.
Cuando Komori le iba a preguntar para qué Harlheinz los estaba reuniendo a todos, y más que nada el por qué estaba en la mansión, Raito ya había desaparecido.
Tras una ultima mirada a su cuarto vacío, la joven suspiró y se encaminó al salón.
Lastima que para Yui, este solo era el comienzo de una muy peligrosa noche.
Bueno, hasta aquí el prólogo. Lamento mucho que no sea nada largo, pero los prólogos no son lo mio.
Como ya digo en todos mis fanfic, yo no actualizo con mucha frecuencia a causa de la universidad. Si tienen quejas de que tardo mucho, quemen mi Uni~ Yo quedaría de lo más feliz y libre de culpas si uno de mis profes termina incendiado~
Nos estaremos leyendo. Bye Bye~
