Notas del autor (osea moa): Bien, este fic fue hecho de forma especial para Machinery-gun, quién me abrió los ojos para este bizarro Fandom dentro de South Park. Espero que le agrade.

Adv: Malas palabras, evocación a muertes violentas y delirios de mentes insanas.


"Desde mi perspectiva…"

Con impaciencia metió sin cuidado el arcaico cucharon de madera dentro del burbujeante caldero, mientras el conocido liquido rojo y glutinoso hervía ardiente en su interior. Dejó ir su pálida mano de delgados dedos perderse en aquel hipnótico vaivén danzando viciosa sobre tal sustancia. Tan simple y mundana acción de alguna forma lograba evocarle horribles fantasmas del pasado y sádicos demonios de hebras y orbes color chocolate amargo.

-Pendejo de mierda…-Escupió por lo bajo, más por hábito que verdadera frustración. Su voz resonó vacía y monótona a través del espacio, ya hacían muchos años y tal vez su carne se había endurecido.

Los pasos pesados no tardaron en hacerse oír resonar por los pasillos en busca de su presencia. Se abrió la puerta de golpe, dejando ver a un hombre de más de cuarenta años con gesto violento.

-¿Dijiste algo Tenorman?- Inquirió el hombre con voz rasposa.

De forma imperceptible, una cínica sonrisa bailó con hipocresía sobre sus labios casi curvándose en una risita, y con fingida educación y respeto respondió:

-No pasa nada Jefe, debe haberlo imaginado, yo no he soltado nada, ha de ser la radio que ha quedado encendida.- El toque ácido fue casi palpable en su amable respuesta.

El tipo lo miró unos segundos confundido, hizo un amago de molestia y gruño algo intelegible, mientras afanosamente frotaba sus manos contra su delantal de cocina manchado en grasosas manchas de aceite de tiempos inmemoriales.

El hombre marchó de mala gana, al avanzar un par de zancadas se detuvo. El chico lo miro impasible sin abandonar su aire pretencioso.

-Con un demonio mocoso, apaga esa cosa. Esos estúpidos hippies y sus guitarras me dan jaqueca-

-Joder…-Cesó, y soltó el cucharon de mala gana y con innecesaria lentitud fingió apagar el equipo. No, no se molestaría en hacerlo, ese viejo le importaba un carajo. Bajó el volumen silenciando con discreción el sonido de la banda que tocaba una canción de acordes fuertes. Se mantuvo de espaldas rígido y espero a que el saliera por la puerta.

Escuchó la canción distraído…Suspiró.

"Radiohead…"Hacia un tiempo desde que este tipo de alusiones eran motivos de disgusto.

Se devolvió a la mesa junto a la estufa y cortó algunas verduras sobre la tabla de madera que había puesto anteriormente. El filo de cuchillo se deslizaba con algo de violencia desgarrando las fibras y convirtiéndolas en pequeños cuadritos en una masa uniforme.

Terminado eso, las vertió dentro de la olla, donde burbujeaba el líquido carmín oscuro y observó cómo los pequeños trocitos de diferentes vegetales se perdían en aquella espesura coagulada, de salsa picante…

Bufó vagando en sus recuerdos bañados en sangre. Cada día era así.

Se estaba volviendo loco.

-¡Hey Scott, Apúrate con ese Chili!-

-¡Ya voy viejo de mierda!-

-¡Quééé!-

-Que el chili ya va a la mesa.-

Y sí, trabajar vendiendo comida mexicana y chili resultaba demente en muchos aspectos. Al menos en su caso.


-Y bien Kenny, ¿cuál es el jodido chiste de venir a este lugar?-Cuestionó con hastío, al tiempo que ponía sus manos empuñadas sobre sus caderas.

-Paaaaaz y cieeeencia…-siseó con gracia-Culo Gordo, este lugar es asombroso, ya lo verás-Sonrió ampliamente en dirección a su mosqueado interlocutor.

-Bien, entraré…Pero si no llega a ser como dijiste te-cortó-las-bolas-

El amenazado solo pudo acrecentar más su sonrisa y encogerse de hombros con simpleza, ante lo dicho.

-Oh vamos Cartman, si por cada vez que dices algo así me dieran un dólar-

-Demonios lo sé, ya no serías pobre-

-¡Carajo culón!-

Una sincera carcajada se escapó de la garganta del castaño junto con una risilla por parte de su amigo, aquel humor sanguinolento era demasiado habitual.

-Al menos podrías darme el placer de ser un culo de manteca nuevamente, eso me haría muy feliz- Farfulló el rubio entre dientes con malicia.

-"Oh dulce, dulce, Vanidad tu nombre es Eric Cartman"-Pensó divertido arqueando un ceja.

-De que rayos hablas idiota, yo nunca he sido gordo-

Kenny tosió ahogando una carcajada.

-Oh Dios Claro…lo siento-Eric lo vio incrédulo por un instante- ¿Hablas del concepto delgado como un cerdo?-

-¡Jódete Kenny!-

"Touche pequeño trozo de mierda"

Entraron al local uno seguido del otro, el primero con una mueca alegre y el otro con una de inimaginable disgusto. Se deslizaron por el soberbio salón principal, y al moverse por unos minutos al interior del antro, Eric frunció su nariz. Algo o una especie de sensación conocida lo embargaron, en una extraña especie de trance enmudecido de desesperante pasividad.

Le llamó la atención, cuestionó ideas en su memoria, sin poder hallar nada en ellas.

Siguió tras su amigo sin demasiada gana entre las hileras de mesas. Tomaron asiento en la empolvada mesa número trece.

-Y…Piensas pedir Chipotle para que te sangre el culo-Afirmó con obviedad.

El chico asintió.

-¿Porque no? Sabes que es de puta madre-

-Oh claro…Y luego me pides dinero para calzones- El menor de los Mccormick no se impacientó en lo más mínimo.

-Tienes dinero-explicó finalmente-Puedo usarl-

Se vio interrumpida la frase, un sonido de algo quebrarse se oyó desde la parte de atrás de la cocina.

Un escalofrió recorrió al moreno.

El augurio de un encuentro lo hizo estremecerse.


Notas Finales:La introducción a lo que será un Scottman, esperó desarrollar más la historia pues bien irá de algo violento.