PROLOGO: μαντείο ή απεσταλμένος
Fecha de Publicación: 14 de febrero del 2016 (forever alone 100%)
Género: De todo un poco; drama, romance, misterio, aventura... Aquí te la sirvo con todo y para llevar.
Personajes: Athena, Shion, Saga, Kanon, Aioros, Afrodita, Mascara de la Muerte… en fin. Aunque los OC predominaran en cuanto a protagonismo, sereno moreno... que los Dorados serán los pilares fundamentales de toda la trama.
Esta historia estará cronológicamente ubicada en el período de tiempo que se da al finalizar la Guerra Santa contra Hades en The Lost Canvas y antes de la llegada de Athena, en la historia clásica. Ya todos lo que leímos en el manga de Lost Canvas conocemos esa historia, igualmente los que vimos el anime de toda la vida; la batalla en las 12 casas, la lucha contra Poseidón, la Guerra Santa contra Hades… Aquí contaré una historia diferente. Una que data de mucho antes que eso.
Me limitaré al uso de Lost Canvas y sus Gaiden, el manga original y la serie anime clásica, además de por supuesto, mi alocada imaginación n_n Otros materiales de Saint Seiya como Nex Dimension, el Episodio G, Saintia Shō ú Omega (por supuesto) no serán tomados en cuenta para la trama del fic.
Si bien intentare estructurar la trama lo más apegada posible a la original, no poder evitar ciertas diferencias, que en el transcurso de los capítulos las iré explicando (o justificando) ñ_ñ
Kurumada y Toei ni siquiera lograron evadir las incongruencias, no esperen que yo lo haga. No me refiero a que contradeciré mi propia historia, si no a que tomar elementos de aquí y de allá, cambiara un poco las reglas del juego, sin embargo, narrare desde lo más profundo de mi kokoro lo que personalmente me dejo la esencia del anime.
El incluir Yaoi aún está en discusión, me encanta, sí. Pero no sé si soy la adecuada para escribirlo. Lo que sí será seguro es la inclusión de Shōnen-Ai.
Creo que eso es todo lo primordial que deben saber los valientes y gallardos que se aventuren a leer en los profundos y misteriosos recovecos de este Fanfic. Honor al mérito por ello xD
No puedo finalizar sin aclarar (por muy trillado, obvio y fastidiosos que resulte) el pequeño detalle de que Saint Seiya no me pertenece, sino al sensual y senil Masami Kurumada.
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Desde hace miles de años, en la era mitológica, Athena; Diosa de la guerra y la sabiduría, ha sido la encargada de preservar la vida y la paz en sobre la Tierra. Ella, junto con su valiente ejercito de Guerreros Santos, conocidos como Caballeros.
Se dice que sus puños abrían los cielos y sus patadas partían la tierra. Estos poderosos guerreros rencarnarian cada vez que su Diosa los llamara, protegidos por sus constelaciones guardianas, para guiar y defender la paz de la humanidad.
Estos muchachos, nacidos de todas partes del mundo, se reencontrarían siempre en el Santuario de la Diosa, en Grecia. Donde se formarían como dignos guerreros que lucharían entre sí por obtener un puesto entre las 88 Armaduras Sagradas.
Los Santos de Athena eran regidos en aquel lugar por el Patriarca, el más poderoso de entre todos los Caballeros de las 88 constelaciones.
Athena descendería a la Tierra rencarnada en su forma humana, cada 200 años para cumplir con la Sagrada Misión de estar siempre dispuesta a luchar junto con sus soldados, contra todo ser maligno que desafiara alterar la Paz que ella con celo defendía.
No era tarea fácil.
Luego de cada enfrentamiento, de largas y duras batallas, de tristes pérdidas y grandes resultados, a pesar de la sangre, el sudor y las lágrimas… Al final, Athena siempre se erguía magnifica con Nike en su mano derecha y su escudo justiciero en la mano izquierda profesando un grito de guerra y victoria.
Preparada y satisfecha ya, luego de tantas odiseas, debía finalizar su paso por este mundo como humana. Debía transitar el camino de los Dioses y regresar con los suyos al Monte Olimpo. Sin embargo, antes de partir, como ultima tarea, designaría al Patriarca, que junto con los sobrevivientes, reconstruirían su Santuario y procurarían, por ella, el buen porvenir del futuro hasta una siguiente generación.
Luego de su ausencia, en el periodo de tiempo en el que los humanos siguen siendo humanos, ignorantes a sus sacrificios pero gozantes de la libertad, con sus errores, con sus defectos y con sus fallos. Seguían siendo, por sobre todo, seres maravillosos. Propensos a dar y recibir amor en todas sus expresiones. Ella siempre vigilante, en su ausente letargo, desde la inmensidad del universo protegía a los suyos y vigilaba por el porvenir. Aun cuando tenían prohibido regresar antes de tiempo con los humanos, ella, Athena, usaría la técnica que muchos de sus hermanos y hermanas Dioses, utilizaban para procurar por el bien de aquello que debían proteger.
Un emisario en la Tierra. Una parte de si, su propia esencia, su poder en un cuerpo humano que no le pertenecía. Un alma que no era la suya pero que compartiría su divinidad.
Ese era el Oráculo.
La respuesta a las oraciones que sus seguidores le dedicaban, la respuesta a sus suplicas, la que guiaría junto al Patriarca su Santuario, hasta que ella misma regresará, como debía ser, después de 200 años.
Un ser enviado desde el universo por mismísima Diosa para proclamar su voluntad escrita en las estrellas, su tercer ojo, la líder espiritual del Santuario. El ser al que Athena le concede el don de la sabiduría, el que en su alma alberga la verdad absoluta de la humanidad, sus conocimientos casi ilimitados y sus poderes místicos más allá de la compresión, son los que leerían en las estrellas, se comunicaría con la naturaleza y realizaría las predicciones que decretarán los rumbos a tomar en el destino del mundo.
ELLA… su emisaria, la que dictaminaría en su nombre, sería su representante en la Tierra.
Aquella divina mujer, enviada en forma humana, como la mano derecha del Patriarca, era venerada y respetada por cada generación. Su existencia era extremadamente valiosa, por lo que se le protegía con la misma ferocidad que con la que es defendida la Diosa Athena.
Los enemigos eran incontables y el conocimiento de su existencia, un total peligro. Su vida era tan crucial, que era excluida a vivir restringida de todo contacto con el mundo alrededor, solo el Patriarca y sus Doncellas Pitonisas, eran los únicos en entrar en contacto directo con ella. En su Sala de Meditación, ubicada en o más profundo de la Cámara de Athena, el último templo al final del recorrido de las 12 Casas Zodiacales, detrás del Templo del Patriarca, estaba condenada a existir.
El conocimiento de su estadía en el mundo era de corto alcance, solo en el Santuario se sabía de ella y unos pocos alcanzaban a verla en vida. Generación tras generación, encargada de transmitir las ordenes de Athena, hasta que cumpliera su exilio en el Montes Olimpo. Ella prevalecería.
Con un destino tan humano como su cuerpo, uno que ni con todo su poder y su conocimiento alcanzarían a comprender.
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Como notaran la "protagonista" del fic será un OC. La cuestión surge de la duda ¿Que ocurre con el Santuario después de que Athena se va? ¿Solo queda el Patriarca con su soledad? Odín tiene quien lo represente en la Tierra, ¿Por qué Athena no?
Como es un Santuario surgió en mí la necesidad de darle un poco más de cierto sentido SANTO. No todo puede ser Yaoi salvaje entre guerreros musculosos, (lo cual realmente por mí está bien), pero como es un Fanfic he de dejar volar mi imaginación por otro lado.
Además del escaso reparto femenino de la Serie, ahí surge otra necesidad. Que Athena no sea el único personaje femenino de importancia, ni las amazonas, sino mucho más. Aquí las doncellas que casi ni se vieron los algunos poquísimos capítulos, adquirirán mayor protagonismo.
Quiero aquí representar a ATHENA, como Diosa en su máxima y divina expresión, no a Saori ni Sasha, que por cierto... Saori me resulta demasiado insoportable. Siempre admire su apariencia más no su proceder. Por ello, no crean que realizare una especie de OoC, Saori es Saori y Athena es Athena. Tampoco nada de AU por si les interesa.
Espero que alguien en el mundo haya leído toda la wea que escribí y que no le parezca demasiado bla bla bla.
Felicitaciones al que llego hasta aquí, se ha ganado el honor de dejarme un comentario para saber lo que opina de la trama, o de mi reducido léxico y mi poco especializada ortografía.
Aquí la única pitonisa es la protagonista... no yo. Si alguien leyó esto, necesito conocer su opinión.
~Alhaja~