Deseo

Disclaimer: todo pertenece a George R. R. Martin. Los versos entre paréntesis y los usados en el diálogo son de la canción A lovely night de la banda sonora de la la land.

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(El sol casi se ha ido

Las luces empiezan a encenderse

Un brillo plateado que se extiende en el mar)

El bosque de dioses de la Fortaleza Roja es más bello al anochecer y a Ned le gusta sentarse frente al árbol corazón mientras piensa. Le hace sentirse más cerca de sus dioses. Además, el silencio y la tranquilidad que se respira en el lugar le ayudan a aclarar sus ideas.

(Nos encontramos en una mirada

Echa a medida para dos

Qué pena que esos dos seamos tú y yo)

Gira la cabeza sorprendido al oír el sonido de unos pasos. Nunca nadie va al bosque a esas horas. Sus ojos grises se cruzan con la mirada verde de Cersei Lannister., Está preciosa con su vestido azul y su melena dorada, pero Ned no puede permitirse pensar en su belleza. Ella es la esposa de su mejor amigo y él está casado con Cat. Sin embargo, no puede evitar contemplarla durante unos instantes ahora que la tiene tan cerca.

(Cualquier otra chica y cualquier otro chico

Amarían este cielo arremolinado

Pero solo estamos tú y yo)

Ella le sonríe y se sienta a su lado.

–Esto nunca podría ser –Dice él, sabiendo cuáles son las intenciones de ella.

–¿De verdad? –Responde ella, en su voz un tono irónico que no pasa desapercibido para él.

(Dices que no hay nada aquí

Bien, vamos a dejarlo claro

Creo que seré yo la que decida eso)

Cersei lo mira. Ciertamente es atractivo; tiene algo especial. No obstante no le gusta tener que esforzarse tanto para conseguir lo que quiere y se ha cansado de intentar conquistar sin éxito a ese hombre. Se ha cansado de jugar. Así que continúa hablando:

–Me pareces mono, pero tienes razón, nunca me encapricharía de ti. Tal vez esto atraiga

A alguna chica que sienta que hay posibilidad de romance, mas yo francamente no siento nada.

–¿Es así? –Responde Ned y Cersei no puede decir si es alivio o decepción lo que ve bailando en sus ojos. Verdaderamente, Ned no puede decirlo con seguridad tampoco.

– O podría ser menos que nada –Contesta con finjida indiferencia disfrutando de la turbación en el rostro del norteño que no sabe bien si celebrar o lamentar que ella se haya cansado de él.

Dicho esto se levanta y entra de nuevo en el castillo. Ned la mira alejarse y se levanta también. Cada uno hace el camino hasta sus habitaciones a solas repitiendo mentalmente las frases que han usado para rechazar al otro intentando convencerse a sí mismos de que son verdad. Ned no quiere nada con cersei y cersei no quiere nada con Ned. Ambos se acuestan solos, con el marido de ella en brazos de otra y la mujer de él muy lejos de allí, y ellos deseando tener compañía en esa noche tan bella.

En los días siguientes buscarán inconscientemente la manera de encontrarse a solas; la mirada de Ned encontrará a Cersei y la reina depositará un beso en su mejilla en un lugar más cercano a sus labios de lo que indica el protocolo. Quizá ella se coja de su brazo sin permiso o quizá sea él quien se lo tienda. A lo mejor incluso comparten un baile en el torneo que el rey se ha empeñado en celebrar en honor de su nueva Mano. No obstante, nunca pasará nada más. Quizá por deber, quizás por orgullo o tal vez simplemente porque ambos son demasiado testarudos. En cualquier caso, lo suyo nunca será más que un mero deseo compartido que jamás podrá hacerse realidad.