Disclaimer: Todo lo que reconozcan es propiedad de la genial J.K. Rowling.

Este fic participa en el minireto de septiembre para La Copa de las Casas del foro Provocare Ravenclaw.


Papá, él y un gran pastel

Rubeus Hagrid está nervioso. Todo en él lo delata. Se retuerce las manos con evidente angustia y tiene la mirada fija en el suelo de madera. Lleva puesto su mejor traje a petición de su padre. Hoy es su cumpleaños número once y papá ha decidido que tendrán una bonita fiesta de a dos para celebrarlo. "Tú y yo vamos a tener un gran día, ya verás" le ha dicho al tiempo que le pellizcaba una mejilla. Él mismo se ha encargado de preparar un gran pastel de calabaza, lo cual, teniendo en cuenta la escasa habilidad para la repostería que posee su padre, tiene mucho mérito.

Como el diligente y obediente hijo que es, Rubeus ha acatado los deseos de su padre. Inclusive ha cepillado los rebeldes rizos que coronan su cabeza especialmente para la ocasión. Le ha llevado mucho tiempo y ha roto tres peines en el proceso, pero ha conseguido darle una apariencia medianamente prolija y decente a su peinado.

Papá le ha dicho que, suceda lo que suceda, él lo seguirá queriendo. "El que recibas o no esa carta no cambia el hecho de que siempre serás mi pequeño Rubeus" le ha dicho esta mañana, lo cual ha tenido algo de gracia, teniendo en cuenta que el pequeño de su hijo le sacaba ya dos cabezas. Una parte de Rubeus cree que su padre le dice eso porque prefiere no hacerse expectativas. Quizás, piensa, él tampoco debería de hacerse muchas ilusiones. Por más que papá le diga lo contrario, sabe que ser aceptado en Hogwarts es algo a lo que no debería de aspirar un semi gigante como él.

Una lechuza plateada particularmente pequeña irrumpe entonces en el pequeño salón familiar y deposita una carta en su regazo. Rubeus rasga el papel con avidez y se apresura en leer en voz alta el contenido. Una enorme sonrisa se dibuja entonces en el rostro de ambos. Una lágrima surca el emocionado rostro de su padre. Y es entonces que Rubeus sabe que no necesita nada más. Todo es justo como debería ser. Papá, él y un gran pastel esperando para ser devorado. Al final, papá ha tenido razón, ambos iban a tener un gran día. El mejor, se atrevería a decir.


¡Hola! Espero que les haya gustado. Le tengo mucho cariño a Hagrid y me gusta mucho particularmente la relación con su padre, al cual parece siempre recordar con cariño en los libros. Gracias por leer y saludos :)