Prologo

-lo siento, Marinette, pero hoy no puedo…-se disculpó Alya por teléfono. De su lado, el sr. Césaire se encargaba de atar las ultimas maletas al toldo de la camioneta– estamos a punto de irnos de vacaciones… sino, sabes que con mucho gusto te ayudaría…-continuó con las disculpas

-ah, descuida, Alya, está bien-sonrió Marinette. Realmente estaba lejos de estar bien, pues a su alrededor varios niños corrían por todas partes como fuerza de la naturaleza, derribando cualquier cosa en su camino. Manon a la cabeza.

-¿segura?-interrogó Alya

-sí, claro-sonrió la joven de origen asiático con una gran sonrisa, intentando no mostrar su preocupación. En ese momento se oyó el sonido del claxon y las voces de las gemelitas corearon al mismo tiempo el nombre de la hermana mayor muy emocionadas del viaje que les aguardaba. Alya los miró por un momento para luego volver a ver a su mejor amiga –tú no te angusties. Disfruten mucho de sus vacaciones –continuó Marinette con una gran sonrisa.

-¡muchas gracias, amiga! ¡Volveremos en tres semanas! ¡Prometo traerte algo!-se despidió Alya.

-¡Cuídense mucho! ¡Buen viaje!-se despidió Marinette antes que la comunicación se interrumpiera. Entonces dejó escapar un largo suspiro –No sé cómo me convencieron para esto…-se lamentó. Parecía que hablaba sola, pero en realidad se dirigió a la pequeña creatura que se asomaba por su chamarra gris.

-tranquila, Marinette. Ya tienes experiencias cuidando niños… cuatro más no serán problema- dijo Tikki, tratando de sonar optimista y funcionó… por unos segundos, antes de varias ollas en la cocina fueran dar al piso.

El grupo de pequeños usaban los utensilios de cocina como cascos y espadas, imaginando ser caballeros en un mundo mágico.

-¡Ay, no, no, no, no!- pidió Marinette, tratando de dejar todo en las repisas más altas

-¡Marinette! ¡Queremos jugar! –clamó Manon

-¡sí! ¡Y Dulces!- dijo otra niña rubia, llamada Charlotte.

-¡Y ver televisión!-añadió un niño moreno. Él era Michel.

-¡Y videojuegos!-pidió otro pequeño, pero de cabello rojizo y de nombre Luc.

-y pizza…-murmuró el último, un gordito que ya estaba comiendo una barra de chocolate con todas las mejillas y manitas llenas del dulce. Éste último es Pascal.

-¡Sí!-gritaron todos. Marinette los miró con la angustia subiendo a niveles máximos, mientras los más jóvenes volvieron a correr y saltar.

Por decimosexta vez en lo que iba de la mañana, Marinette se preguntó cómo llegó a estos… ah, sí… Había una comida muy importante convocada por la jefa de Nadja y tanto ella, así como sus amigas, no tenían en dónde dejar a sus pequeños ángeles.

Y Marinette tuvo que señalarse voluntaria.

-¡Ay, Tikki! No sé ni en qué estaba pensando…-el caos había vuelto a desatarse. La pelinegra con reflejos azulosos en su cabello suspiró derrotada.

-Tranquila, Marinette- habló otra vez Tikki, teniendo cuidado que no la vieran –ya pasó, ahora debe de resolverlo… piensa en qué haría Alya en estos momento…-y con eso se volvió a esconder

-¿Qué haría Alya…?-repitió la oji azul mirando por unos segundos la nada hasta que literalmente una bombilla se encendió- ¡Lo tengo!- exclamó con las energías renovadas y salió corriendo con los niños

Quienes por unos momentos continuaron sus juegos.

-¡Oigan, niños! ¿No les gustaría un cuento?-preguntó Marinette alegre.

-¡Sí! ¡Cuentos!-gritaron las niñas. La adolescente se sentó el piso y cruzo sus piernas, mientras Manon se sentó sobre ella muy feliz.

-¿Sobre qué?-preguntó Luc.

-¿Habrá comida?-interrogó Pascal.

-sí, sí, claro que la habrá- contestó Marinette, invitando a todos a sentarse a su lado –mmm… déjenme ver… esta es la historia de una linda doncella convertida en cisne, un valiente y apuesto príncipe que podría romper el hechizo…

-¡Ahh!-suspiraron las niñas, mientras los niños sacaban sus lengüitas en gesto de desagrado.

-…y un perverso brujo que quería destruirlo todo …-continuó Marinette, ganándose la atención de los varoncitos.

-¡Ohhh!-murmuraron las voces infantiles en coro.

- Erase un vez, hace mucho, mucho tiempo, un reino lejano, hermoso y prospero, en donde la gente llevaba una vida tranquila y despreocupada….