Buenas :)
Vengo con un fic calentito, recién salido del horno. Consta de tres partes, cada parte por cada palabra (Tabaco, Alcohol, Sexo) de la Tabla Adicciones Legales de la comunidadLivejournal jeuxatrois. Será un trío, mi primer trío, con (mucho) contenido Slash.
Título: Adicciones (i)legales
Autora: nessa j.
Trío: Sirius/James/Remus
Rating: irá subiendo hasta NC-17
T A B A C O
Resumen: "Antes de que Sirius acabe de sacar todo el humo de sus pulmones, James ya le está cogiendo el cigarrillo de las manos, repitiendo procedimiento, disfrutando como si no hiciera un calor de demonios y no se sintieran incómodos como Remus lo está."
La habitación huele a tabaco. Huele tanto a tabaco que se podría decir que todo, desde el colchón de la cama a la tinta cambiadora-de-color que Peter se compró la semana pasada en Hogsmeade están hechos de tabaco. Olor a tabaco por todas partes, en la ropa, en la piel, en el pelo, hasta en la sangre. Hace calor y a Remus le pica la nariz, pero sigue mirando hacia la misma dirección, ignorando la neblina espesa (espesa como la sangre de Remus) que se ha formado por el humo.
Está sentado en el suelo con la túnica abierta y la corbata desanudada, ordenando por quinta vez en lo que va de tarde los libros que guardaba debajo de la cama por falta de espacio. Su cama está al lado de la ventana, pero Remus se arrancaría un brazo antes de abrirla aunque ya le estén empezando a escocer los ojos. En la cama de en frente están Sirius y James estirados prácticamente uno encima del otro, chocando piernas e ignorando el concepto de espacio personal. Remus no se extrañaría si no conocieran su significado.
Sirius, con un brazo bajo la cabeza y el otro estirado haciendo de almohada para James, se mete despacio el cigarrillo en la boca, aspirando calmadamente y cerrando los labios alrededor, como si fumar fuera algo que requiriese toda su concentración, frunciendo un poco el ceño. Aguanta el cigarro en sus labios al menos dos segundos. Cuando se saca el cigarrillo y expira, el humo sube zigzagueando y arremolinándose hasta perderse en toda la neblina. Antes de que Sirius acabe de sacar todo el humo de sus pulmones, James ya le está cogiendo el cigarrillo de las manos, repitiendo procedimiento, disfrutando como si no hiciera un calor de demonios y no se sintieran incómodos como Remus lo está.
El libro "Antología de la poesía mágica, volumen II" sigue entre las piernas de Remus, ignorado por su dueño y ajeno de la lucha interna que está sufriendo, sin saber si huir corriendo de la habitación o seguir como si no ocurriera nada. Como si no ocurriera nada, sí, claro. Remus se pregunta si esto no es en el infierno y está pagando por todos sus pecados, por todas las veces que se ha corrido gimiendo nombres prohibidos. Se pregunta también si es normal no querer salir de este infierno.
Antes de que los dedos de James puedan acercarse a su boca y coger el cigarrillo, Sirius acerca los suyos y lo recoge, rozando en el proceso los labios de James. Remus juraría que puede sentir un hormigueo tanto en la punta de sus dedos como en sus labios. También juraría que cada vez en el cuarto hace más calor.
Al cabo de un rato (no existe el tiempo, sólo labios y humo y Remus no sabe cuando el tiempo ha pasado a medirse por caladas) James desenreda como puede sus piernas de entre las de Sirius y se levanta despacio, como si se riera del frenético ritmo al que van los latidos de Remus. James tiene el pelo desordenado y no lleva gafas, tiene la ropa mal puesta y se entrevee su ropa interior entre los pantalones abiertos. Remus no quiere ni pensar qué parece que acabe de hacer. Tampoco quiere mirar el rastro de vello oscuro que se pierde más abajo del ombligo de James. Traga cuando ve que le mira.
-¿Quieres, Lunático?
La voz le sale ronca y sucia, y Remus se siente sucio y caliente. Ve como Sirius también se incorpora con el cigarro en la mano y le mira como si pudiera ver claramente todo lo que se le está pasando por la cabeza, tiene los ojos oscuros y brillantes. Remus intenta poner sus neuronas en funcionamiento y al cabo de demasiado rato, como si se lo hubiera pensado o estuviera convenciéndose de que hablaba del cigarrillo y no de otra cosa, formula la única frase aceptable que tiene en mente.
-El tabaco no es sano.
Sirius ríe y parece que tosa, pero Remus tiembla al compás de su risa perruna. Le mira sin descaro, sabiendo el poder que tiene sobre los demás mortales, sabiendo de todo lo que es capaz. Sonríe, y es la sonrisa con más malas intenciones que Remus ha visto nunca.
-Cuando quieras, Lupin... ya sabes dónde estamos.
Con lentitud, Sirius y James vuelven a estirarse en su posición inicial, intercambiando de nuevo cigarro, humo y saliva, como si no hubiera habido ninguna interrupción.
Remus sabe que el tabaco no es sano. Igual que no es sano que los músculos le duelan por aguantarse las ganas de ir hasta allí y meterse en la cama con ellos, compartiéndolo todo menos el cigarrillo. Remus intenta respirar con traquilidad y aunque odie el tabaco con todas sus fuerzas, daría cualquier cosa por ser ese cigarrillo en estos momentos.
Cuando minutos más tarde se acaban el cigarrillo y Remus cree que va a poder volver a respirar con normalidad, Sirius saca el paquete de tabaco de su mesilla y Remus acaba de convencerse de que Dios (no) existe.
Espero que os haya gustado :)
