Espacios
Los rostros se separan, jadeantes. Una sonrisa lasciva, respiración entrecortada.
"¡Entonces funciona tan bien como una bolsa de papel!". Kaworu sonríe, totalmente orgulloso y satisfecho de su hazaña. Se lame los labios.
"¡¿P-Pero qué haces?!" Shinji le grita, pero el tono no parece más enfadado que avergonzado y no hace ningún esfuerzo por apartarse. Kaworu acorta el espacio entre los dos, sintiéndose extrañamente complacido.
"¿Cómo se sentiría… cómo se sentiría si llegases a quererme?" pregunta, curiosidad inocente aflorando. El corazón le late deprisa.
"Oye, pero… olvídalo". Se contiene de hacer cualquier comentario acerca de su género y desvía la mirada. Le arden las mejillas, las orejas y oh dios, como quisiera ser un avestruz para poder esconder la cabeza bajo la tierra.
"¿Pero, no sientes lo mismo que yo?". Kaworu le toma la mano y junta su frente con la suya. "¿No la sientes tibia?".
"P-Pues sí…" tartamudea y lleva una mano temblorosa a descansar en la mejilla de su compañero. "Y en el estómago también, es como…"
"¿Mariposas?" Kaworu completa el comentario y Shinji trata de ignorar los dedos acariciándole la nuca.
"Tengo un sentimiento raro en el pecho". La mano en su nuca desaparece y se posa sobre su pecho; para sorpresa de Kaworu, Shinji imita la acción. "Te late rápido" le dice.
"Y a ti también". El espacio entre los dos es tan pequeño que sus narices se tocan en lo que, al parecer, se denomina beso esquimal. Shinji se siente mareado y su cerebro no deja de enviarle señales que le gritan ¡Están invadiendo tu espacio personal, huye! Pero las piernas no le responden y el contacto no le parece del todo desagradable.
Sus labios se juntan cuando el teléfono suena.
