Disclaimer: Todos los personajes que aquí aparecen son propiedad de J. K. Rowling, yo solo me divierto con ellos.
Pareja: James/Rose
Nota: Esta es mi primer viñeta o drabble, no estoy muy segura. Aunque no es exactamente mi pareja favorita (esa es Scorose) tuve un par de ideas y luego surgió esto.
Prohibido placer
No era amor, ni siquiera cariño. Era tan solo deseo. Ellos se deseaban, tal cual uno desea lo prohibido. Y es que en realidad lo era.
Ella era la mejor estudiante, la hija sublime, la hermana y prima perfecta, ¿qué más podría querer?
El era el mayor rompe corazones de Hogwarts, el mejor cazador de quidditch, el chico más popular, y que tenía a todas la chicas a sus pies, ¿por qué justamente la deseaba a ella?
Ella, sólo quería libertad, romper las reglas, y, por qué no, también divertirse.
El, encontraba una inusual paz en ella, no la quería, o por lo menos, no más que el cariño usual que podría sentir por una de sus primas.
Y es que sí, eran primos, y eso era lo mejor de todo.
Esos encuentros nocturnos, que a ambos enloquecían, eran esperados siempre con ansias.
Cada vez que se juntaban, sus cuerpos se prendían como fuegos artificiales.
Y eso que había comenzado tan solo como un inocente juego, ahora, con el correr del tiempo, se había convertido en algo tan fuerte y tan necesario para los dos.
A veces se sentían culpables. Esos momentos en los que ella sentía como decepcionaba a sus padres, que ni por asomo atisbaban a pensar en lo que hacía su querida hija en la sala de los menesteres junto a su primo; o cuando él, por momentos, sentía remordimiento por haberle quitado toda la inocencia a su pequeña prima —ya no tan pequeña—.
Pero todo eso desaparecía al sentir la excitación que uno provocaba en el otro.
Y es que ella había dejado de ser la inocente niña de antaño, para convertirse en la sensual chica que ahora era, y que despertaba tantas sensaciones en él.
Y él ya ni pensaba en las bromas, o en las travesuras, que en su primer año, había planeado para toda su vida escolar.
Ellos lo tenían claro, los sentimientos no intervenían en esa relación, porque además, ambos sabían que jamás llegarían a quererse de forma romántica, simplemente debido a que él no sabía querer, y a que ella estaba enamorada de alguien más.
Pero nada de eso se interponía en el placer que cada uno experimentaba estando junto al otro.
Porque al fin al cabo, James Sirius Potter era como una droga para ella, y Rose Weasley implicaba una especie de obsesión en él.
