Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada.

Todo empezó recién empezado el mes de agosto. La estación por la que pasábamos era otoño. Tenia 20 años y estaba en mi cuarto semestre de derecho en la universidad de Tokio.

Solía salir todos los fines de semana con compañeros en plan de conquista, en los cuales era yo quien siempre conseguía las chicas mas atractivas, y que siempre daban las mejores noches.

Un lunes de ese otoño fui a aquel café en el cual un amigo me había conseguido trabajo después de haberle pedido ayuda en busca de uno. No es como si hubiera querido trabajar, pero aunque mis padres me enviaran un sustento mensual, no podía dejarlo ir todo en mis usuales salidas.

Al entrar al lugar, busqué a mi amigo Isaak con la mirada entre las numerosas personas, pero él fue mas rápido y me encontró primero.

—¡Hyoga!— saludó mientras se acercaba hacia mi. Tomó mi brazo y empezó a arrastrarme apresuradamente hacia alguna parte. —Vamos, te presentaré al jefe.

Me llevó hasta el lugar mas recóndito del café detrás de una puerta, lugar que al parecer era la zona de descanso de los empleados, donde había una cafetera, una mini nevera, un microondas, una mesa, algunas sillas y una puerta con una placa que decía "Vestuario de empleados".

Isaak salió de la zona de descanso a seguir cubriendo su turno no sin antes decirme que me sentara y que esperara a quien seria mi jefe.

Unos 5 minutos después por la misma puerta por la que salió Isaak, entró un hombre puede que unos 10 o 13 años mayor que yo, de corto cabello rubio y ojos azules. Me fijé en su placa, la cual decía "Aioros" con un "Gerente" escrito debajo de este.

Me levante de la silla y me acerqué hacia él. Al tenerlo en frente de mi, hice una pequeña reverencia y me presenté.

—Mucho gusto. Mi nombre es Sawatari Hyoga.

—¡Oh! Tu eres quien mencionó Isaak. Lamento haberme demorado, pero uno de los empleados está algo retrasado y estaba cubriendo su zona mientras no está— dijo el hombre.

Por lo que decía, noté que era un jefe amable y tranquilo como para no estar enfadado por la ausencia de uno de sus empleados, y que incluso estuviera cubriendo parte de su turno. —Bueno, ¿deseas empezar hoy?. El uniforme que le pediste a Isaak que encargara por ti ya llegó.

—Sí señor.

Después que me entregara el uniforme, me llevo al vestuario de empleados y me asignó un casillero. Antes de irse para que me cambiara, me dijo que lo buscara apenas terminara.

Mientras me cambiaba, eché un vistazo a los demás casilleros y lo que decía la placa de cada uno.

"Aioros", "Isaak", "Seiya", "Shiryu", "Sorrento", "Milo", "Camus", "Shun".

Al parecer eran los nombres de quienes serían mis compañeros.

Terminé de abrochar el ultimo botón y salí del vestuario, atravesé la zona de descanso y al salir de esta empecé a buscar con la mirada al jefe entre la gente.

Lo vi cerca de la puerta, pero no estaba solo, estaba hablando con un joven de cabello castaño que cargaba una maleta en su espalda y llevaba una gorra, la cual no me permitía ver su rostro, ademas de que la distancia tampoco ayudaba. El joven no hacía mas que reverenciarse una y otra vez rápidamente.

Pude notar como el jefe le decía que no se preocupara antes de que diera la vuelta y empezara a acercarse hacia donde yo me encontraba.

Pasó por mi lado y entró a la zona de descanso -y así me di cuenta que era uno de mis compañeros-, y aunque hubiera entrado apresuradamente, igualmente logré mirar su rostro.

Tenía facciones finas, piel muy blanca y unos brillantes ojos color esmeralda; tal vez no era un "él" sino una "ella", pero luego recordé que no había visto ningún nombre femenino en los casilleros.

Me acerqué al jefe y esté me dio un recorrido por el lugar. Me explicó como se hacía cada cosa, me presento a los chefs del lugar: Milo, un hombre rubio de cabello largo quien se encargaba de los platos de sal, y Camus, igualmente con el pelo largo pero rojo, y se encargaba de los de dulce.

Me enseño cual sería la zona que cubriría de ahora en adelante y como atender a los clientes.

Después de un par de practicas vio que al parecer ya estaba listo y se fue para que empezara.

—Buena suerte— dijo antes de desaparecer en el otro lado del lugar.

Mi turno comenzó bien. Mi zona estaba numerosamente en mayoría llena de mujeres, cosa por la cual Isaak se quejó conmigo cuando casualmente esperábamos nuestras ordenes al mismo tiempo junto a la barra.

—No es justo. Ahora no es solo cuando salimos sino hasta en el trabajo.

Ver a Isaak celoso por ese tipo de situaciones siempre me hacía reír, y no es que no lo hiciera muy seguido.

Echando un vistazo por el lugar, vi al joven de hacía un rato atendiendo en la zona contigua a la mía.

Su zona también se encontraba llena, y como en la mía, en mayoría de mujeres. Sus movimientos eran definidos, como escribía, como hablaba, como caminaba, y eso le gusta a las personas del otro genero; pero sabia que su arma letal era la sonrisa que nunca desaparecía de su rostro al atender a la gente.

—Isaak, ¿quién es él?— pregunté a mi amigo y señalé al castaño mirando en su dirección.

—Es Shun. Trabaja aquí desde antes que yo.— respondió Isaak mirandolo también. —Es una gran persona, demasiado gentil y caballeroso; su zona es la mas llena del lugar. Y no, no es una chica.

—Jamás pensé eso.— dije, pero la mirada acusadora de Isaak me hizo aceptar que sí lo había llegado a pensar.

—Yo pensé lo mismo al principio, incluso pensé en acercarmele porque Seiya me dijo que lo intentara. Al hacerlo, me dio demasiada vergüenza cuando me dijo que era hombre. Traté de evitarlo mi primer mes aquí y le di su merecido a Seiya, quien por cierto también trabaja en este lugar.

No pude evitar reír al suceso de Isaak, pero en ese momento pensé que si también hubiera creído que Shun era mujer, me le habría acercado sin pensarlo dos veces.

Fuimos interrumpidos por Milo y el sonido de la campana que indicaba que las ordenes ya estaban listas.

Mi primer día de trabajo estuvo agotador. Atendiendo gente y llevando ordenes de allí para allá, ademas de recoger las mesas y arreglarlas de nuevo para el siguiente cliente. Me topé con otros de mis compañeros pero no intercambiamos ninguna palabra y no sabia quién era quien.

Increíblemente con el que menos me topé fue con Shun, pero en las pocas veces que nos encontramos en la barra de la cocina, noté lo ordenado y eficiente que era en lo que hacia por como anotaba las ordenes y transportaba rápidamente los platillos de la barra a los clientes.

Después de cerrar, el jefe nos dijo que nos reuniéramos en la zona de descanso antes de cambiarnos.

Todos se sentaron, menos el jefe y yo, ya que este me puso a un lado de él en frente de todos los demás.

—Muchachos, ya lo debieron haber visto. Él es Hyoga.— me señaló —De ahora en adelante trabajará aquí, y como ustedes, cubrirá los turnos de por la tarde hasta la noche, ayudenlo en lo que necesite.

—Mucho gusto, me llamo Sawatari Hyoga, tengo 20 años y estoy en cuarto semestre de derecho en la Todai.— dije en una pequeña reverencia.

Luego cada uno de mis ahora compañeros empezaron a presentarse.

Empezó Nakagawa Shiryu, quien cumpliría mi edad en octubre. Estaba en cuarto semestre de literatura en la universidad de Meiji. Tenia el pelo largo y negro, y era casi de mi estatura; parecía una persona demasiado seria. Su zona era la que se encontraba mas lejos de la mía.

Luego habló Igarashi Seiya que tenía 18-pero menciónó alrededor de un millón de veces que cumpliría 19 en diciembre y que esperaba un regalo de mi parte-, estaba en segundo semestre de ciencias deportivas en la universidad de Waseda-ademas de mencionar que también formaba parte del equipo de fútbol de esta-.

Seiya tenia un corto cabello castaño y era mas bajo que yo. Era demasiado hablador, activo y sociable. Recordé que fue él quien ocultó a Isaak el genero de Shun.

Siguió Suzumura Sorrento. Cumpliría 22 en septiembre. Al igual que Shiryu estudiaba en Meiji y estaba en su ultimo semestre de artes.

Era de pelo rubio y corto. Se veía como una persona demasiado tranquila y refinada.

A Isaak ya lo conocía ya que era mi amigo de la infancia y estábamos en la misma facultad-solo que él estaba dos semestres por encima-, y el jefe ya me había presentado a Camus y Milo ese día.

Solo quedaba una persona.

—Kido Shun. Segundo semestre de medicina en la Todai. 18 años.

Me sorprendió los secó que fue al decir aquello. Mi impresión de él era el de una persona gentil e incluso pensé que iba a hablar de una manera tímida, pero su voz no tenia vida y ni siquiera me dirigió la mirada al hablar.

—Disculpalo Hyoga, pero Shun suele ser así con la gente que acaba de conocer. — se excusó Aioros —Si ganas su confianza será totalmente diferente.

—Ahora que lo pienso...— dijo Seiya.

—Imposible, tu no piensas.— intervino Isaak haciendo reír a todos excepto a Seiya quien reacciono enseñandole una seña obscena con su dedo medio.

—Volviendo a lo que decía— continuó —Shun cumple 19 el otro mes, debemos hacer algo, ¿no?.

Todos empezaron a decir que era una buena idea o asintieron a esta, luego se quedaron mirando a Kido en espera de una respuesta, y el castaño no dijo nada, se quedó callado un buen tiempo.

—No lo creo. Lo mas probable es que no tenga tiempo para eso.— dijo mirando hacia el piso. Sorpresivamente se levantó de sus silla y se fue acercando hacia el vestuario. —Con permiso, necesito cambiarme.

No había nadie en esa habitación que no estuviera mirando la puerta por donde había pasado Shun. Algunos miraban en su dirección con tristeza y otros con sorpresa, pero todos tenían en su mirada otro sentimiento: preocupación.

En ese momento no entendía nada.