Para la gente nueva que esté leyendo esto, le recomiendo leer la obra anterior, Poké Wars: La Supervivencia, para que así puedan entender el contexto de la historia y los personajes. Todos los derechos de Pokémon y sus personajes le pertenecen a sus respectivos dueños y autores.


Creímos que todo había acabado, que todo había terminado cuando llegamos al Reino Espejismo.
Que todas nuestras preocupaciones se irían y que podríamos a empezar a reconstruir nuestras vidas alejados del mundo exterior.
Pero por Arceus… Que equivocados estábamos…
Allá afuera en el exterior se estaba gestando una tormenta.
Una tormenta que cuando llegara, arrasaría con todo.
Tuvimos que salir… A volver a luchar… A volver a matar… A volver a ver a nuestros amigos morir en una batalla sangrienta….
Pero si permitíamos que ellos triunfaran… Todo estaría perdido…

La era de La Turbulencia estaba recién comenzando.

Un Deseo Para Toda la Eternidad

10 de Septiembre

Arthur disfrutaba la suave caricia que generaba el viento en su rostro, el cual soplaba apaciblemente en él mientras surcaba los cielos a los lomos de Bahamut, su Salamence. Consideraba que uno de los mayores placeres de la vida era estar allá arriba, a decenas de metros de altura sobre el suelo. Donde parecía que nada podía detenerlo y donde todo parecía posible.

Había pasado más de una semana desde que la caravana había llegado al Reino Espejismo, en donde por fin habían podido encontrar un nuevo refugio y hogar bajo el cobijo de la realeza de ese reino. A Arthur le parecía extraño que ahora estuviesen lejos de ahí: hace un par de días que había abandonado el reino para unirse a la nueva expedición de búsqueda y rescate de supervivientes que el reino había montado.

A pesar de que ellos habían sido rescatados y llevados a las fronteras del reino, eso no significaba que la labor de las Fuerzas Armadas del Reino Espejismo había terminado. Aún quedaban muchos lugares de la región de Hoenn por examinar y revisar. Quizás en algún lugar, al igual que ellos, habían aún personas con sus pokemón que luchaban por sus vidas, los cuales debían ser rescatados y trasladados al reino.

A los pocos días de la celebración que la Princesa Sara les había organizado, mandó a convocar a todos los antiguos integrantes de la caravana que eran entrenadores pokemón a una reunión extraordinaria. Con el propósito de hacerles una propuesta: debido a lo peligrosos que eran los viajes al exterior por culpa de los pokemón salvajes, les preguntó si había alguien interesado en acompañar a las futuras expediciones militares de rescate a otras partes de Hoenn. Con la idea de que sí uno o varios pokemón los acompañaran durante sus viajes, sus posibilidades tanto de éxito como de supervivencia se incrementarían.

Al principio la mayoría se había mostrado reticente a aceptar semejante propuesta. Era comprensible: todos los presentes estaban hartos de luchar y pelear, especialmente cuando todos habían estado en riesgo de morir en el viaje hacia el Reino Espejismo. La princesa aclaró que no estaba obligando a nadie a hacer algo más de lo que podían desear o realizar, tomando en cuenta que sólo eran civiles. Pero que tuviesen en cuenta de que las Fuerzas Armadas del Reino, sabiendo cada uno de ellos que había un gran posibilidad de que algo sucediese y que no regresaran, seguían saliendo para rescatar a gente que ni siquiera eran de los suyos.

Al final, el primero de todos en aceptar su propuesta fue Andrés, ya él deseaba con todas sus fuerzas salir del reino para continuar con la búsqueda de su padre. Aunque eso trajera como consecuencia una fuerte discusión con su madre más tarde, la cual como cualquiera, no deseaba que algo pudiese sucederle a su hijo. El segundo en ofrecerse había sido Arthur mismo, en parte por el deseo altruista de la princesa. Sabía que sus padres probablemente estaban fuera de la región o en viaje de regreso a ella cuando había sucedido la remoción de los limitadores, así que era difícil poder encontrar una pista de sus paraderos aunque igual intentaba ver si es que podía encontrar una pista de ellos. Al final muchos más terminaron ofreciéndose, los cuales estaban en otras expediciones más al sur.

De manera súbita, su radio que colgaba de su traje de infiltración comenzó a pitar. Para la misión, Arthur había dejado de lada otras sus ropas de artes marciales y manto por un traje de infiltración militar cómodo y fácil de moverse en él. Además de las dos espadas que se había llevado de Ciudad Petalia que colgaban en sus vainas a cada lado de la cintura, llevaba una pistola y un subfusil colgado a la espalda. Desde los varios bolsillos y correas que colgaban del traje, llevaba la radio, munición extra para sus armas y varias granadas que podían serles útiles.

"Aquí Arthur, cambio."

La respuesta no tardó en llegar.

"Arthur ¿Puedes ver a la distancia algo de Pueblo Lavacalda? Cambio." Preguntó la voz del Capitán Hagen.

"Negativo, parece que aún faltan algunos kilómetro para llegar, aunque deberíamos estar cerca, cambio."

"Muy bien, informa cuando lo veas a la distancia o notes algo extraño, cambio y fuera."

Arthur se encontraba acompañando a la expedición militar dirigida por el Capitán Hagen, el mismo el cual los había acompañado junto con sus hombres desde Ciudad Malvalona hasta el Reino Espejismo. Formada por un pelotón de unos cuarenta soldados bien armados y entrenados, viajaban actualmente en dirección a Pueblo Lavacalda.

Por varios minutos el viaje continuó de forma apacible y sin grandes incidentes. Hasta que el radar de su pokéglov detectó una señal dirigiéndose hacia ellos.

"¡Capitán Hagen! ¡Detecto un pokemón que viene hacia aquí! ¡Es un solo y por su velocidad parece estar volando! ¡Cambio!" Gritó por la radio.

"¡¿Qué?! ¡¿Podría decir cuál de todos es?!"

"Espere… Los resultados del análisis llegaran en cualquier momento… ¡Es un Dragonite!"

Antes que el capitán pudiese contestar de vuelta, Arthur y Bahamut sintieron como una fuerte ráfaga de viento los golpeaba y los hacía sacudirse. Cuando lograron estabilizarse, vieron al Dragonite ante ellos: los miraba de forma fija con una expresión de amenaza.

Los dos pokemón dragones y el entrenador se miraron mutuamente analizándose el uno al otro. Mientras que más abajo, a nivel del suelo, cuarenta armas de fuego apuntaban hacia el dragón anaranjado. Pero tras un rato, la expresión del Dragonite pasó a ser una de interrogante, y por alguna razón, a Arthur y a Bahamut se les hacía familiar aquel pokemón.

"¿Flammie?" Preguntó Arthur.

En ese instante, el Dragonite soltó una gemido se asombro, se dio media vuelta y salió despedido en dirección contraria.

"¡Alto! ¡Espera!"

Pero era demasiado tarde y el dragón se había marchado. Más a la distancia, Arthur parecía ver los edificios del pueblo objetivo.

"¡Arthur! ¡¿Podrías decirme qué ha sido eso?! ¡Cambio!"

"¡Capitán! ¡No estoy muy seguro, pero algo me dice que conozco a ese Dragonite con anterioridad y eso sólo significa que un viejo amigo debe de estar cerca! ¡Además parece que veo Pueblo Lavacalda a la distancia!"

"¡Bien hecho Arthur! ¡Al final puede ser que hayan superviviente, y si ese es un pokemón de alguien, significa que lo más probable es que hayan estado bien protegidos todo este tiempo! ¡Cambio y fuera!"

Cuando el pelotón de soldados terminó de acercarse a la ciudad, contemplaron a una muchedumbre de gente que vociferaba jubilosa su llegada. Los soldados y Arthur contemplaban aliviados el ver a una buena cantidad de gente a salvo, siendo alrededor de treinta o un poco más. La gente hizo espacio mientras los soldados entraban y el Salamence se posaba en el suelo para dejar desmontar a su jinete.

"Si Flammie está aquí… ¡Significa que él debe de estar por aquí en algún lado cerca!" Pensaba emocionado Arthur mientras rebuscaba entre la gente.

Finalmente, una figura emergió de entre la multitud acompañada de un Dragonite.

"¡Arthur! ¡¿En verdad eres tú?!" Exclamó la voz familiar.

"¡Nick!" Le gritó mientras corría hacia él.

"¡Arthur! ¡Compadre!"

Al final, los dos jóvenes se reunieron en un abrazo fraternal.

"¡No puedo creerlo Arthur! ¡¿Cómo es que estás con todos esos militares?! ¡Y fíjate como te ves!"

"¡Es una larga historia Nick! ¡Da gusto poder verte a salvo!"

El capitán Hagen se acercó.

"¿Es este un amigo tuyo, Arthur?"

Este asintió mientras se separaban.

"Así es capitán, el es Nick, cuando viaje por la región retando a los líderes de gimnasio, aparte de Brendan me acompaño Nick cuando visité Ciudad Malvalona por primera vez."

"¿Has visto a Brendan? ¿Sabes si está bien?" Preguntó Nick.

"Si, está bien, no está ahora con nosotros pero te puedo asegurar que está a salvo."

"Buff… Es un alivio…"

Nick tenía dieciséis años. Había que admitir que su apariencia era destacable: su cabello era de un color castaño tan oscuro que parecía negro, largo y enrulado hasta el punto que le llegaba a rozar los hombros. Tenía la barba crecida de varios días y sus ojos eran de un color verde claro llamativo. Vestía de jeans, zapatillas deportivas y llevaba una camiseta manga corta negra con el logo de una banda de música. La mezcla de su cabello y ropa parecían darle un aire de estrella de rock o por lo menos el de alguien que le gustara ese tipo de cosas. Todo lo anterior era rematado con lo que parecía ser una cámara réflex digital que le colgaba de una correa en el cuello.

"Es un gusto conocerlo señor, mi nombre Nicholas, aunque prefiero que me llamen Nick. Vengo originalmente de Pueblo Primavera en la región de Johto y trabajo de asistente del Profesor Elm, uno de los cuantos Profesores Pokemón que hay en el mundo. Cuando estaba de viaje por Hoenn en un encargo suyo, fue cuando conocí a Arthur y a Brendan y decidí acompañarlos mientras realizaba mi trabajo de campo." Dijo mientras le estrechaba la mano a Hagen.

"Yo soy el Capitán Hagen de las Fuerzas Armadas del Reino Espejismo. Venimos enviados por nuestro rey a buscar supervivientes en la región. Si nos siguen, nos aseguraremos de protegerlos y llevarlos al interior de nuestras fronteras donde estarán a salvo."

Un murmullo de emoción llenó a aquellas personas, incluidos a Nck.

"¿En serio? ¡Es increíble!" Exclamó él emocionado. "¡Entonces significa que estamos a salvo!"

"Así es." Continuó Arthur. "Yo mismo y un grupo de supervivientes fuimos rescatados por él y sus hombres."

Con el paso de las horas, el pelotón de soldados comenzó a montar el campamente al lado del de aquellos supervivientes cerca del centro del pueblo. Pueblo Lavacalda se encontraba golpeado por el ataque de pokemón salvajes, pero parecía que los supervivientes habían podido proteger el centro del pueblo gracias a la ayuda de los pokemón de Nick. En un extremo del campamento recién formado, Nick y Arthur aprovechaban el tiempo para ponerse al día. No muy lejos, se encontraban los pokemón de Arthur charlando y poniéndose al día entre ellos con los de Nick. Aparte del Dragonite apodado Flammie, se encontraba su primer pokemón: un imponente Feraligatr de apodado Sky, una Umbreon llamada Luna, una Raichu de nombre Sparkle, un majestuoso Arcanine de nombre Wild y un Scizor llamado Focus.

"Y bueno Nick ¿Cómo fue que terminaste aquí en Pueblo Lavacalda?" Preguntó Arthur.

"Bueno, después de que nos separáramos tras la Conferencia Colosalia, me puse en contacto con el Profesor Elm y me solicitó investigar las costumbres reproductivas de los pokemón que viven en la región cercanos a áreas volcánicas. Fue unos días después de que llegué y estaba a punto de iniciar mi investigación cuando todos los pokemón, incluidos los míos, fueron afectados por ese extraño fenómeno."

Nick, llamado en verdad Nicholas, era como había dicho proveniente de la región de Johto y exactamente de Pueblo Primavera. Con diez años había partido de su pueblo de origen con un Totodile buscando participar en la Conferencia Plateada como muchos entrenadores. Al final, logró ganar las ocho medallas de gimnasio y participar, demostrando ser un excelente entrenador al quedar entre los diez primeros lugares. Pero al final, se dio cuenta que su área de interés, más que querer ser un maestro pokemón, era la de investigar y estudiarlos, por lo que se hizo asistente del Profesor Elm. Y con el pasar de los años, desarrolló también un gusto por la música, demostrada por la presencia de un guitarra acústica entre las pertenencias de Nick.

Debido también a los trabajos que le asignaba el Profesor Elm, también se interesó por la fotografía, logrando comprar con los años una cámara profesional, la cual gustaba de utilizar constantemente como comprobaron Arthur y Brendan cuando viajó con ellos. Los cuales él conoció cuando el Profesor Elm lo había enviado a hacer un reporte de los pokemón de la región y de casualidad terminaron amistándose. Arthur también aprovechó de contarle un resumen de todo lo que le había sucedido y de lo que sabía acerca de los limitadores.

"Así que todos ustedes abandonaron Ciudad Petalia para buscar un lugar seguro. Nosotros decidimos quedarnos e intentar aguantar en este sitio mientras aún quedasen suministros. Gracias a la ayuda de mi equipo hemos podido rechazar a los pokemón salvajes, pero si no fuera por la ayuda de los pokemón de ella, no creo que hayamos podido hacerlo tan bien."

"¿Ella? ¿A quién te refieres?" Preguntó Arthur.

"Ya la verás, debe estar por aquí cerca, andaba patrullando los alrededores del pueblo cuando ustedes llegaron. Es una entrenadora en verdad muy buena y fuerte. Estaba en el pueblo cuando sucedió eso de los limitadores y gracias al trabajo de los dos hemos podido proteger Pueblo Lavacalda."

"¡Nick! ¡Aquí estás! ¡Te estaba buscando por todas partes!" Se escuchó decir una voz femenina que se aceraba. "Me enteré que habían llegado militares al pueblo a ayudarnos y vine lo más rápido posible a ver lo que sucedía."

Los dos se dieron la vuelta y vieron como una chica de unos diecisiete años se acercaba a ellos acompañada de un Blaziken. Cuando Arthur escuchó su voz, le pareció sonar vagamente familiar, como si no la hubiese escuchado en años. Tras voltearse para mirarla, sintió como todo su cuerpo comenzaba a paralizarse ¿Era ella? ¿Acaso sería posible? Parecía muy similar, aunque no era seguro, habían pasado siete años desde la última vez que la había visto.

"¡Hola Claudia! ¡Qué bueno que estás aquí!" Le saludó Nick.

Al escuchar ese nombre, Arthur sintió como se le detenía la respiración y que se le empezaba a helar la sangre de las venas. La chica se detuvo, apoyando ambas manos sobre sus caderas y mirando intrigada a Arthur.

"Oye Nick ¿Y quién es este de apariencia tan rara?…" Preguntó. "Por algún motivo pareces que no luces muy bien… ¿Te sucede algo?" Comenzó a preguntarle.

Nick se fijó en Arthur: el rostro se le había empalidecido y parecía no apartar la mirada de ella.

Claudia era de cabello castaño corto y ojos violeta. Llevaba una camisa roja y por encima de ella una chaqueta de cuero color café claro, jeans y botines de montaña. También llevaba una pañoleta roja con bordados blancos alrededor del cuello.

"Oye ¿Estás bien?" Le preguntó Nick mientras lo miraba, pero tras unos segundos sin respuesta, encaró a Claudia. "No sé qué le ocurre, hace un rato estaba bien. Es un antiguo amigo que conocí cuando estaba de viaje, su nombre es Arthur."

Claudia arqueó una ceja.

"¿Arthur dijiste?"

Arthur y la chica se miraron por un largo rato mientras Nick miraba extrañado a los dos. Claudia se dedicaba a mirarlo con una mano apoyada en la mejilla con un rostro interrogante.

"No sé por qué… Pero me recuerdas a un Arthur que conocí hace mucho tiempo…" Comentó mientras se rascaba ligurmente el cabello.

El escuchar esto hizo que a Arthur se le regresara la sangre al rostro y que frunciera el seño.

"Claudia… No me digas qué después de siete años ya no eres capaz de reconocerme…" Dijo en un tono serio.

Ella al escuchar su voz, ató cabos y creyó reconocerlo, retrocediendo un par de pasos mientras se cubría la boca con una mano del asombro.

"¿Arthur?... ¿En verdad eres tú?..." Decía sin poder creer ver a la persona que tenía delante.

"¡¿Acaso a quién te esperabas?!" Le gritó claramente enojado "¡Por supuesto! ¡Esperabas encontrarte con un debilucho inútil incapaz de hacerlo daño a nadie! ¡¿Verdad?!"

"Arthur…" Volvió a replicar ella.

Arthur se fijó en el Blaziken. Por el tamaño más reducido de los huesos del cráneo que recordaban a cejas y el de las dos grandes plumas que le caían por detrás de la cabeza, concluyó que era una hembra.

"¡Y no sólo también eso! ¡También tuviste que elegir a una Torchic igual que yo!"

Claudia cambió bruscamente de humor al oír esto.

"¡Oye! ¡¿Y a ti que te pasa?! ¡No es mi culpa que el Profesor Birch nos dé a elegir solo entre tres pokemón! ¡Es inevitable que se lleguen a repetir!" Exclamó claramente indignada.

"¡Y por lo visto sigues igual de gruñona y malhumorada que siempre!"

"Este…" Comenzó a decir Nick. "¿Se conocen?..."

Ambos guardaron silencio.

"Bruce y el resto… Vámonos… No tenemos nada más que hacer aquí…" Dijo mientras ordenaba a todos sus pokemón que regresaran a su pokéglov. La Blaziken pareció mirar con curiosidad por un instante a Bruce, mientras que Lucy, antes de regresar al guante, miraba con una expresión de odio a Claudia. Tras terminar de guardar a sus pokemón, se fue de ahí sin decir nada más.

Cuando Nick y Claudia estuvieron solos, él se le acercó.

"¿Qué pasó Claudia? ¿Ya se conocían de antes?"

La expresión cambió a una de tristeza.

"Si… No lo he visto en siete años… Por Arceus… A cambiado tanto que no pude reconocerlo a primera vista…"

"¿Pasó algo entre ustedes?" Preguntó preocupado.

Ella agachó la cabeza.

"Es una larga historia… Aunque puedo decirte que tiene motivos para estar así enojada conmigo…"

"Claudia…"

"Alguna vez… Le falle… En algo muy importante…" Dijo mientras lo veía irse.


Arthur regresó al campamento militar a donde se encontraban organizando las cosas de la expedición.

"Arthur, el Capitán te anda buscando." Le informó un soldado que pasaba por ahí con unas cajas.

"Gracias, iré ahora mismo."

Se dirigió entonces a la carpa de Hagen, el cual lo esperaba en la entrada.

"Te esperaba Arthur."

"¿Sucede algo Capitán?"

"Si… No me esperaba encontrar con esto… Pero parece que tenemos un caso de polizontes…"

"¿Polizontes? ¿A qué se refiere?"

"Entra a la carpa y míralo tú mismo."

Arthur ingresó a la carpa intrigado. En el interior, sentados en una mesa, se encontraban dos figuras familiares.

"¡¿Max?! ¡¿Gallade?! ¡¿Qué hacen ustedes aquí?!"

"Hola Arthur…" Le saludó Andrés con un rostro avergonzado.


Varios minutos después, tras el almuerzo, se encontraban reunidos el Capitán Hagen, algunos soldados, Claudia, Nick, Arthur y Máx junto a Gardevoir mientras que Gallade se encontraba un poco más a lo lejos apoyado sobre una carpa en su posición de siempre.

"Bien Max ¿Qué tienes que decir en tu defensa?" Comenzó a interrogarle Hagen. "Con razón era que no nos cuadraban el reporte de los suministros y notábamos que algunas cosas desaparecían durante la noche. Quien iba a creer que tú y el Gallade estarían ocultos dentro de esas cajas del vagón de suministros. ¿Por qué has hecho esto? ¿Por qué decidiste salir sin el permiso de tu padre y el nuestro?"

"Bueno… Yo…" Decía nervioso mientras Gardevoir lo miraba compasivamente. "Yo quería acompañarlos… Aunque sabía que mi papá y ustedes me lo prohibirían… Él decía que era muy peligroso y que era mejor que alguien como yo se quedara a salvo con él… Lo entiendo en verdad… Sé que hace poco perdí a mamá y que tiene miedo que mí me pase algo… Pero debía salir… Debía buscar a alguien de quien me acordé durante los días viviendo en el palacio… Así que cuando me enteré que ustedes venían a buscar supervivientes por esta zona, me escondí en una de las cajas junto a Gallade porque no podía guardarlo en el pokéglov al ser un pokemón salvaje y él insistía en ir a donde fuese Gardevoir…"

Hagen arqueó una ceja.

"¿Alguien? ¿Te colaste en una caja estrecha con un pokemón para poder encontrar a alguien?"

Súbditamente, Claudia tomó la palabra.

"Disculpen, no es mi deseo interrumpir ¿Pero no eres tú el hijo de Norman?"

Max la miró asombrada.

"¿Cómo es que lo sabes?"

"Lo suponía. Participé alguna vez en la Conferencia Colosalia y tuve que ganar las ocho medallas de gimnasio por lo que tuve que enfrentarme a Norman en el camino. Posiblemente no lo recuerdes porque fue hace más de seis años, pero creo que alguna vez te vi cuando eras más pequeño junto a tu hermana."

"Oh… Ya veo…"

"Ahora por favor no quiero más interrupciones." Continuó Hagen. "Max ¿Quién es ese alguien que buscas?"

Max se calló por unos instantes.

"Es… Algo difícil de explicar… No creo que me crean y probablemente se burlen de mí… Estoy buscando a un pokemón… Su nombre es… Jirachi…"

Un murmullo recorrió entre todos.

"¿Jirachi?" Preguntó extrañado Hagen.

"¿Jirachi? ¿No te estarás refiriendo al pokemón legendario que despierta una semana cada mil años cuando el Cometa del Milenio se puede ver desde la tierra?" Preguntó Nick.

"Pero eso es imposible" Continuó Claudia "El Cometa del Milenio pasó hace poco y no regresará dentro de mil años. Además ¿Cómo es posible que tu hayas conocido a un pokemón como Jirachi?"

"¡Es verdad! ¡Lo juro! ¡Yo estuve con Ash, May y Brock durante la feria del Cometa del Milenio y ahí fue cuando conocí a Jirachi! Es una larga historia… Pero al final terminó siendo uno de mis mejores amigos… El debe de encontrarse durmiendo en un lugar cerca de aquí llamado Forina… Planeaba de alguna u otra forma viajar allá y comprobar si se encontraba bien después de la remoción de los limitadores…"

"No lo sé… Es una historia muy extraña Max… Incluso si fuera cierto, Forina se encuentra fuera nuestro itinerario de viaje y debemos seguir a Pueblo Pardal."

"¡Por favor señor Hagen! ¡Se lo juro! ¡Déjeme ir aunque sea solo a Forina! ¡Tengo mis propios pokemón y ellos podrán protegerme en el camino!"

"¡No Max! ¡No voy a permitir esta locura! ¡No solo te colaste en nuestra expedición, sino que te escapaste del reino sin el permiso de tu padre o de las Fuerzas Armadas! ¡Lo que debería hacer ahora mismo es enviarte de vuelta!"

"Capitán Hagen… Si me disculpa… Me gustaría poder dar mi opinión…" Expresó la voz de Arthur, el cual se había mantenido callado hasta el momento.

"¿Qué tienes que decir?"

"Si me disculpa Capitán, entiendo que muchas de las historias que cuenta Max cuando viajó con su hermana y sus amigos suenas muchas veces como fantasiosas e increíbles. Las he estado escuchando desde que la caravana partió de Ciudad Petalia. Pero durante el viaje, hemos rescatado y conocido a muchas de esas personas que Max ha hablado y que pueden confirmar sus historias. Piensen que el mismo estuvo ahí cuando él y sus amigos ayudaron a asegurar la sucesión del Reino Espejismo, así que dudo que Max esté mintiendo. Otra cosa es respecto a Forina, si mal no recuerdo, el poblado más cercano a ese sitio es justamente dónde estamos y creo que en un par de horas volando se podría llegar. Luego de eso pienso que deberíamos discutir que hacer con Máx."

"¿Entonces qué sugieres?" Le interrogó el capitán.

"Pienso que yo no tendría problemas en llevar a Max sobre Bahamut a Forina para ver si su amigo se encuentra bien. Calculo que podríamos regresar poco antes del anochecer."

"No lo sé… Aunque si pudiesen llegar antes del anochecer como tú dices… Eso estaría muy bien…"

"¡Arthur! ¡Si tú vas yo igual te acompaño! ¡Somos amigos! ¿Recuerdas?" Añadió Nick.

"¡Y yo tampoco planeo quedarme parada aquí sin hacer nada! Yo igual tengo un pokemón volador ¿Saben? Además que me interesa saber de qué va todo esto acerca de un pokemón como Jirachi."

Arthur los miró a ambos. A lo mejor no se sentía del todo cómodo cerca de Claudia, pero sería ciertamente estúpido negarle que acompañara a Nick, cuando ella debió de haber pasado muchas cosas con él todo este tiempo y todo por algo de hace siete años atrás. Además, si es que ella seguía siendo como la conocía, nunca rechazaría una oportunidad de tener una nueva aventura. Siendo de aquellas que nunca les gusta mantenerse inmóviles. Arthur suspiró.

"Está bien… No veo el porqué no deberían acompañarme los dos…"

"Arthur… Y ustedes dos… Gracias en verdad…" Expresaba Max agradecido.

"Muy bien entonces, les autorizo viajar a Forina para comprobar el estado de ese supuesto Jirachi. Partirán en menos de una hora para aprovechar la luz del día. La otra cosa que quiero saber es sobre ustedes dos y la líder de gimnasio Flannery ¿Saben que ha sido de ella?"

Las expresiones de Nick y Claudia se entristecieron.

"Nick me ha dicho que ya les contó la parte de su historia..." Empezó ella. "Como ustedes ya sabrán, mi nombre es Claudia y soy de Ciudad Petalia al igual que Arthur, Max y Norman… Estaba en Ciudad Lavacalda porque Flannery me había invitado a reunirme en el gimnasio para celebrar el regreso de su abuelo, el Señor Moore, de su viaje por la región en búsqueda de inspiración para escribir sus poemas… Conocí Flannery en mi primer viaje a este pueblo, cuando lo hacía para conseguir las medallas de gimnasio y cuando el Señor Moore era todavía el líder de gimnasio… Eso fue hace más de seis años… Llegué justo en la noche del día dieciséis de Agosto… Cuando sucedió todo aquello de los limitadores que me han contado…"

Claudia agachó la mirada, un par de lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

"No sé que habrá sucedido exactamente… Pero cuando me dirigía al gimnasio, todos los pokemón de la ciudad incluido los míos fueron afectados por ese dolor insoportable… Cuando terminó… Seguí corriendo hasta el gimnasio para ver cómo estaban los dos… Cuando llegué… El gimnasio estaba en llamas… Parece que los pokemón de fuego de ambos… Afectados por ese ataque de dolor… Terminaron incendiando el gimnasio por accidente… Avisé a los bomberos… Pero cuando lograron llegar y apagar el incendio… Era demasiado tarde…"

Claudia continuó sollozando, Nick, en intento de reconfortarla, colocó suavemente una de sus manos sobre su hombro.

"¡Demonios!" Pensaba frustrado Arthur mientras golpeaba con su puño la mesa en que se encontraban sentados todos. Primero Roxanne, luego Wattson y ahora Flannery y su abuelo. Nunca había pensado que ella conociera a Claudia de alguna forma, pero de lo poco que la había conocido, había sido una entrenadora que se había vuelto muy fuerte para el poco tiempo en que estaba como líder y una persona muy agradable y enérgica. Era frustrante el pensamiento de que quizás no quedaran más líderes de gimnasio vivos aparte de Norman.

Max también estaba en shock por la revelación. También la había conocido cuando Ash la había retado en su primera batalla como líder. A pesar de lo joven e inexperta que era, gracias a la intervención de su abuelo había podido darle una gran batalla a Ash. Aparte de su padre, aún quedaba por averiguar el estado de Brawly, Winona, Juan y las gemelas Tate y Liza.

"Es una lástima sin duda…" Opinaba Hagen "La ayuda de ella y su abuelo podría habernos sido en verdad útiles… Pero ya no sirve de nada lamentarnos. Mañana debemos continuar el viaje a Pueblo Pardal. Prepárense los cuatro para partir a Forina lo antes posible si es que quieren regresar a tiempo."

La reunión se disolvió y los cuatro entrenadores se prepararon para partir. Max veía a los dos pokemón dragón de Arthur y Nick aún lado del otro. Arthur llevaba en una mochila sencilla sus cosas mientras que Nick llevaba una gran mochila de montañismo.

"Oye Claudia ¿Cómo es que planeas acompañarnos?" Preguntó Máx.

La chica sonrió levemente.

"Qué bueno que lo preguntes Max, verdad que aún no les he presentado a mi equipo a ti y a Arthur."

Claudia tomó una pokéball y liberó a su Blaziken.

"Ella es Rose, mi primer pokemón. Desde el primer día hemos sido amigas ¿verdad?" Decía mientras se chocaban las palmas.

Luego soltó otra pokéball, revelando a un Tropius.

"El es Zephyr, mi principal transporte aéreo." Decía mientras se subía a su lomo y le acariciaba la cabeza. "¿No es impresionante?"

Tras bajarse del pokemón, abrió dos pokéball a la vez, revelando a un Metagross y a un Manectric. Claudia se puse entre ambos mientras los acariciaba.

"Ellos dos son Talos, mi Metagross y Leo, mi Manectric. Dos compañeros infaltables de mi equipo… ¡Y finalmente!"

Claudia abrió finalmente dos pokéball, revelando a una Altaria y a una Milotic.

"Y finalmente ellas son Lulu y Calipso, las dos otras chicas del grupo."

"¡Vaya! ¡Tienes un equipo impresionante Claudia!" Comentó Max.

"Je… Gracias…" Comentó alagada mientras guardaba a todos sus pokemón menos a Zephyr. Tras hacerlo, se subió al lomo del Tropius. "¡Y bueno! ¿Cuándo nos vamos?" Preguntó en un tono enérgico.

Arthur debía admitir qué el equipo de Claudia no era nada malo. Tampoco pudo evitar soltar una muy leve sonrisa: a pesar de todos estos años, su personalidad alegre, activa y extrovertida no había cambiado en nada.

Inmediatamente Nick corrió hacia su Dragonite, este se agachó y lo dejó subir.

"¡Ahora mismo!" Exclamó él.

Max corrió emocionado hacia Bahamut y se subió al lomo. De inmediato desplegó un mapa holográfico de la región con su pokéglov mientras Arthur caminaba lentamente para subirse a su Salamence.

"¡Hay que ir en esa dirección!" Dijo señalando hacia el oeste.

Inesperadamente, Max vio la figura de Gallade corriendo hacia ellos y de un salto se subió al lomo de Salamence también.

"¡¿Gallade?!" Preguntó Arthur.

"¡Arthur! ¡Recuerda que tengo a Gardevoir en el pokéglov y que él se niega a estar en ninguna parte en donde no esté su hermana!"

Arthur suspiró.

"¡Partamos entonces con él!" Dijo enérgicamente mientras golpeaba con suavidad los costados de su pokemón.

A la orden, Bahamut dio un salto y batió las alas, elevándose a los cielos. Simultaneamente, el Dragonite y el Tropius siguieron después y los tres pokemón comenzaron a volar en dirección hacia el horizonte.


A lo mejor la gente que ha terminado de leer La Supervivencia sienta que he publicado muy rápido la siguiente parte de esta historia. Esto se debe básicamente a dos motivos: uno es porque a pesar de que acabo de regresar a la universidad, aún he tenido suficiente tiempo como para escribir. El otro es porque para redactar este capítulo he necesitado de revisar poco material del anime, algo que cambiará completamente con los siguientes capítulos.

A lo mejor el capítulo pudo haber parecido corto para lo que están acostumbrados a mis trabajos. Esto se debe a que de nuevo preferí acortar un capítulo antes de que subir una muralla de texto gigantesca, considerando que en este capítulo hubieron varias introducciones nuevas que terminaron alargándolo.

El próximo capítulo debería estar listo como máximo para el fin de Semana Santa.