ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por RutLance -CrystalFairy, South Park y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.

Nota aclaratoria de la autora: Los personajes de la serie de South Park no me pertenecen; hago esto por el simple hecho de entretenimiento, más que nada para entretenerme yo. Les agradezco de antemano a todos los que lo leen. Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.

El título del fanfic lo elegí de la canción del mismo nombre del Grupo Intocable, más que nada por esta parte:

¿Por qué tenías que ser tú,
quién despertara este sentimiento,
tan sólo para matarlo lento,
si no sabes lo que yo daría por ti?

¿Por qué tenías que ser tú?
No sabes como duele callarme,
y más porque este amor no es cobarde,
simplemente es que no eres para mí.

En este fanfic Eric, Kyle e Ike son hermanos; y Lianne, que aparecerá después más adelante, será completamente mujer.

La verdad, no me acuerdo porqué se me ocurrió pero bueno, en este capítulo veremos a grandes rasgos la infancia de los dos, que por cierto, Eric es el hermano mayor y Kyle, el menor.

Con este capítulo finalizo la 1° Ronda SP de 14 capítulos y no publicaré nada hasta el día de mi cumpleaños. Quedan advertidos.

Casi toda la 2° Ronda será medio dramática, para que no se me angustien tanto. Digo, si ustedes sufren al leerlo, ¿cómo creen que me siento yo que lo visualizo, lo escribo, lo leo y lo publico?

¡Hoy cumple años IKyman! Lo siento, no recuerdo cuál es su nick en estos lares. n_ñU Le mando muchas felicitaciones por lo mismo. =3

¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo! Y también para los que celebramos el 28 de diciembre, el día de los Inocentes, ¡Inocente Palomita! =3

Y voy a recibir el mejor regalo que me puedan dar de navidad. El 25 van a pasar el maratón de películas "Más aprisa que me muero de la risa" con Mario Moreno "Cantinflas", ¡Y van a pasar "El bombero atómico"! La cuál es mi favorita de este actor. =3 La frase que más me gusta de la película, y son muchas en realidad, es cuando dice: "Pero ya verá de lo que es capaz una madre.", cuando se entera de que le secuestraron a su hijita. Pero la escena que más me gusta es cuando entra al edificio en llamas, rompe la puerta de un departamento y se sienta con los tipos que están jugando al póker, fumando y bebiendo, y llega su jefe para decirle que saque a todos porqué se está quemando el edificio. Esta es una valiosa enseñanza, nunca fumes cuando se esté quemando el edificio donde vives. xD

En fin, disfruten del capítulo. =3


¿Por qué tenías qué ser tú?

Capítulo 1: Hermanos.

Gerald y Sheila se habían establecido en South Park hace ya muchos años, quiénes habían sido bendecidos con dos hermosos bebés: Eric, que era regordete, de mejillas rosadas, grandes ojos color café claro y cabello castaño. Kyle, a diferencia de su hermano mayor, era de piel pálida, delgado, con unos hermosos ojos verde esmeralda y cabello afro de un rojo intenso brillante...

No había nadie en el pueblo que no les dijera a la pareja judía que ambos varoncitos eran preciosos; más Sheila estaba orgullosa del pequeño Kyle, al que no dejaba solo ni de broma...

- Sheila.- Gerald sostenía al pequeño castaño que lloraba entre sus brazos.- ¿No crees que deberías de cargar un poquito a Eric?-

- ¡Por Moisés, Gerald!- Le reprochó.- ¿Qué acaso no ves que estoy alimentando a Kyle? No puedo partirme en dos.-

- Es que, yo pensé que sería bueno que también le dedicaras un poco más de atención a Eric.-

Y a causa del lloriqueo del bebé regordete de mejillas rosadas, el bebé pelirrojo comenzó a llorar...

- ¡Mira lo que hiciste!- Levantó a Kyle y lo arrulló en sus brazos.- A ver, ¿quién es el bebé más bonito? ¿Quién es el bebé más bonito?- Al ver que el ojiverde no para de llorar voltea a ver a su esposo.- Llévate a ese niño a otro cuarto.-

- ¿Qué dijiste?- Se reacomodó a Eric, que lloraba con más fuerza.

- Que te lo lleves a otro cuarto, ¿qué no ves que pone nervioso a mi pequeño Kyle?-

- Sí, querida.- No quiso iniciar una discusión, por lo que salió de la habitación con Eric en brazos.- Ya, ya, tranquilo.-

El pequeño dejó de llorar, gimoteando y dirigiéndole una mirada muy triste a Gerald...

- Ya, así está mejor.- Le sonrió al pequeñín.- Tu mamá te quiere y yo también, ¿no te es suficiente con eso?-

El pequeño Eric rió, le dio una patada en la nariz al adulto y de paso, mojó tanto al pañal que traía puesto como el traje del abogado...

- ¡Oh, Dios!- Exclamó Gerald al ver la travesura del chiquitín, que le sonreía inocentemente.

Aún siendo unos bebés, Eric se las ingeniaba para hacer llorar a Kyle, y de paso ser castigado por su mal comportamiento. No era que quisiera hacerle daño, simplemente que jugaba de manera muy brusca y el pelirrojo era algo sensible; por lo que Sheila siempre tenía a Kyle en brazos, como la vez que se le atoró la cabeza en la cuna...

- ¿Viste, Gerald?- Le decía su esposa cargando a un Kyle de 2 años que gimoteaba despacito.- Si no entro al cuarto en ese instante, Eric le hubiera roto el cuello a Kyle.-

- Sheila, a lo mejor sólo quería ayudarlo a destrabarle la cabeza cuando se le atoró en la cuna.- Lo justificó.- Además, ¿no crees que estás exagerando? Eric no sería capaz de hacerle daño a su hermanito.-

- ¿Crees que exagero? Está bien, Gerald. Sobre ti caerá la muerte de nuestro hijo.- Le dijo melodramática.

- Bien.- Se sentó en una silla.- ¿Qué te parece esto?-

Y desde ese día, ambos niños dormían en cuartos separados debido al incidente de la cuna...

- Ya, Eric, tranquilo.- Gerald trataba de calmar al pequeño gordito que lloraba a lágrima viva.- Ya estás creciendo y necesitas tener tu propio cuarto, al igual que Kyle. No pienses que ya no te queremos.-

Eric no decía nada, sólo asentía con la cabeza y abrazaba con fuerza a su papá...

El tiempo siguió su curso y las cosas en cierta forma se ponían peor. Una manera de saberlo era cuando ambos niños cumplían años. Cuando Kyle cumplió 3 años, había globos, pastel, payaso, muchos invitados y regalos...

- ¡Feliz cumpleaños, amor!- Sheila lucía feliz mientras abrazaba al pequeño pelirrojo y se tomaba una foto con él.

En cambio, cuando Eric cumplió cuatro años, sólo había un pequeño pastel y los pocos invitados veían la televisión para entretenerse, como si fuera un día cualquiera...

- Quiero jugar con el avión.- Decía Kyle mientras jugaba con el festejado.

- No, Kyle, es mío.- Eric le ponía una mano en la frente para tratar de alejarlo, más su hermanito había alcanzado a sujetarlo de la cola.- ¡Suéltalo, Kyle, es mío!-

Tras el forcejeo, el avión se rompió. El castaño molestó, empujó al pelirrojo, que se puso a llorar...

- ¡Eric!- El festejado saltó al oír la voz irascible de Sheila, que le propinó una bofetada.- ¡Deja en paz a Kyle!-

- Pero mami...- El niño se frotaba la mejilla, adolorido y llorando.

- ¡Vete a tu cuarto, estás castigado!- Lo tomó del brazo y a tropezones, lo subió por las escaleras.

Los invitados, o mejor dicho, los padres de los invitados se despidieron casi inmediatamente después del suceso, Sheila sólo se disculpaba diciendo que su hijo no era muy bien comportado y que necesitaba mucha disciplina. Esa noche...

- ¿Eric?- Kyle entró a la habitación de su hermano que no había salido en todo el día.

- ¡Todo es tu culpa, Kyle!- El gordito metía dentro de una pequeña mochila un jugo y un muñeco de acción.- ¡por tu culpa, mami no me quiere! ¡Así que me voy de la jodida casa!-

Le dio la espalda y estaba a punto de dirigirse a la ventana para fugarse de esa casa, cuando sintió que algo lo sujetaba de la ropa. Volvió la mirada y vio que el ojiverde lo agarró con sus manitas...

- ¿Ya no me quieres?- La voz se le quebró y comenzó a soltar grandes lagrimones que corrían por sus mejillas.

Eric lo abrazó, si había algo que a él lo lastimaba mucho, aparte del repudio de su mamá, era ver llorar a Kyle...

- No llores, Kyle.- Y lo abrazaba con fuerza.- Yo... yo te quiero, Kyle. Te quiero mucho.-

El pequeño pelirrojo sonreía mientras se limpiaba las lágrimas ante la muestra de afecto de su hermano, al que ya se le había pasado el coraje...

- Eric, Eric.-

El gordito se movió de entre las sábanas y abrió los ojos, para encontrar a Kyle a un lado de su cama...

- ¿Kyle?- Se frotó los ojos.- ¿Qué pasa?-

- Tu-Tuve una pesadilla y tengo miedo.- Temblaba ligeramente.- ¿Pue-Puedo dormir contigo?-

- Sube.- Se hizo a un lado para dejarle espacio suficiente a su hermano para que se acostara en la cama...

- Buenas noches, Eric.- Kyle se acurrucó a un lado del castaño.- Te quiero.-

- Buenas noches, Kyle.- Eric cerró de inmediato los ojos, quedándose dormido.

El tiempo volvió a pasar y cuando eran más grandes, Gerald esperaba que su esposa tratara mejor a Eric; sin embargo, ella ahora en vez de gritarle y regañarlo, lo ignoraba. Esto sucedió una tarde, en el parque público...

- ¿Listo?-

- ¡Listo!-

Y se dejaron caer por la resbaladilla, pero a causa de que iban encima de una tabla de plástico, se deslizó más rápido de lo que debían y cayeron con mucha fuerza en el suelo...

- ¡Kyle!- Sheila corrió asustada al verlo tirado en el suelo.- ¿Estás bien, amor?-

- Me duele.- Decía entre sollozos y tocándose el raspón que se le hizo en el brazo.- Me duele mucho.-

- Vámonos a casa, cariño.- Lo levantó del suelo y se lo llevó de ahí.

- ¡Mami, mami!- Eric lloraba en el suelo, con un raspón en la rodilla, viendo cómo Sheila y Kyle se alejaban de él.- ¡Me duele, mami, me duele!-

Gerald llegó en la noche a su casa tras salir del trabajo. Estaba lloviendo, por lo que se apresuró a entrar a la casa para tratar de no mojarse demasiado...

- Sheila, niños, ya llegué.- Se anunció tras cerrar la puerta.

- Querido, qué bueno que llegaste.- Sheila se asomó por la puerta de la cocina.- La cena estará lista en un momento.-

Se quitó el saco para colgarlo y vio que Kyle se le acercó, cosa que le extrañó, ya que generalmente Eric era el primero que se le acercaba, por lo que lo primero que le pasó por la cabeza era que estaba castigado en su cuarto...

- Papi, me caí.- Le dijo y le señaló el pequeño parche que le puso su mamá.

- ¡Oh, Dios!- Le examinó de cerca el bracito.- ¿Y tu hermano?-

- También se cayó.- Le contestó serio.

- ¿Y se lastimó?-

- No sé, mami lo dejó en el parque, solito.-

- Kyle, quédate aquí.- Se volvió a poner el saco y salió apresurado de la casa.

Se subió al auto y de inmediato llegó al parque, el agua no dejaba de caer, por lo que no había ni un alma y menos a esas horas de la noche...

- ¡Eric!- Gritó desesperado.- ¡Eric! ¿Donde estás? ¡Eric!-

- ¿Papi?- Gerald volteó a ver donde se encontraba la resbaladilla y vio que Eric salía de ahí.- ¡Papi, papi!-

Gerald se le acercó y lo cargó, estaba completamente mojado y titiritaba del frío, sin contar que estaba llorando, posiblemente por horas...

- Está bien, vamos a la casa, hijito.- Lo cubrió con su saco y lo subió al carro.

Llegaron a la casa, entraron y se dirigieron directo al baño. Gerald llenó la bañera con agua caliente y procedió a desvestir al gordito para darle un baño y así entrara en calor...

- ¿Porqué mi mamá no me quiere?- Le preguntó con suma tristeza mientras su papá le enjabonaba la cabeza.- ¿Porqué?-

A Gerald se le partía el corazón ver al castaño así, especialmente porqué no tenía la culpa de nada, así que decidió decirle una mentirita blanca...

- Tu mamá te quiere mucho, Eric. Es sólo que Kyle no es tan fuerte como tú y necesita que lo cuiden más, ¿entiendes?-

- Ajá.- Asintió con la cabeza.

- Tú eres un niño fuerte, ¿verdad?-

- Sí, soy un niño fuerte.-

- Bien, ahora tienes que terminar de bañarte para ir a cenar.-

El niño no dijo nada, simplemente se puso a jugar un poco con el jabón...

- ¿Cómo pudiste dejarlo solo en el parque?- Le preguntó Gerald una vez que se quedaron él y ella a solas.

- ¿Cómo querías que me encargara de él si Kyle se lastimó?- Sheila estaba molesta.- ¡No puedo cargarlo a él si tengo a Kyle en los brazos!-

Gerald ya no dijo nada, era una pelea perdida, por lo que cuando pasó más o menos un año, creyó tener una solución...

- Niños, les tenemos una sorpresa.- Les anunció Gerald un día.

Ike era de pequeños ojos y cabellos negros, tenía pocos meses de edad y era muy tranquilo.
Gerald lo adoptó para tratar de unir más a la familia y que así ya no hubiera más problemas. Más, no resultó como él esperaba...

- Quiero cargar al bebé.- Eric estiraba sus bracitos para poder abrazar a su nuevo hermanito.- Quiero cargar al bebé.-

- ¡No, Eric!- Sheila le gritó y apartó a Ike de su alcance.- ¡Eres un niño malo, tonto y estúpido! ¡Lo vas a tirar al suelo!-

- ¡Pero, mamá!-

- ¡Pero nada!- Se alejó de él y se acercó al otro niño.- Kyle, ¿no quieres cargar a tu hermanito?-

El pelirrojo extendió los brazos para sostener a su hermanito, pero se le cayó al suelo e inmediatamente se puso a llorar...

- ¡Oh, Ike! ¡Lo siento, amor!- Sheila levantó aprisa al bebé del piso.- ¡Ya, mi amor, ya!-

El pequeño gordito no dijo nada al respecto, sólo se fue corriendo a su cuarto y se encerró en el mismo hasta la hora de cenar. Y Gerald sólo se resignaba en silencio...

- ¿Qué es eso?- Gerald se levantó del sillón de la sala al oír un ruido proveniente de la cochera.

Se acercó cauteloso, listo para sorprender al intruso y darle la lección de su vida. Pero al distinguir el ruido, que era de una sierra eléctrica, abrió de golpe la puerta y gritó...

- ¿¡Pero Eric!- El niño, que se encontraba enfrente de la sierra eléctrica, saltó al oír su nombre.- ¿Qué estás haciendo?- Apartó al niño de la sierra eléctrica y la apagó.- ¿Qué carajos estabas pensando? ¡Te pudiste haber cortado una mano o algo, qué se yo!-

El niño obeso de siete años se puso a llorar, mientras la pintura con la que se había pintado el cabello le escurría y le manchaba la ropa...

- Eric, ¿porqué tienes pintura roja en la cabeza?-

- Es que, es que Kenny me dijo que mamá quería a Kyle porque, porque también tiene el cabello rojo.- Contestó entre pausas sin dejar de llorar.- Y me, y me dijo que también quería a Ike porque, porque le saltaba la cabeza.- Se puso ambas manos cerradas en puños sobre los ojos.- ¡Quiero que mi mamá me quiera, papi! ¿Porqué no me quiere?-

- Ven acá, Eric, ven acá.- Gerald se puso de cuclillas y le limpió un par de lágrimas.- Escucha bien, tú eres nuestro hijo mayor y, Dios no lo quiera, si algún día llego a faltarles, tú serás el hombre de la casa.- El pequeño dejó de llorar para escucharlo con atención.- Y no es que tu mami no te quiera, es simplemente que debes de ser fuerte porque vas a cuidarlos a todos, a tu mamá y a tus hermanitos Kyle y Ike. Tú los quieres mucho y no quieres qué nada les falte, ¿verdad?-

- No.-

- Y así, cuando llegue el momento, tú te vas a hacer cargo de tu propia familia, como un hombre hecho y derecho. ¿Entiendes?-

- ¡Sí, papi!- Y lo abrazó con ternura y alegría.

- Bien, ahora vamos a darte un baño.- Lo cargó y se dirigieron al baño.

- ¿Papi?-

- ¿Sí?-

- Cuando sea grande como tú, me voy a casar con Kyle.-

Sintió un cubetazo de agua fría al oír semejante declaración. Y pensando que sólo se trataba de cariño fraternal y porqué aún no despertaba su interés por las niñas, decidió tratar de corregirlo...

- No, Eric, no.- Lo miró de frente.- Cuando seas grande como yo, te vas a casar con alguien parecido a Kyle.-

- ¿Porqué?- Preguntó curioso.

- Porque Kyle es tu hermano y los hermanos no se pueden casar unos con otros.-

- ¡Ah!- Y agachó la mirada.

- ¿Quieres mucho a Kyle?-

- Sí.- Y las mejillas se le sonrojaron.- También te quiero mucho a ti, papá.-

- ¿Y a Ike?-

- También, a pesar de que es un bebé y huele a mierda.-

- Bien, es hora de que te bañes, antes de que sea hora de la cena.-

La escuela era otro cantar; Kyle resultó ser un niño listo y muy aplicado, lo cuál llenaba de orgullo a sus padres. Eric, en cambio, tenía bajas notas, en ocasiones reprobaba y no obedecía a sus maestros, por lo que Sheila lo regañaba a cada instante, al grado de ponerlo en una estricta dieta...

- Mami, quiero más.- Le decía el ahora niño de nueve años, queriendo otra porción de comida.

- No, estás muy gordo porque sólo comes en vez de estudiar.- Lo regañó Sheila.

- Pero tengo hambre.-

- He dicho que no y te irás a tu habitación.-

- Pero...-

- Sin peros o te castigo, jovencito.-

No tenía de otra, se levantaba de la mesa y se iba directo a su cuarto. Y como el dinero que le daban diariamente no era mucho, estaba muy decaído en la escuela...

- Tengo hambre.- Estampó su frente en la mesa donde se sentaba con sus amigos y Kyle.

- ¿Mmmm mmm mm?- Le preguntó Kenny.

- No, Kenny. Vete al carajo.-

- Ten, Eric.- El ojiverde le pasó su charola de comida.

- Pero, Kyle...-

- Yo no tengo hambre y no debo tirar la comida, así que come tú.- Se lo ofreció de nueva cuenta.

Eric, impulsado por el hambre se puso a comer. Kyle se levantó de la mesa y Stan lo siguió...

- Kyle, no tienes porqué darle tu comida a tu hermano.-

- Stan, es que a él no le dan tanto dinero como a mí. Además, mi mamá no lo deja comer mucho en casa. Hay ocasiones, Stan, que papá le lleva comida al cuarto a escondidas para que no se muera de hambre.-

- ¡Ay, Kyle!- Stan sintió pena por sus dos amigos. De pronto, una duda lo atacó.- Oye, ¿porqué Eric tiene el cabello corto y tú lo tienes largo?-

- Mamá dice que es porque Eric es una vergüenza para la familia, por eso le corta el cabello.- Le explicó.- En cambio, papá dice que es porque es el hijo mayor y debe tenerlo corto. La verdad, no los entiendo.-

- Ah, bueno.-

Kyle se va por el pasillo, perdido en sus pensamientos. Stan voltea a ver a Eric y a Kenny, que están discutiendo por la comida qué dejó Kyle...

- ¡No, Kenny, es mío!-

- Pues, no sé.- Pensó en voz alta.- La verdad, son tan distintos que no parecen hermanos.-