Me llamo Lucy Quinn Fabray más conocida como Quinn, tengo 17 años y estudio en el William McKinley High School en el cual solo importa el futbol y las cheerios (cabe decir que no me gusta ni uno ni lo otro) el único club al que estoy apuntado y le soy fiel es al club de literatura del cual Blaine Anderson es el profesor. Adoro escribir. Tengo planeado estudiar Filología inglesa en Yale al acabar el año. Como muchos os preguntaréis no soy una chica corriente popular y sociable, al contrario me gusta la soledad y el silencio, para que me entendáis no soy miss popular (dentro de la cadena alimentaria sería un bichito, uno muy muy chiquitito), mi madre culpa este hecho a mi manera de vestir y a mi actitud. Vivo con mi madre y mi hermana pequeña en una pequeña casa alejada del instituto, no tengo padre buen si pero nos abandonó al poco de nacer mi hermana por una golfa morena (pero bueno esa es otra historia). POR CIERTO no os he hablado nada sobre mi aspecto! No hay mucho que contar soy rubia pelo corto con ligeras mechas rosas, piercing en la nariz y normalmente visto de negro. Aún que no os lo creáis u os pueda parecer impresionante tengo amigos, pocos pero buenos (como dice mi madre, los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano). Mis amigos son; el rudo y fuerte Puck, la callada e inteligente Tina, la infantil y dulce Brittany y por supuesto mi mejor amigo alegre y muy muy GAY, Kurt. Como cabía suponer también tengo enemigos, bastantes. Entre los peores Rachel Berry capitana de las animadoras y su odioso novio y perrito faldero Finn Hudson, al ser populares se creen que pueden ir pateando a la gente como hormigas.
Después de esta "pequeña" introducción os explicare lo que pasa.
Bueno el que os esté contando todo esto no es porque realmente me vena en ganas hablar con desconocidos es por mi pequeño problema (PEQUEÑO? Pero que estoy diciendo?). Todo mi lio empezó con la baja de mi queridísimo profesor Blaine y la llegada de la sustituta Santana López, esa odiosa mujer que me pone de los nervios con solo abrir la boca pero de la que no sé cómo, me he "enamorado". Para que entendáis este dilema os tengo que contar todo desde el principio, todo empezó una mañana…
