Querida Hannah:
Discúlpame por no escribirte en los últimos días, he estado ocupada con los deberes de la escuela, como ya está finalizando el año debo cumplir con todo para poder tener unas felices vacaciones de fin de curso.
Ah, por cierto, debí habértelo dicho, tengo una nueva amiga (la única amiga para ser más específicos) , su nombre es Susan, va en el primer año de la secundaria. Al igual que yo le encanta leer, la diferencia es que ella tiene más carácter, en estos días se ha convertido en algo así como mi defensora.
La conocí el miércoles en el recreo, cuando me dio indigestión luego de que una de las porristas le echara salsa picante a mi almuerzo. Sí, son las cosas que suelen pasarme en la escuela.
Mientras yo estaba en el suelo jadeando de ardor en el estómago Susan se abalanzó como una fiera sobre Katie (así se llama la chica) y le dejó la cara hinchada de golpes. Fue fantástico, por un momento me regocijé por el sufrimiento de Katie y me olvidé de mi dolor, había sido como una venganza por todo lo que me han hecho desde el jardín de niños.
-Gracias-me limité a decir.
-Es lo menos que podía hacer, pronto se pondrá bien. Recuerda que hierva mala nunca muere.
Solté una carcajada y me puse en pie a su lado.
-Por cierto, dime Sue. Si somos amigas debemos tratarnos con confianza.
-Claro, yo soy…
Me interrumpió.
-Sé quién eres, eres Jesy Flint. Estuvimos juntas en el tercer grado.
Esbocé una sonrisa y asentí. En realidad no me acordaba de ella pero ya qué más da, ahora somos amigas.
Al salir me esperó en la entrada de la escuela y me acompañó a casa, dijo algo como que quería asegurarse de que estuviera bien. Estuvo toda la distancia hablando de cosas sin importancia para mí, como los avances del Club Ambiental, los chicos guapos de la escuela y cosas así.
Con amor, Jesy.
