Digimon no me pertenece y escribo esta historia sin fines de lucro.

Esta colección participa de la actividad "Escribe a partir de una palabra" del foro Proyecto 1-8. En este caso, las palabras son "Iridiscencia", propuesta por Midnighttreasure, y "Ame", lluvia en japonés, propuesta por Chia Moon.

Salvo que se aclare expresamente, todos los fics de esta colección serán de amistad.

En la lluvia

Para LeCielVAN

Jou nunca fue alguien que gustara de la lluvia. La lluvia lo complicaba todo. Mojaba, humedecía, generaba olores, creaba malhumores.

Otorgaba, sí, cierta comodidad a la hora de estudiar, pero solo si era fin de semana. Los domingos, Jou podía dedicarse a lo que quería: estudiar. Se preparaba un buen desayuno, extendía sus apuntes, cuadernos, lápices y libros en orden sobre el escritorio, se calzaba sus pantuflas preferidas y a dedicarse: estudiar, estudiar, estudiar. La lluvia era un accesorio, y tal vez era la mejor excusa para seguir estudiando.

Pero ese día el pronóstico no había anunciado lluvia y Jou no era el que cargaba paraguas en el bolso: ¡el peso, el peso! O libros, o paraguas. Matemática básica.

Incapaz de seguir avanzando, con el viento levantándole los cabellos y la lluvia empapándole los anteojos, Jou se detuvo en una parada de colectivos que no lo llevaban a ningún lado. Sacudió su bolso, del que resbalaba agua como si fuera una cascada. Lo abrió con cuidado y buscó el estuche de sus gafas. Mientras las secaba, un colectivo se detuvo. Jou se hizo a un costado, se refugió contra la pared trasera. Los viajantes, mejor preparados que él, se alejaron con sus paraguas.

Cuando Jou volvió a ponerse los anteojos, una muchacha aún permanecía en la parada.

―¡Hi. Hikari! ―tartamudeó, sorprendido―. ¡¿Por qué no me dijiste que estabas ahí?! ¡Te mojarás!

Hikari sonrió mientras Jou le hacía un lugar cerca suyo, donde se estaba más calentito y más seco.

―No quise tomarte por sorpresa. ―Agradeció el gesto de Jou, pero no tomó asiento junto a él.

―¿También olvidaste tu paraguas? Creo que soy muy despistado, pero hoy el pronóstico no me informó de la lluvia.

―No lo olvidé.

Jou, perplejo, tardó unos segundos en reaccionar.

―¿Y qué estás esperando? ―preguntó, nervioso. Si Hikari le ofrecía compartir su paraguas, se vería en una situación muy incómoda y comprometida―. Si te quedas aquí más tiempo, te resfriarás. ¡Podría darte una neumonía!

Hikari rio.

―También me la dará si me marcho sin paraguas, ¿no? ―Supo leer la sorpresa en los ojos de su amigo, porque añadió―: No lo olvidé, pero tampoco lo traje. Salí a mirar la lluvia.

No bastan las palabras para expresar el terror de Jou ante la acción de Hikari.

―¡¿A mirar la lluvia, sin paraguas?! ¡Te enfermarás, te mojarás, tendremos que llevarte al hospital! ¡Oh, Hikari! ―lamentó, revolviéndose los mojados cabellos.

―Así será, entonces ―sonrió, con naturalidad―. Tal vez, hasta entonces, podemos mirar la lluvia juntos.

Jou prontamente se cansó de protestar y recomendarle mesura, cuidados, ¡inteligencia!

Sentados, lado a lado, él más mojado que ella, miraron la lluvia.

―¿Sabes lo que es la iridiscencia, Jou?

Las palabras de Hikari le llegaron como a través de un velo, lejanas. Pensó que, en su compañía, a punto estuvo de quedarse dormido bajo la tormenta.

Fenómeno óptico donde el tono de la luz varía creando pequeños arcoíris ―repitió, de memoria.

Hikari asintió.

―¿Qué cosas conoces que sean iridiscentes?

―Mmh… las burbujas con jabón, o con detergente. El combustible que se derrama sobre el piso, y… ―Jou no supo agregar nada más.

―Y la naturaleza. Hay escarabajos con diseños iridiscentes en su cuerpo. ―Improbable, pensó Jou, pero no lo dijo―. Mariposas. Piedras que, al romperse, se desarman en miles de tonos de luz.

―¿Por qué sales a ver la lluvia afuera, Hikari? Tienes un hermoso balcón en tu casa.

―Me gusta el olor de la lluvia. Y me gustan los arcoíris, iridiscentes.

«Los arcoíris son la descomposición de la luz solar sobre la lluvia. No es lo mismo» pensó.

Hasta que lo vio.

Hikari sintió a Jou tensarse al lado suyo. No fue intencional, pero él rozó su mano, estático, extasiado tal vez.

Ese día, Jou no se preocupó por regresar a estudiar. Y al día siguiente, que volvió a llover, viajó sin paraguas hasta la misma parada que Hikari.

Hacía tiempo que Jou no descansaba tan bien por las noches.

Notas: Van, ¡feliz cumpleaños! En la relectura me di cuenta que el fic no tiene sentido y lamento hacerte un regalo tan bobo :( . No pude lograr ningún takari esta vez, simplemente no lo pude escribir. Por eso quise hacerte algo de amistad con Hikari, y tengo la idea de que Jou también te gusta, pero creo que no lo logré muy bien.

Espero, de todas formas, que pases un hermoso día.

Y a todos mis demás lectores y lectoras, por favor déjenme un review.