Este es el primer Fic que publico, es algo que se me ocurrió mientras escuchaba la canción "Rescure me" de Tokio Hotel. Espero que les guste! =D

Declimer: Los personajes que nombro le pertenecen pura y exclusivamente a Stephenie Meyer, solo se me ocurrió ponerlos en una situación diferente!


Jamás pensé que terminaría así. Mi vida no había sido perfecta, pero estaba mejorando considerablemente y todo gracias al amor de mi vida: Bella. Ella era perfecta, era todo lo que había soñado. Pero no estaba hecha para mi, ella no merecía alguien como yo, un ser repulsivo, un asesino.

Me fui antes de que pudiera aferrarse a mí, antes de que sea demasiado tarde, antes de que Bella pudiera enamorarse de mí, antes de que pudiera lastimarla.

Me dirigí al lago que quedaba cerca de mi casa y luego hacia las montañas que lo bordeaban. camine lentamente hacia mi final. Fue extremadamente difícil obligarme a continuar caminando y no volver corriendo a los bazos de mi amada.

Detrás de los arboles al pie de la montaña, había una cabaña donde me esperaba mi final.

"Llegas tarde Edward."

"No te preocupes James, ya estoy aquí."

"Muy bien Edward. Sabes que esto es lo mejor para Bella"

"Lo se." ¿Cómo quería que olvide nuestro trato? ¿Cómo quería que olvide que me había amenazado con matarla si no me entregaba?

"Lo siento Edward, pero no podemos permitir que arruines nuestro negocio. No es nada personal" Sabia que James no era sincero, esto era completamente personal. Yo había matado a su socio en una de mis misiones, pero lo que no supe fue que era su hermano. "Terminemos de una vez con esto, ¿Quieres? Muchachos, lleven a Edward a su, emm, habitación" James rió de forma malvada antes de que sus guardaespaldas me llevaran a la habitación contigua. No opuse resistencia, ya estaba resignado. Me dejaron tirado en el suelo y cerraron la puerta detrás de ellos.

Esperaba que James fuera compasivo y me matara de forma rápida, pero estaba equivocado. Unos momentos después de que me trajeran a la habitación, entro James. Seguía sonriendo de forma perversa. Se tomo unos minutos antes de mirarme a los ojos y decirme de forma despreocupada:

"Imagino que querrás saber de que forma planeo matarte. Pues, es sencillo: te quedaras encerrado aquí, sin salida, sin alimento y sin aire. Tu cuerpo poco a poco se ira consumiendo, hasta que ya no le quede más fuerza para vivir." Luego su rostro se endureció y con un tono de profundo odio, continúo diciendo:

"Te equivocaste de profesión Edward, ahora tendrás que pagar las consecuencias de ese error" luego salio de la habitación y volvió a encerrarme.

Me quede anonadado, esto definitivamente no lo esperaba. Pensé en buscar una forma de salir, de huir, pero de inmediato me di cuenta de que desperdiciaría energía inútilmente ya que la habitación estaba echa de acero puro. Lo único que lograría seria alargar mi sufrimiento. Así que me senté en un rincón y me dedique a recordar todos los pocos pero maravillosos momentos que había pasado junto mi amada: El primer día que la vi, todo lo que sentí cuando le perdí salir conmigo y acepto, la ves que la lleve a ese prado mágico donde me escondía cuando necesitaba estar solo, la primera vez que hicimos el amor...

No se cuanto tiempo pase sentado, pensando. Se me hacia una eternidad. De a poco mis pensamientos se transformaron en fantasías, imaginaba que esto nunca había sucedido, que estaba con Bella, que le proponía matrimonio, que teníamos hijos, que envejecíamos juntos y finalmente moríamos juntos...

El tiempo pasaba sin que me diera cuenta ya que estaba sumergido en mis fantasías. Mi razón me decía a gritos que me despertara de una ves y luchara por mi vida, pero no me importaba ya lo que pasara con mi cuerpo, era mucho más feliz en mi mente, donde todo era perfecto, donde no existía el dolor, donde Bella era mi salvavidas y yo una persona digna de ella...

Tan enterrado en mi imaginación estaba que no me di cuenta de que mi cuerpo se estaba debilitando rápidamente, que mis pulmones ya casi no funcionaban, que a mi corazón le costaba horrores latir a un ritmo constante...

Nunca creí que mis días terminarían así pero, supongo que después de todo el daño que había causado, me lo merecía.