Capítulo 1: Cuando te conocí
"Es mi primer día de universidad y estoy realmente nerviosa porque no conozco a ninguno de mis compañeros. Me llamo Ryuzaki Sakuno y es mi primer año de estudiar Derecho en la Universidad de Tokio, soy una chica extremadamente tímida y tengo una mejor amiga con la que nos conocemos desde que éramos niñas, Osakada Tomoka.
El primer día siempre es difícil porque, para alguien como yo, siempre sientes mucha ansiedad con este tipo de cosas, pero hay que enfrentarlo si planeo algún día estar en tribunales luchando por quienes no pueden."
Sakuno caminó hasta su clase y se sentó en un asiento adelante junto a la ventana, porque a pesar de ser tímida, ella tenía la misión de ser la mejor alumna de su clase y en una universidad como esa sería realmente un desafío. Apenas se sentó un chico se acercó a ella:
- Hola preciosa, soy Daichii ¿y tu?
- Sakuno – dijo tímidamente
- Lindo nombre – dijo sentándose junto a ella – me preguntaba si estabas interesada en ir a mi apartamento hoy en la noche para pasar un buen rato
- No, gracias, no busco lo que tu quieres
- Para ser alguien tan hermosa, eres muy aburrida. Tú te lo pierdes – dijo levantándose y yéndose a un grupo de chicas más "divertidas"
Porque sí, Sakuno era una chica completamente hermosa, tanto que podría ser modelo si así lo deseara, pero ella no quería que la miraran sólo por eso, aunque ella no pensara que era lo suficientemente bella. Tenia ese hermoso cabello caoba largo que combinaba a la perfección con sus ojos rojos y tez blanca y tersa, largas piernas, pequeña cintura y curvas justas y precisas para su altura. Sería la mujer con la que muchos quisieran despertar, pero ella no buscaba eso y aunque tímida, siempre lo dejaba claro.
Por otra parte podemos ver a un chico muy apuesto llamado Echizen Ryoma que caminaba por la universidad sin fijarse en nada ni nadie pero con mucha presencia, y por eso aunque era el primer día ya tenía un gran número de chicas enamoradas. Era alto, de tez clara, cabello negro verdoso y unos enigmáticos ojos ámbares iguales a los de un felino; gracias a sus entrenamientos de tenis tenía un gran cuerpo que muchos hombres envidiaban y que todas las mujeres esperaban llegar a tocar. Este chico, como siempre al ir tan relajado, llegó tarde a su primera clase llevándose miradas descaradas de casi todas las mujeres de la sala, casi, porque la única que no lo miró fue Ryuzaki:
- Usted debe ser Echizen – dijo la profesora que prácticamente se lo comía con los ojos
- Mph – fue el único monosílabo que respondió
- Lo tomaré como un sí… como se perdió toda la introducción acérquese luego a esta chica de aquí – dijo señalando a Sakuno – y pídale toda la información – y así comenzó la primera clase del semestre. Cuando la profesora los dejó libres Ryoma se acercó a Sakuno y cuando lo sintió junto a ella lo miró interrogante
- La información – fue lo único que dijo y ella realmente se molestó
- "hola, disculpa por molestarte, pero ¿podrías prestarme la información por favor? Ya que al parecer soy demasiado importante para llegar a la hora" – dijo ella desafiante, porque por muy tímida que fuera tenía su carácter – te estoy haciendo un favor, no soy tu sirvienta – dijo pasándole su cuaderno
- Un ….¿cuaderno? – fue lo que dijo obviando a propósito todo lo anterior
- No me gusta escribir en notebooks asique es esto o se lo pides a ese montón de chicas de allá – dijo señalando a un grupo que lo miraban como si quisieran desvestirlo ahí mismo – que estoy segura que estarán más que complacidas por ayudarte
- Esto estará bien – dijo dándose vuelta para irse
- Lo necesito para la próxima clase, asique cópialo cuanto antes y de nada – dijo pasando junto a el
- "mmmm esto será interesante" – dijo cuando la vio irse y notó lo hermosa que era y su carácter
El resto del día pasó rápido y Sakuno regresó a su departamento que su abuela le había comprado antes de morir de cáncer, asique al llegar lo primero que hizo fue llamar a su mejor amiga:
- ¡Hola, Saku! ¿Cómo te fue?
- ¡Bien! Las clases fueron muy introductorias, pero mis profesores me encantaron la verdad ¿Cómo estuvo tu primer día?
- Bastante tranquilo la verdad, aunque tengo unos compañeros ¡guapísimos!
- Siempre pensando en eso – dijo riendo – hablando de guapos, tengo un compañero que es muy guapo, pero un real cretino
- ¿Qué tan guapo?
- ¡Tomo-chan!
- Bueno bueno, lo siento – dijo riendo – ¿te hizo algo?
- No, es su actitud. Monosilábico, prepotente, que piensa que estamos para servirle….ya sabes
- Mmmm….eso suena bastante sexy la verdad
- Si, lo es…hasta la profesora babeaba por él, pero su actitud es otra cosa
- Tienes que presentármelo – dijo riendo
- Siempre pensando en chicos, Tomo-chan
- Hablando de chicos…ya debo colgar, tengo una cita y debo salir
- ¿primer día y ya tienes una cita? Te envidio
- No es que no haya chicos detrás de ti, es que tu no estás interesada en ellos
- Lo sé lo sé, mejor disfruta tu cita y cuéntame luego ¿si? Te quiero
- Te llamaré hoy o posiblemente mañana – dijo riendo – ¡también te quiero! – dijo colgando y Sakuno suspiró.
Al día siguiente Sakuno llegó 10 minutos antes de que la clase comenzara y se sentó en el mismo asiento del día anterior, pero detrás suyo unos minutos después se instaló Echizen Ryoma que dejó caer el cuaderno en el escritorio de ella:
- Tu letra es muy entendible
- Me alegra que te sirviera, aunque no te mataría dar las gracias – dijo de un modo no muy amable
- Muy agresiva – dijo burlesco
- Gente como tu no me gusta simplemente
- ¿te gustan sólo los que están a tus pies?
- Te equivocas, simplemente los que no son engreídos. Además no hay chicos a mis pies – dijo avergonzada y justo se acercó una compañera pidiéndole si le podría prestar sus anotaciones y Sakuno muy amable y tímidamente le dijo que no habría problemas
- "¿acaso es tan despistada que no se da cuenta que todos los chicos la miran babeando o lo dirá para hacerse la humilde?" – pensaba Ryoma mientras miraba el perfil de la chica que seguía hablando con la compañera que se había acercado, viendo su timidez y cuando esta se fue, Sakuno notó la insistente mirada y se giró sonrojada
- ¿por qué me miras tanto?
- Por nada – y en ese momento llegó la profesora haciendo que todos guardaran silencio. Y así pasó el segundo día de clases sin más incidentes.
