PREFACIO

Normalmente debería estar aterrada, gritando a todo pulmón o corriendo con todas mis fuerzas. Pero me era imposible.

Todo lo que me rodeaba pareció desaparecer cuando pose mi mirada en lo que tenía en frente.

Sé desde un principio que de no haber salido de casa a aquellas horas jamás hubiera ocurrido esto. También no me cabe duda de que no fue mera coincidencia nuestro encuentro y por último aunque nunca lo admitiría abiertamente, yo misma le había invitado a buscarme.

Mis acciones, mis pensamientos y por ultimo mi olor.

El olor de mi sangre, que agitada recorría cada milímetro de mis venas, aumentando mi adrenalina y mi desesperación. Todo en mí le llevaba a mi encuentro.

Sea lo que sea que tuviera delante mío, sólo de algo puedo estar segura... no era humano.