disclairmer: vocaloid no me pertenece. Es propiedad de sus creadores.
Principio del fin
Era una suave mañana de primavera, el sol era cálido sin tener que llegar a quemar. Los suaves rayos de este se colaban por el interior un modesto departamento.
Al interior de este se podía divisar una cocina, tipo americana, un living-comedor con una mesa para cuatro personas. Por un pasillo no muy largo se podía ver la única habitación.
Al interior de esta, dos chicas dormían plácidamente en la cama. La tranquilidad del sueño duró poco ya que una alarma comenzó a sonar. Por instinto ella apagó la alarma y posteriormente se dispuso a levantarse, no sin antes ver a la bella joven que estaba durmiendo aun, a su lado.
Sonrió con ternura, el solo verla por las mañanas la llenaba de energías para seguir su día rutinario.
Le dio un beso fugaz en la frente y se dispuso a tomar su desayuno, hoy sería otro día largo si ver a su reina. Pero sabía que no todo era bonito, tenía que luchar para ganarse el pan como sea, tenía que trabajar duro para que ella no lo pase mal ya que sabía que no estaba acostumbrada a este nuevo estilo de vida.
Por eso y otros tantos motivos había decidido sacrificar algunos días sin su novia para poder vivir bien. Aunque sabía que su amada también la ayudaba trabajando como secretaria en una pequeña empresa de un amigo de ambas.
Cuando terminó de desayunar se disponía a ir a arreglarse un poco para salir.
Llegó al baño que estaba al frente de la habitación, percatándose que la puerta de esta estaba abierta. Entonces supo que ella se había despertado.
Al entrar en el baño la divisó. Ya estaba vestida.
El uniforme de la joven era simple: un traje de dos piezas y una blusa blanca, sus zapatos eran negros con un poco de taco. Nada de especial, pero aun así se veía… hermosa.
– ¿Te vas tan pronto?- preguntó.
–sí. – Respondió aun mirándose al espejo– desayunaré al llegar al trabajo. –agregó, sabiendo que eso le preguntaría.
–Ya veo. – contestó, no es que no tuviera más conversación, pero no podía dejar de verla.
Se veía muy, muy hermosa. Incluso estaba a punto de…
–Se te hace tarde, deberías irte ya. – comentó la chica.
Aquello la sacó de la ensoñación. Por instinto miró su reloj pulsera y en efecto, estaba un poco atrasada.
Suspiró. Otro día la esperaba, pero el motivo de su esfuerzo estaba frente a ella.
De disponía a acercarse a la muchacha y, sin previo aviso, besó unos labios suaves y cálidos. Tal acción dejó a la mayor sin habla.
–Nos vemos luego. – prometió.
Se encaminó a la salida del edificio para dirigirse a su trabajo.
La otra chica suspiró con molestia, realmente ese "nos vemos luego" ya no le hacía mucha gracia. Y esperaba esta vez no rompiera su promesa. Decidió ignorar sus pensamientos y también se encaminó.
Eran alrededor de las nueve de la mañana cuando llegó a su trabajo.
Se disponía a ir donde estaba los camarines para cambiarse de ropa y así hacer lo suyo, pero fue interrumpida por una voz conocida.
–hey, Hatsune. – saludó una chica.
–Hey, IA. – saludó.
Ambas jóvenes se saludaron con un choque de puño y riendo en el proceso.
– ¿Lista para el sufrimiento eterno?– bromeo Aria, una chica de más o menos 25 años de edad, pelo color rosa pálido y de una personalidad encantadora, se podría decir que es el sueño de todo hombre el tenerla como novia.
–Ni que lo digas.– contestó, para luego agregar con un dejo de burla– apuesto a que hoy llevo más saco de cementos que la semana pasada.
IA, solo se limitó a reír. Es que no le cabía en la mente como alguien como Hatsune pudiera tener tanta fuerza, es decir, solo había que mirarla; brazos delgados; una piel pálida como la nieve, a veces se preguntaba si no estaría enferma; un cabello sedoso atado en dos coletas de color aguamarina y sus ojos del mismo color. No era muy alta, pero aun así era muy linda, aún conservaba los rasgos de una adolecente a pesar de tener 24 años.
–Te apuesto a un sándwich a que puedo doblar lo que propones para este día. – realmente no le apetecía hacerlo, pero IA nunca huye de un reto.
–Vete preparando porque yo ganaré. – le aseguró Miku.
Las dos se echaron a reír, pero luego pararon ya que el supervisor de la construcción estaba llamando a los obreros a tomar sus puestos.
Luka llegó a las 9:15 de la mañana. Poco le importaba ya que sabía que Gakupo no era estricto con ella. Y se lo agradecía, él era uno de sus mejores amigos, fiel, cariñoso, atento…
Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se percató de la presencia de alguien a su lado.
–hey Luka-chan, como siempre quince minutos tarde.
– ¿Eh?– se giró hacia su izquierda topándose con su jefe.
–Y como siempre, despistaba– Gakupo suspiro audible, haciendo gestos de derrota.
Luka solo se sonrojó un poco, a veces él podía ser muy simpático cuando quería. Pero era así con pocas personas, casi siempre con su familia bromeaba o dejaba pasar los horario.
Con ella era más agradable de lo normal, debido a que entablaron una fuerte amistad desde el inicio. Luka empezó a trabajar para él hace un año.
Aun recordaba cómo fue la impresión que tuvo el uno del otro. Ella como novata estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo; nerviosa, porque sería su primer trabajo y feliz porque estaría con su buen amigo.
En cuanto a Gakupo, le fue una grata sorpresa toparse con una amiga de la infancia y tampoco pasó desapercibido el cambio que tenía, es decir, un cabello color rosa único, unos ojos tan azules como el cielo y tan expresivos, una tez blanca y lo más tentador… unos atributos que él no recordaba.
Pero lejos lo mejor era… su sonrisa, tan cálida y radiante, la cual se mostró desde el inicio.
– ¿Se puede saber en qué piensas tanto?– preguntó con gracia Megurine, aunque ya sabía la respuesta, pro le era… lindo escucharlo de alguien.
–En ti. – Fue todo lo que dijo–será mejor ir al trabajo o tendremos problemas. – comentó con una sonrisa pitada e el rostro.
Y es que ver un gran sonrojo de parte de esta chica no tenía precio.
Ambos se fueron en silencio a sus respectivos puestos de trabajo, pero Luka no estaba conectada con la tierra y es que ver a Gakupo tan concentrado en un asunto la tenía un poco distraída. Y como no estarlo.
Varonil, a pesar de su cabello largo y morado atado en una coleta de caballo. Un traje formal común, pero ajustado denotando ciertas partes de su cuerpo como el ancho de su pecho, sus brazos largos y fuertes.
– ¿Tengo algo en la cara?– preguntó Gakupo al sentirse observado por cierta pelirrosa.
–n-nada– se sintió tonta al verse descubierta espiándolo. Pero no lo podía evitar.
La verdad de las cosas es que… se sentía atraída por él y lo peor es que no sabía cómo mantenerse quieta y tranquila a su lado… si Miku se entera la mataría.
Últimamente su relación de siete años con su novia estaba decayendo a niveles alarmantes. Y es que no verse todo el día y no poder tener un momento de tranquilidad para las dos, les estaba matando todo el interés por volver a acercarse para tener cualquier tipo de intimidad.
Por eso era un poco más fría con Miku cuando tenían días en común libres. No es que la haya dejado de amar, pero su chica siempre decía lo mismo: "lo siento, quiero descansar", "perdón, pero hoy quedé con mis amigas".
Y la poco tiempo se dio cuenta que estaba sola… de nuevo. En su casa, con su familia pasaba lo mismo. Todo el mundo se iba y con escusas diferentes y ella se quedaba sola en casa.
Se prometió a si misma que no estaría sola nunca más, por eso cuando conoció a Miku en la preparatoria supo que ya no lo estaría más y eso creía hasta ahora.
Aunque sus amigas le aseguraban que era solo una etapa, que se superaría. Pero Miku llevaba tres años trabajando sin parar, a veces se quedaba horas extras y ella finalmente explotó y empezaron las peleas.
Al cabo de un año después de los eventos, Luka le propuso que si ella pudiese trabajar, recibiendo un rotundo "no" como respuesta. Y luego de varias suplicas, promesas y caras tiernas… Miku terminó aceptando, a regañadientes.
Y así Luka dejó de sentirse sola al ver que trabajaría con su…amante.
Regresó, exhausta del trabajo. Había sido más duro que el día anterior y es que ¿en qué carajos estaba pensando cuando desafió a IA? Era obvio que no ganaría.
Sacó las llaves del departamento y entró en él.
–Bienvenida– fue lo que recibió al entrar y al instante todo cansancio se esfumó.
Levantó la vista para poder ver a su novia y pensaba que guapa se veía a pesar del rostro serio que tenía.
– ¿Ocurre algo?– preguntó al ver que no quitaba esta expresión seria de su rostro.
– ¿estas son horas de llegar, Miku?
– ¿Otra vez me harás una escena, Luka?– contra preguntó Miku con cierta molestia. Estaba un poco harta de estas peleas, siempre lo mismo.
– ¿Qué quieres decir? En qué quedamos– trato de no alzar tanto la voz ya que sabía que se puede escuchar los gritos desde cualquier ángulo.
–Mira, entiendo tu molestia, pero había mucho que hacer–trató de excusarse, pero sabía que no podría parar lo que se avecinaba ya que no era primera vez que lo hacía.
– ¡y que rayo tenías que hacer! ¿Eh?– ya ni sabía cómo contenerse– ¡se supone que llegarías temprano para estar un tiempo juntas! ¿Cuál es tu problema, ya no me amas?
– ¡entiendo tu punto! ¿Pero, de donde sacas que ya no te amo? Por algo es que trabajo. Para poder verte feliz– lo cierto es que trataba de razonar, aunque ya se estaba enojando.
– ¡pues lo dudo! Alguna vez te has preguntado ¡¿Cuándo fue la última vez que hicimos el amor?!– ya no aguantó más, gruesas lagrimas resbalaban por sus mejillas ¿Por qué no la entendía? Ella solo quería estar a su lado, perderse en ese aquamarin mirar…solo quería ser suya de nuevo.
Salió corriendo a su habitación y lloró amargamente, su novia no la entendía y ella no era un robot el cual se puede reiniciar. Era humana y tenía sentimientos.
Miku, tan solo se sentó en el sofá un instante reflexionando sobre pelea. Al cabo de un rato decidió que lo mejor era hablar con Luka y aclarar esta situación.
Le dolía verla llorar y más si ella era la causante de su llanto. Con pesar se dirigió a la habitación que compartían, encontrándose con una Luka durmiendo profundamente. No quiso despertarla así que se acomodó a su lado quedándose profundamente dormida al instante.
muy buenas a todos los amantes del negitoro. Esta es mi primera historia de esta linda pareja.
se que a lo mejor in one-shot hubiera sido mejor, pero la inspiración llegó de repente y no me pude resistir. son libre de decirme lo que quieran XD
