Los personajes y escenarios principales pertenecen a J. K. Rowling a excepción de Evelin Morgan y algún que otro persoanje más que son originales.

Esta historia contiene escenas de violencia y sexo, además de lenguaje fuerte.

Algunos detalles, dialogos, o escenas pueden estar inspirados o tomados de las películas/ libros u otras fuentes.

Para cualquier duda y/o sigerencia estoy a disposición de quien quiera.

No nos verán caer

Capítulo 1

El gran comedor se encontraba en riguroso silencio mientras el sombrero seleccionador meditaba y susurraba palabras a los jóvenes de nueva admisión en Hogwarts. Sólo la rasgada voz de aquel peculiar artilugio y los carraspeos nerviosos de los jóvenes rompían aquel silencio sepulcral, cargado de tensión.

Ella lo observaba desde su extremo de la mesa de los profesores con discreción, sabiendo que aún no conocía que ella se encontraba allí.

Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro mientras pensaba en que no había cambiado mucho físicamente desde que eran pequeños, y desde luego al imaginar la cara que pondría al enterarse de su llegada.

La ceremonia del sombrero terminó minutos después y Dumbledore se levantó dirigiéndose a la masa de alumnos sentados antes las grandes mesas. Cuando todos guardaron silencio, el hombre comenzó a hablar con serenidad.

-Bienvenidos todos un año más a Hogwarts, me complace informaros de que Hagrid se incorpora de nuevo a las clases de Cuidados de criaturas mágicas, y puesto que la señora Umbridge ya no ocupa su puesto, os presento a Evelyn Morgan, la nueva profesora de Defensa contra las artes oscuras, y ya os advierto de que viene para quedarse mucho tiempo.

Todos los alumnos contemplaron a la mujer de cabellos morenos y lisos hasta la cintura, la cual miraba con seriedad a los presentes, clavando sus fríos ojos hielo en los de quienes se atrevían a mirarla directamente.

-Parece una mujer estricta. –Murmuró Harry a sus dos amigos mientras observaba a la profesora.

-Pues esperemos que no sea para tanto, porque ya tenemos bastante con Snape.

Evelyn miraba fijamente a Harry; Aquellos ojos eran tan reconocibles... Sintió un leve escalofrío recorrerla, pero aún así siguió con la vista fija en el moreno, quien apartó la mirada incomodó de aquel bello rostro rígido.

La mujer se inclinó hacia delante levemente para observar el rostro sorprendido de Snape, quien la miró unos segundos con incredulidad para después centrar su atención en el profesor que comenzaba a hablarle. Evelyn volvió a dibujar una pequeña sonrisa en sus labios, para después comenzar con la majestuosa cena de bienvenida.


Largo rato después, el gran comedor comenzó a vaciarse rápidamente mientras los alumnos abandonaban el lugar directos hacia sus dormitorios, y los profesores hacia sus respectivos cuartos.

Snape caminaba por las mazmorras directo hacia su despacho cuando notó una presencia tras él, lo que hizo que se parara en seco y se girara con rapidez y elegancia contemplando con seriedad a la profesora Morgan, quien imponía respeto con un largo y ceñido vestido negro hasta el suelo, de amplias mangas que caían varios centímetros.

-Severus Snape. –Dijo la morena casi en un susurro mientras escudriñaba fijamente los ojos negros del hombre, y cruzaba los brazos sobre su regazo.

-Profesora... Morgan. –Respondió de igual forma levantando una ceja en señal de sorpresa, debido al puesto de la mujer en el colegio, para después de un profundo silencio continuar. –Cuánto tiempo.

-Veinticinco años, Severus. Mucho tiempo. Conque profesor de pociones, ¿eh? Creía que ocupabas mi actual puesto; Siempre fuiste el mejor, sabías incluso más que algunos alumnos de séptimo.

-Hace falta alguien capaz de manejar una clase de pociones sin que medio castillo salga por los aires, Profesora ¿Sigue siendo un desastre en mi campo?

-Oh, desde luego. He mejorado, entiéndame, pero sigue sin ser lo mío. Pero teniéndolo a usted, profesor -La bruja hizo hincapié en la palabra mientras alzaba las cejas-, no habrá problema. Estoy segura de que no me decepcionará.

-Hace que me sienta halagado. –Respondió de modo irónico manteniendo su postura y tono de voz monótono.

La morena curvo sus labios granate en una pequeña sonrisa divertida a la par que desafiante, para después volver a hablar observando al hombre fijamente.

-Voy a terminar de deshacer mi maleta. Buenas noches, Severus.

-Buenas noches, profesora Morgan. –Sentenció Snape mientras contemplaba como la mujer comenzaba a andar con suma elegancia hacia sus aposentos, perdiéndose tras torcer la esquina del lúgubre pasillo.

Evelyn cerró la puerta de su habitáculo y pensó en lo pasado hacía apenas unos segundos. Al parecer, Severus Snape se había convertido en un hombre frío y apático tras todo lo vivido, y al observar como no dejaba de tratarla de usted a pesar de que la mujer lo había tuteado, intuyó que el hombre no quería que su antigua relación de amistad saliera a la luz, ni siquiera parecía querer saber nada de aquellos tiempos en los que una vez, ambos fueron amigos.

La bruja, con un movimiento de varita, abrió su gran baúl del cual comenzaron a salir sus pertenencias colocándose donde ella asignaba con sus movimientos, pero se detuvo frente a una fotografía no mágica de un niño pequeño, castaño, de pelo corto y alborotado. La mujer sonrió tiernamente al contemplar aquella imagen, y minutos después la deposito sobre una pequeña mesa auxiliar tras besarla.


Severus se encontraba sentado ante su escritorio, donde trataba de terminar unos formularios de acceso de los nuevos alumnos de Slytherin, pero constantemente tenía que detenerse en su tarea, ya que su mente no dejaba de dar vueltas a la llegada de la nueva profesora. ¿Por qué después de tantos años llegaba a Hogwarts? Aquello le era sospechoso, y por ese motivo la vigilaría de cerca, además, no le convenía para nada a su imagen de hombre frío y estricto que los demás descubrieran la relación que les unía a ambos.

Severus Snape no tenía amigos, odiaba la sociabilidad, y para todos sus alumnos así debía de seguir siendo. Él era un témpano de rígido hielo, y gracias a ello nadie le tomaba el pelo ni osaba intentarlo. El pasado jamás volvería a repetirse.

Volvió de nuevo a sus quehaceres cuando una oleada de nostalgia y melancolía hizo que de nuevo parara, y esta vez, en seco quedando aturdido ante aquel pensamiento. Malditos recuerdos.

Lily Potter volvió a su mente con una fuerza sobrehumana debido a la llegada de Evelyn. Habían compartido tantos recuerdos los tres juntos que era inevitable apartar todo aquello de su mente. Ni siquiera tras tanto tiempo.

Con enfado, Severus golpeó su escritorio con la mano mientras trataba de apartar aquellas vivencias dolorosas. Era increíble que aquel sentimiento hubiera pervivido prácticamente intacto a pesar de que ya habían pasado más de veinte años.

Cuando la cólera desapareció, la tristeza se hizo presente en el alma del mago, quien tuvo que hacer un gran esfuerzo porque las lágrimas no salieran de sus ojos.

Minutos después, se remangó el brazo izquierdo y observó con seriedad la marca tenebrosa de su antebrazo mientras pensaba que aquello no quedaría así. Él vengaría la muerte de Lily, la única mujer que había amado y que amaría en lo que le quedaba de vida.