El otro día comencé a escribir y me salieron algunas ideas, espero que les guste este nuevo fanfic y espero sus reviews con sus comentarios.

Nota: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de los creadores y FOX.

ONE

El pomo de la puerta se movió y Brennan se sobresaltó bruscamente ante el sonido que esta produjo.

-E… está ocupado –dijo con un hilo de voz y recompuso su rostro en el espejo antes de guardar todo y abrir la puerta para encontrar a Angela meneándose ante la urgencia de usar el baño.

-Lo siento Ang –se disculpó Brennan y caminó hasta su oficina, dejando su bolso lo más escondido que pudo de la vista de alguien. Era estúpido esconderlo, en todos los años que llevaba trabajando en el Jeffersonian nunca nadie había tratado de sacar algo sin permiso o encontrar algo por casualidad al ver el interior de su bolso, pero en ese minuto la paranoia estaba presente en cada una de sus células, generando adrenalina.

No había nada que no pudiese esperar hasta el término de un caso de asesinato y no había nada que pudiera relajarle más que un cuerpo en descomposición con un gran enigma que resolver.

-Oh, doctora Brennan, ¿qué opina usted? –preguntó Cam al verla llegar a la plataforma

-Opino que hay mucho tejido aún para mi gusto

-Y aparte de eso…

-Tenía una dislocación en la escápula, posiblemente escoliosis, pero lo demás está cubierto de carne, avísame cuando termines –se quitó los guantes y volvió a su oficina

Aún molesta por el fiasco del cuerpo lleno de piel y tejidos blandos, se sentó en su escritorio a transcribir algunos expedientes. No había nada que la molestara más que encontrarse con un cuerpo inútil, donde ella no podía hacer uso de sus conocimientos porque los huesos estaban aún cubiertos, y aunque sabía que el estado de los músculos, órganos y piel podían ser útiles para encontrar evidencias, ella no podía compararlos con los huesos.

Apenas había tomado el lápiz, lo dejó sobre las miles de hojas y sobres otra vez. Había pasado la noche entera transcribiendo a mano y en su computador que ya estaba harta de aquello, observó las cajas del limbo ordenadas en la parte más alejada de su oficina y sintió urgencia por empezar con aquellos restos pero recordó que la plataforma estaba ocupada con el cuerpo de esta mañana. Frunció los labios.

-Hey –saludó Angela con una sonrisa al ver a Brennan entrar a su oficina-. ¿Cam no ha terminado con el cuerpo aún?

-Nope –contestó Brennan sentándose en el sofá mientras veía el rostro de la víctima en la gran pantalla de su amiga-. ¿Es él?

-Sí, Teddy Whitlack –dejó el control sobre la mesa y se sentó al lado de su amiga- A ti te pasa algo –dijo sin preguntar

Brennan levantó la vista y observó a Angela que la miraba con ojos ansiosos esperando la confirmación de sus palabras.

-¿Has visto a Booth esta mañana?

-No –sonrió Angela-, pero no debe tardar

Temperance no contestó, se limitó a observar el vacío, como si estuviese pensando en algo, pero la verdad es que no lo hacía, estaba cansada tras no dormir nada y cuando reaccionó, fue su boca la que se movió sin que ella quisiese:

-Hay algo que tengo que decirte

-¿Si?

-Esta mañana…

-Doctora Brennan –interrumpió Cam desde la puerta de la oficina. Brennan pegó un leve salto en el sofá y enfocó los ojos.-, es su turno con el cuerpo

-Gracias, Cam –se puso de pie

-Espera, ¿qué era lo que estabas por contarme? –preguntó Angela sin moverse de su lugar

-Eh… ¿estaba diciéndote algo?

-Sí, dijiste que esta mañana…

-Ah, no nada –salió a paso apresurado de la oficina tratando de no traer el pensamiento a su cabeza, quería dejarlo reprimido ahí donde estaba, no quería mostrarse distinta ni tampoco levantar sospechas, había entrado en un pequeño estado de shock aquella mañana y no lo quería volver a estar.

-¿Qué es esto? –levantó la voz y arrugó el entrecejo al ver que el cuerpo seguía tal y cómo lo había visto hace un rato atrás

-El cuerpo, doctora Brennan –contestó Clark, observando a Brennan como si esta se hubiese vuelto loca y no viera la obviedad que todos podían ver en el laboratorio

-Lo sé, pero está lleno de carne, aún ¡saben que yo no trabajo con carne! –Exclamó molesta- Limpia los huesos y llámame cuando estén listos

Bajó una vez más de la plataforma dejó el delantal de trabajo en su oficina y salió del instituto a toda velocidad, sintiendo aquella sensación de ojos clavados en la espalda.

No quería irse muy lejos de allí, no había tomado las llaves del auto y no le apetecía volver una gran distancia a pie y no traía dinero consigo para pagar un taxi.

Se sentó en un apartado y tranquilo lugar frente a una fuente, erala única de por ahí, y trató tranquilizarse. Lo que había hecho no estaba bien, pero no era normal que se alterara de esa forma ante la condición de los restos, tampoco era tan susceptible a los cambios de ánimo, de la preocupación por Booth a la excitación y luego al enojo. Trató de creer que se debía a la fatiga de toda una noche sin poder descansar, el estómago le gruñía de hambre y su cuerpo no quería moverse de dónde estaba.

Los cálidos rayos de sol de la mañana calentaban delicadamente su cuerpo y sus mejillas y la briza hacía bailar su cabello. Brennan cerró los ojos pretendiendo descansar por un par de minutos pero alguien se sentó junto a ella en silencio.

Observó a Booth sin decir nada y ahí se quedaron por un momento, muriendo por decir palabras que ninguno de los dos se iba a animar a decir, menos ella.

-¿Bones? –preguntó Booth al fin

-¿Si?

-Somos compañeros –aquello no era una pregunta-

-Sí… -contestó Brennan con la duda sembrada en su rostro

-Y los compañeros comparten cosas…

-¿Qué sucede, Booth? –preguntó sintiendo la paranoia sobre ella una vez más. Se había puesto de verdad nerviosa, ¿podía ser posible? ¿Habría sido él capaz de meterse en su bolso? Si ese fuese el caso ¿por qué lo haría? ¿Debía enojarse con él por eso? Si lo sabía ¿qué iba a decirle ahora? Aún no había buscado las palabras adecuadas ni menos encontrarle una solución a ese pequeño problema, tampoco sabía desde cuándo ese pequeño problema estaba creciendo para hacerse más grande… Lo único que sabía era que si lo decía tenía el cincuenta por ciento de salir lastimada de todo aquello y terminar sola una vez más, después de que hubo encontrado por fin un compañero en su vida que le prometía que jamás la dejaría sola, podía perderlo todo.

-¿Si? –insistió, aunque quería terminar con ello, que no le preguntara ni dijera nada, así no podía arrepentirse de haberse mostrado interesada, prefería guardarse la verdad y lidiar con ello que enfrentar las consecuencias esta vez

-Esta mañana… -Brennan dejó de respirar por un instante- las cosas con Becca terminaron –Booth frunció los labios

Brennan volvió a respirar con cierto alivio, Booth no se había metido a su bolso después de todo, no él no sería capaz de algo así, ahora podía verlo claramente porque el aire dejaba que su cerebro respirara y pensara con claridad. Eso quería decir que no sabía, pero su confesión cambiaba un poco las cosas, no lo de la mitad de las posibilidades en que todo salga mal, si no que ahora no lo dejaría a él mal parado y…

-¿Bones? ¿Me escuchaste?

-S… sí, lo siento Booth, estabas… de verdad enamorado de ella –escupió las palabras sin saber por qué razón

-Supongo… pero todas las cosas acaban, ¿verdad? Tú me lo has dicho

Estuvo a punto de asentir, pero cuando veía a Booth podía ver las cosas de otra perspectiva, él se merecía algo de verdad bueno, algo como lo que obtenía al estar con Becca. A veces no es necesario que las cosas acaben, aunque fuese un pensamiento irracional, pero Booth se merecía algo que no acabara, que lo dejase suspendido en la felicidad y que jamás se reventara su burbuja, porque nadie más que él merecía aquello, encontrar a alguien y mantenerla.

-No –contestó Brennan desde el corazón-, a veces las cosas no tienen por qué acabar, sé que suena irracional, pero a veces puedes verlo de esa forma ¿no crees?

Booth le devolvió la mirada, pero no de la misma forma, en su rostro se reflejaba la confusión. No podía creer que su compañera, la siempre científica y racional estuviera hablando de esa forma con él, cuando siempre sus conversaciones se volvían en discusiones ante hechos tan inverosímiles.

-¿Bones? –Preguntó Booth luego de ver los ojos de su compañera ponerse blancos, al igual que su piel- ¡BONES!