Cuando lo ves perdido

Capítulo 1:

Cuando lo ves perdido

Capítulo 1:

Una chica, de unos diecisiete años, apunto de cumplir dieciocho. Oficialmente adulta en el mundo de los magos. Caminaba por el callejón Diagon. Ya había conseguido el pulidor para el palo de su escoba. Que era la razón por la cual había ido hasta allí. Pero decidió quedarse a curiosear un poco más antes de volver a su hogar. Se quitó unos mechones de su cabello castaño de la cara y continuó caminando.

Entró en la heladería y se quedo un momento a disfrutar un helado.

Al salir, continuó caminando en línea recta. Hasta que un cartel la hizo detenerse bruscamente. Éste decía:

"Nuevo libro

Cuando lo ves perdido

De George Weasley

A la venta al económico precio

De quince Galleons"

La chica se quedo petrificada leyendo la tercera línea del cartel una y otra vez, "de George Weasley". Él era precisamente su ex novio, habían terminado hace unas semanas. Y no pudo evitar el llamarle la atención el que George, que raramente abría un libro, haya escrito uno.

Entró a Flourish y Blotts y le preguntó al vendedor por el libro del muchacho. Éste la llevó hasta una sección completamente llena de personas aparentemente ansiosas de leer el libro.

"Esto es ridículo" pensó ella. "George apenas leía los libros de la escuela. Además tiene diecinueve años, ¿Qué clase de libro puede escribir? Sólo sobre Quidditch." Pero luego pensó que no era muy lógico que un libro de Quidditch se titulara Cuando lo ves perdido.

Tomó uno de los ejemplares que había en los estantes, en la portada solo aparecía el título y el nombre del escritor, en letras que cambiaban de color. Abrió el libro en la primera página, esta decía: Este libro es dedicado a la única persona que me hizo sentir amor genuino. Y a la que yo lastimé sin razones. Este libro es dedicado a Katie Bell.

La chica abrió los ojos al máximo. No podía ser…no, no era posible.

-Oiga niña, esto no es una biblioteca-la reprendió el hombre que la había conducido hasta allá-O lo compras o lo dejas.

-Lo compro-musitó ella, dejó los quince Galleons en la mano del hombre y rápidamente salió con el libro en las manos.

Corrió por el callejón hasta llegar al Caldero Chorreante. Muy agitada y confundida.

-¿Desea tomar algo?-le preguntó el tabernero, Tom

-No, gracias. Debo irme-dijo y sin decir más, Katie desapareció de allí.