Primer beso.
Aquella era una sensación extraña, sentía como si los labios se le fuesen a caer del rostro completamente incendiados, estaba odiando mucho a Kujo, ¿Cómo se atrevía a meter su lengua en su boca?
Todo duro unos pocos segundos, después de los cuales la rubia Victorique sepultó el rostro sonrojado como una amapola, en sus manos.
Temblaba y acababa de descubrir que la boca de su amigo era muy dulce para su gusto.
Fin.
