¡Buenas a todos! Aqui de nuevo con otra historia y aún no terminé "Detrás de..." Bueno, ésa está un poco parada hasta semana santa, y ésta es muy corta como para resistirme a escribirla y publicarla. Espero que os guste y solo mencionar un par de cosas:
1.Nada de lo que reconozcais es mío, sino de Rowling que es la que se forra y se baña en sacos de dinero.
2.Dedico la historia a Lali Evans, porque pensamos en hacerla conjunta y éste es el argumento que propuse, pero al final me decidí a hacerla en esta semana que tengo un poco de respiro. Lali, te dejé un mensaje explicándote, pero si no te llega me lo dices y te lo vuelvo a mandar (copio casi todo lo que escribo sobre todo si es largo porque muchas veces hay problemas y tengo que volver a empezar el review u.u.)
3. Con todo amor:
LJ
Prólogo
1968. Finales del verano. En un parque de Surrey.
-Pobre Sissy.
Una pequeña niñita de ocho años observaba, escondida tras un arbusto, a su Sissy saltar al regazo del bicho que le pegaría el susto de su vida. Petunia Evans sintió que algo rugoso le acariciaba la mano y sonrió. Ese día Vernon estaba especialmente cariñoso.
-Croac.
Si bien se parecía, ese no era el sonido que hacía Vernon, así que miró hacia abajo y vio a la rana más asquerosa y repugnante que había visto nunca parada sobre su mano. El grito que pegó la pobre chica hizo desmayar a Vernon Dursley y arrancó estrepitosas carcajadas de dos pequeños monstruitos que echaban a correr.
-¡ANORMAAAAAAAL¡VEN AQUÍ PEDAZO DE DEMONIO… ESTOY HARTA DE TI, LILY EVANS!
La mencionada se agarró de la mano de su compañero y ambos corrieron hasta esconderse detrás de un árbol, donde observaron el patético esfuerzo de Petunia de reanimar a su bola de sebo.
-¿Viste su cara? Parecía un escarabajo gruñón… -comentó el niño. Tenía un pelo negro y despeinado, y unas gafas redondas que agrandaban sus ojos castaños.
-Peor que eso, parecía una vaca estreñida… -se rió Lily. Su pelo rojo estaba recogido en dos coletas altas y tenía el rostro lleno de pecas.
-No, un caballo con granos.
-Una bruja con verrugas –James Potter la miró raro.
-Las brujas no tienen verrugas. –"Mi mamá no tiene verrugas" pensó, pero recordó que no podía decir a nadie que su mamá era bruja y que él mismo era un mago.
-Sí las tienen. Salen en los cuentos y tienen una enorme verruga en la nariz. ¿Vamos a los columpios?
-Bah, eso es de niñas –dijo con disgusto el niño-Te hecho una carrera hasta el balancín…
Lily Evans había conocido a James Potter hacía pocas horas, pero juntos habían aunado fuerzas contra el aburrimiento mientras los padres de ambos charlaban de política y temas varios.
-¡Eres muy lento, niño! –le dijo Lily después de empujarlo y adelantarlo.
-¡No es justo, haces trampa!
-¿Y? –pero entonces Lily tropezó y se golpeó la frente con el suelo. Se echó a llorar.
-Vamos niña, no llores. -James la estaba pinchando con el dedo y se reía. ¡Se reía! Lily lloró más fuerte.
-Bueno, tu ganas¿vale? Vamos, no llores –Lily se levantó y se pasó la manga del vestido para secarse las lágrimas, dejando un rastro de tierra por sus mejillas enrojecidas. Se cogió de la mano de su amigo otra vez y se encaminaron hacia donde estaban sus padres. La madre de Lily les sonrió.
-Lily cariño, despídete de tu amigo, que nos vamos.- La niña se volvió hacia su compañero de juegos por una tarde.
-James, tienes que darme un beso de despedida.
-¿Porqué? Yo no doy besos –Lily arrugó su pequeña y pecosa nariz.
-Mira, no es tan difícil –le dio un pequeño beso en los labios y sonrió.-¿Ves? Yo siempre se lo doy a papi y a mami. Ahora tú.
-Puag, yo no –James se restregaba con la mano el lugar del beso.
-¿Porqué? –la niña parecía decepcionada.
-Porque no.
-Eres malo –pero el enfado no le duró mucho. –Pues una promesa entonces. Tu primer beso será para mí ¿vale? Y mi primer beso para ti.
-Pero ya me has dado uno –protestó.
-Pero ahora no, cuando sea mayor. Anda, anda, anda… -la voz de su madre la interrumpió y Lily se calló para oírla decir que se diera prisa –Anda, anda…
-Bueeno. El primero para ti.
-¡Si, si, si…! –Lily dio palmaditas –Mi primera vez también para ti.-Luego echó a correr y se cogió de la mano de su madre.
-¿Ya te despediste de tu amigo, nena? –le preguntó su padre cuando llegó hasta ellas después de arrojar el último puro.
-Si, papi. Y no es mi amigo, es mi novio, papi.
El señor y la señora Evans sonrieron.
1871. Septiembre. Expreso de Hogwarts
-¿Crees que chillará?
-Parece saber bastante de magia, creo que lanzará maldiciones por todos lados.
-¡Yo no quiero transformarme en sapo! -Los ojos verdes de Lily Evans mostraron el miedo ante la posibilidad. Su pobre Sissy había muerto aplastada por el peso de la ropa de Petunia el año anterior y ella no quería correr la misma suerte.
-Pues tendremos que correr más rápido.
-Ja, ésta vez no te quedes atrás-se burló Lily.
-¡Pues no hagas trampas! –Lily lo calló con una mano en la boca.
-Bueno¿pringue o agua helada?
-Pringue, parece bastante presumido –El objeto analizado de ser receptor a la pringue había sacado en ese momento un peine de su bolsillo y se arreglaba elegantemente el pelo negro, que le caía hasta los hombros.
Lily sacó de su bolsillo un cubo en tamaño reducido, que James agrandó con un sencillo hechizo después de mirar por todos lados que no había nadie en el pasillo. James descendía de una familia de magos y desde los nueve años estudiaba magia en casa, de modo que dominaba algunos hechizos que Lily aún ignoraba, ya que ésta no era de familia mágica. Había sido una gran sorpresa descubrir que era bruja (y una sin verrugas) y más aún descubrir que James también lo era.
Sonriendo, colocaron el cubo en el resquicio de la puerta para que al abrirla se volcara. Lily llamó a la puerta y se retiró dos pasos atrás.
Todo ocurrió muy rápido. Los muchachos del vagón abrieron la puerta, que había estado encajada hasta ahora, y antes de que alguno de ellos salieran otro muchacho regordete tropezó desde atrás y al empujar a Lily ésta quedó convertida en menos que un borrón verde y churretoso. Al verse toda pringosa, se echó a llorar.
-Mi… mi túnica… era nueva y ahora esta… está estro-peada…-sollozaba- snif… y ahora no… tendré ¡hip!... nada que ponerme… ¡hip!
James se acercó, mordiéndose la lengua para no reírse (cosa que no se molestaba en hacer el "presumido": se revolcaba por el suelo de la risa), e intentó calmarla:
-¡Anda, Lily! Ponte el uniforme en el lavabo y yo te doy mi capa si quieres –se la tendió.
Lily la cogió sin dejar de sollozar y de hipar y se alejó de ellos rumbo al cuarto de baño.
-Niñas –suspiró James –Siempre andan llorando. -Los muchachos asintieron comprensivamente y le dejaron entrar al vagón. –Al menos a Lily le gusta más las bromas que las muñecas.
-Debería de quedarse con sus muñecas, porque si eso era una broma yo soy Merlín –dijo el más alto de los dos. El que tenía el pelo castaño y miraba por la ventana soltó una risita.
-Detesto a las niñas –siguió diciendo el moreno, pensando en las mujeres de su familia y arrugando la nariz. –Sirius Black, y éste es Remus Lupin.
-James Potter.
-Y tú, cerdito, eres… -se refería al muchacho que había tropezado.
-Peter… Petegrew. –Peter observó a los niños más altos que él y se marchó en cuanto pudo poner los pies en el suelo. Lily volvió a los pocos minutos y se sentó al lado de James, que charlaba amigablemente con Remus de escobas, y ni le prestó atención. Sirius la miró receloso y se burló:
-¡Cuidado, viene el monstruo verde! –Lily se le quedó mirando sin dar muestras de lo ofendida que se sentía y soltó:
-¡Cuidado, viene el Señor Sinpelotas!
Sirius se puso rojo como la grana y la fulminó con la mirada. Lily le sacó la lengua y volvió la cara.
1875. Junio de cuarto curso. Comienzo de los problemas.
-No quiero volver a ser tu amiga jamás.
Era casi de madrugada en la Sala Común de Gryffindor. Al fuego de la chimenea faltaba poco para extinguirse y la habitación estaba en penumbras. Lily Evans rezó para que James no viera la palidez de su cara. Todo un maldito día pensando en como decírselo, en como acabar con esa amistad que los unía desde que tenían ocho años.
-Como quieras –James se encogió de hombros. Lily palideció aún más al escuchar el tono helado con el que dijo esas dos simples palabras.
-¿Cómo quieras?
-Como quieras –repitió James -¿Qué querías que dijera? Oh, por favor Lily, eres mi mejor amiga, no lo soportaría –se burló –Como quieras. ¿Crees que me importa? –sus ojos eran dos cubitos de hielo –Y, por favor, no te pongas a llorar esta vez…
-Eres un cínico, un estúpido, un prepotente, un…
-Ya, ya, ya Evans. Escucha, tengo cosas más importantes que hacer que escuchar insultos, así que si eso era todo lo que tenías que decir… -James se giró y se dispuso a subir las escaleras, pero cambió de parecer ni bien puso el pie en el primer escalón –Bueno, creo que yo si tengo algo que decir.
Lily apretó los puños y miró hacia el suelo, sintiendo ganas de estampar un puñetazo en esa cara bonita tras la que se ocultaba un dragón sin sentimientos.
-¿Cómo qué?
-Ah… mira, no se siquiera si lo recordarás. Hace mucho tiempo y me parece que no soy lo suficientemente importante para ti como para que esto te afecte pero… -James se paró e hizo como si dudara.
-Dilo ya.
-Era algo acerca de una promesa –Lily dejó de respirar y eso hizo que James sonriera-¿Cómo era? Ah, sí… prometí que la primera vez sería para ti ¿no? Fíjate por donde, creo que eso ya no va a ocurrir, y no sólo por lo de ahora. Después de todo tu incumpliste la tuya.
Lily inspiró, intentando calmarse.
-No es verdad.
-Rastrera y mentirosa. Lo tienes todo, Evans.
-Fue una promesa estúpida y sin valor.
-No me pareció eso –murmuró James e intentó imitar su voz de niña –Anda, anda, anda…
-Te odio –y nunca lo había dicho con tanto sentimiento. Nunca lo había dicho, en verdad, pues hasta ese momento James había sido su amigo, su aliado y su todo. Era increíble como la rabia, el dolor… hacía que todo eso quedase atrás.
James hizo una mueca, algo que podría traducirse como una sonrisa amarga.
-No más que yo –Siguió subiendo las escaleras y dejó a la pelirroja derrumbarse lentamente sobre el sofá, hasta enterrar la cabeza bajo los brazos y morderse el labio para no llorar.
LJ
¿Que tal¿Bien¿Mal¿Muy tonto? Es cierto que no se explica el porqué de la tercera pelea, pero tengan paciencia.. se resolverá poco a poco.
Tengo dos o tres capitulos más, pero si respuestas no sigo y me dedico a la filosofia que me hace falta para el examen, u.u (ya hay que ponerse seria, ejej)
Besos a todos, y agradezco las criticas constructivas, las opiniones, los abucheos... cualquier cosa. Mimig2
