Bueno, segunda vez k subo esto... La primera vez que lo subí en una semana no tenía ni un review... ¡¡NI UNO!!

Pero no me rindo xDDD pk creo k no lo hago tampoco tan mal, no conozco a nadie que haya vomitado trás leer algo mío TT


1-.¡Compañía Galley-La! El magnífico muelle # 1Nami se volvió al ver que su narigudo compañero no les seguía. Lo vio ahí plantado con la cara desencajada.

- ¿Qué te pasa, Usopp?- Le preguntó, extrañada.

El chico se volvió a mirarla.

- ¡El dinero… no está!- Exclamó él, mientras su capitán seguía caminando.

Nami no pudo reprimir un grito cuando Usopp señaló dos yagara que se alejaban por el canal con sus dos maletas cargadas de dinero. Dinero para reparar el barco que los había conducido hacia allí. Usopp empezó a correr tras ellos por la calle, pero los ocupantes del yagara aceleraban. Todo era confuso hasta que Iceburg habló:

- ¿La familia Franky?

- Esas maletas… son las nuestras- dijo al fin Luffy, dándose cuenta de la situación en la que se encontraba su dinero.

- ¡Mi dinero!- Gritó una desesperada navegante. No iba a permitir que por nada del mundo se llevasen el dinero que había guardado con tanta avaricia.

Entonces, oyeron unos gritos y vieron a un chico rubio correr como alma que lleva el diablo por el puente bajo el que los yagara huían.

- ¿Ese no es…?- Preguntó el dueño de Galley-la Company.

- Es Pauly- corroboró su secretaria, acostumbrada ya a los numeritos del capataz-. Los cobradores lo vuelven a perseguir.

Usopp siguió discutiendo con los ladrones cuando Luffy se dispuso a averiguar qué pasaba realmente.

- ¿Les has dado tú el dinero?- Le preguntó al otro.

- ¡Claro que no!- Gritó Usopp haciendo aspavientos exagerados- ¡Nos lo han robado!

- ¿Cómo?

Entonces, con estupefacción, vieron al chico rubio saltar del puente hacia el agua, y con un ataque que la distancia no les permitió distinguir bien se deshizo de los ocupantes de los dos yagara y acabó en el vehículo donde las dos maletas de Luffy descansaban.

El artillero, entendiendo como iba la cosa, respiró aliviado. Y cuando Iceburg y su secretaria aparecieron tras él les dijo:

- ¡Menos mal!. Ese era uno de sus carpinteros¿verdad?- Y ante la afirmación del alcalde siguió¡Oye, gracias! Ese dinero es nuestro.

Pero el chico del yagara, lejos de dar media vuelta y volver, aceleró considerablemente, dejando a un Usopp gritón con el alma a los pies.

- Ese cabrón…- murmuró Luffy, dispuesto a recuperar su botín- ¡Yo lo traeré!

Pero cuando el capitán estiró su puño atrás para coger carrerilla vio que algo se lo impedía. Se volvió y vio que alguien le agarraba el puño. Era un chico alto, moreno y con un alto sombrero de copa. Llevaba una paloma blanca al hombro, que dejando a Luffy completamente patidifuso, habló con voz estridente:

- Iré yo.

Y dicho y hecho, en menos de cinco minutos él y el chico rubio volvían en el yagara con las dos maletas. Los oían discutir pero no distinguían sus palabras.

- Ya vuelven- dijo Iceberg, acostumbrado a esos numeritos en su muelle.

- Menos mal¿eh, Usopp?- Dijo Luffy, dando una sonora palmada en la espalda a su nakama.

Pero Nami y Usopp no lo veían tan bien y entre gritos y reproches tiraron cada uno por un lado de sus flexibles mejillas, mientras el alcalde intentaba disculparse:

- Nmaaa… Disculpad- dijo, metiendo su pequeño ratoncito blanco en el bolsillo de su chaqueta-. Es un problema interno, así que teníamos que resolverlo nosotros. Si te ocupas tú, nos repercutiría en nuestra reputación.

- Bueno, lo importante es que la Familia Franky no ha podido robaros nada- dijo la secretaria rubia con una voz fina y calmada.

Nami soltó la piel de su capitán por sus quejas y se volvió a los que hablaban.

- Oye¿quién eran esos dos?- Preguntó- Vestían de un modo muy extraño.

- La Familia Franky son un grupo de desmanteladotes de barcos profesionales- aclaró la chica rubia, subiendo sus gafas.

- ¿Desmanteladotes?- Nami sujetaba con fuerza la maleta que les quedaba- Pues no parecían artesanos.

Entre Iceburg y su secretaria intentaron explicarles expresando la gravedad del tema a los chicos qué era y qué representaba la Familia Franky en esa ciudad. Antes de que pudiesen darse cuenta el yagara llegó a la orilla, y el chico de la paloma sacó al rubio de la embarcación tomándolo de la oreja, y llevando las maletas en la otra mano.

- Ya está aquí de vuelta, Iceburg-san- dijo el blanco animal.

- ¡Deja de tirarme de las orejas!- Gritaba el rubio, intentando en vano forcejear.

- Perdona por la pérdida de tiempo, Lucci- se disculpó amablemente Iceburg.

Entonces, sin que el llamado Lucci alterara en nada su neutra expresión, la paloma que descansaba en su hombro se volvió hacia ellos y habló:

- Este pedazo de idiota de aquí es de los nuestros, perdón por las molestias que os ha causado.

Los tres mugiwara se asombraron ante el hecho de que un animal así hablase.

- ¡Ha hablado otra vez!- Exclamó un incrédulo Luffy.

Entonces, Lucci lanzó al suelo a su compañero y le tiró las maletas.

- Discúlpate tú mismo, Pauly- le dijo con su cómica voz la paloma.

- ¡Esa paloma es una mandona!- Gritó Luffy, como un niño pequeño viendo una película en el cine.

- Debe ser la representante de ese tipo- razonó el narizón-. Pero en cualquier caso lo importante es que ha traído el dinero de vuelta.

El rubio, Pauly, se acercó a Luffy, que lo miraba impresionado todavía por el hecho de que una paloma hablase.

- ¿Eres tú el dueño?- Preguntó Pauly- Aquí tienes.

- ¡Oh, gracias!- Luffy agarró ambas maletas sonriente.

- Sí de verdad quieres agradecérmelo puedes darme el 10- murmuró el chico, tomando a Luffy de los hombros.

Pero de repente el chico recibió un martillazo que hubiese matado a alguien normal en toda la cabeza. El chico de la paloma, Lucci, apareció tras él.

- Disculpe, señor cliente- dijo la paloma-. Por culpa de su afición al juego tiene una gran cantidad de deudas. Por eso está tan desesperado por conseguir dinero.

- Eso tiene un pase…- dijo Luffy señalando descaradamente el animalillo en su hombro- ¿Pero cómo es que puedes hablar?

Pauly se tocaba la cabeza, aún en el suelo,y sintió de nuevo su sangre arder. Ese estúpido de Lucci siempre conseguía hacerle quedar mal. Quería venganza.

- Cabronazo- dijo en voz baja-, tú te lo has buscado, Lucci. No te perdonaré.

Entonces Pauly, con el mismo ataque que usó para desalojar el yagara sacó unas cuerdas de la manga de su chaqueta tejana y las lanzó contra Lucci. La paloma salió volando con un gritito y evitó ser levantada por los aires junto con el moreno. Lucci incluso levantó un brazo para facilitar las cosas a su compañero. Voló por los aires y aterrizó en el suelo de cabeza, con una densa nube de polvo alrededor.

Luffy, Usopp y Nami vieron la escena entre impresionados y asustados. El hombre no cambió su expresión en todo lo que duró el viaje por el aire.

- ¿Está bien?- Preguntó Nami, viendo como la nube de polvo se iba desvaneciendo.

- Nmaaa.. Siempre están así- explicó Iceburg, cerca de donde yacía el cuerpo de Lucci.

Cuando se dieron cuenta vieron que el tipo de la paloma estaba aguantándose con una mano, cuyos dedos clavaba en el duro suelo de piedra como si los clavara en una barra de mantequilla a medio deshacer. De golpe Luffy dio dos pasos al frente y señaló con el dedo a Pauly:

- ¡Oye, tú!. ¡El de las gafas!- Gritó- Mira, piénsalo bien. Yo creo que el que te provocó y te hizo parecer un idiota era la paloma.

Tras unos segundos que Pauly aprovechó para procesar la información, dijo:

- ¡No se trata de eso!- Señaló al moreno, que seguía clavado al suelo cual árbol- El que me ha golpeado ha sido Lucci.

- Él sólo te ha golpeado porque la paloma no podía hacerlo- seguía Luffy, cabezón. Vio a la paloma sobrevolar sus cabezas- ¡Oye, paloma!. ¡Pelea en tus propias peleas!. ¡Di algo!

El blanco animal esperó que su amo se pusiera en pie para posarse sobre su hombro. Lucci seguía teniendo la misma cara inexpresiva.

- Ooh… ¿Quieres más?- Preguntó Pauly sin venir a cuento y se acercó a él remangándose.

- Déjalo ya, Pauly- lo paró su jefe.

Lucci se volvió a los mugiwara.

- Bueno, perdonad por lo que habéis visto- la paloma se señaló con un ala-. ¡Soy Rob Luc… no, no no… La paloma, Hattori!- entonces señaló al hombre- ¡Él es Rob Lucci, trabaja aquí, encantado de conoceros!- y el animal hizo una reverencia.

- Ahora habla como si fuera una persona- dijo Nami, impresionada con la hazaña. De golpe gritó y señaló a la paloma-. Ya lo entiendo… ¡Es un ventrílocuo!

Luffy y Usopp se entusiasmaron de seguida con la idea y le aplaudieron, a lo que el hombre apenas levantó los brazos y se defendió desviando el tema.

- Jajajaja, él nunca habla directamente con nadie- dijo Pauly, saliendo de detrás de él con aires de grandeza-. Es un poco rarito.

Entonces el rubio vio los atuendos de Nami y Califa, y no dudó un segundo en escandalizarse profundamente e increparlas. A todo eso, con Pauly ocupado en sus tareas, una chica alta y rubia llegó andando y se paró frente a la puerta del muelle uno, apenas a un metro de distancia de Iceburg.

- ¿Qué es ese agujero en el suelo?- Preguntó la chica pasando sobre él hasta quedar al lado de Califa- ¿Ya habéis estado otra vez de peleas?

- Nmaaa… Ya sabes, cosas sin importancia- contestó Iceburg, pues Pauly gritaba y Lucci lo sujetaba de la manga para que no saltase sobre la secretaria a taparla o algo.

- Si tienen importancia- dijo ella. Caminó hasta quedar tras Lucci- ¡Pauly!- Lo llamó, haciéndole reaccionar- ¿Qué haces?

- ¡Por Dios!. ¡Aiko!- Pauly olvidó a Califa y se fijó en la chica rubia- ¿Te parece normal venir a trabajar así?

Inevitablemente todo el mundo, excepto Lucci que seguía de espaldas a ella, miraron su atuendo. Una camiseta de tirantes normal y unos pantalones cortos algo por encima de la rodilla.

- Pauly… - dijo mirándose- Estás empezando a volverte loco.

- ¡Eres la única carpintera de Galley-la!- Le gritó, empujando levemente a Lucci- ¡No puedes ir por ahí distrayendo a los hombres con tus piernas al aire!

- ¿Mis piernas?- Otra vez todo el mundo la miró- Si son feas, llenas de cortes- dijo ella riéndose-. Las carpinteras no distraen a los hombres, y menos con estas piernas.

- ¡No son feas tus piernas!- Gritó él, cada vez más escandalizado- ¡Distraes a los hombres con esas camisetas tan finas!

Aiko suspiró, y Lucci, con un rápido y preciso movimiento, agarró de nuevo el brazo de Pauly, ante el intento de él de saltar sobre la chica.

- Déjala en paz, Pauly- dijo la paloma, a la vez que Lucci tiraba del brazo de Pauly, que ya iba calmándose.

- ¡Deja de defenderla!- Le gritó el rubio, zafándose de su agarre- ¿Quién te crees tú?

- Vale ya, Pauly…- dijo Aiko cansinamente, y se interpuso contra los dos hombres sabiendo que si estaba en medio Pauly no golpearía.

- ¡No tienes ningún derecho sobre ella!- Seguía gritando Pauly, a falta de poder golpearle- ¿Me oyes?. ¡Es más mía que tuya!

- ¡¡Pauly!!- Gritó ella, encarándolo seriamente- ¡Deja de decir tonterías!

- Mnaaa… Acabad ya con esto- dijo Iceburg, harto de los numeritos de esos tres.

Esas palabras sentaron como un bálsamo calmante a Pauly, que bajó la cabeza y relajó su cuerpo. Aiko suspiró aliviada y se apartó de delante de Lucci.

- Abrid la puerta- añadió el jefe-, queremos entrar.

Pauly aun refunfuñó un poco pero pronto ambos hombres estaban frente a la altísima puerta del muelle 1#. Y entre Lucci y Pauly, sólo con sus manos desnudas, abrieron la enorme puerta de hierro macizo.

- Nmaaa… a primera vista estos dos no están muy bien de la cabeza…- dijo Iceburg en respuesta a las preguntas de incredulidad del artillero- pero ambos son dos de los cinco capataces de este astillero. Al igual que Kaku- hizo una pausa-. En el mundo de los carpinteros da lo mismo lo extraña que pueda ser la personalidad.

- Sí que sois raros- dictaminó Luffy con una sonrisa.

- Pues sí- dijo Aiko, esperando al lado de su jefe-. En este astillero el que no está como estos dos está peor.

- ¿Y tú trabajas con estos?- Preguntó Nami, impresionada de ver a la única carpintera de Galley-la.

- Sí- contestó la otra-. Es raro, pero me crié con carpinteros, e Iceburg accedió a darme trabajo.

- Nmaaa…Trabaja como un hombre a pesar de parecer una niña- Iceburg sonrió al decir esto.

- ¡Ya se abre!- Exclamó Usopp y fueron acercándose a la puerta.

- No dejéis el dinero por ahí…- les dijo Iceburg cuando se fueron sin sus dos maletas-. Los ladrones aun pueden merodear por aquí.

El hombre les presentó su muelle y por fin pudieron ver el interior con claridad. Enormes maquinas, gente transportando cosas de aquí a allá, hombres enormes trabajando duramente, todos como gorilas, y ni una mujer, excepto la rubia que entró como Pedro por su casa.

Iceburg lideró la excursión, con Califa y los mugiwara tras él. Al final iban Pauly, Lucci y Aiko, entre los dos. Varios empleados saludaron a su jefe con ceremoniosidad y alegría.

- Vaya, Ice-ossan es muy popular- dijo Luffy, enormemente impresionado.

- Naturalmente- dijo la secretaria, otra vez subiendo sus gafas-, en esta ciudad la habilidad es lo más importante.

- Sí, e Iceburg es el hombre que todas las mujeres quieren de yerno- dijo Aiko con una sonrisa-. Él es el hombre que todos adoran en esta ciudad. Reunificó los siete astilleros iniciales en esta gran empresa.

Iceburg se puso a mirar unos planos de uno de sus empleados, ajeno a las palabras de la mujer.

- Él me enseñó muchas de las cosas que sé- continuó ella-. Ama la carpintería como casi todos en esta ciudad. Pero él la lleva a su máxima expresión, y eso le convierte en el líder indiscutible. Todo el mundo le respeta.

- La habilidad es lo único por lo que un carpintero siente respeto- concluyó por ella Califa-. Así es el mundo de los carpinteros.

De golpe todos cayaron porque Luffy estaba golpeando la espalda de su presidente.

- Oye, Ossan- dijo el chico-. Dicen que eres un carpintero excelente. ¿Te quieres unir a mi tripulación pirata?

Pauly y Califa increparon al Capitán mientras Usopp y Nami intentaban sujetarlos. Aiko y Lucci miraban la escena apartados, demasiado acostumbrados a gritos y peleas a todas horas.

- Ese chico me parece una pasada- le dijo la rubia a Lucci, sonriéndole-. Mira que pedirle eso a Ice-san.

Él sólo la miró unos segundos y volvió a mirar a Luffy.

- Nmaaa… ¿No tenéis carpintero a bordo?- Preguntó Iceburg.

- Que va, hemos venido aquí a reparar nuestro barco y a encontrar un carpintero que sea nuestro nakama- dijo el chico del sombrero de paja.

- Bueno, aquí hay muchos carpinteros- comentó el otro-. Pero no sé si alguno aceptará convertirse en pirata. Pero si alguno quiere no me importa que te lo lleves.

- ¿De verdad?- Luffy iluminó su sonrisa- Eres un tipo genial.

- Por cierto… - dijo el presidente tras volver a negare a ir con Luffy- Hay una chica llamada Nico Robin en tu banda¿verdad?

- ¡Sí, la tengo, ella es muy inteligente!- Luffy se puso serio- ¿Pasa algo con Robin?

- No- se limitó a decir el hombre.

Luffy se fue corriendo como un crío a mirar unos barcos y Aiko se acercó a su jefe por detrás.

- ¿Nico Robin?- Le preguntó, haciendo que el hombre se girase- ¿Ella está en esa tripulación?

- ¿Qué sabes tú de ella?- Iceburg la apartó de la gente y clavó la mirada en sus enormes ojos negros.

- Pues… Bueno…- Aiko desvió la mirada- Franky nos contó una vez sobre ella.

- ¿Os contó?. ¿Qué?. ¿A quién?

- A Lucci y a mí- admitió la chica-. Una vez, en el Blueno's Bar, bebimos con Franky y acabó contándonos algo- la chica bajó la cabeza.

Iceburg vio que Pauly y Lucci miraban desde lejos, y no le extrañaba nada que quisieran saber qué hablaban.

- ¿Qué os contó?

- Nada, Iceburg- Aiko lo miró a los ojos-. Te seré sincera. Él sólo nos contó que esa chica era importante para algo que queríais lograr él y tú.

- ¿A ti y a Lucci?

- Sí, aunque ya sabes- Aiko sonrió, aliviada-, Lucci no presta atención a casi nadie.

- Aiko-chan, pequeña- le dijo Iceburg, casi en un susurro-. No hables de ello con nadie, ni siquiera con Lucci. Esa chica es peligrosa.

- No he hablado con nadie de ello, Ice-san- Aiko calló porque vieron a Kaku bajar de los cielos.

El chico narigón aterrizó entre Califa y Pauly.

- Kaku¿dónde te habías metido?- Le preguntó el rubio.

- De inspección- contestó el otro simplemente.

- ¡Ah!- Nami le reconoció- El tipo de antes. ¿Has encontrado nuestro barco?


El primer capítulo es calco del manga/animé... pero a partir del próximo cap la cosa se distancia del manga completamente...

Y como los ilusos escritores de fanfics no podemos saber si gusta lo que hacemos por el número de ejemplares vendidos, ni por la cantidad de gente que viene a nuestras firmas de ejemplares, necesitamos que nos dejéis un review, aunque no sea para alabarnos.

No queremos tan sólo que nos digáis que somos geniales, que remos crítica, saber que lo que hacemos sirve para algo, pk un review es la úncia manera que tengo de saber k me tienes en cuenta...

Besos a todos!!