Neko love

Holas, como están espero que muy bien

Como siempre ando escribiendo fics nuevos en lugar de continuar los que tengo pero mi musa es tan caprichosa, inventando historias para mí y yo como un amante complaciente le hago caso cada vez que me habla.

Esta historia está en gender bender con Obito y Rin. Ya que Rin es un nombre unisex se queda con su nombre, sin embargo, Obito será modificado con Obiko- menudo cambio, ni yo me lo esperaba. De ahí todo estarán con sus órganos sexuales intactos – wtf?

Disclaemer: Kishimoto es el autor de Naruto y yo solo utilizo a sus personajes sin ningún fin de lucro.

Capítulo 1: La pequeña gata que deseaba ser humana.

Dos chicos corrían por las calles de Osaka donde pocas personas transitaban pues la lluvia que hacia momentos parecía casi un diluvio no hacía mucho que había terminado. Caminaban con real prisa pisando los charcos sin importarle las consecuencias que eso podría traer.

—Rin, estamos retrasado ¿podrías ir más rápido?— pregunto casi más como una réplica un joven de 16 años. Era alto, cabellos grises acomodados en un peinado algo extraño, ojos negros y facciones indefinidas por una bufanda verde que le cubría el rostro. Tenía el uniforme un traje de saco y pantalón azul marino, camisa blanca y corbata roja que por la lluvia estaba algo húmeda.

—Hago lo que puedo Kakashi, además no creo que nos echen la culpa de llegar tan tarde, la lluvia fue de repente y duro demasiado — suavizo Rin a su amigo tratando de no sonar tan nervioso como realmente se sentía. Era un poco más bajo que Kakashi, ojos castaños como sus cabellos desaliñados que le llegaban a los hombros y con unas extrañas marcas rectangulares moradas en cada una de sus mejillas. Su vestimenta estaba en las mismas condiciones precarias que las de Kakashi.

—Aun así creo que no deberíamos perder el tiempo ¿no…?— su pregunta ingeniosamente sarcástica quedo estancada cuando se dio cuenta como el castaño de repente había detenido sus pasos y se quedaba viendo la entrada de un estrecho callejos—Rin…— le llamo pero este parecía no escucharlo.

— ¿No lo oyes?— pregunto Rin a lo que otro negó ¿Se habría vuelto loco? ¿La esquizofrenia se podía poner de ese modo— es muy bajo— dijo antes de adentrarse por aquel camino sin salida.

Sin encontrar otra opción que sonara lógica decidió seguir a Rin concentrándose en el sentido de la audición. Fue cuando escucho aquel débil maullido.

Rin se agacho en un montón de cajas de cartón casi desechas por la lluvia sacando de entre ellas a un pequeño gato de pelaje color negro que estaba completamente empapado que maullaba apenas audible y temblaba de forma considerable.

— ¿Qué estaba haciendo un gato tan pequeño en medio de la lluvia?— pregunto el castaño de forma retorica mientras tomaba una pata delantera del minino que maulló mas fuerte por el dolor que sentía por el contacto— creo que la tiene rota.

—Bueno, podría ser un gato callejero que ha nacido de por si en las calles o también le habrían dejado abandonado— concluyo Kakashi. El no sentía mucha simpatía por los felinos, siempre había tenido una clara preferencia hacia los perros como mascotas, no obstante, no pudo evitar cierta lastima por aquel gato.

— ¿Vamos a mi casa, Kakashi?— pregunto — y nos lo llevamos— explico mientras acunaba al gato negro que se pegaba a él en busca de calor.

—Supongo que sí, podría llamar a mi padre— suspiro un poco— ¿crees que tu madre te permita tener mascotas?

—Bueno— sonrió nervioso— creo que tendré que convencerla y si no… puedes cuidarle.

— ¿Qué? No puedo cuidarle, tengo seis perros en mi casa— negó a lo que Rin empezó a reír— ¿Qué demonios te pasa?— pregunto extrañado.

—Ya sabía que lo dirías, no pasa nada, le cuidare pase lo que pase— ¿Nos vamos?

—Si— se encogió de hombros viendo al gato que le miraba con curiosidad. No le agradaba mucho.

….

Nya

Una venita apareció en su sien al escuchar aquel molesto maullido que hasta ahora no había cesado en los últimos 20 minutos que habían llegado al departamento donde vivía Rin. Vale que ahora el ambiente era más reconfortante y la ropa seca que le había prestado le hacía sentir cómodo pero aquel molesto gato no había parado de hacer ruido.

—Tranquilo no te pasara nada, no te haremos daño— le hablaba Rin al gato que estaba en la mesa del comedor en una posición defensiva ¿Qué demonios se traía ese gato? Se veía tan calmado y ahora era todo un huraño— ¿crees que deberíamos ponerle nombre?— pregunto.

—Si estaba al borde de la muerte ¿Por qué no llamarle Obito*?— propuso más como una burla cruel.

—Pues suena un bonito nombre— puso una mano en su barbilla pensando seriamente en eso.

"Yo no hablaba en serio y ese nombre definitivamente no es adecuado para un gato" pensó el de cabellos grises sintiendo como una gota de sudor bajaba por su nuca— ¿Y no crees que esté actuando así porque tiene frio?

—Sí, tienes razón — se fue rápido del comedor para regresar con un secador de pelo— gracias, Kakashi— cargo al gato que se quejó un poco antes de llevarlo a su cuarto,

—Pero si yo no hice nada— dijo, al parecer al viento para seguir a su amigo. Entro a la habitación donde el pequeño gato dado vuelto en sí mismo sobre la cama Rin trataba secarle.

—Este gato es demasiado raro — concluyo viendo como le secaban con toda la calma del mundo.

—Solo estaba asustado, pero estará bien ahora, le secara y la curare su herida— sonrió cálido mientras secaba el pelaje negro de Obito oyendo su suave ronroneo hasta que se quedó quieto— bueno, Kakashi, creo que no es Obito— dijo nervioso.

— ¿Qué?— pregunto sin entender el punto de aquel extraño comentario.

—Es una niña— dijo.

—Seria hembra— corrigió.

—Bueno si, hembra- dijo nervioso — entonces será Obiko— escucho el maullido de Obiko que al parecer estaba feliz— mira, está emocionada.

—Tu solo puedes decir eso— susurro.

— ¿Qué dijiste?— pregunto extrañado el castaño a lo que el otro negó como respuesta y para quitarle importancia al asunto.

—Nada Rin— aseguro. Tenía un presentimiento con esa pequeña gata que era atendida por su amigo. Pero era solo eso, presentimientos. No había nada de malo en eso.

….

Nya.

Ese chillido de nuevo acompañado de aquellas patitas y un ligero peso en sus piernas le iban poco a poco colmando los nervios.

Nya.

Sentía como, en un ataque premeditado metía sus garras atravesando la tela en de sus tejanos oscuros.

—Rin, llévate a tu gata— se quejó. Estaban en la sala de la casa del mencionado. Obiko parecía estar buscando un lugar cómodo para dormir y al parecer siguiendo su lógica gatuna le parecía de lo más adecuado eran sus piernas. Claro, no tenía ningún inconveniente, sin embargo ¿Por qué siempre la tenía que enterrar la uñas?

—Vamos Kakashi, no seas tan gruñón con ella— llego el castaño de la cocina que con cuidado quito a la pequeña gata que comenzó a ronronear al estar en sus brazos.

Miro de reojo a Obiko. Habían pasado cuatro meses desde aquella tarde lluviosa donde la había recogida de ese callejón. Su aspecto había mejorado demasiado. Su pelaje negro le lucia radiante y su pata ya estaba relativamente bien pues cojeaba un poco. Y también se había vuelto demasiado insoportable, al menos en su punto de vista porque Rin le parecía un encanto.

—Ya me ha rasguñado demasiado veces, presiento que me odia— señalo a lo que Rin sonrió aun sosteniendo a la felina en sus brazos. Parecía demasiado feliz en estar ahí.

—En realidad si te odiara ni siquiera se acercaría a ti— comento— dicen que los gatos no se acercan demasiado a las personas porque no las tiene confianza por lo que si lo hace, es que sabe que eres una buena persona.

—Te he dicho que no confíes en todo lo que veas en Wikipedia— dijo de mitad en broma y medio en serio.

—Es la verdad, además mira, es demasiado linda— la cargaba con cuidado de sus brazos.

Nya.

Sintió de nuevo aquel tic nervioso.

—Solo no le quiero cerca— suspiro un poco.

—Pero es tierna.

—Es tu mascota, no la mía— reprocho a lo que el castaño decidió desistir en su intención de que se llevaran bien.

—Lo siento, a veces me siento algo pesado haciendo esto— se disculpó bajando a Obiko que empezó a restregarse.

—No pasa nada, se dé un principio que eres un pesado.

—Kakashi— reprocho un poco.

—Es broma— negó.

—Vale, supongo que está bien.

—Por cierto, Kakashi te puedo hacer una pregunta.

—Dime…

— ¿Qué estás haciendo aquí?— pregunto confundido, por lo general siempre quedaban a verse y ahora solo habían llegado para quedarse en el sofá.

El silencio después de aquella pregunta se volvió tan tensa que al escuchar los maullidos de Obiko, por primera vez agradeció que lo hicieran.

—Bueno, es algo difícil de explicar— suspiro un poco, el tema en cuestión era en si difícil de explicar.

— ¿Está todo bien, Kakashi?— pregunto preocupado mientras Obiko se acercaba a Kakashi para estirarse y tocar sus piernas.

—Es mi padre— suspiro— hoy….lo internaron en el hospital y quería hablar con alguien…yo me sentía solo— todas esas palabras aunque sencillas, le dolían.

— ¿Qué? ¿Esta grave?— cuestiono el castaño— ¿Por qué no dijiste eso en un principio? Tenemos que ir al hospital.

—La verdad no se— admitió haciéndose para atrás, Obiko le parecía más fastidiosa que antes— Yo quiero que me acompañes.

Rin no dijo nada solo fue por su cartera, el celular y las llaves de su casa, luego regreso para agacharse y acariciar la cabeza de la gatita que no ronroneo, solo se quedaba mirando a su amo y su amo en completa confuncion.

—Tengo que irme Obiko, nos vemos.

No tardaron en salir. Obiko reacciono y aunque corrió no basto, la puerta cerró frente a sus ojos.

….

Todo era demasiado deprimente, pensaba Obiko cuando vio a los dos chicos llegar. Vestían de negro y sus semblantes eran sombríos.

Realmente tampoco le sorprendía, desde aquel tiempo donde salieron apresuradamente las cosas se empezaron a volver turbias. Kakashi llego a vivir en la casa de Rin a pedido de este y la madre de Rin. Había escuchado que no quería causar molestias pero tampoco había alternativas.

Kakashi se veía muy triste y aunque no fuera agradable con ella, él era amigo de su amo y tenía que ser linda con él. También odiaba verlo triste.

Por eso todas las noches se metía en su cuarto para dormir encima, a su lado e incluso metida en las cobijas, le maullaba en las mañanas para despertarlo, se mantenía cerca de él. Solo recibía miradas frías por el chico de los cabellos grises.

Pero no se rendiría. Sabía que llegaría el día en que lo hiciera feliz como Rin.

Sin embargo aquel día le demostró ser todo lo contrario.

El día en que Sakumo murió.

—Kakashi— susurro Rin. En todo el funeral Kakashi se había mantenido distante, frio, como si estuviera en otro mundo. Eso le llegaba asustar.

El mencionado no le hacía caso y solo se detuvo cuando la puerta del departamento. No quería hablar, dolía tanto, no quería demostrarlo pues eso solo lo hacían los débiles y él no lo era.

—Yo…

—No digas nada, Rin— se adelantó a decir el Hatake— mañana me iré a mi casa.

—Pero no hay problema que te quedes en mi casa— dijo el castaño— además…

—No te debes preocupar por mí, Rin, además tarde o temprano tengo que irme a vivir solo— se encogió de hombros para encararlo. Esos ojos grises tan calmados eran parecidos a los de un lago en un crudo invierno. Calmados y helados, Rin no hizo más que preocuparse por su amigo.

—No quiero que te quedes solo.

—Vamos, tampoco me mudare de país, estaré bien.

"No es verdad, ni siquiera creo que tu confíes en tus propias palabras" Nohara mordió sus labios en un gesto angustiado. El conocía a Kakashi, eran amigos de la infancia, ese chico antipático antes muchos tenía un lado amable que posiblemente conocía. Ahora esa pequeña parte ya no la veía.

—Supongo que no tengo nada que convencerte— dijo melancólico el chico.

—Si— se limitó a decir Kakashi— nos veremos como siempre.

—Pero yo quiero que estés cerca, la soledad es demasiado malo.

—No le hagas caso a todas las cosas que vez en la red— soltó y aunque en otro momento aquello había resultado ser gracioso en esos momentos resultaba ser bastante lejano a eso.

Entraron al departamento. Todo en sombras, el color gris predominaba en todo que llegaba a ser tétrico y frio.

—Voy a empacar las cosas— se adelantó Kakashi yendo a lo que en meses se había convertido en su recamara.

—Al menos espera a mañana— dijo Rin pero solo le dejo con la palabra en la boca.

Se encerró en el cuarto y fue cuando se derrumbó. Fue cuando se sentía solo que se permitió sincerarse consigo mismo. Se apoyó en la puerta para después bajar lentamente y terminar sentándose en el suelo.

Su padre había muerto, la noticia le hacía hueco en la cabeza y no lo quería recordar, no obstante parecía no irse. Había ido a su funeral. No podía ser.

Eso no era real.

Cubrió con sus manos su rostro permitiéndose llorar algo que hizo por unos momentos hasta sentir un pequeño peso extra. Ese ronroneo que por meses le fastidiaba ahora le rompió por completo.

Sin pensarlo agarro a la pequeña gata y la lanzo contra la cama que la hizo aullar de dolor por el golpe que se dio contra la pared para parar en el colchón.

Se levantó y se secó las lágrimas.

—Deja de fastidiarme, Obiko— la gata negra solo se encogió en la cama— no eres más que un inútil gato que solo sabe molestar a los demás.

— ¿Qué está pasando aquí?— pregunto Rin al entrar y mirar a Obiko tendida en la cama no tardo en auxiliarla— Obiko ¿estás bien?— la cargo a lo que esta se acurruco.

—No hace más que ocasionar problemas— dijo con odio.

—Kakashi, basta— pidió Rin— no te desquites con ella.

—Ya deja de hablar como si fuera humana, solo es un inmundo gato— señalo con palabras llenas de veneno para irse de ahí.

—Oye, espera— se levantó no sin antes dejar a Obiko en la cama y perseguir a su amigo.

La puerta se cerró de nuevo.

Era de noche, todo estaba silencio en aquel cuarto sin luz y Obiko fue a la ventana. No volvían y eso le preocupaba.

"No eres más que un inútil gato que solo sabe molestar a los demás"

Su pequeño corazón se estrujo al escuchar esas palabras. Ella no era ninguna inútil. Ella quería dar lo mejor de ella para hacerlos feliz.

"Ya deja de hablar como fuera una humana, solo es un inmundo gato"

Miro el cielo donde la luna llena, tan blanca y pura se alzaba en el cielo acompañada por miles de estrellas.

¿Los gatos eran malos? Ella sentía que no era así ¿Cómo podía demostrar que no era así?

Los humanos no entendían su lenguaje como ellos entendían el suyo. Era imposible.

Tal vez si fuera como ellos, si fuera una humana tal vez entendería lo que era ella. Si, asi podía entenderla. Como deseaba aquello.

Todo la habitación empezó a brillas y ella se asustó. No entendiendo lo que pasaba corrió a la cama donde se escondió entre las cobijas. El resplandor blanco poco a poco empezó a perder su brillo.

—Pequeña neko— decía una voz fina, calmada tranquila— sal, no te hare daño

Obiko salió lentamente de su escondite encontrándose en medio de la habitación a una mujer de color blanco. Usaba un gran kimono blanco, cabellos largos del mismo color y unos ojos igual, incluso carecían de pupila.

Nya.

Maulló llamando la atención de la mujer que aunque en un principio le miraba de forma fría esbozo una ligera sonrisa. Retrocedió un poco.

—Te llamas Obiko ¿verdad?— pregunto a lo que asintió brevemente con su cabeza. Un pequeño truco para responder que le había enseñado Rin— no estés asustada pequeña, he escuchado tu deseo y te lo concederé.

¿Conceder mi deseo? Se preguntaba cuando sintió como le tocaba la cabeza. Se sentía muy cálida.

—Tus sentimientos son sinceros, algo demasiado difícil de ver, si quieres ayudar a tus amigos entonces yo te ayudare a ti. Te convertiré en humana, mas, esto no será para siempre, cuando tu corazón se sienta seguro, cuando estés segura que has cumplido tu misión regresaras a tu forma original.

Un pequeño rayo de luz le cegó un poco, obligándole a cerrar los ojos. Cuando los abrió todo estaba oscuro de nuevo y la mujer había desaparecido.

No tardó mucho en sentir demasiado sueño y quedo dormida.

Tal vez incluso todo lo que estaba pasando era un gran sueño.

Continuara.

Hola ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Como se darán cuenta este fic parece estar hecho por alguien que abusa de las drogas, pero no es así. Tal vez de algunas cosas legales si- nah es broma-

Este fic era planeado para ser solo de un capitulo pero no quiero que se cansen tanto así que lo dividiré en dos y un pequeño epilogo, todo está preparado.

Sin más que decir, espero que esto sea de su agrado y son bienvenidos sus comentarios.

Nos vemos nwn/ cuídense.