Amor y Lujuria


Capítulo I: Extraña Isla


No se cómo comenzar a describir esto, ni tampoco tengo una idea real si esto llegara a algún lado, una historia que creo yo debería de ser considerada. Creo que, para empezar, debería dejar en claro que yo no soy este personaje ni mucho menos estoy contando mi historia, esta es la de un compañero que me relató su vida llena de decisiones y fracasos.

Fue este mismo quien decidió quien yo diera vida a su historia, el cual fue relatada vía cartas pues realmente…yo nunca he podido entablar una conversación con él directamente desde que todo termino.

Todo comenzó una mañana de primavera. Una pareja felizmente casada de esposos había llegado a una extraña y muy cuestionable, pero agradable isla en Japón. Ambos habían decidido tener una mejor vida y la oferta de trabajo que encontraron en este lugar parecía ser exactamente lo que buscaban para salir de ese obstáculo financiero.

"Woa, ¡ese era el último!" se rio un rubio de ojos azules mientras se sacaba el sudor de su frente, mirando como todas las cajas estaban frente a una casa común, pero con un hermoso jardín que lo rodeaba "...ahora solo faltaría colocarlo todo dentro…" susurró con una gota de sudor sobre su frente al ver que tendría que ordenarlo todo ahora en su nueva casa.

Aquel era Uzumaki Naruto, 32 años, casado y licenciado en educación. Era un tipo normal como cualquier otro, de cabellos rubios y ojos azules, piel bronceada, etc. Su complexión era normal, no era alguien de gimnasio, pero tampoco era alguien obeso, aunque le gustaba salir a correr en las mañanas para mantener ese equilibro y buena salud.

"no te esfuerces tanto, ya fue un duro trabajo solo sacarlo del auto" dijo una mujer saliendo de la casa. Traía ropas ligeras, así como también paños que ato a su propio cuerpo, teniendo en mano, algo para quitar el polvo "deberías de apurarte y cambiarte, yo me encargo del resto" dijo con una dulce sonrisa mientras se detenía frente a él.

El rubio se le quedo mirando un momento antes de sonreír y darle un corto beso en los labios "gracias, prometo que volveré lo antes posible" prometió con una sonrisa y corrió lo más rápido que podía dentro de casa. La mujer se quedó mirando las cajas y dio un largo suspiro, antes de colocar una mirada determinada ante el gran trabajo que le esperaba.

Aquella mujer se llamaba Hinata Hyuga. De brillantes cabellos azules, piel tan blanca y lechosa y con unos ojos lavandas que en las noches se asemejaban a la luna. Aunque no lo parezca, luce como una diosa japonesa sin igual, pero durante su adolescencia fue un simple bicho raro…un bicho raro que obtuvo su final feliz junto al hombre que siempre soñó.

Mientras la mujer se encontraba llevando las cajas, hubo una muy pesada que casi deja caer al suelo. Rodeando sobre sí misma, logra caer con gracia y sin romper lo que dentro llevaba la caja de cartón. Se ríe de sí misma mientras se levantaba, adolorida por la caída sin igual que obtuvo por su caída.

"Hinata ya terminé, me…" no termino de decir antes de ver como su esposa se encontraba riendo ligeramente "qué diablos" dijo mientras veía un pequeño moretón en su mano "esta lastimada" dijo con preocupación al ver que no solamente tenía en su mano, sino también cerca al hombro de su camiseta remangada.

Hinata negó con su cabeza mientras retrocedía un par de pasos "no te preocupes, es por mi piel" dijo mientras cubría su brazo adolorido con las mangas largas de su camiseta "es más notorio, pero realmente no es nada" dijo intentando desviar su preocupación "tienes que darte prisa, se te hace tarde" le hizo recordar que se había demorado demasiado al darse esa ducha de antes y vestirse presentable.

"tienes razón" dijo ligeramente preocupado mientras sentía la ansiedad de no poderse quedar un poco más "Juro que te lo recompensare cuando llegue, tendremos la mayor cita de nuestras vidas" dijo mientras lo expresaba con sus manos, haciendo reír a la peli azul "te amo" dijo mientras le daba otro corto beso y se le quedaba mirando un momento para luego retirarse rápidamente.

"yo también te amo" dijo la chica de cabellos azules tras el sonido de la puerta cerrándose, quedándose sola en la fría habitación de la sala. Lentamente inclinándose, ve que en aquella caja pesada que había salvado a costa de su propia salud, se encontraba una linda foto de ambos sonriendo frente al fotógrafo el día de su boda.

Desliza lentamente sus suaves dedos por la imagen y la coloca con suma suavidad en un pequeño estante de la sala "muy bien…" susurra ella mientras se ata una pequeña manta sobre su cabeza "hora da ordenar" dijo decidida a acabar todo el trabajo en un solo día productivo, corriendo rápidamente por las demás cajas.


Esta pareja antes vivía en Tokio, rodeado de grandes amigos a los cuales tuvieron que decirle adiós por las nuevas y grandiosas oportunidades que el empleo actual del esposo parecía indicar. Este mismo recibió un jugoso contrato como profesor de una zona muy lejana en la que actualmente tendría que vivir, era realmente mucho dinero como para dejarlo pasar.

Este era el día número uno, el primer día en el que habían pisado la isla y ahora tendría que presentarse para ser oficial su contratación. Lo típico de estos casos era una corta entrevista para saber si era o no apto para el empleo, mas esto era algo muy diferente ya que esta isla…es muy diferente.

Aquella isla en el que ahora vivían se llamaba Kuoh, antes una isla de Japón, ahora un pequeño país. ¿Por qué es diferente? Es porque es el primer lugar en todo el planeta en legalizar la cirugía animal, los cuales dotan de formas más animalescas a los seres humanos, los cuales se le llaman "Beast".

Sin embargo, esta es una de las tantas razones por las cuales este empleo podría ser muy arriesgado y es que toda la isla estaba compuesta de estos "súper humanos". Para su fortuna, había cierto factor de esta cirugía y también su más grande dificultad para extenderse por el mundo de forma aprobatoria y era ese factor de género.

Solo las mujeres podían llegar a ser Beast, nadie más que ellas podían sobrevivir a la cirugía ya que su cuerpo naturalmente puede resistir increíbles cantidades de dolor y también por otros factores biológicos que un simple biólogo no podría siquiera entender.

Había hombres en la isla, mas todos eran personas comunes, lo mismo no se podría decir de las mujeres, pues todas o se vuelven así o nacen así, ya que también es algo hereditario. Por esto y muchas otras cosas más, Uzumaki Naruto pasaba por cierto nerviosismo a la entrevista de lo que sería un empleo de la escuela más grande que jamás había visto, donde todas son absolutamente mujeres.

De hecho, ese mismo día se encontraba esperando fuera de la oficina de la directora general, tenía unos grandes nervios que no podía controlar y miraba cualquier cosa que trajera su atención para distraerlo. Encontraba cuadros hermosos, así como fotografías gigantes de una incontable cantidad de alumnas.

Después de un tiempo, las puertas se abrieron mostrando a una figura muy voluminosa salir de la habitación. Miró con grandes ojos como una bella mujer de cabellos plateados salía de la habitación con un raro atuendo de mucama o sirvienta. Lo que más le llamo su atención era los grandes pechos que traía, posiblemente era un par de copas doble d como los de su esposa o incluso más grandes.


"Uzumaki Naruto" escuchó su nombre desde la habitación, llamándolo y despertándolo de su sueño húmedo "puede pasar" dijo una voz melodiosa el otro lado de la puerta. Su mirada aún estaba en la mujer de cabellos plateados, quien le dio una mirada y se fue sin decir nada.

Tragando fuerte, desvía su atención a la oficina y tomando una gran bocanada de aire, entra a la habitación esperando que todo vaya bien, aun cuando había más posibilidades que no lo fuera.

Al entrar, se dio cuenta que el lugar era extremadamente grande, al igual que todas las habitaciones dentro de la enorme escuela de la cual solo pudo ver algunas cosas. Su mirada rodo a varios lugares, desde estantes con muchos trofeos, hasta fotografías en las paredes de la misma directora y varias personas de suma importancia.

"señor Uzumaki" dijo llamándole la atención y devolviéndolo al mundo real. El rubio se dio con la sorpresa de una mujer extremadamente hermosa, de cabellos castaños y ojos lila plagados de inocencia además de curiosidad "puede tomar asiento" dijo divertida mientras se reía tras una mano.

Naruto se sonrojo con vergüenza y asintió, procediendo a sentarse frente al enorme escritorio. Su olfato entonces, capto un olor muy raro, no desagradable pero muy familiar. La mujer parecía darse cuenta de ello y abrió los ojos "oh, lo siento por el olor, pero…es una clase de té muy extraño del que me gusta tomar" dijo mientras señalaba una pequeña copa, el cual estaba lleno de una sustancia trasparente pero blanca al mismo tiempo.

El rubio asintió sin más, dejándolo como algún lujo de los ricos. La mujer volvió a sonreír mientras retrocedía más de la cuenta y cruzando las piernas, mostrando sus piernas y algo más "mi nombre es Venelana Gremory, directora de esta humilde escuela y actual matriarca de la familia gremory" se presentó la mujer inclinándose en su asintió, como si fuera alguna clase de trono "mucho gusto en conocerlo" termino con una bella sonrisa, sonrojándolo nuevamente.

"lo mismo digo" dijo el rubio muy incómodo con la vista sobre las piernas de la mujer. Ambos se quedaron un buen tiempo callados, el rubio esperaba algunas palabras de la mujer para empezar con la entrevista, mas eso no ocurría sino que la mujer simplemente tomaba con tranquilidad de su copa "anno…" dijo el rubio intentando romper con el silencio.

Venelana ladeo la cabeza con curiosidad antes de darse cuenta de algo "oh, mis más grandes disculpas" dijo sorprendida mientras dejaba de cruzar las piernas, abriéndolas por completo enseñando su ropa interior, cosa que hizo totalmente erecto el miembro del rubio "usted sabe que este lugar no es como ningún otro" dijo mientras sacaba algunos papeles de los cajones "¿puede decirme todo lo que ha investigado?" pregunto curiosa mientras sacaba expedientes y los colocaba sobre el ecritorio.

El rubio asintió, pero también suspiró decepcionado al perder la vista fenomenal de la ropa interior de la mujer, la cual estaba ligeramente mojada "no se mucho la verdad, la solicitud fue instantáneo y no pude averiguar mucho, pero se lo suficiente como para saber a lo que me estoy enfrentando" dijo el rubio con total calma mirando a la mujer concentrada

"supongo que era de esperarse" dijo la mujer de cabellos castaños mientras dejaba en el escritorio los papeles que traía y sacaba algo mucho más práctico, una Tablet "no se preocupe, usted ya es profesor desde que aceptó nuestra solicitud, pero habrá ciertos cambios…" dijo entre dientes mientras le daba la Tablet.

El rubio tomo con cierta curiosidad y vio su propio expediente. No había nada diferente antes de encontrar cuál era su especialidad "¿ah?" preguntó parpadeando al ver como lo habían denominado "¿entrenador de club?" preguntó totalmente paralizado por sus palabras.

Venelana sonrió con cierta diversión "escuchamos que usted fue un muy buen jugador de soccer, uno que ha ganado un par de competencias durante su adolescencia y nos gustaría tener esa experiencia entre nuestras filas" dijo mientras guardaba los papeles y solamente se quedaba una simple hoja.

Naruto miraba con cierta dificultad los horarios que tendría dese ahora, notando que eran tres horas en la mañana y dos horas en la noche "son pocas horas de trabajo" concluyó al ver que tendría toda la tarde para hacer muchas cosas "pero no sé si puedo entrenar a un grupo, no juego soccer desde hace mucho tiempo" dijo sin saber cómo reacción ante esta nueva información.

La sonrisa en la mujer nunca desapareció, dándole la hoja que había permanecido sobre su escritorio "sabemos que puede ser difícil, sobre todo teniendo en cuenta que clase de estudiantes está manejando" dijo haciendo hincapié en el hecho de que son Beast "por ello preparé un pequeño cambio en nuestro contrato" dijo mientras le enseñaba el papel.

Naruto lo tomo con cierta precaución y lo leía lentamente. A cada oración que terminaba, sus ojos se volvían más y más grandes "debe de ser una broma" dijo con cierta negación en su voz "deben de estar bromeando o algo así" dijo incapaz de creerse tamaña locura.

"entendiendo su respuesta, Uzumaki-san" dijo Venelana mientras se acercaba demasiado al escritorio y tomo su mano con extrema suavidad. El rubio se sonrojó completamente por la cercanía y también por la vista completa de su prominente escote, mostrándole sus jugosos pechos que merecían una estrujada "le pediría que lo piense mejor" terminó mientras le daba un pequeño bolígrafo y lo colocaba sobre la hoja.

Tragando fuerte y sudando profundamente, tiene problemas para pensar mientras intentaba juntar dos neuronas para concentrarse si era o no una buena idea. Pero había algo de verdad en todo esto, él necesita el empleo sea como fuese. Suspirando en derrota, firma el documento y llena los espacios en blanco para satisfacción de la mujer.

"es una buena elección Uzumaki-san, le prometo que será la experiencia más divertida de su vida" dijo con una enorme sonrisa mientras se levantaba, algo que imitó igualmente el rubio "fue un placer, su primer día es mañana sin falta, esperamos grandes cosas de usted" dijo mientras extendía la mano

Naruto no dijo nada, simplemente asintió y tomó la mano, sacudiéndola. Sin mirar nada más, sale de la habitación con todo mundo dando vueltas y sin haber entendido en qué clase de lio se había metido.

Venelana se rio de su expresión y regreso a su asintió, procediendo a firmar algunos papeles más. Pero segundos después, la puerta es abierta nuevamente y se ve con una gran sonrisa al ver quien estaba frente a ella "mi Ama quiere saber los resultados" dijo una voz seria y casi sin ningún tono distintivo en su voz, cosa que aumento mucho más su sonrisa.

Al elevar la mirada, tiene la agradable vita de una mujer extremadamente bella, la misma mujer que hace unos momentos logró excitar completamente a su empleado rubio con solo su paraciencia. Venelana sonrió mientras enseñaba el papel donde firmo, cosa que la chica de cabellos plateados empezó a leer "ya veo" dijo cerrando los ojos.

La mujer de cabellos castaños sonrió mientras se levantaba de su asiento "Listo, no fue tan difícil como ella parecía presentarlo. Ahora está definitivamente atado a nuestro hogar tal cual fueron sus órdenes" dijo mientras se colocaba al lado de la criada "aunque, si te soy sincera…no entiendo porque traer a un chico normal aquí, nuestro verdadero objetivo no esta tan lejos" dijo con cierta confusión en su voz, sin entender las acciones de alguien que estaba por encima de ella.

La mujer albina frunció el ceño ante sus palabras "¿estas dudando de mi señora? Todas sus órdenes son divinas, son perfectas y no hay motivo para desafiarla" dijo mirando con cierta molesta a Venelana, quien aún tenía una sonrisa en su rostro.

"no estoy dudando de ella, simplemente no lo entiendo" dijo mientras se acercaba a la criada y extendía una mano, la cual se hacía espacio entre su larga falda, encontrando algo realmente suave y terso, estrujándolo "increíble" dijo ella mientras estrujaba y jugueteaba con el trasero blanco de la albina "eres muy hermosa Grayfia" termino ella mientras se dedicaba a manosearla.

La reconocida como Graifya se sonrojo ligeramente por su toque, pero no hizo nada por detenerla "Mi señora enviara tu recompensa mas adelante, esto es todo" dijo mientras intentaba retirarse, pero fue tenida por unos pequeños brazos alrededor de su cintura.

"no lo entiendes, Grayfia-chan" dijo Venelana mientras bajaba lentamente sus manos y llegó a la entrepierna de la otra mujer "Ella ya me envió mi recompensa" la mujer albina abrió los ojos con ligera sorpresa, pero se recuperó rápidamente "a su Puta número uno" susurró en su oído, haciendo que se estremezca.

Grayfia tuvo cierta confrontación mental con ella misma, mas dejo de ser renuente y termino derrotada, abriendo más las piernas "La voluntad de mi Ama es mi propia voluntad" dijo la criada mientras gemía ligeramente por el toque de otra mujer "por hoy soy tu juguete sexual" dijo mientras gemía ruidosamente pues ahora Venelana había tomado sus enormes pechos, estrujándolos con fuerza.

"eso es" dijo la castaña mientras procedía a empujarla al escritorio, abriendo sus piernas y mostrando su femineidad "no cualquiera puede tener el privilegio de tener el mejor juguete de nuestra líder" se rio por la emoción que pronto tendría, seguidamente, busco algo entre sus cajones, sacando un bastón negro que se ató a la cintura, mostrando que era un consolador "tú y yo nos vamos a divertir mucho, Grayfia-chan" dijo mientras sujetaba con fuerza la cintura de la criada y entraba con fuerza en ella.

Ambas soltaron gemidos ruidosos mientras la castaña bombeaba con mucha fuerza dentro de la mujer albina, comenzando una ronde brutal de sexo en la oficina. Fuera de ella, no se escuchaba un solo sonido de lo que adentro parecía ocurrir, terminando lo que lo ocurrió en completo silencio.

Ser entrenador de un club femenino de Soccer podría ser interesante ante la vista de cualquier persona, mas no era cualquier club al que se iba a integrar, pero son detalles que relatare más adelante.

Luego de su tan difícil entrevista, regreso a paso calmados a casa, aunque realmente es algo imposible. La escuela estaba en la zona urbana de la isla, la cual parecía una gran ciudad conectada por trenes muy modernos, casi del futuro. Estos trenes conectaban la zona Urbana con la zona Residencial y rural respectivamente.

No solamente nuestro protagonista rubio estaba asombrado por el desarrollo de la isla, sino todo mundo que de vez en cuando viajaba para turistear y ver a esta nueva raza de "súper chicas". Mi amigo rubio tenía una casa en la zona residencial, una que estaba muy cerca a los paraderos de trenes para facilitar su ida al nuevo trabajo, comodidad entre otras palabras.

Al caminar hasta casa, ve con cierta sorpresa como una persona muy grande hablaba con su esposa en la puerta de su casa, parecían estar riendo. No paso mucho tiempo antes que el sujeto se despidiera y se fuera caminando, terminando por adentrarse a la casa del costado.

'¿hinata?' se pregunta mentalmente mientras se acercaba a pasos lentos, vio con cierta sorpresa que tenía un pastel en la mano. no sabía si fue o no una buena idea, pero finalmente fue visto por su esposa, quien le saludo desde lejos con una mano.

"¡naruto-kun! ¡bienvenido!" dijo Hinata mientras se le acercaba y le daba un corto beso en la mejilla "he terminado de arreglar nuestra casa, con un poco de ayuda claro" dijo guiñando un ojo mientras se reía, causando más curiosidad. Ella vio su mirada en el pastel y decidió resolver dudas "Nuestro nuevo vecino nos ha dado la bienvenida, me dio este pastel y también me ayudo a arreglar la casa" dijo inocentemente mientras le enseñaba el pastel.

"vecino, ¿eh?" se preguntó mentalmente si debió o no tener cuidado de eso, pero vio sorprendido el pastel en mano "¡vaya!" admiró lentamente el pastel y probo un poco cortando con su dedo "esta delicioso" admitió entre dientes, pues no quería admirar las habilidades culinarias de un hombre, le hacía sentir inferior.

Hinata notó esto y se rio entre dientes "sabes que no me importa que no sepas cocinar, me gusta tu ramen" dijo riéndose con un suave sonrojo en sus mejillas. Sus palabras avergonzaron un poco a Naruto, quien recordó que lo único que podía preparar cuando ella se enfermaba o no estaba era ramen "eso me recuerda, eh preparado ramen para la cena" dijo sorprendiéndolo rápidamente "sé que te has esforzado mucho hoy, es lo menos que puedo hacer para recompensarte todo" termino con una sonrisa, dejándole paralizado.

Naruto se recompuso rápido, sacudiendo su cabeza "¡conseguí el empleo!" le hizo saber mientras le abrazaba "mi ofrecieron otro puesto donde ganare el doble, ¡nuestros sueños serán realidad!" dijo emocionado por lo que pronto se avecinara.

La sonrisa de Hinata disminuyo un poco, pero rápidamente mostró una el doble de veces más grandes "¡eso es increíble!" dijo mientras reía, pero nerviosamente "pero…el pastel…" dijo haciéndole recordar que aún tenía el postre en mano y ahora con el abrazo, posiblemente haya quedado arruinado.

El rubio abrió los ojos con pánico y se alejó de golpe, notando que su traje estaba manchado ligeramente. La chica de ojos lavanda iba a decir algo, pero el rubio negó con la cabeza "no te preocupes, no creo necesitarlo mañana" ante sus palabras, su esposa levantó una ceja "ven, te lo explico todo mientras cenamos, tengo mucha hambre" dijo con una sonrisa mientras le tomaba el pastel con una mano y con la otra, la llevaba de nuevo a su casa.


Fue una noche muy linda que pasaron aquella pareja de esposos. Ambos compartieron risas, comida, experiencias, pero sin que el otro lo supiera, ambos guardaban cierta información para ellos mismos, cierta información que, de ser revelada, podría haber cambiado el rumbo de esta historia.

Mi amigo Uzumaki me dijo que, aquella noche, fue la última vez que pudo cenar con su esposa, que pudo reír con una amiga y que pudo pensar en una sola mujer. Más en ningún momento escuché que se arrepentía de ello, nunca menciono que le gustaría cambiar el desenlace de esta historia, aunque en ciertos detalles parecía renuente en decir su opinión, tal vez avergonzado de sus acciones pasadas, no lo sé.

El día tan ansiado llegó, este sería su primer día como entrenador de un club y, aunque no tenía idea remota de que hacer, estaba seguro de que tendría que esforzarse si quería seguir manteniéndose dentro de esa escuela para ricos. Sin que lo sepa, el solo pertenecer en ese grupo lo había vuelto la persona más influyente, poderosa y manipuladora de toda la escuela secundaria y universitaria de Kouh…algo que nunca desaprovechó.

Su primera semana se fue volando, casi ni siquiera sintió el paso del tiempo. Ahí conoció a las que pronto serian parte del club de Soccer. Podría empezar por cómo se presentaron en su primer día, por dúos.

Primero fueron un par de chicas de 15 años, cursando secundaria aún. Sus nombres eran Lefay Pendragon y Ravel Phenex, ambas de familias muy poderosas en el mundo capitalista. Ambas eran adolescentes rubias, muy tiernas y lindas, aunque Ravel era más Tsundere. Ambas parecían estar conformes con su presencia y su nivel para enseñarles sobre futbol.

Las siguientes fueron estudiantes universitarios, sus nombres eran Souna Sitri y Tsubaki Shinra. Ambas eran jóvenes chicas de una apariencia muy extranjera, siendo este el alemán. Parecían princesas y tenían las de ser, pues Souna era de una familia extremadamente poderosa y Tsubaki era su sirviente, de una familia anexas a la suya. Eran hermosas, pero carecían algo que las siguientes mujeres parecían resaltar.

Las siguientes fueron un par de hermanas, muy diferentes la una a la otra. Sus nombres eran Koneko y Kuroka, sin apellido pues estas eran huérfanas por madre, del padre nunca se supo nada, aunque la verdad es que murió, como la mayoría de hombres en la isla.

Lo que era especial en este par de hermanas era la sensualidad dotada que ambas tenían en sus diferentes acciones. Koneko era una adolecente bajita, de pecho plano, pero s dulzura extrema y su total acercamiento al rubio, le hacían ganar un pequeño lugar en su corazón.

De la misma forma, Kuroka estaba totalmente dotada en el área del pecho, tenía un gran par de senos muy prominentes, más grandes que su propia mano, muy superiores a los de su esposa. Lo que la hacía tan especial es que actuaba de una forma muy sugerente, siempre en doble sentido y lo dejaba con una dolorosa erección en sus pantalones.

Las siguientes serian un par de amigas inseparables, a la vez que creían en la misma religión. Sus nombres eran Xenovia Quarta e Irina Shidou. Las chicas eran muy hermosas, de cabello azul y castaño, con una figura envidiable respectivamente. Nunca estaban separadas la una de la otra. Estas también gozaban del factor "pecho" al igual que las otras dos, pero estas parecían tener un Doble D.

Junto a estas dos había una chica rubia, quien también era amiga de estas dos, pero era muy social con todos. Se llamaba Asia Argento, una chica linda, inocente y muy trabajadora. Era alguien que definitivamente podías confiar y en más de una ocasión, su compañero rubio la comparó con su esposa en muchas cosas. Sin embargo, el par de pechos sobresalientes de su cuerpo convertían esa dulzura en una sensualidad sin igual, haciendo imposible que la tomara enserio.

Finalmente, los pesos pesados, pues hay más de una hoja entera solo hablando de ellas dos. La primera era, ante la vista de Naruto, una mujer extremadamente hermosa, una diva, una modelo y muchas cosas más. Su larga y brillante cabellera negra podía despistar a cualquier hombre que se la cruce en su camino. Todo en ella era perfecto, pero lo más resaltante en ella era su pecho, el cual extremadamente grande en comparación a cualquier mujer que antes tuviera la gracia de haber posado sus ojos.

Naruto admitía en cada ocasión que siempre, desde que solo era un adolecente, fue un chico de pechos y no lo puedo culpar. En esta isla la gran mayoría de mujeres gozaba de este atributo sin escrúpulo alguno, pero Akeno y su amiga tenían los bustos más grandes que jamás cualquiera podría haber visto.

Pero creo que la mujer más hermosa entre todas, seria Rias gremory. Incluso yo lo admito, ella era una diosa entre mujeres. Si un hombre la viese en toda su gloria desnuda, podría llegar al clímax ahí mismo, incluso si fue sorpresivo. Tenía un cuerpo voluptuoso a mas no poder, pero su actitud es lo que fortalecía esos encantos, pues era muy sensual inconscientemente.

La primera vez que Naruto la vio, tuvo una furiosa erección y tuvo que usar toda su fuerza mental solo para no decir algo estúpido que pueda costarle su trabajo, además de tener que estar sentado todo el tiempo. Lo solucionó rápidamente al hacerla practicar en un lugar muy lejos de ahí, o por lo menos de su vista por motivos obvios.

Como dije anteriormente, Uzumaki había pasado una semana muy trabajosa con ellas y lo peor de todo es que la interacción con su esposa decaía a una velocidad inaudita. El tiempo que se suponía que era libre, dejo de serlo cuando empezó a capacitarse vía internet sobre su actual oficio, pues con saber jugar no bastaba para enseñar. Pero todo cambio el día siete de su estadía en la isla, fue en ese momento que se dio cuenta de las palabras de Venelana y donde todo realmente comenzó.


"Naruto-sensei" fue una voz tierna y delicada la cual le llamo la atención. El hombre rubio giró su mirada lentamente para encontrarse con una adolecente pequeña, de cabellos blancos y ojos avellanas, la cual le miraba con mucha curiosidad.

"¿qué sucede, Toujou-san?" preguntó el rubio con una sonrisa algo incomoda, pues justo en estos momentos se encontraba cenando, ya que aún tenía cosas que hacer en el enorme gimnasio y posiblemente no llegue para la cena en su propia casa. Por otra parte, todo mundo ya se había ido pues las actividades del club habían finalizado.

El entrenador vio como la chica miraba el suelo con mucha vergüenza y finalmente conseguía el valor de hablarle "usted sabe que es nuestro primer profesor…el primero que tiene nuestro club" Naruto asintió lentamente, sin entender a dónde quiere llegar "entonces debe saber que nuestras posiciones en la cancha siempre han sido así desde que nosotras estamos aquí" eso no lo sabía y fue una información muy útil.

"no lo sabía" admitió el rubio recordando la forma en como todas parecían ordenarse en la cancha "¿Qué tiene que ver eso conmigo?" pregunto más bruscamente, pues cuanto más tiempo pasaba, más dudas tenía sobre todo esto.

Fue en ese momento que ve la primera sonrisa de la adolecente desde que la conoce "me gustaría hacer un cambio en mi posición" reveló ella con una sonrisa demasiado inocente como para ser verdad.

Naruto elevó una ceja, obviamente confundido, pero aun así negó "lo siento, pero eso no es posible" su respuesta hizo que la pequeña adolecente frunciera el ceño "ustedes juegan muy bien tal cual están, no quiero arruinar esa química de equipo" Koneko no parecía contenta, pero asintió de todas formas.

Hubo un silencio incomodo entre ambos, pero de repente, la adolecente volvió a hablar "entiendo, usted es el entrenador después de todo" dijo derrotada mientras jugaba con sus pies "pero hay algo más que me gustaría decirle" tomando cierto aire, miro directamente a los ojos azules del rubio "quiero mantenerme en el equipo titular sea como sea" anunció la chica, con demasiada seriedad como para hacerse preguntar muchas cosas al hombre mayor.

"¿Qué?" pregunto totalmente incrédulo por sus palabras "Toujou-san, no entiendo que quieres decir" admitió el rubio mientras se frotaba la cabeza con cierto cansancio "no has hecho nada malo como para que tenga que sacarte del equipo" aseguró el hombre mayor mientras intentaba averiguar porque tanta seriedad.

Ella suspiró con cansancio y se acercó un poco más, invadiendo el espacio privado de Naruto "Escuché, ahora que está usted, muchas estudiantes intentaran convencerlo de remplazarnos de a poco, usted tiene ese poder" el rubio asintió, entendiendo que era importante "por eso quiero asegurarme de estar sea como sea en el equipo, no importa lo que tenga que hacer" dijo determinada, mirándolo directamente a los ojos.

Antes que el rubio pudiera decir algo, la chica de cabellos plateado se acercó de golpe, conectando sus labios con los suyos. La sorpresa le invadió, no podía creerse que la adorable Koneko pudiera ser tan osada y, sobre todo, lo malo que era todo esto. El pensamiento de alejarla paso por su cabeza de inmediato y desapareció tan rápido como llegó.

Dejó que sus instintos se hiciesen cargo, procediendo a devolver el beso y disfrutando del agradable sabor de los labios de su estudiante, los cuales eran igual que dulces. Sus manos vagaron por el trasero de la adolecente, deleitándose con las suaves mejillas tras las telas deportivas que traía.

Gimió entre el beso cuando sintió la mano de la adolecente bajar la cremallera de su pantalón y haciendo a un lado su ropa interior, tomando su erección con su pequeña mano, bombeando al ritmo del beso. El placer que sentía era increíble y sin que se diera cuenta, había bajado los pantalones a la pequeña chica y ahora exprimía sus mejillas desnudas con gran satisfacción.

Después de un tiempo, ambos se separaron y respiraron agitadamente, intentando encontrar el aire perdido. La excitación empezó a disminuir, volviéndose rápidamente en culpa, culpa por haberle sido infiel a su esposa, pero también miedo, pues sabia el castigo que había por meterse con una estudiante.

Antes que pudiera decir algo, Koneko le calló usando un dedo sobre sus labios. Lentamente se subió a ahorcajadas entre sus piernas, sin soltar su furiosa erección en ningún momento. El rubio gruño cuando la chica albina reanudo su bombeo lento sobre su mimbro viril, excitándolo nuevamente.

"sé que no soy tan buena en el Soccer como todas las demás, incluso Asia es mejor que yo" admitió con cierto resentimiento "pero no pienso perder mi posición, no quiero perder todo por lo que he estado trabajando toda mi vida" la excitación y el placer no dejaban que las palabras de su alumna llegaran a sus oídos, prefiriéndose centrar en el placer que su erección sentía.

Las caricias cesaron y soltó un quejido cuando decepcionado cuando la mano tersa de la albina dejo de estar sobre su erección. Pero de pronto, vio como ella lentamente empezó a caer al suelo, colocándose de rodillas frente a ella. vio con asombro como ella tomo nuevamente su mimbro con las manos y le miro juguetonamente "este será nuestro entrenamiento nocturno, ¿sí?" preguntó mientras la imagen salía lentamente de la habitación, mostrando una cámara de seguridad muy viene escondida.

Aquella imagen era vista por una mujer de cabellos castaños, las cuales veía con una enorme sonrisa como los eventos estaban pasando tal cual había sido calculado. Se trataba de Venelana, la cual estaba sentada en su escritorio viendo todo el espectáculo frente a ella.

Pero debajo del escritorio se encontraba una criada de cabellos plateados, la cual estaba completamente desnuda y tenía su cabeza enterrada en la entrepierna de la mujer castaña, ocultando su imagen tras la falda. De repente, se estremeció con fuerza y de dejó salir un grito ahogado debajo de la falda.

La mujer castaña cerró los ojos con satisfacción mientras presionaba con fuerza un pequeño botón que tenía en su mano. Al abrir los ojos, estos se entrecruzaron y sus labios se separaron, dejando caer una línea fina de saliva, había alcanzado el orgasmo también.

"¿Naruto-sensei?"


END


No se preocupen por el narrador, solo aparecerá en este capítulo y en el último, pues es este quien cierra con broche de oro, aunque la verdad es que podría terminar o muy mal, o muy bien (va a tener dos finales por protagonista). Como habrán visto, Naruto estará averiguando paso a paso la "locura" de este lugar y poco a poco se va a ahogar en esa locura.