NOTICIA
Edward y Bella se encontraban dormidos en su hogar ellos se habían casado hace una semana y acaban de regresar de su luna de miel en Paris ella era la mujer mas feliz del mundo pues se habían entregado en cuerpo y alma. Porque su primera vez había sido con él en su noche de bodas y simplemente todo había sido ¡perfecto!.
El por su parte no podía creer que estuviera casado con ella que lo hubiera aceptado y que ya no habría otra a quien el amara más él era suyo y ella era de él. Esa boda había sido la unión de dos almas que se amaban más de lo que las palabras lo podían expresar.
-buenos días amor-susurro Bella en su odio, dándole un corto beso en los labios lleno de amor y ternura. Jamás se cansaría de dormir escuchando los latidos del corazón de su Edward eran el sonido mas hermoso que ella había escuchado. Lo amaba.
-buenos días- respondió sobre sus labios con el mismo o mas amor que ella. El sostenerla entre sus brazos, ser lo primero que el veía cuando se despertaba era una experiencia que esperaba vivir toda su vida.
Se levantaron mientras Edward tomaba un baño Bella le preparaba el desayuno ella siempre había sido una excelente cocinera luego de que su madre muriera ella tuvo que hacerse cargo de las tareas del hogar y así fue su infancia arrebatada haciendo de Bella una adulta a sus 13 años. Edward bajo sintiendo el olor a pan tostado y café lo siguió hasta la cocina y allí se encontraba su esposa como le encantaba pensar en ella como eso su esposa.
Estaba tan hermosa como siempre por las mañanas con su camisa puesta que le permitía ver el comienzo de sus muslos. Y esas largas y cremosas piernas. Ella era la mujer mas hermosa, la amaba y nunca habría nada que cambiara ese hecho.
-huele delicioso amor- le susurro en el oído, se había acercado a ella sin que se diera cuenta de su presencia.
-¡me asustaste!-le dijo Bella dándose la vuelta para encontrarse con su dios griego en persona, y luego no pudo decir mas porque el tomo su rostro entre sus manos y la beso primero con ternura pero luego con un poco de pasión.
Sus besos siempre eran únicos, especiales despertaban en ambos los sentimientos de plenitud y anhelo porque desde la primera noche nunca había sido suficiente.
-llegaras tarde si no terminamos ahora- dijo ella sobre sus labios, la verdad se encontraba ansiosa no sabia que esperar de su cita con el medico, dado que Edward no sabia que ella iría, solo sabia que saldría por la mañana.
Durante algunos días atrás se había dado cuenta que tenia un retraso de 5 días y ella siempre había sido puntual en su periodo.
-no me importa lo único que quiero es estar siempre así-dijo el después de separase de ella pero no dejando de abrazarla. El noto en su mirada que Bella le ocultaba algo desde que llegaron de Paris pero cada vez que le preguntaba ella cambiaba de tema o le decía que todo estaba bien.
-a mi igual pero no se te olvide que ambos tenemos compromisos-dijo ella-ahora si no es mucha molestia señor Cullen que le parecería desayunar con migo-termino esta con una sonrisa que no era sincera pero era lo mejor que ella podía hacer.
Siempre había sido una mala mentirosa.
-esta bien mon amour-le dijo el con ese acento francés perfecto. Y así desayunaron luego se terminaron de arreglar y salieron de su hogar.
Despidieron con un corto beso en los labios Bella tomo un taxi y se dirigió al consultorio del Doctor Díaz el ginecólogo que le había recomendado la cuñada de Edward.
Resalí era tan hermosa que solo verla dolía, tenia el cabello largo hasta la cintura y era de un rubio que parecía oro, sus ojos eran de un azul tan profundo que te perdía en ellos y era una de mis mejores amigas.
Pero su mejor amiga era Alice. Ella era delgada parecía un duendecito y su ojos eran verdes del mismo tono que el de Edward solo que mas redondos y tenia una piel como porcelana y aunque Alice era adicta alas compras era ella la que siempre estaba para escuchar todo lo que Bella le contara pues se conocían desde que eran unas niñas.
Dos horas más tarde
Bella llevaba esperando su turno en el consultorio cunado escucho su nombre
-Isabella Cullen- dijo la recepcionista mientras ella se ponía de pie- la esperan en consultorio número 7 –término esta.
Bella entro en el consultorio donde se encontraba un Jove como de unos 26 años con una bata blanca y tenia el cabella negro, su tono de piel era morena, él era alto, fornido, y tenia unos ojos negros que hacían juego con su cabello corto. Es muy guapo pensó ella. Pero el solo hecho de que el la fuera a revisar le causaba mucha vergüenza de inmediato sintió su cara arder por el sonrojo de sus mejías.
-buenos días-dijo Bella-el la miro y pensó que era una de las mujeres mas bonitas que allá visto jamás, y además ese rostro con las mejías sonrojadas hacia que se viera adorable, ella era de tez clara, cabello largo castaño que le llegaba hasta la cintura, un cuerpo no muy voluptuoso pero eso la hacia mas a tractiva y esos ojos que cautivaban de una manera inimaginable.
-buenos días señorita Cullen-dijo el con la esperanza de que fuera soltera y así tener el placer de conocerla mejo-soy el doctor Alex Días ¿en que puedo ayudarla?-dijo.
-señora-lo corrigió Bella dado que ella ya era una mujer casada- un placer conocerlo-le tendió la mano y allí en su dedo de en midió se encontraba la prueba ella era casada maldijo internamente y le regalo una sonrisa-el placer es todo mio-lo que sirvió para que Bella se sonrojara mas pues nunca se acostumbraba a los cumplidos.
-si no le molesta puede decirme Alex-a él le gustaba que sus pacientes confiaran el, puesto que su trabajo era algo especial.-y ahora puede pasar detrás de la cortina esta la bata-y así lo hiso, después de revisarla y que Bella se vistiera se sentó frente al escritorio y él le dijo los resultados.
-felicidades señora Cullen va a ser madre.
