Se me acaba de ocurrir, ya les había dicho que pondría los antecedentes de las parejas, así que aquí se los presento, serán drabbles/viñetas/one-shot/lo que sean, y no hay fechas de actualización establecidas, porque los escribiré a como se me ocurran y variarán entre las edades y pueden ser tanto en mundo alterno como en el mundo ninja. Empezamos con… *Redoble de tambores* ¡Kiba x Yuki!
Disclamer:La mayoría de los personajes son de Kishimoto~sama, a excepción de Yuki Uzishiro que es de Lorena Chávez
Advertencias: Si eres fan del Yaoi, aquí no lo vas a encontrar, dirígete a otro de mis fanfics, exceso de miel, y creo que es todo
GRITOS PensamientosÉnfasis
K x Y Momentos KibaYuki
Capitulo I. Dr. Yayoi
Un niño de ocho años estaba a la sombra de un árbol, había salido a pasear con su pequeño Akamaru, pero desde que llegaron al parque éste se había ido, Kiba no se preocupaba porque sabía que el perro era así, siempre se iba pero volvía cuando él lo llamaba, así que mientras tanto, se acomodaría en ese árbol y pensaría en la niña que había conocido en la navidad pasada. Yuki Uzishiro. No sabía qué era esa sensación, pero no le había desagradado el calorcillo que se instaló en sus mejillas cuando la ojiazul le había dado un beso, lástima que probablemente no se iban a volver a ver
− ¡KIBA! – gritó una alegre voz a lo lejos, llamando la atención del castaño, cuando éste enfoca bien, puede ver a una niña de cabello negro-azulado y ojos azules, con ¡¿marcas en las mejillas? ¡Era Yuki! − ¡KIBA! ¡AQUÍ! – volvió a gritar Yuki agitando su mano por encima de su cabeza, al ver que el ojinegro se había quedado estático, como si no la reconociera. Preso entre uno de sus brazos se encontraba Akamaru
− ¡YUKI! – gritó el niño al reconocer a la ojiazul que se acercaba, se levantó de golpe y, al intentar ir hacia ella, tropezó con las agujetas de sus zapatos, las cuales se habían desatado. Por supuesto, ¡si por eso se había sentado, para atarlas!
− ¿Estás bien? – preguntó la ojiazul al llegar junto al pequeño castaño, tendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse
− Hai – respondió el pequeño con una sonrisa y la nariz levemente roja − ¿Es… es… está… estás sola?
− No – contestó ella, preocupada por el tartamudeo del niño, tal vez tuviera fiebre o frio – Minato~Oji me trajo con Naruto~neesan – respondió la niña, señalando con la mano libre a dos manchas rubias lejanas, una más grande que la otra – me llevé una bonita sorpresa cuando me encontré a Akamaru
− Lo… lo… lo traje a pasear – contestó el pequeño, preocupado, cuando Akamaru paseaba no le gustaba que lo tomaran en brazos y no quería que mordiera a Yuki – etto… ¿quieres ir a mi casa? – preguntó él de golpe y con un sonrojo adorable en sus mejillas
− ¿Se puede? – preguntó ella con entusiasmo, recibiendo un asentimiento de parte del castañito – entonces vamos a preguntarle a Oji~chan – el ojinegro asintió y al acercarse a la ojiazul, ésta notó algo en el suelo – Kiba, se te queda tu libro – le dijo, señalando el mencionado, el cual era de color lila oscuro y algo delgado, estaba justo donde antes estaba sentado Kiba
− Que raro – dijo él, acercándose y tomándolo – no recuerdo haberlo traído – se pone a pensar – tal vez me lo trajo Akamaru – concluyó el pequeño Inuzuka, guardándose dicho objeto en las bolsa de su pantalón – vamos – le dijo él, dándose la vuelta y ambos niños se fueron hacia donde se encontraban el tío y el primo de la ojiazul, mientras ellos platicaban alegremente.
Cuando los niños se alejaron lo suficiente para no darse cuenta de lo que dejaban atrás, se acercó una sombra, preocupada
− ¿Dónde está mi libro? – preguntó preocupada la voz de mujer − ¡perdí mi tarea!
-.-.-.-. Con Minato -.-.-.-.
− Yu~chan – llamó un hombre de cabello rubio y ojos azules que tenía en brazos a otro niño igual a él, pero con tres marcas en las mejillas que le daban aspecto de "kitsune", como lo llamaba su madre, el cual estaba pataleando – oh, encontraste a Kiba~kun – le dijo, notando al castaño al lado de la peli azul
− Minato~Oji – llamó la pequeña con timidez – Kiba~kun me ha invitado a su casa, ¿puedo ir?
− Me temo que no Yu~chan – dijo el Uzumaki con pesar, tratando de sujetar al pequeño rubio que tenía en sus brazos – Naru~chan estuvo jugando con abejas y… − en ese momento el pequeño se soltó de su padre y aterrizó en el suelo, mostrando marcas de picaduras que aumentaban su coloración conforme pasaba el tiempo – hay que llevarlo a casa o Kushina me matará – terminó con una sonrisa y deteniendo al pequeño que intentaba volver con sus aladas amigas
− Está bien – accedió la ojiazul con una leve decepción que intentaba ocultar – Gomen Kiba – se disculpó la pequeña volteando a ver al castaño al tiempo que le entregaba al pequeño Akamaru, al que no había soltado en ningún momento
− No te preocupes Yuki – contestó el Inuzuka con una sonrisa, pero lamentándolo en el interior – será otro día – sugirió. Yuki asintió y Kiba se quedó en ese lugar mientras veía alejarse a la ojiazul en quien, inexplicablemente, pensaba siempre
-.-.-.-. En casa de Kiba -.-.-.-.
El pequeño ojinegro había leído el libro de camino a casa, no era muy grueso por lo que pudo terminarlo rápidamente, la verdad, es que él no leía muchos libros, pero ése le había parecido muy interesante, trataba sobre los secretos para ser feliz, sólo tenía un capitulo y el prologo más corto que había leído en su vida
− ¿Lees Otōto? – preguntó Hana, la hermana mayor del pequeño Kiba, que iba pasando por ahí con un lindo cachorrito que acababa de encontrar en una caja en la esquina – es extraño – y soltó una débil risita, pero Kiba ignoró a su hermana, el libro le había gustado tanto que no se cansaba de leerlo una y otra vez. Hana sólo siguió con la mirada a su hermano, era realmente extraño verlo con un libro pero lo dejó pasar, tenía que preguntarle a sus padres si la dejaban quedarse con ese lindo cachorrito
-.-.-.-. Días después -.-.-.-.
Se encontraba de nuevo en el parque, había ido con Akamaru al parque de nuevo, se encontraba leyendo de nuevo el libro que había encontrado bajo el mismo árbol en el que Yuki lo había encontrado, ¿se encontraría a Yuki ahí?
− ¡KIBA! – gritó una alegre voz a lo lejos, llamando la atención del castaño, cuando éste enfoca bien, puede ver a una niña de cabello negro-azulado y ojos azules, con ¡¿marcas en las mejillas? ¡Era Yuki! − ¡KIBA! ¡AQUÍ! – volvió a gritar Yuki agitando su mano por encima de su cabeza, al ver que el ojinegro se había quedado estático, como si no la reconociera. Preso entre uno de sus brazos se encontraba Akamaru
− ¡YUKI! – gritó el niño al reconocer a la ojiazul que se acercaba, se levantó de golpe y no pudo evitar sentir un deja vú, mientras la ojiazul se acercaba, Kiba no pudo evitar que el ultimo párrafo del libro llegara a su mente
Si, después de haber probado todos los elementos de la vida, naturaleza, el conocimiento, y la familia, se debe probar el elixir más dulce que se haya visto en ésta vida: la amistad. Cuando una persona encuentra a alguien digno de ser llamado amigo, encuentra un delicioso manjar que debe ser compartido y probado.
Yuki era su amiga, y según el libro (escrito por alguien llamado Dr. Yayoi, y si es doctor es porque sabe) él debía probar la amistad de Yuki, pero ¿cómo? La respuesta le llegó de golpe, cuando la pequeña se acercó, Kiba, en un impulso, tomó a Yuki de la muñeca y posó sus labios sobre los de la ojiazul. Sintió miedo, miedo, porque jamás había sentido algo así, un escalofrío tan agradable que no quería que terminara. Ambos niños, sonrojados e impresionados permanecieron así durante un momento que podría equivaler a diez mil eternidades, mirándose fijamente.
Cuando se separaron, el ojinegro salió corriendo como si lo persiguieran, dejando el libro tirado ahí, a los pies de la ojiazul, pero ésta no lo notó. Yuki se quedó ahí de pie, hasta que su primo la fue a buscar para irse ya a casa
Cuando los niños se fueron y habiendo olvidado el libro, se acercó una pequeña niña de ojos lilas y cabello café, quien, al ver el libro, sonrió y lo tomó
− Así que aquí se quedó mi tarea – Azumi abrió el libro y se puso a revisarlo – debo terminarlo antes de entregárselo a la maestra – y con una sonrisa en los labios, se fue contenta de haber encontrado su proyecto de la clase de sociología
Terminado, tan linda Azumi (o sea yo xD), aclaro que el Yayoi ya lo tenia de antes de que Marisol me dijera lo de Yayoi… besos!
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