Aclaraciones: Este fic participa del desafío de Noviembre de "Captura la bandera" del foro El Monte Olimpo. Los personajes no me pertenecen, son propiedad del tío Rick.

Palabras: 499. 'Palacio de Hades'.

Sentimiento: Lealtad.

Rating : K+


LEAL


Hades se removió en su trono con incomodidad.

No podía creer la cantidad de angustia que podía tener en pensar en el paradero de su hijo, Nico. Tal vez era una tontería y la situación debería importarle más bien poco pero luego de la intervención repentina de Poseidón y Zeus la incertidumbre había aumentado con el pasar de las horas.

Y bueno, era algo justificable ya que al estar en medio de una acalorada discusión ―protagonizada obviamente por sus dos hermanos ― en sus respectivos palacios el alboroto los alertó y por la puerta habían entrado Perseus y Jason con grandes sonrisas y ofrendas para sus padres. Provocando automáticamente el cambio en su semblante y la obvia finalización de la reunión.

Suspiró y miró la gran esfera azul que se encontraba al lado suyo. ¿Acaso ese regalo de su hermano era un intento de humillación? ¿Quería recordarle que su hijo le quería a diferencia del suyo?

-…Así que, ¿Qué opina, Mi Señor?

Sorprendido parpadeó en dirección a la Furia -¿Decías?

La mujer negó lentamente y guardo los papeles en alguna extraña parte de su contextura –Mi Rey, estoy segura de que su hijo vendrá pronto a verle.

-¿Qué te hace pensar que estoy así por mi inservible hijo?

-Mi Señor, no creo que decir eso sea bueno.

-¡¿Acaso m estas dando órdenes a mí?! –rugió furioso con la cara roja y el ceño aún más fruncido.

-No, no. Po supuesto que no, Mi Rey. – se apresuró a decir la Furia.

-Vete. Te llamare cuando te necesite. ¡Vete!

Y resignado vio la figura alejarse con rapidez. Miro de nuevo la puerta de su palacio esperando ver la delgada figura de su hijo pero nada apareció. Por supuesto que él no esperaba que entrara corriendo directo a sus brazos cargado de objetos brillantes como ofrenda al igual que el hijo del barba de percebe, y tampoco esperaba que apareciera como Jason, con la cabeza gacha y mirada solemne.

No. Para nada. El solo quería tener lo mismo que sus hermanos. Hijos que lo amaran. Que sintieran…lealtad hacia él.

Lealtad.

¡Era el dios del Inframundo! ¡Nadie quería servirle, hasta su Palacio daba temor!

Un par de voces lo alertaron y se enderezo con rapidez pero antes de dar la voz de entrada una bola de sombras se plantó frente a él, dejando entrever un flaco muchacho con un par de joyas –muy seguramente dadas por Hazel – y unas granadillas para Perséfone.

-Padre –saludo la voz del chico, escaneó la habitación buscando a alguien que no estaba y suspiró – veo que mi madrastra no está. Bien, traje esto para nada –dijo balanceando las frutas en sus manos.

Hades rió fuertemente. Si, en definitiva esa era la clase de entrada digna de su hijo.

Nico alzo una ceja en su dirección sorprendido por la acción de su padre.

Hades paso un brazo por los hombres del castaño y sonrió ―Te extrañé, hijo mío.

Tal vez su hijo le era leal… A su manera, claro.


Bien, siempre quise plasmar la vivencia de Hades y Nico…. Algo así era la idea.

Creo que está muy fuera de contexto con la personalidad de ellos…but yeah.

¡Equipo Azul!