No acostumbro hacer esto, no había planeado llevar tres historias a la vez, pero cuando iba a empezar a escribir el segundo capítulo de una de las historias que están pendientes, se me ocurrió otra idea, así que me puse a escribir este nuevo fic. Pero no se preocupen, prometo cumplir con las tres historias.

Como siempre, nada de Supernatural me pertenece, no me demanden por favor, tendría que romper mi chanchito para pagar un abogado.

Esta historia se desarrolla durante la tercera temporada, pero entre los primeros capítulos, yo diría, después de Bedtime Stories y antes de Red Sky at Morning.

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Dejarlo ir, Dean no puede esperar que simplemente lo "deje ir". Él lo ha dado todo por mí, lo menos que puedo hacer es salvarlo, y lo voy a lograr, no importa lo que cueste, aunque tenga que pelear con él, voy a salvarlo.

Las palabras que Dean le había dicho en el hospital, tras saber de la muerte de la hija del doctor que había estado en coma por años, aún retumbaban en los oídos de Sam. Era obvio que su hermano se había resignado a su suerte y no pensaba mover un dedo para salvarse, pero Sam iba a salvarlo.

El viaje de regreso al motel fue en silencio. Cada uno perdido en sus pensamientos. Aunque los pensamientos de Dean eran más bien sobre esa película XXX que había visto de Blancanieves, se preguntaba si podría recrearla una de esas noches, sólo tenía que conseguir un par de chicas para los papeles principales, por supuesto él sería el príncipe y…

"Dean, tenías que doblar a la derecha."

"Perdón Sammy, estaba distraído", dijo Dean con una sonrisa en los labios. Definitivamente, uno de sus últimos deseos era conseguir a Blancanieves y a su malvada madrastra, sí, quizás en el próximo pueblo.

Sam no entendía por qué Dean estaba sonriendo. Le queda menos de un año de vida y parece no importarle. La actitud de su hermano sólo molestaba más y más a Sam, y para cuando llegaron al motel y entraron a su habitación, Sam estaba a punto de explotar así que para evitar una pelea decidió ir por comida.

"Ya regreso, voy por comida"

"Hey, Sam, una hamburguesa, extra de cebolla y …" Sam tiró la puerta de la habitación y dejó a su hermano hablando solo.

Si quieres que te "deje ir" entonces voy a empezar ahora Dean, a ver si te gusta quedarte solo.

A Dean no le sorprendió la actitud de su hermano, entendía que era muy difícil para Sam aceptar lo que había hecho, pero, después de todo, era él quien debería sentirse deprimido, así que, ¿qué derecho tenía Sam de enfadarse, frustrarse y hacerlo sentir peor de lo que ya se sentía? No voy a quedarme aquí esperando a que Sam venga y juegue al ofendido. Así que Dean salió a caminar un poco, quizá el ejercicio le caería bien, lo que menos necesitaba era pelear con su hermano, cuando se sintiera más tranquilo regresaría.

Sam por su parte estaba en el mismo dilema. Quería gritarle a su hermano y hacerlo reaccionar, pero no quería empeorar las cosas, no quería decir algo de lo que después pudiera arrepentirse por eso en vez de ir directamente a la cafetería había decidido dar un paseo, estirar las piernas, cansarse y sudar un poco para enfriar los ánimos y poder enfrentarse a Dean con la cabeza más fría.

Como si se tratara de una película cómica ambos hermanos terminaron sentándose en el mismo parque pero en extremos opuestos, de tal forma que no se percataron de la presencia del otro.

Sam notó dos niños jugando no muy lejos de él, su madre los vigilaba mientras leía una revista, uno de los niños parecía tener 10 años y el menor tendría 6 o 7. Sam no pudo evitar sonreír al recordar cómo eran él y Dean a esa edad. Además, el niño mayor le recordaba bastante a su hermano, la forma en que cuidaba de su hermanito y a la vez la forma en que le hablaba, haciéndolo sentir importante y hábil. Ambos niños estaban jugando a las carreras, simplemente corriendo de un lado a otro, el hermano mayor no corría con todas sus fuerzas para darle una oportunidad al menor, y lo animaba a no rendirse, a seguir intentando.

"Un día de estos vas a ganarme Tony, sólo tienes que seguir practicando"

"Pero tú eres más grande"

"Por eso es que te doy ventaja, pero un día de estos vas a ser tan grande como yo."

"¿Tú crees que llegue a ser más grande que tú?"

"Ni en tus sueños Tony"

Sam sonrió. Quizás llegues a serlo Tony, quizás algún día llegues a ser más alto que tu hermano pero él siempre será el hermano mayor. Dean siempre me ha protegido, y él me enseñó a no rendirme, así que ahora no voy a permitir que él se rinda. Tras una última mirada a los niños Sam emprendió el camino a la cafetería y tras pedir un par de hamburguesas y sodas regresó al motel dispuesto a conversar con su hermano de la forma más tranquila y civilizada posible. Incluso Dean puede ser racional a veces, sólo tengo que convencerlo de que podemos encontrar una forma de salvarlo sin que yo muera.

"Hey Dean, llegaron las hamburguesas." Al ver que su hermano no estaba en la cama Sam se asomó al baño, la puerta estaba abierta pero no había señales de Dean por ningún lado, el auto estaba afuera así que Dean no podía haber ido muy lejos. Quizá fue sólo a caminar un poco, o quizá se cansó de esperar y fue a buscar algo de comer.

Sam trató de esperar a su hermano pero los minutos pasaban y Dean no aparecía. Una hora después Sam decidió comer su hamburguesa, no tenía caso seguir esperando. Lo más probable es que Dean hubiera ido a algún bar y seguramente tardaría en regresar. Cuando Sam terminó de comer decidió llamar al celular de Dean, el teléfono sonó y sonó pero lo único que Sam obtuvo fue el buzón de voz. O Dean no quería responderle o estaba en problemas, pero ¿qué problemas podría haber encontrado si no estaban cazando nada y recién habían llegado a ese pueblo? No podía ser alguna pelea en un bar porque aún era de día y no habrían muchos clientes a quienes su hermano pudiera enfadar, así que Sam prefirió creer que su Dean estaba molesto con él y simplemente no quería hablar aún.

Cuando el reloj dio las 4 de la tarde Sam decidió emprender la búsqueda de su hermano. Después de todo, Dean no estaba tan molesto con él como para desaparecerse cuatro horas sin aviso así que probablemente algo fuera de su control le había impedido regresar. Sam estaba a punto de salir cuando alguien tocó a la puerta de la habitación. Ese no podía ser Dean, este toque era tímido pero a la vez urgente. Sam abrió la puerta con cautela y se encontró con un hombre de la estatura de su hermano, fornido, ojos grandes y azules que contrastaban con lo negro de su cabello y que aparentaba unos cuarenta años, pero lo que más llamó la atención de Sam fue que la camisa de este hombre estaba cubierta en sangre y su propio rostro mostraba algunos golpes.

"¿Eres Sam, Sam Winchester?", preguntó el hombre mirando a los lados como si sospechara que lo hubieran seguido.

Sam no recordaba haber visto antes a este hombre pero éste conocía su nombre y se veía como si estuviera a punto de desmayarse. Sam decidió ignorar la pregunta y tratar de averiguar más sobre el tipo antes de responder.

"¿Qué le pasó, algún accidente, necesita ir a un hospital?"

"Tipos como nosotros no van a un hospital por una golpiza, aunque, por otro lado, quizá tu hermano sí lo necesite…"

"¿Mi hermano?, ¿qué sabe usted de mi hermano?" Ahora Sam no estaba preocupado por el peligro que pudiera significar este hombre, ante la mención de su hermano y un hospital lo primero que Sam pensó fue que este tipo había lastimado a Dean y ahora venía ufanarse del hecho, quizá estaba poseído y sólo buscaba divertirse a costa de su sufrimiento. Sam estaba a punto de ir por la Colt pero el hombre pareció entender sus intenciones y acercándose más a la puerta le dijo en voz baja:

"Escucha muchacho, no hay tiempo para esto, vine aquí porque Dean me lo pidió, tu hermano y yo somos amigos así que créeme, yo no lo he lastimado, pero alguien más sí lo hizo así que si quieres que te ayude a encontrarlo tienes que confiar en mí. Para empezar podrías dejarme pasar ya que me estoy desangrando y no querrás llamar demasiado la atención con un hombre muerto en tu puerta, ¿verdad?"

Y sin más el tipo empujó a Sam y entró a la habitación. A Sam le costó un poco reaccionar, ¿un amigo de Dean?, para empezar, Dean no tenía amigos, sólo Bobby, y ¿había dicho que alguien había lastimado a su hermano?, ¿Qué él podía ayudarlo a "encontrarlo"? Para cuando Sam salió de su asombro y volteó a ver al hombre, éste había entrado al baño y había llevado consigo el kit de primeros auxilios que Dean había dejado sobre la mesa. Sam se sentó en su cama a esperar que el desconocido saliera y éste lo hizo quince minutos después, las manos y el rostro lavados pero con rastros de sangre aún en sus ropas.

Cuando el hombre salió y vio el gran signo de interrogación sobre la cabeza de Sam no pudo evitar sonreir.

"Tú sí que eres gracioso muchacho, deberías ser más cuidadoso, lo único que hice fue mencionar que soy amigo de tu hermano y que está en problemas y me dejaste pasar, ¿qué hubiera pasado si hubiera sido un demonio, eh?"

"¿Lo eres?", preguntó Sam poniéndose tenso.

"Quizás sí, quizás no".

"Entonces ve despidiéndote de este mundo." Y en un abrir y cerrar de ojos Sam había sacado la Colt y estaba apuntando a la cabeza del desconocido.

"Tranquilo, tranquilo", dijo sonriendo el hombre mientras alzaba las manos. "Está bien, lo admito, no estás mal entrenado, después de todo, eres hijo de John Winchester y hermano de Dean. Es sólo que tu rostro es tan … ¿cómo decirlo?, pareces tan inofensivo a veces. J aja, sí, recuerdo que Dean mencionó alguna vez lo útil que era tu mirada cuando querían convencer a alguien de ayudarlos, sobre todo si se trataba de una dulce anciana, j aja"

"Yo no le veo la gracia." Respondió Sam lentamente. El desconocido lo miró fijamente, la mirada de Sam se había transformado completamente, ahora parecía que podía matarlo con los ojos. Era hora de hablar o pronto tendría una bala en la cabeza.

"Baja esa arma muchacho, yo no soy el enemigo, si no me crees llama a Bobby Singer, él te confirmará que soy amigo de tu hermano."

"Hasta ahora es lo único que has dicho pero aún no sé tu nombre ni dónde está mi hermano."

"Mi nombre… nadie lo sabe, pero puedes llamarme Blue, y en cuanto a dónde está Dean… pues, eso tampoco lo sé, pero lo que sí sé es que si no lo encontramos pronto, lo único que vamos a encontrar es su cuerpo, y quizá por pedacitos, porque la persona que lo tiene no se anda con juegos y odia a Dean más que a nada en el mundo."

Sam tuvo que esforzarse para no bajar la guardia, si las palabras de este hombre eran ciertas entonces Dean estaba en graves, muy graves problemas, pero había algo en la mirada de Blue que no terminaba de convencerlo y no sabía si podía confiar en él.

"¿No me crees?"

"Quizás te creo, quizás no", respondió Sam siguiendo el juego.

"Mejor créeme porque toda esta sangre que vez aquí, no es mía, es tu hermano."

Ahora sí que el corazón de Sam empezó a latir con violencia. Era mucha sangre, de hecho, él se había preguntado cómo este hombre podía estar parado y hablándole si había perdido tanta sangre, pero ahora que le decía que esa sangre era de Dean…

"Voy a llamar a Bobby, y si me has mentido entonces ten por seguro que te voy a hacer sangrar cada gota que hayas derramado de mi hermano."

Ahora Sam estaba molesto y Blue no pudo evitar sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo.