Al mirar por la ventana, Asriel se dio cuenta de que estaba lloviendo afuera.

Se alistó lo más rápido que pudo, vistiéndose y guardando las cosas que le faltaban en la mochila. Antes de irse, agarró la lonchera que su madre le había dejado preparada en la mesa y su paraguas preferido.

Cuando lo tuvo todo listo, se despidió de su madre, abrió el paraguas, y se dispuso a salir hacia la escuela.

Los días de lluvia eran los favoritos de Asriel. A pesar de que a muchas personas les parecían días tristes y hasta molestos, Asriel disfrutaba de la brisa que le traía la lluvia, le ayudaba a recordar que ahora los monstruos vivían felices y en paz junto con los humanos en la superficie.

A Asriel le gustaban los días de lluvia porque podía sacar su paraguas, el cual tenía los colores del arcoíris en él, y trataba de mostrarle a las demás personas que los monstruos no eran malos ni peligrosos, si no todo lo contrario.

Asriel iba saludando a todo el mundo mientras pasaba, su familia se había trasladado a una ciudad bastante pequeña, así que la mayoría de gente en los barrios son bastante familiares y amables como para saludar a un extraño en las mañanas.

Cuando estaba a punto de llegar a la escuela, Asriel escuchó un ruido, al parecer alguien se había caído en un charco de agua. Al voltear hacia donde había escuchado el ruido, Asriel encontró a su mejor amiga Chara de rodillas en un charco a unas cuantas calles, esta sujetaba un libro por encima de su cabeza a modo de paraguas, que trataba de usar para cubrirse de la lluvia.

Chara había sido la mejor amiga de Asriel desde que los monstruos volvieron a la superficie. En el primer día de escuela, Chara se había tropezado con Asriel haciendo que toda su comida cayera al suelo, después de eso se habían quedado hablando y se volvieron los mejores amigos desde ahí.
La relación que Asriel tenía con Chara había inspirado a muchas personas a dejar el miedo a los monstruos de lado para poder convivir en paz, y relacionarse entre ellos libremente.

Asriel volteó hacia la escuela, estaba a algunos pasos, y luego volteó hacia Chara, que estaba unas cuantas cuadras. Chara estaba mojada de los pies a la cabeza, estaba seguro de que ella estaba teniendo el peor día de su vida.

Ella odiaba los días de lluvia por una razón que nunca le había llegado a contar a Asriel, y eso es algo que él quería cambiar, quería que ellos dos disfrutaran de un gran día de lluvia.

Chara estaba teniendo el peor día de su vida.

Bueno, no es como si todos los días no fueran horribles, por lo cual realmente no podía llamarle "El peor día", pero al ser un día de lluvia le sumaba bastante puntos en su escala de "Malos días".

Recordaba que hace unas semanas, le había estado rogando a su padre por horas que le comprara un paraguas ya que iniciaría la época de lluvias (Realmente no tenía ni idea que esperaba que su padre le respondiera, si apenas y le compraba comida diariamente), él simplemente le respondió:

"No ocupamos paraguas, yo trabajo desde casa"

"Bueno, pues muchas gracias, padre" Pensó Chara en ese momento.

A veces Chara desearía que su madre todavía estuviera con ellos, ella la extrañaba tanto en momentos como esos, sabía que si hubiera estado allí, su madre hubiera peleado con su padre por actuar como alguien tan irresponsable con su hija y le hubiera obligado a ir él mismo a por el paraguas.

Chara volvió a mirar hacia las nubes en el cielo que parecían burlarse de ella.

En ese momento, ella se encontraba de rodillas en un charco de agua. Se había tropezado por estar corriendo en un día de lluvia, en el fondo supongo que se lo merecía, había pensado que si corría podía llegar más rápido a la escuela sin mojarse tanto. Grave error.

Podía pararse, pero sinceramente solo quería quedarse ahí. No tenía nada de ganas en seguir con ese día en el cual parecía la única desgraciada, como si hubiera algo allá arriba que de verdad la odiara. Chara estaba pensando seriamente en quedarse derrumbada en su nube de lluvia personal hasta que se acabara el día.

De repente, escuchó unos pasos acercándose rápidamente hacia ella.

"Otro chico estúpido que viene a molestarme ahora que estoy sola" Pensó sin querer levantar la vista, simplemente esperando que el insulto llegase.

Pero este nunca llegó.

Al principio no se dio cuenta, porque Chara ya estaba como si se hubiese bañado con la ropa puesta, pero cuando pasaron los segundos, pudo notar que había parado la lluvia. O al menos a su alrededor.

Cuando levantó la mirada, vio a Asriel, quien le estaba dedicando una dulce sonrisa como las que él solo sabe dar, estaba sosteniendo su paraguas de tal forma que evitaba que la lluvia cayera sobre mí, pero haciendo que la mayor parte de él se mojara.

Obviamente Chara había visto a su mejor amigo delante de ella, era imposible no notar a ese chico, y también pensó en llamarlo para que viniera corriendo a cubrirle de la lluvia, pero sabía que Asriel amaba los días de lluvia, se le hubiera hecho muy egoísta a la chica ir y arruinar su día perfecto con su mal humor.

-¿Necesitas ayuda?- Preguntó Asriel dedicándole su mano y su más grande sonrisa a la chica.

-No, necesito chocolate urgentemente.- Respondió Chara mientras aceptaba su mano y se apoyaba en él para pararse.

Durante un par de segundos se quedaron así. Frente a frente debajo de un paraguas mientras sonaba el sonido de las gotas chocando contra el suelo de fondo, como si el mundo les diera este ambiente solo para ellos.

-¿Por qué viniste?- Chara tuvo que romper el silencio antes de que pasara a ser uno incómodo.

-Ocupabas un paraguas, y resulta que tu héroe tenía uno lo bastante grande para los dos- Respondió Asriel sin un toque de modestia mientras que Chara reía por esto.

-Sí, pero...

-Descuida- Interrumpió Asriel. -¿Para qué están los mejores amigos del mundo?

A Chara le entraron ganas de darle un golpe a Asriel por arruinar un momento tan lindo como ese con su típica inocencia de "Todo el mundo son mis amigos" que ella no podía soportar. Aunque decidió soportarlo después de la mirada llenad ternura con la que lo miraba Asriel.

"Tal vez mañana" Pensó Chara, definitivamente lo haría si no era un día de lluvia.

-Bueno, la escuela queda por acá- Dijo rápidamente Asriel algo sonrojado por una razón que Chara no podía comprender, y se pusieron en marcha juntos bajo el paraguas rumbo a la escuela.

Chara podía sentir como las gotas le salpicaban en su hombro, y de repente se dio cuenta de que esta acción no le parecía molesta, si no algo relajante y tranquilo.

-Hey, de esa manera aún te mojarás- Dijo Asriel mientras acercaba a Chara hacia su cuerpo. -¿Ves? de esta manera nadie se moja.

Chara solo dio para asentir mientras sentía como toda su cara se ponía caliente, a pesar de que hace unos minutos estaba temblando por el frío. Admitió que inconscientemente solo tal vez, ella se aprovechó de la situación y se recargo en Asriel un poco más de lo que era necesario.

Y fue ahí cuando se dio cuenta de que su nube de lluvia interior había desaparecido, y ella de verdad se sentía feliz.

¿Quién lo diría? Los días de lluvia podían resultar siendo divertidos.