Maldito Parvus Bonus
Resumen: Severus tendrá que soportar a un bebé muy particular y Harry estará más pendiente del infante que de su pareja ¿Quien ganara Sev? ¿Tú o el bebé?
Categoría: Harry Potter
Personaje: Harry Potter, Severus Snape
Géneros: Humor, Romance,
Clasificación: NC-17
Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor, Lemon, Mpreg=Embarazo Masculino
Capitulo: 1/4
Completa: Sí
Disclaimers: Los personajes de este fic no me perteneces, los utilizo sólo por mera diversión.
1º Capítulo
Llegó rápidamente a la mansión, el llamado de Remus era alarmante.
—Señor Snape, señor —le saludó muy educadamente el elfo de la familia, o por lo menos uno de ellos —. El amo Remus lo espera en el despacho, señor —le indicó formalmente.
Severus se dirigió al despacho en forma presurosa sin saber que podía encontrar en su interior.
El mensaje era corto y muy poco detallado
"Severus:
Necesito ayuda con tu ahijado.
Remus."
Lo único que le dejaba claro es que Draco estaba involucrado en el asunto.
Llegó a la puerta y tomó aire, para luego entrar con la mayor serenidad que tenía.
Todas las cosas terribles y catastróficas que se le pudieron pasar por la cabeza en algún momento, no tenían comparación con lo que encontró allí.
Remus estaba en el suelo del despacho, mientras los mellizos, entiéndase por Lucían y Cristina, jugaban con él. En si el cuadro era relativamente normal. Siempre que venía a la mansión Malfoy, se encontraba con el mismo espectáculo, eso quiere decir, Remus jugando con los bebés de dos años que tenía con Lucius.
Algo si afectaba el habitual paisaje.
Remus tenía sentado entre las piernas a otro niño, de a lo más un año, quizás menos, y al igual que los mellizos tenía el cabello de un incomparable rubio y los ojos celestes.
Extrañamente le recordó a Draco cuando era un bebé, pero desechó ese pensamiento, ya que el bebé que hora cargaba Remus, era tranquilo y sonreía por los juegos con los mellizos. Muy diferente a Draco en su época, era el niño mas malcriado que podía existir, siempre tenía un berrinche preparado para cuando no le daban lo que él quería.
— ¡Oh, Severus, que bueno que llegaste! —Le dijo, completamente alterado y poniéndose de pie rápidamente.
— ¿Qué fue lo que hizo Draco, esta vez? —Le preguntó, resignado a saber que esa criatura, que ahora estiraba los brazos para que lo cargara, era uno de los motivos —No me digas que Draco estaba embarazado y parió, justo ahora que Lucius no está —dedujo al ver el parecido con su ahijado y tomando en cuenta que estaba de pareja del pulgoso de Black, bien que podían haber olvidado el hechizo anticonceptivo y Draco salió premiado.
—No, no fue eso —le dijo entregándole al bebé, muy a la resistencia que ponía el moreno —, de hecho fue culpa de Draco —lo invitó a sentarse —y también mi culpa —eso extrañó al moreno que trataba de dejar al niño en el suelo, pero el bebé sólo reía y alejaba sus pequeños piecitos, para no tocar el piso.
—Entonces dime que fue lo que pasó —ahora si que no le gustaba la expresión culpable en el rostro del oji miel.
—Hace días que estaba vigilando a Draco cuando le decía que cuidara un rato a los bebés —empezó a contarle y mientras restregaba sus manos —siempre me extrañó que Lucían y Cristina se quedaran tan tranquilos con Draco. Así que asumí que los hechizaba para que estuvieran dormidos o algo así, por lo que antes de pedirle que los cuidara…
—Lanzaste un campo de protección —adivinó el moreno.
—Sí, lo hice y me escondí en la habitación para sorprender a Draco con las manos en la masa y cuando vi el hechizo que lanzaba y que rebotaría en su contra por el campo traté de detenerlo con un contra hechizo.
—Pero tu ataque llegó antes y ahora el hechizo que había lanzado Draco es muchísimo más largo que de costumbre.
Suspiró tratando de no alterarse, ya suficiente tenía con Remus, que estaba apunto de tener una crisis de pánico. Procesó todas las posibilidades. Que hechizo podía haber usado Draco en sus hermanitos y que no los dañara. Pensó por mucho rato hasta que sólo una opción le quedó.
Alejó al bebé que tenía en brazos para mirarlo largamente, analizando todas las posibilidades.
—Así que ya te diste cuenta —dedujo el hombre lobo.
—Parvus bonus —dijo negando —. Ahora mi ahijado es un bebé educado por quizás cuanto tiempo —concluyó entonces el problema.
—Así es y no se la manera de quitárselo —miró a Severus con ojos de cachorro, rogando por que resultara — ¿Podrías averiguar cual es la manera de traerlo de vuelta? —Le pidió muy bajito.
—Lo puedo hacer, pero tendría que venir a diario a probar las posibilidades o tendría que lle… —miró al oji miel que le sonreía con culpabilidad — ¡Oh no, claro que no! —Dijo poniéndose de pie y dejando al bebé Draco en el sillón.
—Por favor, Severus. Eres mi única posibilidad —le dijo tomando al bebé en brazos nuevamente —. Además es tu ahijado y prometiste protegerlo de todo —le puntualizó.
Se puso a pensar nuevamente y ninguna era una buena opción.
Primero estaba el hecho de que con Draco en casa, no podría averiguar mucho.
Segundo… su pareja y el rubio, ahora bebé, no se llevaban tan bien como para decirle "Harry, tengo que cumplir con mi papel de padrino y traeré a vivir a Draco a nuestra casa por un tiempo".
Tercero y quizás más importante. Aun no tenía hijos con Harry, por que un bebé en estos momentos los mantendría demasiado ocupados como para tirar en cada parte de la casa, en donde se les ocurriera y cuando se les ocurriera.
No, definitivamente no se llevaría a Draco con él. Alguien más tendría que cuidarlo.
¡Claro! ¿Cómo no se le ocurrió antes? Draco tenía un novio el cual se podía hacer cargo de él, aun siendo un bebé.
—Ya tengo la solución —le dijo a Remus mientras tomaba al bebé en brazos y salía del salón con él —. No te preocupes, cuanto antes tendremos el antídoto —y sin más ceremonia salió del despacho y de la mansión.
Llegó al único lugar en que podría estar el pulgoso.
Grimmauld Place numero 12.
No venía al lugar, desde que Harry y los miembros de la orden habían hecho la última reunión antes de derrotar a Voldemort.
Golpeó y sintió como alguien corría escaleras abajo, para abrir la puerta. Como supuso el pulgoso estaba en casa y ahora lo miraba como si tuviera monos en la cara. Y es que ver a Severus Snape con un bebé en brazos no era para nada común.
—No pienses ninguna estupidez, pulgoso —le dijo corriéndolo y entrando a la casa con el bebé en brazos.
— ¿Qué haces aquí, Snape? —Le escupió con recelo, mientras lo seguía a la sala y veía como dejaba al bebé en el suelo. Ahora que lo veía bien se parecía mucho a su pareja, pero en miniatura.
—Necesito que te hagas cargo de tu pareja —le dijo de golpe. Al ver la cara de tremenda confusión, que tenía el moreno, procedió a explicar la situación —. Tu novio trató de hechizar a sus hermanitos, para que estuvieran tranquilos con el Parvus Bonus, y Remus, que lo vigilaba desde lejos, trató de protegerlo por que había puesto un escudo en los niños y ahora el hechizo cayó en Draco y es más largo y difícil de sacar —resumió todo y el moreno tenía la mandíbula desencajada.
—Entonces, esta cosita es mi Dragón —aseguró, mientras tomaba al bebé en brazos.
No pudo evitar poner cara de pervertido al sostenerlo, cara que vio un tercer adulto, que salió de su lugar y le quitó al bebé rubio.
Severus se puso blanco al ver quien tenía a Draco en brazos y no fue por cualquier cosa, sino que quien estaba frente a ellos era nada mas ni nada menos que su novio, Harry. Además el moreno lo miraba con una cara, que aterrorizaría al mismo Lord oscuro.
—Asumo que no pretendías dejar a Draco con este enfermo ¿O si? —Dijo el moreno.
— ¡Ey! —Dijo Black, al escuchar el apelativo que le daba su "querido" ahijado.
—No me digas "Ey", que vi la cara que le ponías a Draco, ¡Por Dios, Sirius, es un bebé! —Lo reprendió.
—Pero admite que esta muy mono —le dijo mientras le ponía caras al bebé, mientras Harry angostaba los ojos.
—A dos metros, chucho —le dijo alejando al bebé de su alcance, ocupando uno de los apodos que le daba su pareja al moreno —. Y tú —le dijo apuntando a Severus —ya hablaremos en casa de esto —sentenció mientras se acercaba a la chimenea y lanzaba un puñado de polvo flu en el interior — ¡Mansión Snape! —Y desapareció del lugar con el bebé en brazos.
Severus sólo se agarró la cabeza, hasta ahí quedaban sus planes de deshacerse, sutilmente claro, de su ahijado.
—Maldito Parvus Bonus —dijo lamentándose y dirigiéndose a la chimenea.
